There was a problem previewing this document. Retrying... Download. Connect more apps... Try one of the apps below to op
1
Esta traducción fue hecha sin fines de lucro. Es una traducción de fans para fans.
2
Si el libro llega a tu país, apoya al escritor comprando su libro. También puedes apoyar al autor con una reseña, siguiéndolo en redes sociales y ayudándolo a promocionar su libro. ¡Disfruta la lectura!
Staff Moderadoras: 3
Ankmar
Rominita2503
Carii
♥...Luisa...♥
Loveandheartts
pao*martinez
Traductoras Ankmar
♥...Luisa...♥
Juli
Majo_Smile ♥
Eugene_14
Moni
Mitzi.C.
SomerholicSwif tie
loveandheartts
Anelynn
Dannita
Melody
kass
Autumn Night
CrisCras
Carii
Liz Holland
BeaG
Amy
Chachii
Danny_McFly sweet_write Akires Killer Queen MelCarstairs MarMar
Correctoras CrisCras
Vericity
Juli
Sofí Fullbuster
Nats
LadyPandora
*Andreina F*
Zafiro
Carolyn ♥
gabihhbelieber
Itxi
Gabbita
Violet~
MaryJane♥
Mrs.Styles♥
Verito
mterx
Melii
Lectura Final CrisCras
Diseño Jazz
Índice 4
Sinopsis
Capítulo 17
Capítulo 1
Capítulo 18
Capítulo 2
Capítulo 19
Capítulo 3
Capítulo 20
Capítulo 4
Capítulo 21
Capítulo 5
Capítulo 22
Capítulo 6
Capítulo 23
Capítulo 7
Capítulo 24
Capítulo 8
Capítulo 25
Capítulo 9
Capítulo 26
Capítulo 10
Capítulo 27
Capítulo 11
Capítulo 28
Capítulo 12
Capítulo 29
Capítulo 13
Capítulo 30
Capítulo14
Capítulo 31
Capítulo 15
Epílogo
Capítulo 16
Agradecimientos
Sinopsis 5
Scarlett MacGregor ha vivido una vida protegida por sus sobreprotectores y controladores padres. Al no haber estado nunca en una fiesta mixta y mucho menos en una cita, Scarlett se ha basado en sus libros, su música y vivir indirectamente a través de su mejor amiga Evie para mantener su cordura mientras esperaba pacientemente la libertad de su vida. Cuando Scarlett y Evie van a la Universidad, Scarlett rápidamente conoce a Ashton, Dylan, y más tarde a Mason, y se lanza a un curso intensivo de chicos, amor y lujuria. Con la ayuda de Evie, debe averiguar la diferencia entre los tres y saber a cuál quiere antes de que se quede sin ninguno de ellos. Metamorphosis es la historia de la transformación de Scarlett de una ingenua chica joven a una mujer fuerte y madura y su búsqueda de autodescubrimiento y amor verdadero.
6
“El nombre griego de una mariposa es Psique, y la misma palabra significa alma. No hay ninguna imagen de la inmortalidad del alma tan bella e impresionante como la de la mariposa, surgiendo con brillantes alas de la tumba en la que ha yacido, después de una existencia aburrida y rastrera de oruga, para revolotear en la luz del día y alimentarse de los más delicados y fragantes productos de la primavera. Psique es pues el alma humana, que se purifica del sufrimiento y la desgracia, y se prepara así para disfrutar de la pura y autentica felicidad” (De la Mitología de Bullfinch: La Edad de la Fábula, Capitulo XI).
1 Traducido por Ankmar Corregido por CrisCras
7 —No puedo creer que finalmente estamos aquí. Estoy completa y totalmente exhausta, pero no podría estar más feliz —dijo Evie, mi mejor amiga de siempre y ahora compañera de habitación de la universidad, mientras se tiraba sobre la cama gemela recién hecha. —Lo sé. Es surrealista, ¿no es así?Estoy casi asustada de ir a dormir esta noche por miedo a que me despertaré mañana de vuelta en la casa de mis padres —le respondí mientras me sentaba cruzada de piernas en la silla al otro lado de la habitación. —Dios, esa sería una pesadilla. —Dímelo a mí. No eres la que ha tenido que vivir con ellos por los últimos dieciocho años —murmuré. —Es cierto, pero he tenido que vivir cruzando la calle por los últimos diez y escucharte a ti, perra, quejarte cada día sobre lo carceleros que son —replicó. Evie tenía razón, sin ella, pude haberme vuelto loca en algún momento mientras trataba con mi familia. Eso o huir lejos y unirme al circo. En serio, eso podría haber sido una mejora de vida de la que tenía mientras vivía con mis padres. Bueno, tal vez estaba exagerando un poco, no era como si ellos alguna vez me golpearan, o descuidado o realmente incluso gritado. Nunca quise ningún elemento material por la atención de mis padres. Fue todo lo contrario, en realidad. Mis padres estaban tan cerca de mi trasero que, literalmente, no me permitían tener una vida propia. La razón por la que mis padres me trataron de la manera en que lo hicieron volvía siempre a mi hermano mayor, Matt. Mis padres tuvieron a Matt justo después de haber terminado la universidad. Con ambos siendo jóvenes abogados y queriendo ascender por la escalera corporativa, Matt se quedó a menudo bajo la supervisión de nuestros abuelos, a quienes les costaba decir que no, y las niñeras sabían tanto acerca de la crianza de un niño como yo. Cuando Matt era un adolescente, mis padres se habían establecido bien, con trabajos bien remunerados como abogados defensores y trabajaban largas horas fuera de casa dejando a Matt solo frecuentemente. Matt se convirtió en el estereotipo de persona problemática. Lo hizo fatal en la escuela, se
8
metió en problemas con la ley en varias ocasiones por peleas, alcohol y posesión de marihuana, y era conocido por su hábito con las chicas y sus numerosas relaciones de una sola noche. Estaba bastante segura de que mis padres estaban tratando de educar de nuevo. Tan malo como sonaba, creo que ellos pensaban que habían fracasado miserablemente con Matt y necesitaban probarse de nuevo a sí mismos que podían criar tan cerca como fuera posible a un niño perfecto. Yo nací cuando Matt tenía dieciséis años. Cuando tenía dos, él dejo la casa, así que no tuve más recuerdos de su vida con nosotros que unas pocas fotos al azar. Afortunadamente, con el tiempo, él finalmente se había convertido en un exitoso miembro de la sociedad y se esforzaba para volver a congraciarse con mis padres. Se convirtió en un maestro de secundaria y entrenador, junto a su esposa Meg, a quien adoro, y tienen una hija, Alyssa. Mi sobrina es mi rayito de sol. Solía hacer de niñera para ella a menudo y amaba pasar tiempo con ella y malcriarla (o pasar el tiempo malcriándola). Era definitivamente la tía genial, y no solo porque yo fuera la única tía. Así que mis padres me tuvieron cuando tenían cuarenta y cuatro años, que en mi opinión, era demasiado viejos para empezar de nuevo. Mi mamá disminuyo su carga laboral drásticamente para que pudiera permanecer en casa conmigo y estar presente en cada momento de mi vida. Sigo pensando que ella está enojada con Dios porque no estuvo alrededor cuando me llego por primera vez mi periodo. Para asegurarse de que no acabara en absoluto como Matt, mis padres me enviaron a una escuela católica femenina durante toda mi carrera escolar, desde jardín de infantes hasta duodécimo grado. Lo que siempre encontré tan gracioso acerca de todo esto era que ni siquiera éramos católicos. Ellos llenaron mis tardes con clases de piano y guitarra clásica, lecciones de baile, prácticas de futbol y servicio comunitario. Mis fines de semana no eran mucho mejor: cuando no estaba en un recital, presentación o juego de algún tipo, estaba en la iglesia tocando el piano para el coro. Ellos hicieron todo lo posible para esculpir en mí la idea de la perfección personificada, y en su mayor parte, gracias a mí no conflictiva personalidad naturalmente sumisa, hice exactamente como dijeron. Pero hoy fue el día en el que ellos finalmente tuvieron que dejarme ir. Había estado esperando por ese día durante al menos los últimos tres años, desde que me di cuenta de que los niños de mi edad estaban haciendo cosas divertidas mientras que yo estaba estudiando o practicando una cosa u otra. Era finalmente libre de sus escandalosas y excéntricas normas. Sabía que nunca podría escapar de sus expectativas poco realistas e idealistas sobre mí, pero ahora, siempre y cuando sacara buenas notas y no me metiera en problemas legales o financieros, nunca tendría que vivir bajo su techo de nuevo. —¡Hola! ¡Tierra a Scarlet! ¿Todavía estas aquí conmigo? —gritó Evie, sacudiéndome de mi ensoñación. ¿O sería un sueño de verdad, ya
que eran las 11:00 de la noche? Umm… ese era un interesante pensamiento… —Scarlett, en serio, ¿Cuál demonios es tu problema? Estás sentada ahí como si estuvieras siendo forzada a mirar a alguien cagando en tus Louboutins. —No tengo Louboutins, Evie.
9
—Sígueme la corriente… —dijo, y luego una mirada seria cruzó su rostro—. Se supone que debes ser feliz… alegre… mierda, deberías estar saltando arriba y abajo de éxtasis porque en realidad vas a ser capaz de tener una vida. —Lo siento, solo estaba pensando acerca cuán controladores eran realmente mis padres, y preguntándome cómo he logrado sobrevivir hasta ahora —confesé. —¿¡¿Controladores?!? Eso es como decir que Lindsey Lohan tiene un problema menor de drogas o que Charles Manson podría haber sido un psicópata. Elizabeth y David están locos y todavía no estoy segura de cómo te la has arreglado para no reaccionar exageradamente con ellos hasta ayer. Y todavía estoy sorprendida de que ellos alguna vez me hayan dejado ser tu amiga. —Es solo porque podían ver tu casa desde nuestra ventana del frente —dije un poco avergonzada porque ambas sabíamos que era la verdad—. Y creo que todavía están en shock por mi oposición hacia ellos —continué mientras me acordaba del día anterior, cuando les había dicho que era una adulta y que estaba rompiendo limpiamente con ellos. Finalmente, iba a tomar el control de mi vida, estaría haciendo todo según mis propias decisiones, y si esas decisiones eran correctas o incorrectas, buenas o malas, podía vivir con las consecuencias porque eran MIS elecciones. No quería decir que la conversación hubiera sido dolorosa o fea. Les dije que los apreciaba por todo lo que habían hecho por mí, todo lo que habían sacrificado por mí para que tuviera la vida que tenía, y lo mucho que los amaba por eso. Tuve también que decirles que entendía por qué se habían esforzado tanto por protegerme y salvaguardarme de… bien, en realidad de todo. Pero cuando quedó claro que ellos no escucharon una sola palabra de lo que dije y me dijeron que esperaban que estuviera en mi habitación a las 10:00 pm en días de escuela y a medianoche los fines de semana, lo perdí. La verdad sea dicha, me volví más loca que una cabra. Después de todos los gritos y el llanto, no resolvimos nada. Ellos pensaban que yo estaba actuando de forma inmadura y desagradecida, y me dijeron que me preparara para una gran llamada de atención cuando el mundo real no fuera lo que yo esperara que fuera. Pensé que eran irracionales, y que esperaban que viviera en alguna ridícula burbuja para siempre. Todavía me dolía el estómago de pensar en eso; había vomitado varias veces durante la discusión porque estaba muy molesta. Afortunadamente, Evie y sus padres me
permitieron quedarme en su casa durante nuestra última noche en San Antonio, porque no podía pasar una noche más bajo el techo de mis padres, o su gobierno. Se había acabado. Evie no podía creerlo cuando me presente en la puerta de su casa con los ojos rojos e hinchados y las mejillas manchadas de lágrimas. Ella me había dicho, no menos de unas cien veces en las últimas veinticuatro horas, lo orgullosa que estaba de mi por defenderme, pero yo aún estaba molesta por cómo se había arruinado todo.
10
Evie y yo nos habíamos hecho amigas cuando nuestros padres compraron casas, la una enfrente de la otra, en un barrio recién construido en el verano antes del tercer grado. Nuestro padres siempre fueron cordiales entre sí, pero ellos nunca fueron amigos que pasaban el rato juntos. Mis padres eran mayores, extremadamente conservadores y tan involucrados en mi vida que olvidaron que tenían una propia. Los padres de Evie eran todo lo contrario. Su mamá era de Japón. Había llegado a los EEUU para ir a la universidad, que es donde conoció al padre de Evie, que también estaba estudiando en el extranjero en los EEUU. Él era originario de Australia. No podrían haberse parecido menos a una pareja, pero eran muy lindos cuando estaban juntos. Ella era pequeña, tal vez metro y medio de altura y de talla 0, con cabello y ojos oscuros, mientras que el papá de Evie, estando de pie, sobrepasaba el metro ochenta, tenía cabello rizado rubio y ojos azul cielo. Incluso después de más de veinte años, ellos coqueteaban el uno con el otro, tenían citas nocturnas regularmente y todavía parecían estar enamorados. Evie odiaba cuando mostraban sus juguetonas bromas sexuales por la casa, pero a mí no me importaba. Mis padres nunca me permitían escucharlos siquiera sugerir algo de una manera sexual. Me habían mantenido alejada de la población masculina tanto como les fue posible, excepto enviarme a un convento. Mi hermano y yo, o la vejez, o algo, debió haber perjudicado su relación, porque no parecían sentir química o pasión el uno por el otro, por lo que yo podía decir. Me sorprendía que mi papá permaneciera dentro de mi mamá lo suficiente como para asegurar mi concepción, para ser sinceros. Todavía no estaba convencida de que mis dos cromosomas X no fueran mágicamente apareados en una placa de Petri en un consultorio médico. Pero al menos, les puedo garantizar que el encuentro sexual no fue por casualidad, fue sin duda apuntado en sus horarios. Estas personas estaban obsesionadas con los calendarios y horarios… no tienen realmente idea. Así que mi familia se mudó al otro lado de la calle tan solo unas semanas después que Evie, cuyo verdadero nombre era Evelyn Rose, y su familia se había trasladado a San Antonio desde California. Ambas teníamos ocho años de edad, separadas por solo unos poco meses. Inmediatamente nos convertimos en mejores amigas. Nos gustaba jugar a los mismos juegos, escuchar la misma música, y ambas amábamos
11
leer. Pasábamos horas en casa de la otra leyendo el mismo libro para que pudiéramos analizarlo. Era casi como si hubiéramos formado nuestro propio pequeño mini-club del libro mucho antes de que supiéramos qué era uno. Al final de ese primer verano nos conocíamos muy bien la una a la otra y nos sentimos devastadas al saber que no íbamos a ir a la misma escuela. Yo continuaría en el St. Helens, en la ciudad, y Evie asistiría a la escuela pública local. No había absolutamente nada de malo en las escuelas públicas de donde vivimos, de hecho habían ganado numerosos premios de reconocimiento a los logros de sus resultados en las pruebas nacionales, sin embargo, mis padres ni siquiera consideraron dejarme asistir allí. Recuerdo que les pregunte una vez si podía ir a la escuela a la que iba Evie. Me dijeron que no y que nunca lo discutiríamos de nuevo. Así que no lo hicimos. A medida que crecimos, Evie y yo permanecimos cerca a pesar del hecho de que teníamos diferentes amigos de escuela y estábamos involucradas en diferentes actividades. Ambas éramos muy inteligentes y éramos las primeras en nuestra clase de la escuela primaria. En la escuela secundaria, Evie se volvió muy popular y desarrollo bastante vida social. No era de extrañar, viendo lo hermosa, brillante y sinceramente agradable que era. Evie y yo hablábamos por teléfono cada noche antes de ir a la cama, poniéndonos al tanto la una a la otra de los eventos del día. Las conversaciones usualmente eran muy nutridas por las contribuciones de Evie, ya que yo no tenía vida social de la que hablar. No me importaba. Viví indirectamente a través de ella, ya que era lo mejor que iba a conseguir. Todavía pasábamos varias noches a la semana en casa de la otra y todavía leíamos al menos un libro por semana juntas. Debido a que habíamos leído tantos libros, y que al comenzar octavo grado la mayoría de ellos habían sido novelas románticas, habíamos sentido que estábamos bien preparadas para entrar en la secundaria, llena de muchachos inmaduros que solo pensaban con sus pollas y de niñas adolescentes dispuestos a engañar, mentir y robar para escalar en la jerarquía social. Por suerte para mí, yo no tenía que interactuar con muchos chicos en la secundaria y nunca me permití quedar atrapada en la posesión dramática del estrógeno que tuvo lugar en mi escuela. Evie, por otro lado, simplemente no pudo evitarlo. Ella cometió una vez el error de enamorarse perdidamente de un chico de su escuela durante el segundo año. Él era el típico atleta de secundaria al que todo el mundo trataba como una deidad. Evie pronto se dio cuenta de que él vivía a la altura del estereotipo de atleta rico capturado con precisión en todos nuestros libros—arrogante, egocéntrico y un patán infiel. Después de eso, ella nunca se permitió involucrarse emocionalmente con ningún otro hombre, pero a menudo tenía citas y tuvo su cuota de escapadas sexuales, tanto con chicos de secundaria como con universitarios locales.
—¡Scarlett, lo estás haciendo otra vez! Nunca te he visto tan ida. —Evie cortó mi paseo por el camino de la memoria una vez más—. ¡Vamos! ¡Levanta ese ánimo! No estás rareando por mañana. ¿verdad? —¿Rareando? ¿Qué es eso? ¿Rareando? ¿Te juro que debes buscar esas palabras en línea o algo así? —No, amargada. No lo hare. Yo solo tengo un vocabulario inmensamente elaborado. —Sonrió.
12
—¿Vocabulario inmensamente elaborado y se te ocurrió rareando y amargada1? Guau, la Universidad de Rice no tiene ni idea de a qué le dijeron que sí a cuando aceptaron tu solicitud —repliqué. —Solo cállate y hablemos acerca de mañana. ¿Has decidido qué vas a hacer con tu cabello? —No estoy muy segura… —Espera —interrumpió—. Antes de que continuemos con esta conversación, vamos a abrir nuestra botella de vino de celebración. Se dirigió a la cocina antes de terminar la frase, agarrando dos de nuestras nuevas copas de vino del gabinete que habíamos guardado menos de una hora atrás. Una vez que abrió la botella de Pinot Grigio que había robado del bar de sus padres y nos sirvió en cada copa, se reunió conmigo en su habitación. —Bien, ahora estamos listas. Así que ¿mañana? —preguntó mientras eludía el día que habíamos planeado para mi cambio de imagen. Semanas antes, ella había programado pasar un día en el spa local para un masaje, una manicura/pedicura, depilación y un nuevo peinado para mí. Después de eso íbamos a ir de compras para que yo pudiera comenzar a reinventar mi armario. Afortunadamente, yo había ahorrado más de cinco mil dólares a través de hacer de niñera en la escuela secundaria, tutorías y de dar lecciones de música después de la escuela, así que sería capaz de obtener una buena base. —Mira, Evie, me siento extremadamente emocionada por lo de mañana. Realmente lo estoy, lo prometo —comencé—. Pero también estoy muy nerviosa y ansiosa por todo esto. Finalmente soy capaz de vivir mi propia vida, de tomar mis propias decisiones acerca de lo que me gusta y lo que no, eligiendo mi propia ropa, mi propio peinado, haciendo lo que yo quiera, cuando quiera… todo eso suena increíble… suena tan liberador… pero me siento increíblemente abrumada por todo esto. Sé que la mayoría de la gente no empieza de nuevo cuando tiene dieciocho años, no lo ven como una oportunidad de recrear su imagen, de averiguar qué quieren ser… Y me siento muy agradecida y aliviada de que por fin estoy aquí, lejos de ellos, pero a decir verdad estoy simplemente asustada. No quiero echarlo a perder, ¿entiendes? —confesé. 1Palabras
originales Geeking y Sourpuss.
—Oh cariño —dijo mientras le daba palmadas a la cama cerca de donde estaba acostada, indicándome que me reuniera con ella. Levante las cejas en señal de desaprobación ante su comentario de “cariño”, pero ella continuo como si no lo notara—. Lo vas a hacer bien. Necesitas darte más crédito. Eres tan inteligente, y tan dulce, y eres bella por dentro y por fuera. Además, siempre me tendrás para decirte cuándo lo estas jodiendo, así que no hay manera de que puedas fallar.
13
—Lo sé, lo sé. Simplemente es mucho con lo que lidiar de repente. He pensado en este día durante tanto tiempo. Pensé que estaba preparada, pero la verdad es que realmente no sé quién soy, y no sé qué quiero ser. Y entonces, cuando pienso siquiera en salir, me dan ganas de vomitar —admití mientras drenaba el contenido de mi copa. —Pasemos esta conversación a la cocina, así podremos llenar nuestras copas. La seguí, continuando con mi lloriqueo. —En primer lugar, al estar alrededor de los chicos es como si perdiera mi habilidad de hablar de forma inteligente. Mi boca se seca como el desierto del Sáhara, mi cerebro se congela y mi estómago se retuerce y gira como si estuviera calentando en las barras asimétricas en los Juegos Olímpicos. —Actúas como si nunca hubieras estado alrededor de chicos antes, Sam. Vamos, te has besado con un par de chicos. ¡Mierda, incluso has besado a una chica! Y has leído bastantes escenas de sexo en nuestros libros como para saber lo que se supone que suceda. Diablos, probablemente sabes más acerca de cómo se supone que debe ir que la mayoría de chicas de nuestra edad que, ciegamente y borrachas, tropiezan a través del acto. —Sí, he besado a un par de chicos antes, Evie, como dos, y ambas veces estábamos en el campamento de la iglesia y fueron sucesos de una sola vez. Y me besaste tú, por lo que no podía estar nerviosa por mi primer beso, así que apenas cuenta para nada — argumenté—. Pensar que tengo experiencia en cualquier forma sexual es verdaderamente risible. La mayoría de chicos de doce y trece años han hecho más que yo. Leer sobre algo y hacerlo en realidad es muy diferente, especialmente cuando estás hablando de sexo. Oh, y yo pensé que iba a perder el apodo cuando nos mudáramos aquí. —Nunca voy a dejar caer el apodo tan bien pensado para tu linda cabecita. —Sonrió—. Y me ofende que besarme “apenas cuenta para nada” ¿Sabes cuánta gente amaría tener mi lengua en su boca? —Rodé los ojos en respuesta. Mientras nos sentábamos en la encimera de la cocina, decidimos renunciar a las copas y pasarnos la botella de vino una y otra vez entre nosotras, bebiendo directamente de ella, y continúe divagando sobre mis miedos y preocupaciones a la hora de entrar en el mundo de las citas.
—Ni siquiera sé qué clase de chico es mi tipo. No sé quién está fuera de mi liga y quién no. No sé si debo dejar que un chico se me acerque o si debo acercarme yo a él… hay tantas preguntas… me siento tan tonta.
14
—Bien, dejemos una cosa clara ¡NINGÚN chico está fuera de tu liga!—dijo ella con firmeza, mirándome directamente a los ojos—. Nunca más quiero oírte decir algo así de nuevo. De verdad no tienes ni idea de lo jodidamente increíble que sería para cualquier chico atraparte. Te lo juro, tus padres realmente dañaron tu autoestima. Los chicos te miran todo el tiempo. Nunca te das cuenta porque estas tan asustada de que tus padres te atrapen haciendo contacto visual con uno de ellos y luego termines, no lo sé, embarazada o algo —continuó ella—. En cuanto a tu tipo, sin duda no tienes ni idea de qué es lo que estás buscando. Quiero decir, hemos leído cientos, si no miles, de libros que cubren prácticamente todas las categorías de chicos que existen. Piensa en todos nuestros novios favoritos de los libros… —Esa es la cosa, me encantan muchos de nuestros novios de los libros, TODOS ellos, en realidad. —Me reí mientras el vino, definitivamente, comenzaba a hacerme efecto—. Algunas veces pienso que me gustaría un típico americano, con la apariencia de un chico de fraternidad, tal vez incluso uno con un poco de lado salvaje. Pero entonces pienso en nuestros queridos chicos malos tatuados roqueros y pienso acerca de trazar sus tatuajes con mi lengua… delicioso. —En realidad tienes un monstruo pervertido viviendo allí dentro, ¿no? —bromeó Evie—. Me asusta un poco lo que va a ocurrir una vez que obtengas un sabor real de la pasión sobre la que has leído muchas veces. Si esos libros consiguen mojar tus bragas, ¿qué va a pasar cuando un verdadero bombón ponga sus manos sobre ti? —No estoy segura… puede que haga combustión espontánea o que mis bragas simplemente se desintegren de mi cuerpo. —Me reí—. Pero no actúes como si fuera la única que fantasea con nuestros novios de los libros. Recuerdo claramente la semana pasada, a cierta persona enviándome un mensaje de texto a primera hora de la mañana porque acababa de tener un sueño húmedo acerca de… quién era en esta ocasión… no puedo recordar, alguien a quien llamaste “Papi” en la cama o alguna mierda. —¡Cierra la puta boca! —bromeó—. Realmente somos pequeñas zorras de libros, ¿o no? No sólo por el número de libros que hemos leído, sino por la cantidad de chicos de los que nos hemos enamorado, las cosas que soñamos haciendo con ellos… —Sí, ¿cómo de triste es eso? Si no fuera por ese vibrador que me compraste el año pasado, probablemente tendría un túnel carpiano a esta altura —admití. Debo ser la virgen más sexualmente frustrada en el planeta porque mi virtud seguía intacta solo porque mis padres no me
15
dejaron salir de su vista lo suficiente como para conocer a alguien, mucho menos para gustarle a alguien lo suficiente como para tener sexo con ellos. Yo no estaba interesada en simplemente entregarla en una bandeja de plata en una cabina de baño en uno de mis recitales, o mejor aún, en el campamento de la iglesia. Estaba bastante segura de que el hombre de arriba no aprobaría el hecho de que yo lo usara como una excusa para escapar de mis padres y prostituirme. Ya me sentía bastante mal porque ese fuera el único lugar en el que había besado a un chico. Me había sentido tan culpable después que casi había esperado ser alcanzada por un rayo o algo así, pero superé el resto de la semana ilesa. —¡Dímelo a mí! Ha sido más de tres meses desde que dejé de ver a Garrett. Todo el tiempo libre extra también me ha permitido leer hasta la frustración sexual —se quejó—. Realmente tenemos que salir de aquí y pasar un buen rato. No puedo esperar para corromperte… y todo comienza mañana. —No creo que vaya a necesitar que me ayudes a corromperme, he buscado esto mucho. Puede que necesite ayuda en controlar mis hormonas una vez que las libere de su jaula. —Moví las cejas hacia ella—. Ahora, volviendo a esas diferentes categorías de novios de libros. Necesitamos asegurarnos de considerar todos los posibles candidatos. Nos olvidamos de mencionar los profesores calientes buscando razones para darnos clases en privado, o los músicos famosos que misteriosamente aparecen en nuestras vidas rogándonos que vayamos de gira con ellos porque somos su musa. Oro, mejor aún, tal vez podamos enganchar a un inigualable —dije en mi imitación de una voz seria. —¿Un inigualable? —interrumpió Evie. —Sí, los inigualables… ya sabes, los devastadoramente guapos, magnates multimillonarios posesivos que no pueden vivir sin nosotras y se mueren por bañarnos con riqueza y satisfacer nuestros más profundos oscuros deseos sexuales —le expliqué. —Bien, mentí. A pesar de que dije que no hay ningún chico fuera de nuestra liga, no estoy segura de que estemos listas para “los inigualables”. Jesucristo, Scarlett, pasas de decirme que tienes miedo de hablar con un chico universitario a decirme que quieres encontrar un hombre mayor que está en el bondage2 y los látigos. Pienso que puede que necesitemos trabajar para hacer que te sientas un poco más cómoda contigo misma y con tu cuerpo antes de dirigirnos por ese camino. Además, no estoy segura de si hay un club multimillonario de
2Bondage
es una denominación aplicada a las ataduras eróticas ejecutados sobre una persona vestida o desnuda.
BDSM3 local al que podamos entrar campantemente y hacer nuestra selección —bromeó.
16
Me eché a reír sin control con su último comentario mientras nos visualizaba a las dos caminando hasta un edificio de oficinas, tratando de encontrar nuestra versión de un Inigualable. Ella estaba en lo cierto, necesitaba dar pasos de bebé antes de encontrarme a mí misma con los ojos vendados y sujeta en una cruz en una pared tratando de recordar mi palabra de seguridad, mientras anticipaba el chasquido de un látigo a través de mi piel. —Pero Ana era una virgen… —traté de discutir, pero no podía ni siquiera pensarlo sin desmoronarme de nuevo. Las dos nos reímos hasta que las lágrimas bajaron por nuestros rostros. Finalmente, después de varios minutos, recobramos la compostura y Evie dijo que tenía un plan. —Esto es lo que vamos a hacer. Mañana vamos a crear una nueva imagen con un nuevo peinado, un poco de maquillaje y ropa nueva, vas a quedar toda sexificada. Entonces mañana en la noche vamos a ir con mi prima a esa fiesta en su escuela. Pero antes de seguir, vamos a elegir una de las categorías de nuestros novios de libros y nuestra meta en la noche es encontrar nuestra versión de ese NL4. Cada noche siguiente salimos juntas, vamos a elegir una categoría diferente hasta que encontremos cuál es tu tipo. Mierda, esto incluso podría ayudarme, porque estoy descubriendo rápidamente que el que pensaba que era mi tipo, en realidad es bastante similar a la descripción de un cretino —explicó. —Bien, me gusta cómo suena esto. Pero una vez encontremos nuestra versión de NL, entonces ¿qué hacemos? —¿Qué quieres decir con “entonces qué hacemos” Hablas con él, lo besas, te revuelcas con él… lo que quieras hacer con él. Incluso podemos hacer un pequeño juego. La que llegue más lejos con su NL esa noche es la ganadora y le comprará a la otra el desayuno de la mañana siguiente. Podemos prostituirnos en nuestro camino a través de nuestros novios de libro hasta que determinemos cuál es el tipo de cada una. —¡Eso no es justo! Obviamente tú vas a ganar todo el tiempo, ¡estoy en desventaja! Yo no quiero darle mi virginidad al primer tipo que venga por ganar algún tipo de juego —argumenté. —Oh, Sam —respondió Evie—.Yo no voy a dormir con tipos con los que no quiero dormir sólo para no tener que comprarte el desayuno de la mañana siguiente o para derrotarte en algún juego. El verdadero punto del juego es encontrar un chico que valga la pena, uno con el
Hace referencia al Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo. 4NL = Novio de Libro. 3
que quieras salir en serio. ¡El juego extra solo lo hará más divertido hasta que lo hagamos!
17
Pensé acerca de lo que me dijo y sabía que tenía razón. Evie había ideado una manera perfecta de conocer diferente tipos de chicos y el juego me ayudaría a salir de mi caparazón, perder alguna de mis inseguridades y hacer cosas que lo más probable es que fuera demasiado tímida para probar. No estaba segura de si era la botella de vino vacía en la basura de la cocina, la posibilidad de encontrar el felices para siempre que había leído una y otra vez en mis innumerables libros, o el hecho de que definitivamente no quería morir virgen, pero me encontré a mí misma diciendo—: A jugar. Que gane la mejor zorra de libro.
2 Traducido por Majo_Smile ♥ Corregido por Sofí Fullbuster
18
La mañana siguiente llegó demasiado pronto, y antes de que siquiera hubiera abierto los ojos, sentí el palpitar en mi cabeza. Antes de la noche previa, mi consumo de alcohol se limitaba a una copa de vino en dos ocasiones distintas: las dos veces que pasé la noche en casa de Evie. Mis padres nunca me habrían permitido beber, por ninguna razón. Cuando por fin logré salir de la cama para apagar la alarma, me dirigí directamente a la cocina para tomar un vaso de agua y una aspirina de mi bolso. Oí la ducha corriendo en la habitación de Evie, así que sabía que ya se encontraba despierta y preparándose, por lo que tenía que empezar a moverme. Nuestra cita en el spa iniciaba a las ocho de la mañana y ya eran las siete y cuarto. Después de la ducha y de ponerme algunas de las ropas que Evie me prestó, ya que literalmente dejé la casa de mis padres con sólo la ropa puesta, la encontré esperándome en la sala de estar. Por suerte, el medicamento ya comenzaba a surtir efecto y me sentía un poco más humana. —¿Estás lista para tu cambio de imagen? ¿Para saber lo hermosa que realmente eres cuando no te estás escondiendo detrás de todo ese pelo y esa tonta ropa desaliñada? —preguntó con una enorme sonrisa en su rostro. Sabía que se sentía tan emocionada por esto como yo, tal vez incluso más. —Por supuesto. Que devolviéndole la sonrisa.
empiece
la
diversión
—le
respondí,
A pesar de que me crie en San Antonio, que estaba lejos de ser un pueblo pequeño, no era nada en comparación con la gran metrópoli de Houston. Mi única visita había sido cuando fui con mis padres para una excursión de un día por el campus Rice. Me sentía bastante feliz al saber que Evie sería la que nos guiaría a través de la ciudad. Visitaba a su familia aquí a menudo y, aunque no sabía dónde quedaba todo exactamente, con su memoria, sumada a un confiable sistema de navegación, estaba segura de no nos perderíamos. Así que nos subimos a su coche y salimos. Al llegar al spa, nos registramos rápidamente para nuestro paquete de renovación completa, el cual parecía un nombre adecuado, especialmente para mi situación actual, y nos llevaron para
19
desnudarnos y ponernos batas de baño de felpa blanca. Nunca estuve en un día de spa antes, así que le pregunté a Evie todo tipo de cosas sobre qué esperar a través del camino. Me sentía nerviosa por la depilación y masaje. La depilación con cera me asustaba por un par de razones: en primer lugar, leí sobre lo doloroso que era y sabía que mi umbral de dolor se hallaba cómo en un dos en una escala del uno al diez; y en segundo lugar, no podía creer que iba a permitir que un completo desconocido no sólo mirara sino que tocara mi zona privada. Evie trató de calmar mis nervios diciéndome que la esteticista veía vaginas y traseros de mujeres durante todo el día, como una ginecóloga. Para ella, sería como mirar a cualquier otra parte del cuerpo, como un brazo o una pierna. Eso no hizo que me sintiera mucho mejor, pero realmente no tenía un argumento lógico. El masaje me asustaba por razones similares. Sabía que no sería doloroso, pero no me sentía muy segura de que estuviera cómoda con un extraño frotando sus manos por todo mi cuerpo. Sabía que parecía un poco mojigata, pero seamos sinceros, era una mojigata, tanto si era mi decisión como si no. Evie finalmente me dijo que me callara, que todo estaría bien. Simplemente necesitaba disfrutar el día, así que hice exactamente eso. El primer servicio que estaba programado era la depilación con cera. Pensé que podría hacer la parte más difícil primero, ¿cierto? Pronto me di cuenta de que difícil no erala palabra correcta para describir exactamente lo que me pasó en esa mesa. Horrible, espantoso, agonizante, insoportable, inaguantable… era la terminología que debía ser utilizada cuando la gente describía el tener tu pelo arrancado de raíz en las partes más sensibles de tu cuerpo. Realmente me sentí mal por la técnica, que trataba con todas sus fuerzas mantenerme tranquila y quieta. Estaba bastante segura de que el dolor asociado con la depilación tenía que estar cerca del parto sin anestesia. En un determinado momento, estuve bastante segura de que todos en el edificio escucharon mis súplicas para que se detuviera, pero hizo caso omiso de mis peticiones y simplemente siguió maltratando mi vagina y mi trasero. Lo que parecieron horas más tarde, anunció que había terminado y que debía regresar cada dos a cuatro semanas para el mantenimiento. ¿No recordaba que momentos antes trataba de escapar frenéticamente de sus manos, gritando obscenidades que harían sonrojar a un marinero? Palabras que estaba bastante segura nunca pasaron por mis labios antes. Respondí con un "bien", me puse mi bata de nuevo y permití que me llevara por el pasillo a otra habitación, donde una anciana esperaba por mí. —Hola, Scarlett, soy Joan y voy a ser tu terapeuta de masaje hoy —dijo, mientras yo entraba tímidamente en la habitación. —Hola, Joan, por favor, dime que no vas a lastimarme —le contesté.
Su carcajada llenó la habitación y me ayudó a relajarme un poco. También me di cuenta de que la habitación era muy diferente a la primera en la que estuve. En lugar de brillante, frío y estéril, el espacio de Joan estaba iluminado tenuemente con ligera música instrumental sonando de fondo y un aroma de lavanda y eucalipto que se burlaban de mis fosas nasales. Era sereno y tranquilo, lo que me pareció muy relajante.
20
—No, cariño, no voy a hacerte daño. Espero hacer todo lo contrario. Quítate esa bata y te ayudaré a olvidar la tortura que Tina acaba de hacerte pasar —se rió. —¿Tina? ¿Ese es su nombre? Pensaba que su nombre era Olga y en su segundo empleo era una dominante en el club BDSM local. —Me aseguraré de hacerle saber que tiene opciones en caso de que su trabajo aquí termine alguna vez —se rió Joan—. Ahora, acuéstate sobre tu estómago en la mesa, con el rostro sobre esa almohada que parece una dona, y los brazos a los lados. El masaje de una hora de duración con Joan fue pura felicidad. Por un momento pensé que me quedé dormida y empecé a babear. Después de explicarle a Joan que era mi primera vez, hizo un trabajo excelente haciendo que me sintiera a gusto y relajada. Me sentí sorprendida por la forma en que sus manos hicieron que mi cuerpo se sintiera; era increíble, como nada que hubiera experimentado antes, no de manera sexual, pero bastante satisfactorio. Ahora, eso era algo a lo que estaría dispuesta a volver cada dos a cuatro semanas. Antes de que lo supiera, me daba palmaditas en el brazo, diciéndome que la hora pasó y que me esperaban para mi manicura y pedicura. Me levanté de la mesa de mala gana y me puse mi bata de nuevo, siguiéndola hasta mi próxima cita en una nube de satisfacción. La manicura y pedicura fueron muchísimo más de lo que me imaginé que sería, no como el relajante masaje, pero sin embargo relajantes. Elegí un color rosa claro con un toque de brillo para ambos, manos y pies; nunca había tenido color en mis uñas antes, así que me sentía un poco nerviosa al pensar en escoger rojo sangre o algo salvaje como el azul o el verde. Desde la sala de uñas, me aventuré a la zona de cabello y maquillaje del salón y sabía que allí era donde se produciría el verdadero cambio de imagen. Siempre había llevado el pelo medio castaño de la misma manera desde que era una niña: largo, recto, todo con la misma longitud, y normalmente en un moño. Me sentía muy preocupada por lo que iban a hacer con mi pelo. No sabía si estaba lista para un cambio tan drástico todavía. Cuando me senté en la silla y esperé a mi estilista, me sorprendí cuando un joven hombre asiático caminó hacia mí. —Hola, Scarlett. ¿Cómo va tu día hasta ahora? —preguntó.
—Bueno, comenzó un poco duro, pero ha sido maravilloso desde entonces. Gracias por preguntar —le contesté. —Bien. Soy Nathan y voy a ser quien arreglará tu cabello hoy. ¿Qué? ¿Un estilista masculino? Quiero decir, sabía que había estilistas hombres, pero no pensaba que tendría uno trabajando para mí. Me tomé un minuto para procesar la información y creo que hice muy poco para ocultar la sorpresa en mi rostro.
21
—Está bien, cariño, no te voy a morder. Diablos, ni siquiera bateo para el otro equipo ya… las chicas realmente no son lo mío —se rió disimuladamente. —No, está bien. Nunca he tenido a nadie cortándome el pelo antes, excepto a mi madre, así que todo esto es muy nuevo para mí —le contesté. —¿Nunca has estado con un estilista profesional antes? ¿Hablas en serio? ¿Cuántos años tienes? —preguntó. —Tengo dieciocho, y no, todo lo que he hecho en mí hoy es por primera vez. Mis padres fueron un poco estrictos mientras crecía. —Oh, Dios mío, no tienes ni idea de lo que te has estado perdiendo, dulce niña. ¿Qué clase de padres loco tienes, de todos modos? —Bien, locos sería un eufemismo, pero nada de eso importa ya. A partir de ayer, soy libre, me fui… Así que aquí estoy. ¿Crees que puedes ayudarme con mi pequeño cambio de imagen? Voy a mi primera fiesta esta noche, comienzo la universidad el martes y necesito más que un poco de ayuda —le dije. —Por supuesto que puedo. Sólo espera hasta que veas lo que el tío Nathan puede hacer por ti… sólo espera —dijo con una sonrisa reconfortante en su rostro—. Ahora, vamos a ver lo que tenemos que trabajar. Deshazte de ese moño mientras voy a buscar algunas cosas. Cruzó la habitación hasta otra estación y agarró un par de botellas y peines sólo para volver a ponerse detrás de mí y mirarme en el espejo con la boca abierta. Dejé mi pelo suelto, dejando que cayera por la parte posterior de la silla, por lo que me imaginaba que no estaba preparado para la cantidad de cabello con la que iba a trabajar. Sin decir una palabra más, se alejó de nuevo y regresó con otras dos mujeres. Los tres me inspeccionaron como si fuera un animal en exhibición en un zoológico, recogiendo de vez en cuando secciones de mi cabello y luego soltándolas para que cubriera la parte posterior de la silla. —Ehhh… ¿hay algún problema? —le pregunté, sintiéndome más que un poco incómoda por su mirada boquiabierta.
—No, sólo tenía que mostrar lo hermoso que es tu cabello. Es tan largo y saludable, es realmente increíble —respondió Nathan con su cálida sonrisa y ladeó la cabeza hacia un lado—. ¿Tienes alguna idea acerca de lo que te gustaría hacer con él? ¿Color? ¿Cortar? ¿Estilo? —En realidad no, esperaba que pudiera dejarlo en tus manos, ya que eres el profesional aquí. Sólo necesito mantenerlo lo suficientemente largo para hacerme una cola de caballo para los días que no tenga ganas de arreglarlo o para cuando bailo.
22
Nathan simplemente asintió y luego los tres comenzaron a discutir colores y otras cosas que contenían números y letras que sonaban como algarabías para mí. Con la esperanza de aliviar un poco mi ansiedad, respiré hondo, cerré los ojos y susurré una pequeña oración. Luego dejé a Nathan hacer lo suyo. Mientras trabajaba en mi cabello, me mantuvo de espaldas al espejo, así que no podía ver su progreso. Me dijo que quería que fuera una gran sorpresa al final. Di un gran salto de confianza y confié en él para hacer algo de magia. Nathan me hizo todo tipo de preguntas sobre mi vida mientras trabajaba, preguntas sobre mi pasado, presente y mis esperanzas para el futuro. Le hablé de mi infancia, mi adolescencia y la falta de una vida social, sobre la lucha con mis padres, y sobre lo nerviosa que me sentía de reunirme con el resto de la sociedad "normal". Era un gran oyente, preguntó cosas que estimulaban la reflexión, y parecía estar realmente interesado en mi historia. Mi tiempo con Nathan terminó siendo una sesión de terapia como una cita en la peluquería. Después de una hora, en la cual no sabía qué hizo, Nathan dijo que era hora de que la gran revelación. Me di cuenta por la amplia sonrisa en su rostro que se sentía muy contento con el resultado. Podía sentir los nervios creciendo en mi estómago en cuestión de segundos antes de que me diera la vuelta para mirarme en el espejo. Y cuando finalmente lo hizo, miré fijamente mi reflejo, sin estar segura de sí reír o llorar. —Yo… yo… yo… —Era incapaz de hablar mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. —No llores, Scarlett, cariño. Espero que te guste. Te gusta, ¿no? — preguntó con anticipación. —Me encanta. Es increíble —susurré, temiendo que si decía algo más las lágrimas se deslizarían por mis mejillas. Me sentía sorprendida, asombrada, atónita ante la imagen mirándome fijamente en el espejo. —Así puedes ver que dejé un poco de longitud, de modo que no sería un cambio tan drástico para ti —explicó Nathan mientras giraba la silla y me daba un pequeño espejo para que pudiera ver la parte de atrás de mi cabello en el más grande—. Las capas más largas tocan tu
espalda justo alrededor del tirante de tu sujetador, y he añadido algunas capas más cortas para darle un poco de forma y cuerpo. Por tu color, he añadido reflejos y he oscurecido algunas partes, lo que pone en evidencia tu bonito bronceado y esos grandes y hermosos ojos marrones. Es un poco más claro aquí alrededor de tu cara —continuó— . Y debe resultarte muy fácil peinarlo; todo lo que necesitas es un gran cepillo redondo y un secador de pelo.
23
Me quedé helada, temiendo que si me movía volvería a la manera que era. Me sentía asombrada, no tenía ni idea de que mi pelo pudiera verse tan bien. Me encantaron los reflejos más claros que enmarcaban mi rostro; eran el tono perfecto para complementar el rico castaño cálido que ahora era mi color base, una mejora impresionante al monótono marrón sin brillo que tenía antes. —Bueno, ahora que tu aspecto es absolutamente increíble, si me permites decirlo, voy a traer a Becky para que te enseñe sobre la aplicación de maquillaje. Y entonces estarás lista para romper los corazones de todos los chicos en la fiesta de esta noche —dijo Nathan. —Muchas gracias, Nathan. ¡No podría estar más feliz! —exclamé, y me levanté para darle un abrazo. —No te preocupes, hermosa. Solo vuelve a verme cada seis u ocho semanas para que podamos mantener tu fabuloso aspecto —dijo devolviéndome el abrazo. Me senté, y llevaba sólo unos pocos minutos esperando cuando una morena de mediana edad, que supuse era Becky, se unió a mí en la silla. —Escuché que tengo una virgen del maquillaje por aquí, ¿es verdad? —preguntó mientras caminaba arrastrando un carrito lleno de maquillaje. —Es verdad —contesté—. Soy definitivamente una "virgen del maquillaje". Sólo he llevado maquillaje base para recitales de danza y espectáculos musicales, e incluso entonces alguien más lo aplicaba por mí. Al igual que Nathan, Becky habló la mayor parte de mi cita. Sin embargo, pasó la mayor parte del tiempo explicando cómo aplicar el maquillaje y cómo crear diferentes estilos para el día: salidas, eventos formales, etc. Era tanta información que estaba segura de que sólo retuve la mitad de ella, pero sabía que tendría alrededor a Evie para ayudarme. Becky estaba a punto de terminar, reuniendo un kit para que me llevara a casa, cuando Evie entró en la habitación y se detuvo a medio paso cuando me vio. —¿Quién eres tú y qué has hecho con mi mejor amiga? — exclamó. Luego corrió hacia mí, me levantó y me dio vueltas—. Te ves
absolutamente impresionante. Estoy tan celosa… Sabía que eras hermosa, pero, Sam… Guau. Estás extremadamente hermosa. —Gracias, Evie. Muchas gracias por traerme aquí. Me siento increíble. Realmente no lo puedo creer todavía. Sigo mirándome en el espejo tratando de averiguar si realmente soy yo —le dije, tratando de no llorar para no estropear el maquillaje.
24
—Eres tú, en serio, podría estar aquí todo el día mirándote, pero tenemos que irnos, así tendremos un par de horas para ir de compras — dijo Evie mientras me llevaba a la recepción para dejar libre el espacio. Después de comer algo, llegamos a las tiendas para hacer frente al problema de mi armario sin ropa. Sabía que me tomaría un tiempo construir un guardarropa completo, pero por ahora necesitaba conseguir lo básico. Varias horas y docenas de tiendas más tarde, las dos estábamos agotadas y me sentía mareada con las bolsas y bolsas de regalitos en el asiento de atrás, sobre todo las de Victoria’s Secret. Nunca tuve sujetadores de encaje o bragas seductoras antes; mamá solamente me compraba ropa interior de algodón blanco. Sin embargo, leí innumerables libros donde la chica terminaba en un encuentro sexual no planificado sólo para ser avergonzada por sus bragas de vieja. Así que para aliviar la posible humillación, me prometí tener y usar solamente bragas sexy de ahora en adelante. Me imaginaba que iba a ser lo suficientemente incómodo cuando finalmente me encontrara en una situación en la que alguien me viera sin ropa puesta, así que esperaba tener el suficiente buen aspecto con mi lencería para mantener su atención fuera de mi ineptitud. Finalmente, volvimos a nuestra habitación en la residencia poco después de las siete, lo que nos dio un par de horas para volver a arreglarnos antes de la fiesta. Mientras guardaba mis compras, Evie entró en mi habitación y se sentó en la cama. —Así que para esta noche… ¿aún vamos a hacer nuestro reto? — preguntó, tratando de ocultar la esperanza en su voz. —Por supuesto, ¿por qué no lo haríamos? —pregunté. —Estaba asegurándome de que no estuvieras dudando… que no estuviste simplemente de acuerdo la noche anterior porque estuviste bebiendo —dijo—. Pero me alegro de que todavía quieras hacer esto… Creo que va a ser una forma divertida de conocer gente nueva. Dado que esta es nuestra primera vez, quiero que escojas el "tipo" al que estaremos dándole caza esta noche… lo que te sea más cómodo. —¿Caza, Evie? ¿En serio? —exclamé. —Sí, caza, Sam. Los chicos son presas que cazar, capturar y masacrar. Si no piensas así, te convertirás en la presa… Fui la presa una vez, y que me aspen si me vuelve a suceder —replicó un poco demasiado seria.
—Bueno, lo que sea, estás siendo un poco dramática, ¿no crees? —No quería discutir con ella. El día había sido demasiado perfecto para arruinarlo con algo tan tonto, así que decidí dejarlo y seguir adelante—. Está bien, para comenzar vamos a buscar al "Señor Todo-Americano", un chico de fraternidad, ya que vamos a estar en una fiesta universitaria. Debe haber un montón de ellos, ¿no? —pregunté. —Suena perfecto, ahora vamos a vestirnos para matar —sonrió mientras salía de la habitación.
25
—Claro que sí… Sólo déjame sacar mi sexy vestido de camuflaje —grité tras ella, sacudiendo la cabeza. La elección de mi traje para la noche fue más difícil de lo que anticipé. Sabía que estaba pensando demasiado el asunto, pero era un gran problema… bueno, al menos para mí. No quería parecer como si me hubiera esforzado demasiado, o como si estuviera demasiado arreglada, sólo quería mezclarme… Bueno, tal vez quería hacer un poco más que mezclarme. Evie dijo que la fiesta iba a ser casual, para usar algo lindo y coqueto pero cómodo. Lindo y coqueto pero cómodo, ¿no? Pantalones de yoga eran mi idea de cómodo, pero supuse que no era lo que ella tenía en mente. Después de probarme todo lo que compré ese mismo día, finalmente opté por una mini falda de mezclilla en capas de color chocolate y una ligera camiseta sin mangas de color rosa que abrazaba cómodamente mis pechos de copa C, y mis desgastadas botas de vaquero marrón. A menos que tuviera que ponerme zapatillas para alguna actividad física, mi selección de calzado consistía en sandalias o un par de botas. Tenía por lo menos veinte pares diferentes de sandalias en todos los colores posibles, sandalias que solía llevar durante el día, tanto con pantalones vaqueros como con pantalones cortos. Mis botas eran mis zapatos elegantes, y por lo general siempre iban emparejadas con faldas y vestidos. Retoqué rápidamente mi pelo y maquillaje, y luego miré fijamente mi reflejo en el espejo. Era hora del show. Durante muchos años soñé cómo se sentiría el llegar a hacer esto… Hacer cosas que la mayoría de los adolescentes hicieron, y el momento finalmente había llegado. Susurré una breve oración pidiéndole a Dios que nos mantuviera a salvo y pidiendo que no me dejara hacer el ridículo completamente. Estaba bastante segura de que se rió de esto; los dos sabíamos que tenía que suceder en algún momento de la noche. Minutos más tarde, Evie y yo nos encontrábamos en el coche, de camino al comienzo del resto de mi vida.
3 Traducido por Moni Corregido por *Andreina F*
26 El viaje a casa de Jess, la prima de Evie, fue rápido, sólo quince minutos desde nuestro dormitorio. A diferencia de Evie y de mí, Jess iba a la Universidad de St. Thomas, otra universidad en el área de Houston. Había visto a Jess muchas veces antes. Ella pasaba una semana cada verano en la casa de Evie, durante todo el tiempo que puedo recordar, y sus padres también fueron invitados frecuentes allí durante las vacaciones. Siempre me había caído bien Jess, podía ser un poco escandalosa y ofensiva a veces, pero en su mayor parte pensaba que era graciosa. Solía contarnos historias sobre las travesuras que ella y sus amigos harían sin ser atrapados. Evie y yo siempre la habíamos admirado un poco por ser un par de años mayor que nosotras. Ella sabía sobre los problemas con mis padres y siempre me dijo que escapara, que podía quedarme con ella y su familia en Houston. Por supuesto nunca lo hice, pero era muy dulce que incluso lo ofreciera. El plan para la noche era dejar el auto de Evie en casa de Jess, un apartamento alquilado fuera del campus donde vivía con otras dos compañeras de cuarto. Las cinco íbamos a caminar hasta la fiesta juntas, la cual supuestamente se hallaba sólo a una cuadra o dos de su casa. De esa manera no tendríamos que conducir tarde y nadie tendría que pasar por alto la festividad para ser el conductor designado. También me sentí mejor sobre ir como un grupo grande, así tendría muchas personas con quienes estar en caso de que me asustara, o algo así. Nos detuvimos en la entrada de una linda casa de un piso con ladrillos rojos. Se notaba que era una casa antigua, pero se había mantenido bien y definitivamente tenía atractivo. Antes de que incluso saliéramos del auto, Jess abrió la puerta principal y bajó las escaleras dando saltos para saludarnos con un abrazo. —¡Evie! ¡Scarlett! ¡Estoy tan emocionada de que estén aquí! — gritó—. ¿Tuvieron problemas para encontrar el lugar? ¿Qué les parece Houston? ¿Ya se instalaron? —continuó sin tomar aliento. Luego se dio la vuelta para mirarme y dijo—: ¡Guau! Te ves… diferente… increíble, de hecho. —Gracias —dije tímidamente, aún insegura sobre la “nueva” yo.
Ella me miraba como si estuviera tratando de averiguar todo lo que era diferente. Por suerte, apartando la atención de mí, Evie contestó a sus preguntas—: No, no tuvimos problemas para encontrando el lugar. Hasta el momento nos encanta Houston. Y estamos un poco instaladas. Aún necesitamos ir a la tienda y comprar más ropa para Scarlett, pero nos encargaremos de eso el lunes antes de que comiencen las clases.
27
Luego Jess fue hacia la puerta principal y nos guio al interior. — Adelante, adelante. Bienvenidas a mi humilde hogar. El interior de la casa era como entrar a una sala de exposición de Era moderna pero acogedora, y tenía la perfecta combinación de tonos tierra y colores brillantes de moda, lo cual hacía que el espacio luciera divertido al igual que sofisticado. Una chica delgada con cabello rubio y corto se encontraba sentada en un sofá bebiendo una cerveza y viendo televisión cuando entramos. Ikea5.
—Evie, Scarlett, ella es una de mis compañeras de habitación, Meg Scott. Meg y yo hemos sido compañeras desde nuestro primer año —nos presentó Jess. Luego se volvió hacia Meg y dijo—: Apuesto a que no adivinarás cuál es mi prima. —Aludiendo al hecho de que Jess y Evie se parecían mucho. Podían pasar fácilmente por hermanas con su cabello súper lacio y negro, que las dos usaban a la altura de los hombros, muy sexys, y compartían su complexión olivácea. —Es un gusto conocerlas a ambas. —Nos sonrió cálidamente sin levantarse, mientras entrábamos en la sala de estar. —Ash saldrá dentro de poco. Siempre le estamos esperando — dijo Jess, sacudiendo la cabeza juguetonamente—. Por favor, siéntanse como en casa. Esa es mi habitación —continuó mientras señalaba una puerta fuera de la sala de estar—,pueden dejar sus bolsas de dormir y bolsos en mi cama o en el armario. Las habitaciones de Meg y Ash están al final del pasillo. Hay un cuarto de baño en mi habitación y otro en el pasillo a la derecha. Evie y yo pusimos nuestras cosas en la cama de Jess, luego salimos hacia la sala de estar y nos sentamos en el sofá frente a Meg. —¿Puedo traerles una cerveza mientras esperamos? —preguntó Jess mientras caminaba a través de la habitación, hacia lo que asumí que era la cocina. —Yo estoy bien —respondí. Mi estómago estaba hecho un nudo debido a los nervios y la ansiedad, y estaba segura de que si trataba de comer o beber algo vomitaría.
IKEA multinacional de origen sueco dedicada a la venta de muebles y objetos para el hogar y decoración, a bajo precio y diseño contemporáneo. 5
—Scarlett, tal vez una copa antes de que nos vayamos te ayudaría a calmar tus nervios un poco —ofreció Evie casi en un susurro. Le dediqué una mirada de advertencia para decirle que no me presionara en esto. —¿Por qué estás nerviosa, Scarlett? —preguntó Meg de forma entrometida. —Scarlett nunca ha ido a una fiesta antes —respondió Evie por mí.
28
Meg me miró confundida.—¿Te refieres a una fiesta universitaria? En realidad no es la gran cosa, no es muy diferente de las de la escuela secundaria, para ser honesta. Adonde iremos esta noche va a ser extremadamente relajado. Nada de gente loca corriendo como idiotas o algo así. Jess gritó desde la cocina, como si yo no fuera capaz de responder por mí misma—: No, Meg, ella nunca ha ido a una fiesta antes… punto. Sus padres son locamente estrictos y no le permitían tener una vida social, nunca ha ido a una fiesta, ni a una cita… nada. Meg frunció su pequeño rostro y me miró. —Lo siento, eso apesta totalmente. Antes de que confirmara el nivel extremo de peste, una voz masculina dijo—: ¿Qué es eso que escucho sobre no haber ido nunca a una cita o a una fiesta? Confundida por el sonido, giré la cabeza sólo para ver a un hermoso chico emerger desde el pasillo. Mi boca se abrió mientras el aliento escapaba de mis pulmones. Él medía lo que suponía debía ser un metro con ochenta y dos centímetros, tenía una complexión delgada pero musculosa. Su cabello largo y rubio se veía como si acabara de pasar sus dedos a través de él, y esa sexy sombra de barba de medio día en su rostro me hacía querer sentirlo sobre mi mano. Vestía una camisa azul junto con pantalones cortos color caqui y sandalias color marrón. Lucía como si hubiese salido directamente de un anuncio de revista, con su piel profundamente bronceada y su estilo de chico surfista. Sin embargo, nada podía haberme preparado para la reacción que tuvo mi cuerpo cuando lo miré a los ojos. Era como mirar las aguas del Mar Caribe, con una chispa que rebotaba hacia atrás y hacia delante entre el azul y el verde. Me sentía cautivada. Mi corazón latía tan fuerte que temía que él pudiera ver el pulso en mi cuello desde el otro lado de la habitación. Recuerdo pensar que si él fuera un vampiro, estaba segura de que habría muerto en cuestión de segundos, y sorprendentemente, me encontraba bien con eso, siempre y cuando fuera él quien lo hiciera. En serio, necesito dejar de leer tantos romances paranormales.
—Ya era hora, Ash. ¡Dios mío! Ven a conocer a mi prima Evie y a su compañera de habitación, Scarlett. ¡Date prisa! —gritó Jess de nuevo desde la cocina. Sobresaltada, aparté rápidamente la mirada y me volví para mirar a Evie en el sofá, quien me alzó una ceja y tenía una mirada interrogativa en su cara. Antes de tener la oportunidad de analizar lo que acababa de pasar, Jess dio la vuelta en la esquina con un par de cervezas y guio a Ash hacia el sofá en el que nos sentábamos.
29
—Hablábamos sobre Scarlett, aquí, y el hecho de que ha vivido una vida extremadamente protegida. Sus padres eran un poquito obsesivos y controladores, así que la enviaron a una escuela privada de mujeres desde el jardín de niños y nunca la dejaron salir, nada de fiestas y especialmente nada de citas. Así que hoy será su primera fiesta —le explicó Jess a Ash mientras se hallaban de pie frente a nosotros y le daba la cerveza a Evie. Una vez más, ella respondió como si yo no fuera capaz o ni siquiera estuviera allí. No quería nada más que hundirme en los cojines del sofá y escapar de la vergonzosa conversación. Ash no le respondió, en vez de eso le tendió la mano a Evie. Cuando ella le estrechó la mano, le dijo—: Evie, ¿supongo? Soy Ashton Walker o Ash, si prefieres. Es un gusto conocerte al fin. —Entonces vi su sonrisa. Oh. Dios. Mío. Los hoyuelos que aparecieron en ambos lados de su cara convirtieron mi interior en puré. Siempre supe que tenía una debilidad por los hoyuelos, quiero decir, ¿no la tienen todas las chicas? Había algo sobre ellos que gritaba juventud, alegría e inocente picardía, y cuando están colocados en un rostro hermoso acompañado de rasgos duros y masculinos, eran innegablemente sexys y francamente irresistibles. —También es un gusto conocerte, Ash —respondió Evie con una sonrisa. Luego él se dio la vuelta hacia mí, tomó mi mano libre fuera de mi pierna, y la sostuvo entre la suya. Yo estaba congelada. —Scarlett, es un placer conocerte también. Puedo ver por qué tus padres dudaban sobre permitirte estar fuera de su vista —dijo—. Si yo tuviera una hija tan impresionante como tú, tampoco la dejaría salir de casa. —Me sonrojé violentamente. Luego, sin romper el contacto visual, tiró de mi mano hacia su boca. Pero en vez de besarme en la parte superior de la mano de una manera caballerosa como anticipé, presionó ligeramente sus labios contra la parte interior de mi muñeca, donde el pulso de los latidos de mi corazón se hallaba a punto de romper a través de la fina piel. Bueno, si él fuera un vampiro, esto iba a terminar pronto para mí. En lugar de tomar un bocado de mi frágil piel, alcanzó mi boca con la otra mano y liberó mi labio de entre mis dientes. Estaba acabada. Su toque encendió un fuego dentro de mí que rodó a lo largo de mi cuerpo, difundiendo un líquido cálido desde mi cabeza hasta los dedos de mis pies, con las brasas más calientes colocándose directamente entre mis muslos. Mi broma del otro día sobre la
combustión espontánea de pronto no parecía muy lejos de las probabilidades. ¿Quién era este chico?
30
—¡Quieto, muchacho! —bromeó Jess, mientras golpeaba juguetonamente a Ash en el hombro y rompía nuestra mirada. Luego liberó mi mano y mi labio, y se apartó un paso del sofá. Quería argumentar que no necesitaba parar, o aún mejor, cuánto me gustaría que siguiera, pero en vez de eso me quedé allí en una nube y seguí mirando a Ash. Evie me dio un codazo en la pierna, rompiendo mi trance, y luego me di cuenta de que no le había dicho ni una palabra. —Encantada de conocerte —logré chillar. De repente me encontraba extremadamente sedienta y tomé un largo trago de la cerveza que Jess me dio. El sabor era horrible, peor de lo que había imaginado, pero de mala gana me lo tragué, sin querer hacer más un espectáculo de mí misma de lo que ya hice. —Ahora, Ash, espero que estés en tu mejor comportamiento cerca de Evie y Scarlett, al menos por esta noche mientras ellas se acostumbran a ti. Y ambas están fuera de los límites de tus sucias garras y tu demasiado usada polla, ¿me entiendes? —dijo Jess un poco en broma, pero la severa advertencia en su voz era evidente. Se volvió hacia nosotras—. Aquí Ash ha dominado el arte de encantar pájaros para hacerlos bajar de los árboles y chicas para hacerlas salir de sus bragas. Es nuestro playboy residente, así que no le presten atención si hay una chica guapa diferente en sus brazos cada vez que lo vean. — Envolvió el brazo alrededor de su cintura y sonrió—.Es algo bueno que lo conozca desde el segundo grado y sé que realmente es un ser humano decente, o no sería capaz de soportar su arrogancia habitual. La mueca que dejó su rostro tan rápido como apareció ante las palabras de Jess no pasó desapercibida para mí, y se volvió hacia ella. —No seas celosa sólo porque no he compartido contigo nada del placer que induce este cuerpo —se burló. —Eres asqueroso. Sabes eso, ¿verdad? Sé dónde ha estado ese cuerpo —se burló Jess. Meg, que había permanecido en silencio hasta este punto, dijo desde el otro lado de la sala mientras se ponía de pie—: Si ya terminaron de discutir, ¿podemos por favor irnos a donde Jacob y Nicholas ahora? No me vestí para sentarme en esta habitación toda la noche. Tengo a una sexy animadora esperándome allí. Me encontraba completamente confundida, y como de costumbre, hice un mal trabajo escondiendo las emociones en mi rostro porque Jess me miró y dijo—: Meg es lesbiana. Ha estado tratando de corromper a esta pobre chica desde el último semestre, y creo que finalmente se ha deslizado en su camino de alguna manera.
Los labios de Meg se curvaron en una sonrisa maliciosa y se lamió los labios seductoramente. —Oh, planeo deslizarme en muchos lugares de ella si me lo permite. ¡Ahora vámonos! Con todos riéndonos por el último comentario de Meg y sus expresiones faciales exageradas, nos dirigimos a la puerta.
31
Agradecida por la oportunidad de conseguir un poco de aire fresco mientras caminábamos, supe que necesitaba acomodar mis pensamientos y recuperar la compostura después de la intensa presentación con Ash. No estaba segura de lo que había pasado exactamente, si es que pasó algo, pero necesitaba poner mis hormonas bajo control rápidamente. No podía permitir que mi cerebro o mi cuerpo reaccionaran de manera exagerada cada vez que me presentaran a un chico guapo o iba a estar en muchos problemas. Meg y Ash caminaban unos metros por delante de nosotros, perdidos en su propia conversación, mientras Jess le daba a Evie un resumen rápido de algunas de las personas que estarían en la fiesta. —La fiesta es en la casa de Jacob y Nicholas. Ash los conoció el año pasado en una clase de fútbol. Todos fuimos a tomar algo una noche, Jacob y yo nos caímos bien y comenzamos a salir, y poco después, terminamos saliendo los cinco todo el tiempo —explicó—. Todos estamos a punto de comenzar nuestro tercer año en la UST. Vicki, la hermana de Nicholas, está un año por debajo de nosotros y es la animadora a la que Meg ha estado corrompiendo. La reconocerán inmediatamente porque se ve como una niña de doce años, la versión femenina de Nicholas —dijo lo suficientemente alto para que la escuchara Meg. —No, no lo hace —argumentó Meg sin siquiera darse la vuelta—. Es sólo que es pequeña… es sexy y lo sabes. Jess no le respondió directamente a Meg, pero en vez de eso se volvió hacia a mí y dijo burlonamente—: Meg no sólo es lesbiana, también podría ser pedófila. Tú tienes al menos dieciocho, ¿verdad, Scarlett? Me reí y asentí. —Bien, entonces deberías estar a salvo de los avances no deseados de mi compañera —bromeó. Sin perder el paso, Meg se dio la vuelta y me miró. —Tener edad no te va a salvar de mi cosa dulce. No sólo tienes una cara angelical y un cuerpo sexy, también tienes un coño que jamás ha sido corrompido por la polla de un hombre, y oh, cómo me gustaría saber cómo sabe esa inocencia. —Me guiño un ojo y se dio la vuelta—. ¿No es cierto, Ash? ¿Puedes imaginarte lo dulce que sabe? Mi cara ardía de mortificación y no sabía cómo debía responder a los comentarios de Meg, así que no lo hice. Sabía que parte de lo que
dijo había sido para dar un efecto dramático, para hacer que Jess le gritara sobre Vicki; sin embargo, por un breve momento, me encontré preguntándome si realmente se sentía atraída por mí… y por qué mi estómago revoloteó cuando pensé en besarla. ¿Qué pasaba conmigo? ¿Acaso Evie me había deslizado viagra de mujer esta noche, o algo así…?Antes de que pudiera contemplar la idea un poco más, Ash se dio la vuelta y me dedicó una media sonrisa extraña e incómoda. Y luego todo tenía sentido.
32
Estaba segura de que la única razón por la que Ash había actuado de la manera en que lo hizo conmigo fue porque yo era virgen… la conquista de todas las conquistas para los chicos, ¿cierto? Jess le había hablado acerca de que no salgo en citas y de mis padres estrictos. Soy tan idiota. Jess había dejado claro que era básicamente un mujeriego, y él nunca lo negó. Ella incluso fue tan lejos como para decirle que me dejara en paz porque sabía exactamente lo que él iba a hacer. Probablemente sólo jugaba conmigo, sabiendo que yo podría caer fácilmente bajo su hechizo de elogios y gestos coquetos, tratando de ver cómo de rápido podía meterse en mis bragas. Me sentía tan enojada conmigo misma por pensar que había algún tipo de chispa entre nosotros. Pero él sólo era un maestro de la manipulación, un jugador experimentado, y yo de inmediato supe que usaría mis mejores intereses para mantenerme alejada todo lo posible de Ash. Había reaccionado exageradamente, LITERALMENTE, al primer chico que me habían presentado. Durante el resto de la caminata, Jess siguió divagando sobre otras personas que conoceríamos: quién salía con quién, quién había salido con quién, de quién estar alejada, etc. La apagué, y en vez de eso pasé el tiempo en silencio, meditando sobre mi propia ingenuidad y credulidad. Cuando salimos de la acera para caminar hasta la casa donde era la fiesta, Evie tomó mi brazo y tiró de mí hacia atrás, lejos de los demás. —¿Estás bien? ¿Qué demonios pasó en la casa? —preguntó con auténtica preocupación. —Estoy bien… no sé de qué estás hablando, no pasó nada… todo está genial, no podría estar mejor —mentí con entusiasmo forzado. Ella me dio la mirada de no-te-creo-ni-una-palabra-de-lo-queestás-diciendo, pero no me presionó. —Está bien, pero si en algún momento estas lista para irte, me lo haces saber. Asentí en respuesta. No quería hablar sobre ello, no ahora, nunca. —Ahora ven, ¡vamos a divertirnos, tenemos que conocer a algunos chicos! Oh, y no te olvides: esta noche es noche de chico universitario guapo y rico, no noche de playboy surfista… tienes que apegarte a las reglas o sino no cuenta —dijo despreocupadamente mientras tomaba mi mano y me llevaba hasta el porche delantero.
4 Traducido por loveandheartts Corregido por gabihhbelieber
33 —¡Ahí están todos! Me di la vuelta para presentarles a alguien y se habían ido —exclamó Jess cuando la encontramos esperándonos fuera de la puerta principal. —Lo siento, tuvimos que hacer una parada rápida, pero estamos bien ahora —respondió Evie, sin darle ningún detalle adicional de nuestra conversación—. Dirige el camino, prima. Seguimos a Jess al interior de la casa, y la escena que me dio la bienvenida era mucho más de lo que había esperado que fuera. Los muebles de la sala de estar habían sido empujados contra las paredes, dejando un espacio abierto para bailar en el medio. Había un puñado de gente moviendo sus cuerpos en armonía con la canción de The Killers que sonaba estrepitosamente en un reproductor iPod en la esquina, pero la mayoría de la gente estaban, o binen recostados en los sillones, o andando alrededor, bebiendo y hablando. Meg y Ash no estaban a la vista. Seguimos a Jess de cerca mientras nos metíamos entre los otros que caminaban por la fiesta y entramos en la cocina. Sus ojos se iluminaron inmediatamente cuando vio al lindo chico de pelo oscuro parado al lado de la isla. Ella se coló detrás de él y envolvió sus brazos alrededor de su cintura. Él saltó ante el contacto, pero cuando se giró para verla, una sonrisa gigante se extendió por su cara. Una inesperada punzada de celos me recorrió el cuerpo, mientras la necesidad de sentirme querida y amada emergía, pero rápidamente lo aparte. Después de que cada uno tomara un trago de tequila para “hacer que la sangre fluya”, como Jess recomendó, agarramos una cerveza y las presentaciones comenzaron. Jess nos arrastró a Evie y a mí de un grupo de gente a otro. Estaba abrumada con todas las nuevas caras y nombres, sabiendo que nunca recordaría ninguno de ellos. Sonreí, estreché manos, incluso obtuve algunos abrazos de algunos tipos que obviamente intentaban presionarse contra mi pecho. Sin embargo no me importaba, disfruté de la atención e incluso contemplé a un par de ellos para mi “oración de todas las noches'' como Evie los había llamado tan elocuentemente. Intenté contenerme para no buscar el paradero de Ash, pero fallé miserablemente. Sin embargo, cuando la puerta trasera se abrió y varias personas arrastraron los pies al interior desde la entrada trasera, me di cuenta de que cuando Ash estuviera en
la misma habitación que yo, nunca necesitaría buscarlo, podía sentir su presencia. Me di la vuelta para verlo flanqueado por dos hermosas rubias. Guio a la que estaba enfrente de él a la cocina con su mano en la parte baja de su espalda, mientras que la que estaba detrás los seguía de cerca, sus dedos enhebrados en las presillas de su cinturón. Los tres caminaron hasta la isla y él tomó tres cervezas de la nevera. No quería mirarlos, pero por mi vida, simplemente no podía detenerme a mí misma.
34
—Te advertí, ¿o no? —La voz de Jess interrumpió mi trance pero continué mirándolo—. Ese es Ash... Siempre ha sido de esa manera. No estoy segura de que algún día encuentre a una chica que lo haga sentar cabeza. Simplemente creo que no está hecho de esa forma, ¿sabes? —Sin esperar una respuesta, ella rebotó para decirle hola a otra persona, dejándome sola con una pregunta sin contestar. Casi como si pudiese sentir que habíamos hablado de él desde el otro lado de la habitación, levantó su mirada hacia la mía y nuestros ojos se trabaron. Otra vez sentí que algo pasaba entre nosotros. No estaba segura de qué era, o de si sólo lo estaba imaginando, pero Ash definitivamente hacia que mi cuerpo sintiera cosas para las que no estaba preparada. Luego inclinó la cabeza hacia un lado y me dedicó esa sonrisa “bragas-fuera” mostrando su hoyuelo. Sabía que sólo estaba interesado en mí por una cosa, y estaría maldita si se lo daba. Fruncí el ceño y rompí la mirada. Luego cambié mi atención a las dos chicas que seguían a cada lado de él. Ambas estaban mirándolo con admiración y adoración, como si fuese algún tipo de dios del sexo. Me reí ante lo patéticas que se veían y luego miré de vuelta a Ash. Como si supiese exactamente lo que pensaba sobre él y su entorno, dejó caer la sonrisa y lo que pensé que fue una mirada de culpa cubrió su cara. No estaba segura de cuál era su problema, pero no necesitaba pasar ningún tiempo más pensando en Ash o en sus sospechosas expresiones e intenciones. Rodé los ojos y me giré para buscar a Evie. Mientras caminaba hacia la puerta trasera, no pude evitar reírme en voz alta mientras Taylor Swift cantaba sobre saber que “él era todo problemas nada más entro en la habitación”. La sincronización no podía haber sido más apropiada. Incapaz de resistir la tentación de darle una última mirada; me giré y choqué directamente contra un pecho duro y tropecé hacia atrás. —Oh, discúlpame, lo lamento mucho —me disculpé mientas intentaba recuperar el equilibrio—. No estaba mirando por dónde iba. El tipo que casi me pasó por encima me sostuvo de ambos hombros para estabilizarme, y miré hacia arriba para ver su cara y comprobar si era alguien a quien me habían presentado más temprano, pero inmediatamente supe que no. Nunca olvidaría una cara como esa. Él era... Guau.
—No te preocupes, pequeña señorita. ¿Estás bien? —preguntó sin dejar ir mis brazos.
35
Asentí y me mordí el labio inferior, avergonzada por mi torpeza. No estaba segura de quien era este chico, pero podía darle a Ash un “corre por tu dinero” en el departamento de apariencia. Se veía como un modelo de Abercrombie. ¿Qué estaba sucediendo con todos estos hermosos chicos por aquí? Su pelo rubio tenía un estilo desordenado, algo así como puntiagudo. Sus ojos eran de un profundo azul oscuro y tenía una sonrisa perfectamente recta. Vestido con un polo de rayas, pantalones cortos y unos zapatos cubiertos de color marrón, él era la imagen que encontrarías debajo de “Americano masculino” en el diccionario, y era el chico perfecto de preparatoria que me ayudaría a ganar el concurso de esta noche y olvidar todo respecto a Ash Walker. —Eres nueva por aquí, nunca te he visto antes. ¿Vas a ser una estudiante de primer año en St. Thomas? —preguntó en una profunda voz, con un habla lento y cansino a lo sureño. —No... Quiero decir, sí... Quiero decir... —tartamudeé, sintiendo mi cara ruborizarse mientras continuaba avergonzándome a mí misma. Tomando un profundo respiro traté de responder de nuevo a su pregunta—. Lo que quise decir era que sí, soy nueva por aquí, y si soy una estudiante de primer año, pero no en St. Thomas. Soy una estudiante en Rice. Estoy aquí con la prima de mi compañera de cuarto, Jess Johnson. —Ah, bueno. ¿Tienes un nombre o simplemente debería llamarte “la compañera de cuarto de la prima de Jess”? —bromeó juguetonamente. —Soy Scarlett, Scarlett MacGregor. —Sonreí mientras extendía la mano hacia él. Ya que una oleada de confianza me inundaba, le devolví el coqueteo—. ¿Así que tienes un nombre o solo debería llamarte “el tipo al que le gusta coquetear con todas las chicas nuevas”? —Touché, señorita Scarlett. No sólo eres hermosa, sino que también ingeniosa —dijo mientras seguía sosteniendo mi mano—. Soy Dylan Stephens y es un verdadero placer conocerte. ¿Te gustaría salir para tomar un poco de aire fresco? Su sonrisa hizo que mis rodillas se debilitaran y mi corazón se acelerara y quería aprender más sobre este Dylan Stephens, como por ejemplo: cómo se sentirían sus labios sobre los míos y cómo se sentirían sus manos sobre mi cuerpo. Justo cuando estaba por asentir, sentí a alguien acercarse por detrás de mí y apoyar su mano en mi hombro. —Ahí estas, Scarlett. Te estuve buscando por todos lados —dijo Ash en su voz ronca—. Me estoy preparando para empezar a tocar y sé que dijiste que querías darte una vuelta para oír eso.
No tenía ni idea de por qué pensaba que yo quería ir a dar una vuelta y escucharlo hacerlo, pero sabía exactamente lo que estaba haciendo: metiéndose entre Dylan y yo. Sin darme la vuelta, dije en un tono frío—: Parecías tener las manos llenas esta noche, así que en vez de eso creo que tomaré un poco de aire fresco con mi nuevo amigo Dylan. Disfruta de tu presentación. —Y con eso, tomé la mano de Dylan y lo guie hacia la puerta trasera.
36
Una vez que encontramos un área aislada en el porche para sentarnos y hablar, Dylan preguntó—: ¿Quiero siquiera saber sobre qué era todo eso? —No estoy muy segura —admití—. Conocí a Ash en su casa justo antes de venir aquí. No lo sé, sólo me fastidia y creo que le molesta que no me esté arrastrando sobre mi misma tratando de estar con él. —Está bien, eso era parcialmente verdad. —¿Lo conociste esta noche? ¿Y ya está actuando de esa forma? —Sí, hace sólo un par de horas o algo así... ¿Por? ¿Debería estar preocupada por algo? —No, nada de lo que preocuparse. Es solo que no es normal en Ash ponerse todo territorial y jodido... A él normalmente no le importa lo que sus chicas de una noche hacen o con quién hablan... Es un poco raro —dijo. No quería hablar de Ash y sus chicas de una noche, o sobre Ash y yo, o nada que tuviera que ver con Ash. Simplemente no quería pensar en él. —Mira, no soy una de las “chicas de una noche” de Ash y nunca lo seré, así que no necesitas preocuparte por eso. Vine aquí afuera para conocerte mejor, así que ¿podemos por favor parar de hablar de él? Dylan y yo pasamos la siguiente hora o algo así hablando y coqueteando el uno con el otro. Descubrimos que teníamos varias cosas en común, disfrutábamos música similar, ambos amábamos mirar las repeticiones de Saturday Night Live, y queríamos viajar a muchos lugares similares. Él era un estudiante de inglés y quería meterse en edición, que por supuesto, con mi amor por encima de todas las cosas a los libros, me interesó mucho. Lo pasamos de maravilla. Dylan era divertido y me hizo sentir relajada y cómoda. Y la mejor parte era que no había pensado en Ash ni una vez desde que salimos afuera. Cuando nos levantamos para volver adentro para rellenar nuestras bebidas, Dylan tomó mis manos entre las suyas y me acercó a él. Mi pecho estaba apretado contra el suyo y mi cuerpo entero zumbaba por la anticipación. Soltó una mano y movió su dedo por mi barbilla, inclinando mi rostro hacia el suyo. Miré sus ojos deseosos y las mariposas en mi estómago alzaron el vuelo. Inclinándose oh-tanlentamente, presionó sus labios ligeramente contra los míos, y luego se
alejó para ver mi reacción, nunca apartando sus ojos de mi boca. Entonces moví mi mano libre alrededor de su cuello y atraje su cara de vuelta a la mía y lo besé con mucha más fuerza. Sentí su lengua coquetear con mi labio inferior y abrí la boca ansiosamente para poder saborearlo mejor. No estaba segura de cuánto tiempo estuvimos allí besándonos, explorando la boca del otro con nuestras lenguas.
37
—Ummm... Odio interrumpir, pero iba a ver si querías venir conmigo adentro para una sesión acústica. Ash va a tocar y pensé que tal vez lo disfrutarías. —Me volví para ver a Evie de pie allí con una sonrisa dispersa de oreja a oreja—. Pero si estás ocupada, está genial. —No, no, está bien. Estábamos por entrar en la casa de todos modos. Necesito un vaso de agua —dije mientras me giraba y caminaba hacia ella. La expresión en su rostro no tenía precio, estaba radiante como un padre orgulloso. —¿Has conocido a Dylan? —le pregunté, tratando de no sonar entusiasmada como una niña de una escuela solo para mujeres. —Sí, creo que Jess nos presentó antes, pero sinceramente, he conocido a tanta gente hoy que los nombres están todos mezclándose —respondió ella—. Es bueno verte de nuevo, Dylan. Soy Evie. Él le sonrió y le estrechó la mano. —Igualmente, Evie, encantado de conocerte. Todos entramos de vuelta a la casa, tomando bebidas mientras nos movíamos hacia la sala de estar, donde todo el mundo se había reunido. Los sofás y las sillas desbordaban de gente y el suelo también estaba casi lleno. Jess nos llamó para que nos uniéramos a ella; nos había guardado un poco de espacio. Nos dirigimos hacia ella y Jacob, tratando de no pisar a nadie mientras pasábamos entre la gente, y tomábamos nuestros asientos en el suelo. Mientras escaneaba la habitación, encontré a Ash sentado en una silla junto a la chimenea con una guitarra en su regazo. Cometí el error de llevar mis ojos hacia los de él, y me estaba devolviendo la mirada. Aparté la vista rápidamente y deseé que la sensación que me provocaba se fuera. Miré a Dylan esperando que no hubiera notado que Ash estaba prestándome atención, pero sus ojos estaban clavados en Ash. De repente, Dylan declaró que no se sentía cómodo cómo estaba sentado y nos reposicionó de modo que su espalda estaba apoyada contra el sillón y yo quedaba acurrucada entre sus piernas, con mi espalda presionada contra su pecho. Envolvió sus brazos alrededor de mi estómago y besó suavemente la parte superior de mi cabeza. Miré a Evie y a Jess, ambas con sus rostros llenos de preguntas. Eran preguntas de las cuales no conocía las respuestas, así que solo me encogí de hombros, sonreí y decidí hacer de esto lo mejor. —Así que, Ash, ¿qué vas a tocar para nosotros esta noche? — preguntó la joven bonita y tonta número uno, que estaba sentada en el
suelo junto a sus pies. No vi a la joven bonita y tonta numero dos alrededor, así que pensé que tal vez no había logrado pasar la lista de las diez de la noche, pero unos minutos más tarde se unió a su hermanaen-prostitución en la alfombra. —Ya que tenemos algunas caras nuevas en la fiesta esta noche — alzó la mirada en dirección a donde Evie y yo estábamos sentadas—, pensé que podríamos hacer una pequeña variedad, mezclándolo un poquito.
38
Para todos los libros de mi vida, la música y la danza habían sido mis únicas salidas, mi único escape de mis padres, y eran las cosas por las que me apasionaba. Amaba mirar música en vivo, ver la emoción y la pasión en los dedos de alguien, en sus labios... Era impresionante para mí. No podía esperar a escuchar a Ash tocar y cantar, pero al mismo tiempo estaba asustadísima de los sentimientos que podría evocar en mí. Había asumido que sería bueno. Estaba bastante segura de que era bueno en casi todo lo que hacía, era uno de esos tipos. Sin embargo, nada podía haberme preparado para lo increíblemente sexy y talentoso que era cuando estaba tocando su música. Tomó cada pedazo de voluntad que había en mi cuerpo no mirarlo mientras tocaba. No había duda de que era extraordinario; miré alrededor, a todos en la sala de estar, tanto hombres como mujeres, estaban completamente fascinados por la voz de Ash y la música que salía de sus dedos. Podía escuchar el sexo goteando de su voz, radiando de las cuerdas de su guitarra. A veces podía sentir su mirada sobre mí, como si estuviera cantándome a mí, pero me rehusé a mirar en su dirección. Estaba bastante segura de que Dylan también lo sintió porque en varios momentos, cuando sabía que Ash estaba mirando, él apretó los brazos más fuerte a mí alrededor y acarició mi cuello con su cara, dejando suaves y dulces besos que me hacían temblar con deseo. —Está bien, voy a hacer una última canción y luego le daré la guitarra a cualquier otra persona que quiera tocar —anunció Ash—. Siéntanse libres de cantar conmigo en esta. Liberé una bocanada de aire que ni siquiera sabía que estaba aguantando. Una canción más, podría sobrevivir a una canción más. Ash decidió cerrar su set con “Lets Get It O”. Era como si hubiera escogido deliberadamente esa canción para molestarme o meterse debajo de mi piel. Se sintió como si se estuviera burlando de mí. Por supuesto, todos los demás en la habitación pensaron que era increíble, gritaron en aprobación mientras la primera línea salía de su boca y la mayoría en la habitación se unió a él en el verso. Me encogí y traté de bloquearlo, no quería darle el placer de saber que me afectaba, pero no podía soportarlo más. No quería hacer una escena al irme de la habitación en medio de la canción, así que en vez de eso hice la siguiente mejor cosa. Me di la vuelta en el regazo de Dylan, me senté a
horcajadas en sus piernas y lo besé... Duro. Y no me alejé de su boca hasta que la canción terminó. Ash recibió una ovación de pie del íntimo público y lo vi hacer una reverencia exagerada a través de mi visión periférica. Luego invitó a cualquiera que quisiera subir a cantar. —Hazlo, Scarlett. Vamos. —Evie me dio un codazo en el costado.
39
—¿Tu tocas la guitarra? —preguntó Dylan. Sin levantar mi cabeza de su cuello, negué con la cabeza. —Oh, sí que lo hace, solo está siendo modesta. Es muy buena — insistió Evie. Realmente NO quería tocar. Era una montaña rusa emocional por todo lo que estaba sintiendo por Ash y Dylan, un poco entonada por las varias bebidas, y ya estaba incómoda con el número de extraños en la habitación. Sin embargo, con Evie, Dylan y Jess insistiendo, pronto nuestra mitad de la habitación estaba cantando “¡Scarlett! ¡Scarlett!” Nunca me había sentido más avergonzada en mi vida. Cuando Ash se dio cuenta de que me estaban llamando para que cantara, sostuvo la guitarra hacia mí. —Por supuesto, Scarlett. Veamos lo que puedes hacer. No puedo esperar para escuchar tu versión de Amazing Grace. —Su voz estaba saturada de sarcasmo. Dios, era un idiota. La ira se propagó dentro de mí, en parte debido a su burla sobre mi inocencia y su aparente duda de si podía presentarme, pero estaba incluso más furiosa conmigo misma por permitirle molestarme repetidamente. Simplemente había algo sobre él, en haberlo conocido hace sólo unas horas, que me provocaba sentimientos que ni siquiera sabía que tenía. Y me asustaba a muerte. Impulsada por mi furia y la ingesta de alcohol, le arrebaté la guitarra de las manos y tomé la silla que él había ocupado. Mi cerebro estaba dando vueltas sobre qué tocar; quería responder a los no-tancrípticos mensajes musicales con igual ingenio. Decidí cantar una canción sobre chicos siendo idiotas; había más que suficientes de esas para elegir. No tenían que relacionarse con Ash directamente, pero con suficiente odio-hacia-los-hombres le haría entender el punto. —Hola a todos —comencé con nerviosismo—. Soy Scarlett, una amiga de Jess. Soy nueva aquí en Houston, me acabo de mudar ayer así que quería agradecerles por hacérmelo pasar tan bien esta noche. Espero que lo disfruten. Tomé una respiración profunda e comencé con una canción que estaba segura que casi todo el mundo conocía, “Heartbreaker”6, de Pat Benatar. Me sentí un poco inestable al principio, pero me rehusé a dejar 6
Rompecorazones.
40
que mis miedos se llevaran lo mejor de mí. A la mitad del primer coro, me sentí más cómoda y me dejé ir de verdad. Muchas de las chicas en la habitación cantaron conmigo en las partes que sabían. Bueno, era más como que gritaban, pero me encantó, no obstante, porque sabía que se estaban divirtiendo con ello. Debatí internamente si debía o no mirar a Ash mientras cantaba. Por una parte, quería que le quedara claro que esta era, de hecho, una respuesta a su presentación, y también secretamente esperaba poder hacerle sentir una fracción de la frustración que el depósito en mí, en mi mente y en mi cuerpo. Sin embargo, por otra parte sabía que si lo miraba había una buena posibilidad de que perdiera completamente el hilo de mis pensamientos y me detuviera en medio de la canción. Opté por lo seguro y por no echar más leña al fuego; él sabía que mi elección de canción no fue un accidente. Toqué un par de canciones más que entraban perfectamente bien en mi fiesta-de-los-hombres-son-idiotas antes de terminar todo. — De nuevo, gracias por la hospitalidad —dije antes de empezar a tocar la última canción de la noche, “You Oughta Know”. Esta era una de mis canciones favoritas de odio-a-los-hombres y pensé que sería una manera perfecta de terminar. Incluso aunque nunca había experimentado las cosas que estaban escritas en la canción, las letras siempre me habían parecido tan crudas, tan reales que podía sentir el dolor... el enojo... la amargura causada por el rechazo y por ser reemplazado. Era el miedo de todos los miedos: ofrecerme libremente a mí misma a alguien más sólo para que luego no me correspondan. Supongo que eso es cierto para la mayoría de la gente, nadie le daba la bienvenida al rechazo. Aparté los pensamientos psicoanalíticos a la parte posterior de mi cabeza y me concentré en la canción. La habitación estaba excepcionalmente tranquila y todos los ojos estaban concentrados en mí con intensidad. Vi muchas caras iluminarse mientras reconocían la canción con las primeras líneas. Hubo varios abucheos y gritos cuando selectivamente pregunté cantando sobre dar sexo oral en los cines, estaba bastante segura de que Dylan fue uno de ellos. Me había contenido para no mirar a Ash durante todo el tiempo que canté y toqué con éxito, sin embargo, no podía dejar las cosas como estaban. En medio del segundo verso miré hacia donde estaba sentado y crucé nuestras miradas justo a tiempo para preguntar/cantar—: ¿Estás pensando en mi cuando te la tiras a ella? —Sus ojos se oscurecieron y pude sentir el calor de su deseo desde el otro lado de la habitación. Inmediatamente aparté la mirada de él para poder terminar la canción y no derretirme en un charco de descarada lujuria. Aliviada de haber logrado pasar por la sesión improvisada, y agotada por las cuarenta y ocho horas anteriores, le dije a Evie que estaba lista para regresar a casa. Jess y Ash también decidieron regresa a casa, ya que eran un poco más de la una de la mañana. Decirle
adiós a Dylan fue un poco incómodo con Ash parado a un par de metros de distancia. No estaba segura de qué había sucedido con las amigas de Ash de antes, ya que honestamente esperaba que al menos una, si no las dos, lo siguieran hasta su cama, pero ninguna estaba alrededor. Dylan y yo intercambiamos números y dejó varios besos ligeros en mis labios antes de irme.
41
5 Traducido por Moni Corregido por Violet~
42 Cuando regresamos a la casa, Meg estaba sentada en el sofá en pijama comiendo directamente de un bote de helado. —Bien, ya regresaron. Puedo ir a dormir ahora —dijo mientras se ponía de pie a iba a guardar el helado. Nos besó a todos en la mejilla y nos dijo buenas noches antes de desaparecer detrás de la puerta de su habitación. Ni siquiera me había dado cuenta de que no estaba en la fiesta, creí que la habíamos dejado allí. —¿Cuando llega a casa siempre espera a que ustedes lleguen? —preguntó Evie riendo. —Sí, tiene esta cosa maternal y protectora por nosotros. En realidad, Meg no es muy fiestera. Ella irá para saludar a todos, pero preferiría estar en casa. Siempre tiene que saber cuándo hemos llegado a nuestro destino final de la noche si no nos quedamos aquí. Se angustia mucho —explicó Jess—. Ahora, vamos a dormir un poco. Estoy cansada. —Vamos, Sam. Tú definitivamente necesitas dormir un poco. Todos lo necesitamos —me dijo Evie, y la seguí a la habitación, haciendo mi mejor esfuerzo por ignorar la presencia de Ash en la casa. Después de que las tres nos laváramos la cara, los dientes y nos pusiéramos nuestra ropa de dormir, nos metimos todas en la cama matrimonial de Jess. Evie y Jess se durmieron inmediatamente; no dijeron ni una palabra una vez que sus cabezas tocaron las almohadas. A pesar de que estaba agotada física y mentalmente, no pude dormirme. Me quedé allí mirando el techo por lo que parecieron horas, pero una mirada al reloj me dijo que sólo habían sido treinta minutos. No podía hacer que mi cerebro se apagara. Los eventos de la noche se reprodujeron una y otra vez en mi mente… Ash y Dylan, y Ash y Dylan, y Ash… no se detendría. Decidí que un vaso de leche, si tenían algo, podría ayudar, así que salí silenciosamente de la cama y fui de puntillas hasta la cocina. Traté de ser lo más discreta posible, así no molestaría a nadie, pero cuando me incliné para poner el jarro de leche en el refrigerador, una voz masculina me sobresaltó. En realidad, me asustó absolutamente. —¿Por qué ella te llama Sam? —¿¿¡Qué!?? —susurré mientras giraba la cabeza.
43
Ash estaba de pie en la entrada de la cocina, su cabello aún mojado por la ducha y su cara afeitada. Sólo estaba usando un par de pantalones de pijama a cuadros que colgaban pecaminosamente bajo en sus caderas. Casi muero. No había nada que pudiera hacer más que mirar boquiabierta al casi perfecto espécimen masculino de pie a unos tres metros delante de mí. Miré la totalidad de su cuerpo y admiré la definición muscular de sus hombros, pecho y abdominales. Si había pensado que un Ash vestido era impresionante, entonces uno medio desnudo era de infarto. Cada idea negativa y de enojo que había pasado por mi mente en la noche desapareció inmediatamente. La mirada que él me dio estaba llena de hambre. Y yo quería ser comida. —Te pregunté por qué Evie te llama Sam —repitió. Luego miró hacia la bebida en mis manos y se rió—. ¿Siempre bebes la leche de otras personas? —Cuando me han dicho que me sienta como en casa, lo hago — le espeté—. Y lo otro es una larga historia, y no es muy interesante, por cierto. Me acerqué a él mientras bloqueaba mi salida de la cocina y ladeé la cabeza como si quisiera pedirle que se moviera. —No tengo que estar en ningún lugar en este momento —dijo, de pie firme en el pasillo. Rodé los ojos y pensé que si lo ignoraba podría escapar de la conversación. Aún estaba enojada con él por ser tan idiota en la fiesta, y no confiaba en mí misma para pasar tiempo a solas con él. Los efectos del alcohol hacía tiempo que habían desaparecido, pero la frustración sexual que había sido provocada por él y Dylan antes aún pulsaba a través de mi cuerpo. No quería hacer nada de lo que me arrepentiría el día siguiente, y pensaba que ya había soportado suficientes emociones en mi primera noche fuera. Sin embargo, al estar de pie a pocos centímetros de él, esperando a que se apartara de mi camino, me volví muy consciente de lo delgado que era el material de mi camiseta y mis pantalones cortos cuando sentí que el calor de su cuerpo irradiaba a través de mi piel. Mi pulso se aceleraba cada vez más y estaba segura de que mis pezones endurecidos eran visibles a través del algodón, pero sabía que si cambiaba mi vista para inspeccionar la situación, su mirada me seguiría. Y yo no quería eso… ¿verdad? Antes de que tuviera tiempo de pensar en otra excusa para evitar su compañía, tomó mi mano, tiró de mí hacia la mesa de la cocina y me guio hasta una silla. Mi primer instinto fue pelear con él, apartar mi mano de su agarre y decirle que se fuera al infierno, pero la descarga de electricidad que atravesó mi cuerpo cuando su piel tocó la mía me mantuvo en silencio. Antes, cuando me presentaron a Ash, pensé que mi cerebro y mi cuerpo reaccionaron de la manera en que lo hicieron porque estaba demasiado emocionada de finalmente conocer miembros de la especie masculina, y no dolía el hecho de que fuera
guapísimo. Sin embargo, después de conocer a todos los chicos en la fiesta y besar a Dylan esta noche, supe que nuestra atracción/conexión era diferente de alguna manera. —Entonces… ¿Sam? —preguntó de nuevo, determinado a hacer que se lo explicara.
44
—Está bien, está bien —comencé—. En realidad no es nada. Tengo una extraña aversión por los sobrenombres; siempre la he tenido. No me importa llamar a otras personas por sobrenombres si eso es lo que prefieren, pero nunca me ha gustado ser llamada de otra forma que no sea mi nombre. —¿Por qué? —interrumpió Ash. —No estoy segura, supongo que es porque siento que son usados en exceso y poco valorados. Él inclinó la cabeza hacia mí como si quisiera que continuara. —Por ejemplo, míranos a nosotros cinco en esta casa justo ahora. Tu nombre completo es Ashton pero la mayoría de la gente te llama Ash. Evie es en realidad Evelyn, Jess es Jessica, y asumo que Meg es Megan. —Los sobrenombres más comunes para las personas, es una versión más corta de la versión completa de su nombre entero, como con ustedes cuatro. Mi versión corta es Scar. —Arrugué la nariz—. Cuando la mayoría de las personas escuchan Scar, o bien van a pensar en una marca física asociada con un mal recuerdo y mucho dolor o el tío malvado de Simba que hizo que mataran a Mufassa, así podría ser el Rey León. Ninguna de las dos son imágenes que esté buscando. Por primera vez escuché a Ash reír con una risa sincera y del corazón, y fue dulce, un dulce sonido para mis oídos que calentó todo mi cuerpo. —Otros tipos de apodos incluyen expresiones de cariño, y están esos que se utilizan para burlarse de alguien. Es obvio por qué no me gusta el último de los dos, no soy una persona odiosa y no me gusta hacer que otros se sientan mal. Y en cuanto a todos los hermosa, cariño, pastelito, encanto… créeme, podría seguir por horas… los escucho tanto que siento que han perdido su significado, ¿sabes? Las personas sólo se llaman unas a otras con esos nombres para tener un sobrenombre que decir a los demás. No lo sé; no lo entiendo. —Así que de todos modos, un día en la secundaria, Evie y yo teníamos esta misma discusión que estamos teniendo ahora, y ella hizo su misión de encontrar un sobrenombre que me gustaría. Durante más de una semana, intentó diferentes nombres… debieron de ser miles. Cuando, finalmente, un día ella estaba en mi casa viendo unas tareas de la escuela que yo tenía en la mesa, mis iniciales S.A.M.—Scarlett Alexandria MacGregor— estaban escritas en la parte superior. En este
punto mi resolución se estaba debilitando y me sentía mal rechazando sus sugerencias día tras día. Así que estuve de acuerdo con Sam, con la única salvedad de que ella es la única persona que puede llamarme así. Y así nació Sam, mi malvado alter ego —dije mientras terminaba la historia. —Bueno, lo siento… quiero decir, me alegra que pregunté —dijo burlonamente.
45
—Oh, cállate… ¡Te advertí que era largo y aburrido! —repliqué. Luego, sin pensarlo, me incliné hacia delante y aparté un mechón de su cabello que había caído frente a sus ojos. Él atrapó mi mano cuando traté de retirarla y presionó mis dedos contra sus labios. —¿Vienes a mi cama conmigo, Scarlett? —Sus ojos imploraron a los míos. —¿Disculpa? ¿Estás loco? —solté. ¿Le escuché bien? ¿De verdad acababa de pedirme que tuviera sexo con él? ¿Y por qué estaba de hecho considerándolo? —No, no… no así. Prometo que no será así —dijo, pasándose los dedos a través de su cabello ondulado y grueso con frustración—. Lo siento, eso salió mal. Él me miró y me dijo muy serio—: Voy a ser franco contigo, Scarlett. No estoy seguro de qué es lo que pasa contigo, pero desde el momento en que te vi en la sala de estar esta noche, no te puedo sacar de mi mente. —Se detuvo como si buscara lo que quería decir—. Ni siquiera sé cómo explicarlo; estoy muy seguro de que también sentiste algo entre nosotros dos, al menos eso espero. Sólo quiero hablar contigo, conocerte. Mira, estaría mintiendo si dijera que no quiero tocarte, abrazarte para acercarte a mí, pero no voy a aprovecharme de ti. Lo juro. Sólo quiero acostarme y estar cómodo; podemos estar sobre las mantas, dibujar una línea en el medio de la cama… lo que sea. Sólo quiero tener tanto de ti como pueda antes de que te vayas a casa mañana, así tal vez pueda averiguar qué diablos es lo que me estás haciendo. —Sonrió, usando esos hoyuelos para encantarme. Como si eso fuera necesario. En mi mente, yo ya estaba acostada en su cama desnuda—. Sé que suena loco, pero por favor, ¿vas a mi habitación conmigo? Estaba estupefacta; no podía creer que este tipo de cosas pasaran en la vida real. Nunca, ni en un millón de años pensé que alguien que se viera como Ash me diría esas palabras a mí horas después de conocerme, mucho menos en la primera noche de mi vida en libertad. Era como si estuviera soñando. No había ninguna posibilidad de que le dijera que no y estaba muy segura de que él también lo sabía. —Bueno, ya que lo pides por favor… —Me puse de pie, tomé su mano y le dejé guiarme por el pasillo hacia su habitación.
46
La habitación de Ash se veía bastante como me esperaba que la habitación de un chico de edad universitaria se viera. Había una cama de tamaño completo que me sorprendí de encontrar pulcramente hecha con mantas de color gris, un gran armario de madera que tenía una fotografía enmarcada de Ash con una pareja mayor que asumí eran sus padres, y un escritorio que tenía un portátil y libros de texto. Estaba más ordenado de lo que había anticipado; no había nada de ropa o zapatos tirados por ahí. Gruesas cortinas que bloqueaban la luz colgaban sobre la única ventana de la habitación, pero las paredes estaban libres de cualquier arte o decoración. No estaba segura de cuánto tiempo había estado allí de pie estudiando su habitación cuando me di cuenta de que Ash me estaba mirando. Sin soltar su mano, me volví hacia él y fui recibida por una sonrisa diabólica. —¿Aprueba tu inspección? —bromeó. Miré su boca mientras hablaba e inconscientemente me lamí los labios, anhelando saber cómo se sentiría su boca contra la mía. Luego él movió su mirada hacia mi boca y levantó las cejas hacia mí y me sonrió. Pude sentir el calor del rubor subiendo a mi cara y mi cuello, mortificada de que, no sólo había sido atrapada escrutando su espacio personal, sino también por la obvia reacción física de mi cuerpo ante su proximidad. Asentí y luego perdí la batalla de contener mi risa nerviosa. —¿Qué es tan gracioso? —preguntó. —Nada —respondí, sin querer admitir que la razón de que estuviera inspeccionando su habitación completamente era porque esta era la primera vez que había estado en la habitación de un chico. —Nada, ¿eh? La siguiente cosa que supe fue estaba acostada sobre mi espalda en el centro de la cama de Ash y él me estaba haciendo cosquillas implacablemente. Traté de escapar desesperadamente de su asalto, pero mis piernas estaban atrapadas entre las suyas y tenía las manos inmovilizadas sobre mi cabeza con una de las suyas. —No voy a detenerme hasta que me digas por qué piensas que mi habitación es graciosa —dijo mientras continuaba atormentándome con su mano libre. —Está bien, está bien —logré decir cuando finalmente dejé de reírme el tiempo suficiente para recuperar el aliento. Ash dejó de hacerme cosquillas ante mi derrota, pero mantuvo mi cuerpo quieto bajo el suyo. Sus ojos hipnotizantes penetraron en los míos mientras esperaba mi respuesta. Por primera vez noté una ligera salpicadura de pecas en el puente de su nariz y sus mejillas. Hoyuelos y pecas… mis dos debilidades, estaba comenzando a preguntarme si él no estaba hecho justo para mí. Estaba lo suficientemente cerca para
que su olor, una mezcla de jabón refrescante y pasta de dientes mentolada, inundara mi nariz, y junté las piernas con fuerza esperando aliviar el deseo creciente en mi sexo. Su proximidad me hizo perder el control completo de mis pensamientos y de mis reacciones físicas.
47
—No me estaba riendo de tu habitación —admití—. En realidad no me estaba riendo de nada. Simplemente me pareció cómico que estoy aquí, con dieciocho años, iniciando la universidad en un par de días, y esta es la primera habitación de un chico en la que he estado a excepción de la de mi hermano. Probablemente has tenido a más chicas aquí que… bueno, no tengo ni idea de cuántas, pero… —Giré la cabeza para apartarla de él, humillada de nuevo por mi inexperiencia. —Oye, por favor, no me des la espalda —dijo Ash suavemente mientras usaba su mano para volver mi barbilla, así estaba mirando sus ojos de nuevo. Alejé mis lágrimas cuando amenazaron con inundar mis ojos; NO iba a llorar. ¿Qué demonios pasaba conmigo? Pasé de reír histéricamente un minuto a llorar al siguiente. —No hay razón para que te avergüences —continuó. Su mano se movió desde debajo de mi barbilla hacia mi mejilla, donde me acarició con el pulgar hacia delante y hacia atrás con suavidad—. Eres increíblemente hermosa, enormemente talentosa, obviamente inteligente, y cuando te miro a los ojos veo el alma más pura e inmaculada que he visto en nadie que haya conocido. Tu inocencia e inexperiencia sólo aumentan tu atractivo sexual y tu sensualidad. Tú, Scarlett Alexandria MacGregor, realmente eres un enigma. El pulgar que había estado acariciando mi mejilla se movió hacia mi labio inferior y yo abrí la boca por instinto. Coloqué mi lengua en la punta de su pulgar, probando la suave carne, antes de meterlo en mi boca y chuparlo. Ash inhaló profundamente y sus ojos se oscurecieron hasta un azul tormentoso. Él rompió nuestras miradas y desvió la suya llena de deseo hacia mi boca, observándome jugar provocativamente con su pulgar, lamiéndolo, succionándolo, mordiéndolo. Sin quitar su mano de mi boca, Ash inclinó la cara hacia la mía y quemó mis labios con los suyos. Sus labios no eran ni suaves ni duros, no eran más que perfectos, no había otra forma de describirlos. Nuestros labios encajaban como si estuvieran hechos el uno para el otro, nuestras lenguas bailaban como si hubieran sido compañeras durante años. Por lo que pareció una eternidad, nos besamos y lamimos, y mordisqueamos la boca del otro, explorando y devorando. Sus manos se enredaron en mi oscuro cabello y de vez en cuando tiraba ligeramente de él, forzándome a inclinar la cabeza, así podría besar la línea de mi mandíbula y mi cuello. Tiró de mi cabello con más fuerza y experimenté una mezcla estimulante de dolor y placer, que causó que un gemido escapara de la parte posterior de mi garganta. No había sido besada muchas veces en mi vida, pero supe inmediatamente que
nada se compararía jamás con este primer beso que estaba compartiendo con Ash. La decepción de apoderó de mí cuando lo sentí retirarse de mi boca. Rodó para no estar más sobre mí, sino sentado a mi lado sobre la cama. Inmediatamente, mi cuerpo ansiaba estar presionada contra el suyo de nuevo.
48
—Lo siento —dijo mientras se pasaba las manos a través de su cabello. Noté que hacía eso a menudo cuando estaba frustrado o corto de palabras—. Juré que no haría eso, y mírame, no hemos estado siquiera diez minutos aquí y ya estoy rompiendo mi promesa. —Me miró con aire de culpabilidad. —Está bien. Por favor, no digas que lo sientes —confesé con una sonrisa tímida—. No es como si yo no fuera una participante dispuesta. Quería eso tanto como tú. —Probablemente más, pero no iba a decirle eso. —Ven aquí —dijo, devolviéndome la sonrisa mientras tiraba de mí hacia sus brazos—. Vamos a acostarnos. Son más de las cuatro de la mañana y estoy quitándote el sueño. Tendremos otras noches para hablar. Nos colocó de modo que estábamos en posición de cucharita, mi espalda puesta firmemente contra su pecho y su brazo derecho cubriendo mi cintura. Salpicó besos arriba y abajo por mi cuello, desde el lóbulo de mi oreja hasta mi hombro, y luego hacia arriba. Me obligué a dejar de analizar en exceso la situación, abrumada por la avalancha de emociones, y disfrutando el momento por lo que era. —Tan suave, tan dulce. Mi pequeña Mariposa. Mi hermosa Psique. —murmuró Ash mientras acariciaba mi nuca con su rostro. Yo había encontrado el cielo. Realmente no sabía de qué estaba hablando o cómo me había llamado, pero nada podía arruinar esta noche perfecta. Ese fue el último pensamiento que recordé tener antes de caer en un sueño maravilloso.
6 Traducido por Dannita Corregido por Verito
49 Me desperté a la mañana siguiente sintiéndome más feliz de lo que recordaba haber estado nunca. Los brazos de Ash seguían firmemente envueltos alrededor de mi cintura, nuestras piernas entrelazadas, y pude sentir su erección inducida por la mañana contra mi espalda. Me di la vuelta para estar frente a él, esperando que aun estuviera en su estado vulnerable de sueño para poder estudiarlo mejor, pero sus ojos estaban muy abiertos y una sonrisa tiró de las comisuras de sus labios cuando me miró. —Buenas tardes, Mariposa —susurró, alejando mi cabello de mi cara. —¿Buenas tardes? —pregunté, todavía ignorando el apodo. —Sí, son un poco después de las 2:00. No quise despertarte. Te veías tan cómoda, muy tranquila. —Mmm…gracias. Dormí muy bien. Me acercó más a él y apoyé mi mejilla en su pecho. Ash me sostuvo firmemente contra su cuerpo y besó la parte superior de mi cabeza. Lo sentí tomar una profunda respiración, como si estuviera reuniendo el valor para decir algo, pero se mantuvo en silencio. Nos quedamos así durante varios minutos, como si los dos estuviéramos guardando en la memoria este momento, no queriendo olvidar la noche que habíamos pasado juntos. —¿Qué es lo que pasa, Ash? —pregunté en voz baja—. Sé que quieres decirme algo, y por tu vacilación, supongo que no es algo que quiera oír. Su cuerpo se tensó al oír mis palabras y me alejé de él un poco para poder mirarlo a la cara. Su mandíbula vibró cuando apretó los dientes. Toqué su rostro, de la misma forma en que él me tocó la noche anterior, frotando mis dedos delicadamente sobre sus mejillas, con la esperanza de relajar su inquietud. —Scarlett, yo… nosotros… —tartamudeó, incapaz de pronunciar las palabras. —Simplemente dilo, Ash —exigí.
—No podemos hacer esto… no puedo hacer esto contigo — respondió mientras mi estómago se apretaba—. Por mucho que me encantaría, no puedo. No sería justo para ti. Le dediqué una mirada de asombro sin comprender lo que había pasado, lo que había salido mal.
50
—Mira, Scarlett, estás a punto de pasar por esta transición crucial en tu vida, pasando de ser la chica protegido bajo el control de sus padres, a una mujer joven y hermosa lista para extender sus alas y volar. Debido a que no has experimentado muchas de las cosas que la mayoría de la gente de nuestra edad ya hizo, tú, más que nadie, necesita este tiempo para averiguar quién eres y qué es lo que quieres. Lo que no necesitas es tenerme a tu alrededor complicándote las cosas —explicó. —¿Por qué crees que me complicarías las cosas? —interrumpí. Podía sentir el nudo en mi garganta, y a pesar de mi intento para abstenerme de llorar, las lágrimas corrían por mis mejillas. —Porque me conozco —dijo con sinceridad, enjuagando mis lágrimas—. No soy material de novio, Scarlett. Eso no es lo que soy ahora mismo. Terminaría hiriéndote o deteniéndote, y no podría vivir conmigo mismo sabiendo que he hecho cualquiera de esas cosas. Quise decírtelo ayer por la noche como nunca tendrás idea. Tú eres, de lejos, la persona más increíble que he conocido, y ni siquiera te conozco desde hace más de 24 horas. Ni siquiera puedo poner en palabras lo asombrado que estoy contigo. Y añadió—: Me encantaría decirte: “seamos amigos”, pero si soy totalmente honesto, sé que no hay forma de que pueda estar cerca de ti sin tocarte…abrazarte…mantenerte como mía. Y eso no es justo para ninguno de nosotros. Sin saber qué decir, sólo asentí y hundí la cara de nuevo en su pecho. Realmente creía que Ash pensaba que estaba haciendo lo mejor para mí, porque él sinceramente quería que fuera feliz. Me sentía tonta por llorar por alguien que había conocido hace menos de un día. Quiero decir, ¿cómo podía existir tal apego emocional? Pero, no obstante, el dolor estaba allí. Me alejé de su pecho y le miré a los ojos. Acarició mi rostro con ternura y luego ahuecó la parte de atrás de mi cabeza y tiró de mí hacia sus labios. Sucumbimos por última vez al magnetismo innegable que había entre nosotros. Mi primer beso de despedida fue agridulce en todos los sentidos de la palabra. Un momento en el tiempo que nunca jamás olvidaría. —Adiós, mi dulce Mariposa —susurró contra mi pelo mientras me sujetaba en un último abrazo.
7 Traducido por Dannita Corregido por Vericity
51 Cuando por fin salí de la habitación de Ash, me encontré con Evie en la sala acurrucada en el sofá, absorta en su e-reader. Levantó la vista cuando entré en la habitación y alzó las cejas hacia mí con curiosidad. —Bueno, yo diría “buenos días, Sol” excepto que ya casi es la hora de la cena y te molestarías con toda esa cosa de “Sol” —dijo; no estaba feliz conmigo. Negué con la cabeza y le lancé una mirada de "por favor-ahora-no". —¿Dónde está Jess? —le pregunté con la esperanza de redirigir sus pensamientos—. ¿Qué estás leyendo? —Jess está en el trabajo y estoy leyendo Taking Chances. He leído el 38% del libro y se está poniéndose bueno. Deberías leerlo, creo que realmente serias capaz de relacionarte con éste —dijo con un asomo de desconformidad en su tono. Ignoré su intento de molestarme, ni siquiera estaba segura de a qué se refería. —Iba a empezarlo este fin de semana, vi que recibió muy buenas críticas. ¿Por qué dices que voy a ser capaz de relacionarme con él? —Oh, ya verás. —Sonrió mientras se levantaba y estiraba su menudo cuerpo, desenroscándose como si no se hubiera movido durante horas—. Vamos, toma tus cosas, estoy lista para regresar a casa. Después de recoger mis cosas de la habitación de Jess, subimos al carro de Evie y recorrimos la corta distancia de regreso a nuestro dormitorio. Los primeros minutos no nos dijimos ni una palabra la una a la otra. No estaba segura de por qué estaba tan enojada conmigo, para ser sincera, y de todos los momentos de mi vida, en este momento realmente necesitaba su apoyo. Yo era un caso de desastre emocional. Evie rompió el silencio. —Entonces, ¿vas a decirme qué pasó anoche, o es que vas a dejarme asumir lo peor? —Yo…yo…yo no sé lo que pasó. Soy un desastre —dije poniendo la cara entre mis manos y sacudiendo la cabeza.
—Cla-ro. Bien, vamos a empezar la historia para ti, te diré las partes que yo sé, luego puedes terminarlo y corregirme si me equivoco —ofreció. Sin esperar a que le diera una respuesta, comenzó a recapitular los acontecimientos de la noche anterior.
52
—Ayer por la noche fuimos a casa de Jess, donde conocimos a sus compañeros de habitación: Meg y Ash. Tú y Ash no dejaron de mirarse hasta el momento en el que llegamos a la fiesta, que es donde tú y yo hablamos acerca que no te involucraras con él. Después, te encontraste y te liaste con Dylan, un bombón que parecía un tipo bastante agradable, a quien claramente le gustabas tú y sólo tú. Mientras tanto, Ash no tenía una, sino dos putas que se inclinaban sobre él y le lamieron la cara durante toda la noche. Todo parecía ir bien hasta que tú y Ash decidieron hacer un concurso de jam sesión7 sobre qué letra de la canción elegida podía molestar más al otro. Levanté las cejas ante su último comentario y ella me miró y se rió—: Sí, lo comprendí bastante rápido. Pensé que “You're so vain” era un toque agradable, inesperado, pero estaba totalmente adecuado. —De todas formas, nos fuimos de la fiesta; Dylan y tú parecieron despedirse en buenos términos, y Ash y tú no se dijeron ni una palabra. Justo después de que regresamos a la casa, tú, Jess y yo nos preparamos para ir a la cama e irnos a dormir —continuó—. Aquí es donde se complica un poco para mí porque lo siguiente que recuerdo es que me desperté a las 11:00 de esta mañana con una cama vacía. Jess estaba en la ducha preparándose para el trabajo y tú no estabas en ninguna parte. Revisé la sala, pensando que quizás te habías sentido incómoda con todas nosotras en la cama y te trasladaste al sofá…pero noooo. Miré en la cocina, en el baño, incluso en la habitación de Meg, pero no estabas en ninguno de esos lugares. Sabía que no podías haberte ido muy lejos ya que tu cartera y teléfono estaban en el mostrador de la cocina, pero después de unos 30 minutos empecé a dudar de mi teoría “ella-se-fue-a-dar-un-paseo”. Antes de que entrara en el modo histérico, Jess me convenció de que la dejara asomarse a la habitación de Ash sólo para asegurarse de que no estabas allí, que por supuesto, yo sabía que eso no pasaría… —Así que puedes imaginar mi sorpresa cuando me dijo que estabas durmiendo cómodamente, envuelta en los brazos de Ash. — Metió el coche en la plaza de aparcamiento, estacionando ante nuestra casa, pero ninguna de las dos se movió—. ¿Qué demonios, Sam? La única cosa que me estuve repitiendo a mí misma anoche fue que no dejara que te acostaras con nadie. Sé que te sientes sin
A veces traducido como tocada o zapada, es un encuentro informal de improvisación musical. 7
experiencia en comparación con todos los demás, sé que sientes que necesitas darte prisa y hacerlo todo, pero hay otras vírgenes en la universidad. No quería que pasara en tu primera salida por la noche…no así… ¡no con alguien como él! —Me estaba gritando en este momento, mientras golpeaba el volante con los puños. —Evie, espera —la corté a la mitad de su diatriba—. No tuve relaciones sexuales con Ash. —¿No lo hiciste? —preguntó, la confusión cubriendo su cara.
53
—Uh. No. Dame un poco de crédito, Dios mío, E. Es decir, tengo un poco de respeto propio —dije. Traté de aligerar la conversación—. Puede que esté un poco desesperada y ansiosa, pero por lo menos voy a requerir de una buena cena antes de abrirle mis piernas a alguien, y preferiría que no hubiera estado con alguien más en las últimas 24 horas, ninguna de las culas cumplió Ash. Los hombros de Evie cayeron mientras exhalaba un gran suspiro. —Oh, gracias a Dios. ¿Tienes idea de la culpa con la que he estado viviendo durante las últimas horas? ¿Pensando que había fallado en mis responsabilidades de mejor amiga? Quiero decir, me metí contigo en la cama a las 3:00 de la mañana, pensando que todos íbamos a ir a dormir… ¡sólo para encontrarte el día siguiente en la cama de algún autoproclamado mujeriego! —Su voz se intensificó de nuevo— . Si no follaste con él, ¿qué hicieron? ¿Qué pasó exactamente? —¿Podemos por favor ir a nuestra habitación para terminar esta conversación? —le pregunté, con la esperanza de tener un descanso de esta charla y de que el aire fresco la calmara un poco. Asintió, tomamos nuestras maletas y subimos las escaleras. Tan pronto como la puerta se cerró, Evie se volvió hacia mí, me agarró y me dio un fuerte abrazo. —Lo siento, estaba molesta contigo. Perdóname por haber asumido que lo habías hecho. Sé que estás molesta ahora mismo, así que dime qué pasó. Cuéntamelo todo y trabajaremos juntas en esto. Esta era la razón por la que me encantaba Evie. Ella era la mejor parte de mi vida, y sabía que siempre me daría los mejores consejos. Era mi animadora de la vida. Evie había salvado mi cordura en más de una ocasión y no podía vivir sin ella. Así que se lo conté todo. —Todo lo que dijiste antes era cierto —empecé a decirle, a medida que avanzábamos hacia el sofá—. Cuando conocí a Ash en la casa anoche, tuve una reacción loca hacia él, como el tipo de cosas que leemos. Mi cuerpo se sobrecalentó, se me puso la piel de gallina, se me hizo un nudo en el estómago, ya sabes. Era extraño, casi indescriptible, pero tan pronto como oí decir a Jess lo mujeriego que era, el suave hablar que hizo cuando se presentó ante mí… Bueno, pensé que era una tonta, sólo sobreactuando como una idiota que
54
conoce a un chico caliente por primera vez, que obviamente destaca por sus habilidades para encantar a una mujer y llevarla a su cama. Así que cuando conocí a Dylan, me gustó… Quiero decir, me gusta. Él es genial, todas las cosas que dijiste, de verdad disfruté hablando con él, nos llevamos muy bien, era respetuoso, y sí, no era feo. —Me detuve al tener una visión de Dylan en mi mente—. No pensaba en Ash en absoluto cuando estaba pasando el rato con Dylan, hasta que entramos y Ash empezó con la mierda de las canciones. Era como si estuviera cantándome las palabras a mí, tratando de hacerme sentir incómoda…para molestarme. Y obviamente, funcionó, es por eso que hice lo que hice, tal y como lo captaste. —Estaba irritada con él cuando regresamos a casa, no tenía ninguna intención siquiera de hablarle de nuevo. Pero no podía dormir, así que me levanté para tomar un trago, y él entró en la cocina para tomar también una copa, y me preguntó por qué tú me llamabas Sam. —¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Evie. —No lo sé, supongo que sólo fue curiosidad por saber de dónde surgió el nombre. Y era tan raro, esa conexión estaba allí de nuevo. Es innegable, ni siquiera sé cómo describirlo. Me pidió que fuera a su habitación para hablar, me prometió que no me tocaría y por alguna razón, le creí. —Evie puso los ojos en blanco y negó con la cabeza hacia mí al mismo tiempo. —Lo sé, lo sé, sólo confía en mí. Así que nos fuimos a su habitación, hablamos realmente un poquito... sobre nada. Y luego compartimos el beso más explosivo y cautivador de almas de la historia de la humanidad, y después nos fuimos a dormir —le dije con indiferencia y miré al suelo. Evie abrió la boca y por un momento no salió nada. —¿Y? ¿Vas a dejarme sólo con eso? —No, la siguiente parte es donde se vuelve más confuso — empecé a decir. —Oh, claro, porque hasta ahora todo tenía un perfecto sentido — interrumpió con sarcasmo. —Por favor —supliqué—. Tenme paciencia. Asintió, como diciendo que continuase. —Así que esta tarde cuando nos despertamos, era como despertar en el cielo, Evie. Nuestros brazos y piernas estaban enredados, su olor masculino a mi alrededor, pude sentir su erección en mi espalda... En verdad era como la escena de uno de nuestros libros. Tenía miedo de moverme, temerosa de romper el momento. Y como la mayoría de cosas que parecen demasiado buenas para ser verdad, lo era.
55
—Cuando nos despertamos, Ash me dijo que no podíamos ni vernos ni nada, que anoche pasó lo que pasó. Reconoció que había una cierta fascinación inexplicable entre los dos, a diferencia de sólo una atracción física, pero que yo necesitaba, oh ¿cómo lo llamó? Ah sí, mi tiempo de pasar de niña a mujer, o alguna mierda así. Me dijo que iba a estar mejor sin él y que sólo me haría daño y me detendría de nuevo. Así que básicamente me dejó ir porque era lo mejor para mí. Y entonces me llamó su Mariposa, su Psyche...lo que sea que quiso decir con eso. Honestamente, estaba inmersa en la fantasía de todo esto, no quería arruinarlo haciendo preguntas. Era como si hubiera sido mi pequeño cuento de hadas nocturno. Solté un suspiro derrotado mientras me acostaba en el sofá con mi cabeza en el regazo de Evie y mis pies colgando por el lateral. —Así que ahora no sé qué pensar. Una parte de mí siente que todo esto es jodidamente absurdo; que dos días después de mudarme aquí conocí a mi alma gemela, que, de casualidad, fue el primer hombre que me presentaron, oh, y es un mujeriego que no quiere renunciar a otro coño, pero que quiere llamarme con nombres geniales como Mariposa y Psique. —La miro y digo con tanta seriedad como me es posible—. Por cierto, Psique y Mariposa son nombre jodidamente mucho más geniales que Sam. Podrías haberlo hecho mucho mejor. — No pude mantener la cara seria con las últimas palabras y empecé a desmoronarme. Evie también se levantó riendo, haciéndome rodar fuera de la cama y golpear el suelo con un ruido sordo. Esto me hizo reír más. —Vamos, Mariposa —dijo burlonamente mientras permanecía de pie con las manos estiradas hacia mí para ayudarme a levantarme—. Saca tus alas y saquemos nuestros traseros volando hasta la tienda. Tenemos que abastecernos de comida y bebidas. Esta noche vamos a tener una fiesta con la película Magic Mikey con banana split; ver los traseros de Channing Tatum y Alex Pettyfer brincando alrededor mientras comemos helado es la distracción perfecta para ti. En este momento es necesario dejar descansar la mente, dejar de pensar en ello, sobre Ash, sobre Dylan, sobre todo. Evie tenía razón, necesitaba dejar de pensar en lo que pasó, dejar de analizarlo. Desde que había dejado la habitación de Ash, había estado repasando los diferentes momentos de nuestro tiempo en su cama. Tenía que dejarlo ir, al menos por ahora. —Suena como un plan, pero no pienses que he olvidado que me debes el desayuno y que ahora el puntaje en el puto libro de desafío es 1-0 —bromeé, tratando de salir de este estado. —Lo que sea, anoche fue sólo una ronda de práctica para ti...estaba demasiado preocupada vigilándote, asegurándose de que no te comportaras como una tonta o que tomaras demasiado — argumentó.
Sacudí la cabeza y me reí, no iba a abandonar esta victoria. Evie había acertado completamente sobre lo de Magic Mike y el helado, eso era exactamente lo que necesitaba para olvidarme de todo lo demás. Agotada por los sucesos de la semana pasada, me fui a dormir con facilidad cuando la película terminó, con visiones en mi cabeza de los hombres bailando en pantalones negros y corbatas.
56
Al día siguiente, lunes, fue nuestro último día libre antes de que las clases comenzaran. Estaba lloviendo, así que Evie y yo decidimos quedarnos en nuestra habitación para recargarnos antes de que nuestros horarios nos volvieran insanamente frenéticas. Estaba atrasada con mi lectura, así que decidí tener una fiesta de lectura en día lluvioso. Siguiendo el ejemplo de Evie, descargué Taking Chances junto con la recomendada lista de reproducción y me sumergí en la vida de Harper, Brandon y Chase. Me encantaba escuchar las listas de reproducciones que sugieren los autores al leer su libro. Para mí es como la música de fondo para una película, proporciona otra capa sensible a la historia. Es increíble cómo la música adecuada puede mejorar un buen libro, eleva los niveles de intensidad en los momentos cruciales. Alrededor de una hora después, entiendo claramente por qué Evie quería que leyera este libro. Podría relacionarme de verdad con Harper, comenzar la universidad siendo ingenua e inexperta, sintiéndome atraída por más de un tipo, tratando de averiguar de quién. La historia me cautivó desde el principio, no podía dejar de leerlo. Justo cuando estaba realmente enamorada de los personajes, cuando ya había decidido cómo quería que acabara la historia, el libro tomó un giro inesperado, un giro que fue desgarrador, doloroso y que me hizo llorar. Después de pasar las siguientes tres horas y media llorando, la mayor parte de la segunda mitad del libro, la autora poco a poco unió de nuevo mi corazón roto. Cuando llegué al final del libro, me sentí completamente abrumada, mental y emocionalmente, y me derrumbé. Lloré y lloré y lloré un poco más. Lloré de tristeza y de alegría. Lloré por las despedidas no deseadas, y por holas inesperados. Lloré por todas las cosas que podrían haber sido, y lloré por la belleza de lo que realmente era. Lloré por Harper, Brandon y Chase, y lloré por mí. En algún momento mientras me derretía, Evie se unió a en mi pequeña cama y me abrazó mientras lloraba. Este llanto no se trataba de Ash o Dylan, ni de los acontecimientos de la noche anterior que eran sólo la paja proverbial, y que me hirieron. Este llanto era por dieciocho años de acumulación, una liberación de hace mucho tiempo. Lloré hasta que el agotamiento hizo mella y me quedé dormida.
Cuando desperté un par de horas más tarde, me sentí mucho mejor. Mi cuerpo había necesitado desesperadamente un descanso. Encontré a Evie relajada en el sofá viendo de nuevo Magic Mike. —Esta película realmente hace que todo sea mejor —dijo mientras me sentaba a su lado—. Por lo menos durante un par de horas. —Gracias por todo, Evie —susurré. Me acurruqué contra ella y puso su brazo alrededor de mis hombros—. No podría hacerlo sin ti, habría renunciado hace mucho tiempo si no fuera por ti.
57
—Lo sé, dulce niña Sam —dijo—. Pero tú lo vales, nunca voy a dejar que te rindas. Te quiero demasiado. —Te quiero demasiado, Evie.
8 Traducido por kass :) Corregido por Nats
58 La mañana siguiente era el primer día de clases y me desperté con un nudo en el estómago por los nervios. Afortunadamente, Evie estaría en dos de mis tres clases de ese día, así que podríamos entenderlo casi todo juntas. Después de ponerme un maxi-vestido negro de algodón y sandalias a juego, miré mi teléfono para ver la hora. Había dos mensajes de texto esperándome. Ash (2:32 am): No puedo dejar de pensar en ti, Mariposa. Dylan (8:27 am): ¡Ojalá tengas un gran primer día de clases! Espero volver a verte pronto, hermosa. Bueno, mierda. Eso no era lo que me esperaba para comenzar el día. Primero, era strike uno contra Dylan por el uso de "hermosa." Necesitaba hacerle saber que no era fan de los apodos, pero el mensaje era muy considerado de su parte. Sinceramente, no estaba segura de si volvería a saber de él, pero cuando leí el mensaje me di cuenta de la sensación de alivio y alegría que sentí porque quisiera volver a verme. Leyendo el texto de Ash, sentí un conjunto de emociones completamente diferentes —confusión, ansiedad, esperanza y pura lujuria. ¿Cómo tenía su número en mi teléfono? ¿Por qué me había mandado un mensaje cuando me dijo claramente que no podíamos tener una relación de ningún tipo, ni amistosa ni sentimental? ¿Por qué una persona de la cual no sabía prácticamente nada me hacía perder el control de mi cerebro y de mi cuerpo ante el mero pensamiento de él? Sólo respondí al mensaje de Dylan. Yo (9:35 am): Gracias, igualmente. Suena bien. Entonces agarré mi mochila y salí al encuentro de Evie para el desayuno. Evie estaba lista y esperándome en la cocina. Nos había preparado algunos trozos de piña fresca y yogur. Mientras comíamos, le conté sobre los mensajes y me dijo que no pensara demasiado en ninguno de ellos. Tenía razón. Tenía que pasar menos tiempo pensando en chicos y más en mis estudios. Mi beca tenía estrictos requisitos de
GPA, así que no podía permitir que nada ni nadie interfiriera en mis notas. —Anoche estuve pensando en nuestro concurso de zorra de libros y estoy de acuerdo en reconocer tu victoria del sábado —dijo Evie mientras entrábamos en nuestra primera clase. —¿Estás de acuerdo con mi victoria? —pregunté.
59
—Sí, como he dicho, no me permití a mí misma conocer realmente a nadie esa vez para poder estar cerca de ti, así que en realidad no fue justo. Pero la próxima vez puede que tengas que encontrar por ti misma el camino a casa —bromeó, moviendo las cejas. —No te pedí que lo hicieras. No necesito una niñera. —Traté de hablar seriamente, pero no pude evitar la risa que se me escapó por sus ridículos gestos. —Bueno, lo que sea, se acabó y tú ganaste —admitió—. Pero de todos modos, estaba pensando en eso y en nuestro maestro/profesor de grupo... No hay mejor lugar para encontrar a un profesor que en su aula, así que para esos bebés tenemos que estar en el punto de mira todo el rato. No tienen noches específicas dedicadas a ellos. ¿Suena bien? Mi cerebro estaba tan lleno de Ash y Dylan que ni siquiera había pensado en tratar de conocer a alguien más y no podía imaginarme añadiendo a otro tipo a la mezcla. Sin embargo, también sabía que el punto del concurso era que conociéramos a gente nueva de diferentes orígenes y estilos de vida. Era difícil para mí decir lo que me gustaba y lo que no, pero al menos lo intenté. Así que asentí en acuerdo con la sugerencia de Evie. Dudaba seriamente que me gustara tener un profesor que fuera digno de seducción, de todos modos. Antes de darme cuenta, ya era por la tarde y Evie y yo estábamos caminando de regreso a nuestro dormitorio después de haber completado nuestro primer día de universidad. Las dos estábamos mareadas por el sentimiento de logro, lo cual era ridículo, pero, no obstante, nuestros estados de ánimo positivos eran evidentes. Como ninguna de nosotras era indecisa cuando se trataba de deberes, terminamos nuestra tarea en cuanto llegamos. Pasamos el resto de la noche cotilleando sobre la gente que habíamos conocido durante el día y discutiendo la agenda del día siguiente. Después de nuestra temprana cena de jamón a la parrilla y sándwiches de queso, cada una se fue a su habitación para tener un poco de tiempo a solas. Esa era otra cosa que hacía que Evie y yo fuéramos tan compatibles, ambas entendíamos la importancia del tiempo y el espacio personal. Podía oír a Evie en su habitación hablando por Skype con alguien, que sonaba como su amiga Corinne, pero no estaba segura. Se mantenía en contacto con varios de sus amigos del instituto a través de las múltiples redes sociales. Sabía bastante de todos ellos por las historias
que Evie me había contado a través de los años, por lo que sentía como si los conociera personalmente, pero sólo había visto a algunos un puñado de veces en su casa. Eran una parte importante de su vida, y sabía que estuvo preocupada de perder el contacto con ellos cuando todos se fueron por caminos separados a la universidad. Yo, en cambio, no tenía contacto con nadie de mi escuela. Era lo suficientemente amable con varias chicas que conocí durante mi estancia en St. Helen, pero como no podía hacer nada fuera de la escuela, fue difícil para mí desarrollar amistades fuertes como hicieron otros.
60
En su lugar, le envié un correo a mi hermano y a mi cuñada para hacerles saber que me había acomodado y superado la primera jornada. Sabía que estaban preocupados por cómo me adaptaría después de mudarme. Creo que secretamente tenían miedo de que perdiera la cabeza y me fuera de fiesta, arruinando mis becas o terminando embarazada, o ambas cosas. Tenía la esperanza de que tuviera más dominio de mí misma que eso, pero a juzgar por la forma en la que había reaccionado durante mi primer fin de semana, no estaba tan segura. Luego pasé algún tiempo afinando mi guitarra y mirando nueva música en iTunes. Nunca deja de sorprenderme la rapidez con la que pasa el tiempo volando cuando estoy buscando y probando música. El zumbido de mi móvil rompió el hechizo. Rápidamente lo cogí de mi escritorio, nerviosa por ver de quién era el mensaje. Dylan (7:55 pm): ¿Cómo estuvo tu día? Espero que bien (.) Dejé escapar un suspiro de alivio. Por mucho que mi corazón anhelase que fuera Ash, sabía que era mejor si no se ponía en contacto conmigo de nuevo. No le había respondido a su mensaje de esta mañana esperando que lo disuadiese de mensajes o llamadas futuras. No entendía por qué me envió el mensaje en primer lugar, parecía bastante contradictorio a lo que había dicho que quería. Yo (8:01 pm): Estuvo bien, nada demasiado loco. ¡Un día de planes de estudio y presentaciones... y andar un montón! ¿Y tú? Dylan (8:08 pm): Más o menos lo mismo. Tuve que trabajar esta tarde, acabo de llegar a casa. Yo (8:12 pm): ¿Trabajar? Dylan (8:12 pm): Sí, ¿sabes que la mayoría tiene que hacerlo para ganar dinero para pagar sus cuentas? Yo (8:13 pm): Ja, ja chico gracioso. Estoy familiarizada con el concepto. ¿Dónde trabajas? Dylan (8:15 pm): En una editorial algunas tardes a la semana, intentando tener una oportunidad después de la graduación. Yo (8:16 pm): Por lo tanto con la escuela y el trabajo, ¿cuándo tendrás tiempo de estar conmigo?
Me pregunté si el mensaje era demasiado audaz, pero antes de que pudiera lamentarlo, mi teléfono vibró de nuevo. Dylan (8:17 pm): Siempre me aseguraré de que haya tiempo para ti. Yo (8:18 pm): Buena respuesta. Dylan (8:20 pm): Es la verdad. ¿Estarás este sábado donde J y N? " Yo (8:21 pm): No lo sé.
61
Dylan (8:23 pm): Tienen gente casi todos los sábados, me encantaría verte allí de nuevo. Yo (8:26 pm): Te lo haré saber, hablaré con Evie. Voy a ducharme y a leer un poco antes de dormir, que tengas una buena noche. Dylan (8:30 pm): Guay, tú también. Sin embargo, no más mensajes sobre ti duchándote. Dulces sueños. Incapaz de negar la emoción que sentía por los mensajes con Dylan, chillé mientras corría por la sala de estar hasta el dormitorio de Evie. —Evie —grité—. Adivina con quién que acabo de hablar, o mandarme mensajes, o como quieras llamarlo. —¿Con quién? —preguntó ella, alzando la vista de su e-reader. Ya se había duchado, como era evidente por su húmedo pelo negro que tenía recogido en un moño, y estaba recostada en su cama sobre veinte almohadas extra que había traído de casa. Bueno, tal vez no eran veinte, pero al menos eran ocho o nueve de tamaño grande. Cuando era más joven, siempre pensé que parecía una muñeca de porcelana asiática sentada en una nube cuando se rodeaba de los suaves almohadones blancos en su cama, pero ahora se veía más como el ángel que era realmente. Evie siempre había sido mi ángel de la guarda. No podía dejar de sonreír alegremente desde que la había visto. La dejé leer los mensajes y luego me lo devolvió con una sonrisa tonta en la cara. Con su voz cantarina de niña empezó—: Scarlett y Dylan sentados en un árbol, B-E-S-Á-N-D-O-S-E, el primer amor... —No pudo terminar la canción porque empecé a golpearle en la cabeza con una de sus almohadas. —¡Está bien, me rindo, me rindo! No más canciones, lo prometo. — Evie apenas podía contener la risa lo suficiente para pronunciar las palabras. —Entonces, ¿quieres volver allí este sábado? intentado averiguar cuando vería a Dylan de nuevo.
—pregunté,
—Claro, y esta vez planeo pasármelo mucho mejor, sobre todo ahora que sé que Dylan velará por ti. Mañana le mandaré un mensaje a Jess para asegurarme de que está bien si nos quedamos en su casa de nuevo.
Por un breve momento, me permití pensar en el sábado pasado —en cómo era dormir en la cama de Ash, sus manos sobre mi piel y sus labios fundiéndose con los míos; pero rápidamente lo reemplacé con la anticipación de ver a Dylan de nuevo. Por difícil que fuera, no podía torturarme con falsas esperanzas y señales mixtas, tenía que enfocar mi energía en las posibilidades reales. Y Dylan Stephens se había convertido definitivamente en una posibilidad real.
62
Evie y yo nos dimos un abrazo de buenas noches y tomé una ducha rápida antes de saltar a la cama. Opté por un libro caliente, tiznado con la menor angustia posible y mi novio a pilas para una sesión de terapia muy necesaria antes de ir a dormir. Dylan había estado en lo cierto, mis sueños fueron dulces.
9 Traducido por kass :) Corregido por Zafiro
63 Evie y mi horario diario siguieron el mismo modelo que el primer día por el resto de la semana escolar. Asistíamos a clase por la mañana y hacíamos la tarea y estudiábamos temprano por las tardes. Después de una ligera cena de ensalada o un sándwich (estábamos tratando desesperadamente de no ganar los quince kilos de estudiante de primer año sobre los que todo el mundo nos había advertido), nos pasábamos las noches ya fuera leyendo o jugando en línea. Me encantaba el hecho de haber establecido rápidamente una rutina. Evie sabía que yo era un poco obsesiva compulsiva sobre los horarios, calendarios y cronogramas, y que estaba mucho menos estresada siempre que sabía qué esperar cada día. Mi obsesión por la programación y la planificación era el resultado directo de que mis padres planearan cada hora de mi vida. Vivir una vida que estaba básicamente preprogramada era todo lo que había conocido y me iba a costar un poco de tiempo antes de que me sintiera lo suficientemente cómoda como para apartarme de eso. Nuestras clases eran más o menos lo que esperábamos, los profesores exigían y el material era un reto. Teníamos un poco de lectura obligatoria y tareas fuera de clase, que, desgraciadamente, ponían un obstáculo en nuestra lectura personal. Había leído mucho durante el verano por la combinación de la explosión de autores indie de literatura femenina y mi falta de vida social, y estaba un poco triste por reemplazar mis felices para siempre por fórmulas de ecuaciones cuadráticas y la historia de la Inquisición Española. Evie y yo teníamos biología y álgebra juntas. Ambas clases eran comunes y corrientes para los universitarios de primer año. Los profesores eran aburridos y el material era aún peor. Odiaba las matemáticas y la ciencia, es por eso que elegí tomar estas específicamente con ella; esperaba que su tutoría me pudiera ayudar a aprobar por lo menos con una B. Mis otras clases académicas eran historia e inglés. Me gustaron bastante y en verdad no me importaba la lectura excesiva y la escritura. Todos mis profesores eran mujeres, sin embargo, Evie tenía dos profesores varones, uno de los cuales había considerado como posible NL. Estaba trabajando en la búsqueda de más información sobre su vida personal porque todo lo que sabía hasta ahora era que no llevaba un anillo de bodas. Tengo
que admitir que estaba un poco celosa, pero por el momento sólo tendría que vivir esa fantasía indirectamente a través de ella.
64
Dylan me enviaba un breve mensaje de buenos días todos los días antes de clase, pero después de nuestra noche del miércoles el intercambio de mensajes de texto aumentó exageradamente. Llamó el jueves, alegando que sus dedos aún estaban adoloridos de la noche anterior y no podía hacerlo de nuevo. Yo prefería la llamada telefónica a los mensajes, de todos modos, me encantaba oír su voz y su risa cálida y cordial siempre traía una enorme sonrisa a mi cara. No pude dejar de preguntarle en broma si no había otras partes de su cuerpo incapaces de trabajar los días siguientes, pero me aseguró que no las había. Me alegré de que no pudiera ver la brillante sombra de color rojo que apareció en el momento en que las palabras salieron de mi boca. Mi descaro probablemente me impactó más a mí que a él, y me sentí un poco orgullosa de mí misma por ser capaz de evocar un giro ingenioso. Nuestras conversaciones eran fáciles y cómodas, nunca forzadas o incómodas. Hablamos mucho sobre nuestra infancia y nuestras familias. Me enteré de que nació y creció en Chicago y que era el mayor de tres hijos, tenía una hermana cuatro años menor que él y un hermano dos años menor que ella. Toda su familia inmediata aún vivía en el área de Chicago, a pesar de que sus padres se divorciaron. Había llegado a Houston a causa de las becas que le había ofrecido la Universidad de St. Thomas, y tenía un primo mayor que vivía aquí que prácticamente le permitió vivir sin pagar alquiler. También dijo que estaba listo para inviernos más suaves, como el hombre mayor en su familia, sobre todo después de que su papá se fuera, era siempre el único en su casa a cargo de limpiar la nieve o el hielo en las puertas y ventanas. Con cada revelación sobre sí mismo, Dylan se volvía más y más atractivo. Parecía ser alguien que realmente valoraba a su familia y sin duda tenía un futuro exitoso por delante con su ética de trabajo y su desempeño. Le dije lo poco que había que contar acerca de los acontecimientos de mi vida hasta llegar a la universidad: el ballet, la música, el fútbol y la escuela. Eso lo resumía. Siempre supe que no sería un buen personaje en el cual basar un libro a menos que fuera un libro para niños que tuviera una palabra en cada página describiendo la acción representada por encima de ella. En ese caso, sería un libro de cuatro páginas. Impresionante. Tal vez podría alargarse hasta seis páginas si añadimos “dormir” y “comer”. Incluso más impresionante. Fui honesta con él acerca de mi falta de experiencia social y sexual, pero le resté importancia al método de crianza controlador e irracional de mis padres. Sólo deje caer que "ellos eran diferentes" y que "no éramos realmente cerca", lo que resultó ser más exacto de lo que jamás imaginé. La mañana del sábado estaba más que preocupada de que mis padres no hubieran intentado ponerse en contacto conmigo ni una vez desde que había dejado su casa después de nuestra gran pelea;
65
ninguna llamada, ni mensaje de texto, ni correo electrónico... nada. Estuve dándole vueltas a la idea de ponerme en contacto con ellos, pero no estaba muy segura de si todavía estaban enfadados conmigo, si estaban decepcionados de mí o cuál era exactamente su problema. Eso me molestaba. Durante dieciocho años controlaron casi todo lo que hacía o decía, y cuando me levanté por mí misma una sola vez, ¿ellos lo dejaron pasar? ¿Me dejaron irme? Ni siquiera les importaba lo suficiente como para asegurarse de que yo había llegado bien. ¿Estaban felices de que me hubiera ido por fin, así eran libres de mi carga? Así es exactamente como me había sentido muchas veces durante los años pasados, como una carga que había sido colocada sobre ellos para criar al niño más perfecto. Cuando no gané el primer lugar en un concurso de música, o cuando me gradué con buenas notas en lugar de con las mejores notas, o cualquier otro momento en el que no sobresalí inmediatamente, me hicieron sentir como si les hubiera fallado en su misión. Bueno, le dieron un montón de vueltas a eso. Estaba cansada de llevar la carga de que fueran unos padres de mierda para Matt. A decir verdad, también fueron unos padres de mierda conmigo, acababan de saltar desde un extremo del espectro al otro. Decidí que llamándolos sólo me molestaría y, por ahora, probablemente lo mejor era que esperara a que ellos lo hicieran. Decidí que necesitaba un poco de terapia de compras para ayudarme a salir de mi temor sobre mis padres, por no hablar de que mis opciones de ropa eran limitadas aún con lo que había comprado el fin de semana anterior. Evie tenía dolor de cabeza y quería tomar una siesta antes de que saliéramos esa noche, pero me dejó tomar su coche para ir al centro comercial. Comprar por mí misma era un nuevo concepto para mí, mi mamá o Evie siempre me habían acompañado antes. Me sentí un poco sola por no tener a alguien conmigo y extrañé la evaluación honesta de Evie de la ropa que me probaba, pero sabía que una cosa en la que necesitaba trabajar era en aprender a tomar decisiones por mí misma, no importa cómo de grandes o pequeñas fueran. Elegir la ropa que quería llevar parecía una cosa inofensiva para practicar mi capacidad de tomar decisiones. Unas horas más tarde me dirigí de nuevo al dormitorio con varias bolsas en la mano y una sonrisa de satisfacción en la cara, sintiéndome segura de que había sobresalido en mi tarea auto asignada. Evie estaba en la ducha cuando volví al dormitorio, así que decidí hacer un bocadillo rápido antes de prepararnos. Una vez que escuché el grifo cerrándose, la llamé: —Hola, Evie, ¡estoy de vuelta! ¡No quiero asustarte! —¡Hola, gritando.
Sam!
¿Has
encontrado
algo
bueno?
—respondió
En lugar de seguir nuestra conversación a través de las paredes, entré en su habitación. —Sí, he encontrado algunas cosas. No puedo
esperar para mostrártelas, espero que las apruebes —le dije—. ¡Aunque sin ti allí no fue divertido! ¿Cómo está tu cabeza, de todos modos? —le pregunté preocupada.
66
—Me siento mejor. No sé lo que pasó, simplemente tenía un terrible dolor detrás de mi ojo derecho y luego el dolor se expandió a mi cabeza de forma persistente. Tal vez pasé demasiado tiempo mirando la pantalla de mi ordenador anoche y esta mañana, ¿quién sabe? La aspirina y la siesta se encargaron de ello y me siento como nueva ahora.—Sonrió un poco vacilante. —Bueno, si estás segura... no tenemos que ir esta noche si no te sientes bien —ofrecí. —No seas tonta, Scarlett. Estoy bien. Fue un dolor de cabeza y se ha ido, ahora dejémoslo —advirtió Evie y se volvió hacia su armario—. ¿Qué te vas a poner esta noche?—preguntó cambiando de tema. Supe que la conversación había terminado, pero todavía había algo que no se sentía bien. Evie había experimentado varios dolores de cabeza en los últimos meses, lo cual era raro para ella, que nunca se sentía mal o se enfermaba. Sus padres también se habían preocupado, pero al igual que hizo conmigo, les aseguró que no era nada grave y volvió a su yo alegre de costumbre. Me prometí a mí misma que le insistiría para que viera a un médico si le sucedía de nuevo. —He comprado un vestido nuevo hoy que quiero que veas. ¿Qué hay de ti? —Aún no estoy segura...—Continuó Evie revisando sus opciones colgadas en el armario—. Pero es mejor empezar a moverse, ¡tenemos que salir de aquí como en una hora! —¿Una hora? ¿Por qué tan pronto? —Estaba confundida. Miré el reloj y confirme que eran sólo las 6:30. El sábado pasado no salimos hasta cerca de las 9:00. —¿No te lo dije anoche? Jess quiere ir a cenar antes a este nuevo restaurante. Se supone que nos encontraremos con ellos alrededor de las 8:00. —Salió de su armario, todavía en apenas un sujetador y bragas, sosteniendo dos vestidos de verano diferentes—. ¿Cuál? El rosa y amarillo con un escote de corte bajo que susurra "Por favor, fóllame" o el de rayas rojo y negro con una falda más corta que grita "¡Fóllame ahora!" —Vamos a ir por los susurros y por favor por esta noche. Estamos todavía en busca del chico universitario elegante, ¿no? Eso espero, ya que me voy a encontrar con Dylan allí. Además de que no quiero que tu Dominatrix interior los asuste, alejándolos —resoplé—. Vamos a guardar el otro para la noche que estemos a la caza de chicos desviados y rockeros incomprendidos.
—Entonces tenemos que hacerlo pronto—respondió con una mueca juguetona—. Porque me veo caliente con este vestido. —Se puso por encima el rojo y negro mientras miraba su imagen en el espejo—. Hmmpph... Supongo que tienes razón. Puede ser un poco excesivo para esta noche. —Y lo arrojó de nuevo dentro del armario.
67
Momentos después salté a la ducha con el jabón y el champú y me depilé. Después me apliqué cuidadosamente el maquillaje y me peiné el cabello en dos trenzas largas. Asentí aprobando mi imagen en el espejo. Pasando a mi armario, elegí un conjunto blanco de sujetador y tanga a juego. Sabía que estaba muy lejos de estar lista para que Dylan me viera en ropa interior, pero el hecho de saber que lo tenía debajo de mi ropa me hizo sentir más sexy y con más confianza. Mi vestido era de gasa blanca con un escote corazón y un dobladillo que caía a mitad del muslo. Una vez más, me puse mis botas y accesorios, con un largo collar turquesa que colgaba sobre mi pecho. Unos pocos minutos más y una última mirada en el espejo, y nos dirigimos hacia la puerta.
10 Traducido por CrisCras Corregido por Itxi
68 No llevábamos ni cinco minutos en el coche cuando Evie abordó el tema que sabía que había estado ansiando discutir todo el día, la conversación que había temido. —Entonces, ¿qué vas a hacer esta noche acerca de Ash? — preguntó con un poco de exceso de dulzura en su voz. —¿Qué quieres decir exactamente? —pregunté, haciéndome la tonta con el mismo tono hasta los topes de azúcar. Me miró advirtiéndome que hablaba en serio. Suspiré con fuerza y dejé caer los hombros hacia adelante. —Oh, Evie, no lo sé —confesé—. Simplemente voy a actuar como si nada hubiera sucedido, supongo. ¿Qué más se supone que debo hacer? —¿Cómo te sientes por él? Ya sabes, ahora que has tenido una semana para procesar todo lo que sucedió y ahora que has estado hablando con Dylan más y más. —Confundida. Me siento completamente confundida sobre todo esto. Quiero decir, como te dije antes, hay esta intensa atracción que siento hacia Ash. No es sólo física, es… más. Simplemente no sé cómo describirla. Pero obviamente, no soy la única sobre la que tiene ese efecto, las chicas se lanzan sobre él todo el tiempo, y por lo que dice Jess siempre ha sido así. Soy sólo una de muchas chicas crédulas que ha caído fácilmente víctima de su encanto. No soy lo suficientemente tonta para pensar que soy algo especial para él, a pesar de lo que dice. Ninguna de nosotras dijo nada durante unos pocos momentos. No estaba segura de sí estaba intentando convencer a Evie o a mí misma de que realmente no era un gran asunto para mí… que él no era un gran asunto para mí. En realidad no había ninguna razón por la que debería serlo. Había pasado, literalmente, menos de veinticuatro horas con el chico, apenas sabía nada sobre él, y las cosas que sabía parpadeaban como señales de neón diciéndome que me mantuviera alejada. Pero aún no había pasado un día durante la semana en el que no se colara en mis pensamientos en algún momento. Veía esos increíbles ojos azul-verdosos mirándome fijamente, oía su voz
susurrándome al oído, sentía su respiración en la parte de atrás de mi cuello. Casi parecía que cuanto más me esforzaba en dejar de pensar en él, más lo hacía. Todavía estaba curiosa acerca de la razón del mensaje, pero dudaba que fuera a mencionárselo a menos que él sacara el tema.
69
—Creo que simplemente deberías divertirte, Scarlett —dijo Evie, interrumpiendo otro sueño que estaba teniendo sobre Ash—. Si realmente hay algo de esa innegable atracción entre ustedes, entonces terminaréis juntos con un mágico “felices para siempre” de cuento de hadas. Pero sabes tan bien como yo que lleva un montón de mierda por medio hasta alcanzar ese momento, un montón de angustia innecesaria, algunos malentendidos evitables, y ambos tenéis que tomar algunas decisiones desacertadas y sin sentido. Así que ahora mismo creo que deberías dejar que todo suceda y dejar de pensar tanto en ello… sé que es más fácil decirlo que hacerlo. —Se detuvo y me dirigió una sonrisa alentadora—. Sabes que solo quiero lo mejor para ti, Sam. Y ahora mismo, Ash es justo lo que necesitas para experimentar mucho más de lo que la vida tiene para ofrecer. Además, ¿quién más va a ayudarme a probar todo del libro de novios? Le devolví la sonrisa, increíblemente agradecida de tener una amiga tan maravillosa. Siempre sabía decirme lo correcto para consolarme y guiarme en dirección recta. —Tienes razón, Evie. Voy a hacer mi mejor esfuerzo para tomarme esa noche por lo que fue, lo cual ahora que lo pienso, realmente no fue mucho de nada. —Pensé acerca de lo que acababa de decir y esperé que fuera lo suficientemente fuerte como para resistirme a Ashton Walke. Cambié de tema para mejorar el estado de ánimo antes de que nuestra noche comenzara. —Hablando de nuestro libro de novios y los concursos, vas a participar en el concurso esta noche, ¿verdad? No me gustan las victorias por piedad. —Absolutamente. La semana pasada fue solo una ronda de calentamiento… sólo te permití mojarte un poco los pies. —¡Mis pies no fueron la única cosa mojada!8 —bromeé simulando una voz sensual—. No, en serio —continué—. Así que esta noche vamos a hacer lo del chico universitario elitista otra vez, ya que no tengo opción con Dylan ahí y todo eso, pero ¿qué hay después y cuándo? —Hmmm… No he pensado en ello, la verdad. Empezaré a trabajar en ello, sin embargo—. Evie parecía completamente mareada pensando en nuestra próxima aventura y ni siquiera había empezado la de esta noche.
Juego de palabras con “get your feet a little wet” que es una frase hecha que significa que alguien experimente algo por primera vez. 8
Nos sentamos en un cómodo silencio hasta que llegamos al restaurante. Estaba de tan buen humor que de repente me sentía realmente entusiasmada con la noche que teníamos por delante. Finalmente, después de encontrar un sitio para aparcar en lo que parecía ser el siguiente distrito, atravesamos el aparcamiento hacia las puertas delanteras. La gente estaba merodeando afuera, algunos sentados en los bancos mientras que otros estaban fumando cigarrillos. Tenía la esperanza de que la espera para conseguir una mesa no fuera demasiado larga. El lugar parecía lleno y me moría de hambre.
70
Justo antes de que entráramos, Evie se dio cuenta de que se había olvidado el teléfono en el coche, conectado al cargador. Me di la vuelta para acompañarla, pero me detuvo y me dijo que me dirigiera dentro y le hiciera saber a Jess dónde estábamos. No me sentía completamente cómoda con la idea de ella caminando sola de noche hacia su coche, pero señaló las numerosas luces dispersas a través del bien iluminado aparcamiento, la seguridad conduciendo un carrito de golf y el spray antivioladores que llevaba en la mano. Sin otra buena razón para que no fuera, entré en el restaurante para encontrar a Jess entre el mar de cuerpos. No me llevó demasiado tiempo encontrar la parte posterior del corto cabello rubio platino de Meg a través de la zona de espera, de pie en el bar. Solo podía asumir que la que estaba de pie junto a ella era Jess. Me deslicé entre las personas, intentando no pisar a nadie ni golpear accidentalmente el brazo de alguien que estuviera sosteniendo una copa, en mi camino hasta ellos. Cuando estaba más cerca me di cuenta de que quien estaba de pie entre Meg y Jess no era otro que Ash. No había duda de que era él, incluso de espaldas. Oh, mierda. Parecía que mi voluntad iba a ser puesta a prueba más pronto de lo que había pensado. Un pie delante del otro, podía hacer esto. Cuando estuve a unos pocos metros de ellos, oí a Ash preguntarle a Jess—: ¿Cinco? ¿Quién más se va a unir a nosotros? —me congelé. Realmente no quería escuchar, pero no pude evitarlo. Quería saber cuál iba a ser su reacción y su respuesta cuando Jess le dijera que éramos nosotras las que nos íbamos a reunirnos con ellos allí. —Evie y Scarlett. ¿Por qué? ¿Está eso bien? —preguntó Jess alzando la vista para mirar a Ash. No respondió al principio, o al menos no le oí, pero debía de haber hecho una mueca de desaprobación porque Jess le levanto la voz—. ¿Cuál es el problema, Ash? Me dijiste que nada sucedió entre tú y Scarlett el fin de semana pasado. Dijiste que solo os quedasteis levantados hablando hasta tarde, hasta que os quedasteis dormidos porque estaba teniendo dificultades para dormir. Te advertí que te mantuvieras alejado de ella, Ash, maldita sea. No quería que nada de esto sucediera. Sabía que iban a pasar mucho tiempo con nosotros… ella es buena, Ash, en verdad no necesita tratar con tu mierda.
71
—¡No sucedió nada! Te dije que no sucedió nada, es la verdad — discutió—. Mira, Scarlett es una chica muy dulce y bonita, pero eso es lo que es… una cría. Sabes que no pierdo el tiempo con vírgenes. Aprendí esa lección por las malas con esa mierda. Ninguna de ellas me va a dejar nunca que las folle, cuya decisión respeto y todo, pero eso no funciona para mí. O deciden que soy el bastardo afortunado al que le dan su más virtuoso regalo y esperan que me enamore de ellas y que pasemos la eternidad juntos, lo cual REALMENTE no funciona para mí. Así que puede caer en la categoría en la que está Scarlett o cualquier otra virgen, pero nunca va a funcionar para mí. —Por no mencionar que no es su tipo —intervino Meg—. No es rubia y sus tetas no son lo suficientemente grandes. Pero para mí, por otro lado… —No estás ayudando, Meg, y también tienes que mantenerte lo más lejos posible de ella —advirtió Jess. No podía creer la conversación que estaba escuchando. Los tres estaban hablando de mí y mi virginidad como si estuvieran discutiendo qué iban a comer para cenar, como si no fuera gran cosa. No tenía mucho tiempo para analizar la multitud de emociones que habían convergido para formar un enorme nudo en la parte posterior de mi garganta y un lío en lo más profundo de mi abdomen porque Evie se aproximó a mí, me agarró la mano y me forzó a seguirla hasta donde estaba de pie el trío. Estoy segura de que pensó que solo estaba nerviosa por acercarme a Ash. —Hola, chicos, espero que no hayáis tenido que esperar mucho. —Evie saludó al grupo. Los tres se volvieron hacia nosotras con una mirada un tanto culpable en sus rostros, o quizás creí verlo ya que sabía de qué habían estado hablando y pensaba que deberían sentirse culpables. —No, no hemos estado aquí mucho tiempo —dijo Jess apresuradamente—. La anfitriona dijo que serían alrededor de 20 minutos cuando nos registramos y eso fue probablemente hace 10 o 15 minutos. —Genial —respondió Evie. No dije ni una palabra, no podía. Los ojos de Ash se trabaron con los míos y podía decir que estaba preocupado de que hubiera escuchado su conversación. Podía sentir las lágrimas brotando detrás de mis ojos, pero maldita sea si le daba el placer de hacerme llorar. Con éxito las hice retroceder y aparté la mirada de la de él. Determinada a actuar como si no pasara nada, les dije hola a cada uno de ellos y les pregunté cómo les iba. Afortunadamente, la anfitriona del lugar se acercó a nosotros en ese momento para hacernos saber que nuestra mesa estaba lista.
72
La cena en sí misma fue dolorosamente placentera. Jess y Evie llevaron la conversación durante todo el tiempo, el resto alzábamos la voz de vez en cuando para añadir nuestro granito de arena. Al principio, le presté atención a las patatas y a la salsa sobre la mesa, y luego a mi plato principal una vez que llegó. Sentí a Ash mirándome varias veces, pero no me atreví a devolverle la mirada. Sus palabras y las de Meg estaban jugando en un bucle infinito dentro de mi cabeza. Es una cría… nunca va a funcionar para mí… No es su tipo… Es una cría. Me senté en mi silla explotando con emociones —vergüenza, rechazo e ira eran las tres que encabezaban mi lista, sin ningún orden en particular. Sin embargo, al final ganó la ira y no podía esperar a llegar a la fiesta para estar en los brazos de Dylan y mostrarle exactamente hasta qué punto era una cría.
11 Traducido por Liz Holland & Amy Corregido por Itxi
73 La escena en casa de Jacob y Nicholas era muy similar a la semana pasada, excepto que había el doble de personas. Reconocí a unas pocas personas mientras íbamos desde la puerta de entrada a la cocina. Varios de ellos incluso se detuvieron para preguntarme si tocaría la guitarra otra vez, a lo que respondí con un sincero “No estoy segura”. Encontré a Dylan en la cocina. Estaba bebiendo una cerveza, apoyado en la isla, viéndose más caliente de lo que recordaba. Diría que se había cortado o rapado el pelo. Normalmente no pensaría que me gustaría un chico con el pelo así de corto, pero de alguna manera hacía que Dylan fuera aún más atractivo. Iba vestido parecido a la última vez, un polo azul claro, pantalones cortos y zapatos náuticos. Chico Todo-Americano, efectivamente. Tan pronto como sus grandes ojos marrones me encontraron, se dibujó una enorme sonrisa en su perfecto rostro y me apresuré hacia él. Me saludó con un cálido abrazo, un abrazo tan fuerte que me levantó del suelo. Nos habíamos olvidado completamente de la gente a nuestro alrededor, aparte del hecho de que esperaba secretamente que Ash nos estuviese mirando. Cuando me bajó, se inclinó hacia mí y habló con sus labios rozando los míos. —No podía esperar para verte, Scarlett. Una semana es demasiado tiempo sin ver tu hermosa cara. Sintiéndome querida y apreciada, le contesté susurrando: —También te extrañé, Dylan. Saqué la lengua y recorrí con ella su labio inferior, tentándole para que me besase con más fuerza. Dylan no me decepcionó. La invitación de mi lengua en su boca debía de haber sido exactamente lo que estaba esperando, porque inmediatamente me dio un beso exigente y poderoso. Su lengua saqueó mi boca mientras con las manos me frotaba la espalda. Envolví mis brazos alrededor de su cuello y me apreté contra su cuerpo firmemente. Cuando nos separamos, se desató una ronda de aplausos y silbidos entre los fiesteros que estaban en la cocina que habían sido testigos de nuestro intercambio. —Maldita sea, chica, si no lo supiera, habría pensado que sois dos amantes separados hace mucho tiempo reuniéndose después de años
sin veros—dijo Evie inclinándose hacia mí. No había duda de que mi cara estaba roja como una remolacha, podía sentir el calor en mis mejillas. No pretendía que el beso se volviera tan apasionado ahí mismo, enfrente de todos, pero una vez que empezó, no pude evitar soltar todas las emociones reprimidas con las que todavía tenía que lidiar después de la cena y se sintió muy bien ser deseada.
74
A Dylan no parecía importarle la atención; sonrió con suficiencia y siguió manteniéndome cerca de él con los dos brazos enrollados alrededor de mi cintura. Todos volvieron a hacer lo que sea que estuvieran haciendo y sentí una necesidad abrumadora de aire fresco. —¿Podemos salir fuera? Hace un poco de calor aquí—susurré en el oído de Dylan. —Por supuesto. Vamos—respondió y me dio un beso en la frente. Me condujo a través de la cocina llena de gente hasta la puerta de atrás, y tan pronto como entramos en la cubierta de madera, llené mis pulmones con el cálido aire húmedo de Texas. Era calmante y refrescante. No había ni de cerca tantas personas en el jardín de atrás como dentro de la casa, sólo algunas parejas sentadas en la cubierta y alrededor de ella, algunas haciendo algo más que hablar, y un grupo de fumadores que estaban parados en un círculo en medio del jardín. El olor de los cigarrillos y la marihuana permaneció en la bochornosa noche. Dylan nos llevó a una zona de la barandilla de la cubierta que estaba desocupada. Me levantó para que me sentara en la ancha barandilla, al nivel de sus ojos. Instintivamente, abrí las piernas lo suficiente para que pudiera ponerse entre ellas. Lo atraje hacia mí y sin decir una palabra, lo reanudé donde nos habíamos quedado dentro de la casa, aplastando mi boca contra la suya. Todavía estaba irritada y dolida por las crueles palabras de Ash, y por muy duro que lo intentara, no podía dejar de pensar en ello… hasta que Dylan me había besado en la cocina. Así que imaginé que mientras siguiera besándolo, estaría perfectamente feliz. Puede haber cosas peores, ¿no? Y vaya si no era excelente besando. Besar a Dylan era diferente a besar a Ash, no pude poner mi dedo en exactamente cómo, pero era increíble. Después de varios minutos haciendo que nuestras bocas se familiarizasen la una con la otra, estábamos finalmente preparados para hablar. Dylan se quedó cerca de mí, entre mis piernas, con cada una de sus manos sobre mis muslos desnudos, su cara estaba a pocos centímetros de la mía. —Me gustan mucho las botas—dijo sonriendo mientras bajaba la mirada a mis pies—. Son muy sexys, tipo Texas.—Sonreí ante el cumplido y agité los pies para él. —Pero me encantan las trenzas—murmuró mientras se inclinaba hacia mí una vez más. Me besó justo debajo de mi oreja izquierda y luego susurró—. Me hacen tener pensamientos muy traviesos sobre ti.—
Gemí mientras visiones similares cruzaron por mi mente y mi coño húmedo dolía por el deseo. —Oh, Dios, Scarlett. Por favor, no hagas sonidos como ese. Ya estoy teniendo un momento suficientemente difícil para controlarme— suplicó Dylan, pero mantuvo la cara enterrada en mi cuello y su cuerpo contra el mío. —Lo siento. Me dejé llevar un poco. No eres el único que lucha por mantener el control, ¿sabes?—contesté.
75
Continuamos estando así por un rato, tenía los brazos alrededor de su cuello y estaba pasando las manos por su pelo recién cortado. Me encantaba la manera en que se sentía su pelo bajo mis manos, era suave y liso si pasabas las manos en una dirección, pero rizado y en punta cuando las pasabas en la otra dirección. Siguió tendido contra mi pecho, besando mi cuello y las orejas de vez en cuando, los dos nos habíamos perdido en nuestros pensamientos. Esto era muy diferente del pasado sábado cuando nos pasamos la mayor parte del tiempo hablando y conociéndonos mutuamente. Me pregunté cómo sería estar en otro sitio con Dylan, en algo como una cita real de cena y película. Y entonces me pregunté por qué no me había pedido salir todavía. Habíamos hablado o nos habíamos enviado mensajes todos los días esta semana, pero nunca habíamos sacado el tema de vernos fuera de estas fiestas. Antes de que pudiera saltar a una de mis notorias hipótesis sobre analizadas de por qué era así, Evie y algún chico salieron por la puerta trasera hacia nosotros. La competición había empezado oficialmente. —Oye, Sam. ¿Qué tal estáis aquí fuera?—preguntó mientras ella y su amigo se acercaban. Pude ver la gran sonrisa en su cara y el brillo en sus ojos, y supe que se trataba de su llamada “presa” elegida. Era lindo, un poco tonto, pero lindo. Era alto y delgado, tenía el pelo negro y corto, y el polo rosa, las bermudas de rayas de estilo náutico y los mocasines gritaban “chico rico de fraternidad”. El conjunto era tan exagerado, que no pude evitar reírme en la espalda de Dylan. Sabía que este “género” de NL no era el que más le gustaba a Evie, prefería un chico con un poco de aspereza en los bordes, pero estaba siguiendo las normas… casi demasiado bien. Un polo rosa, ¿en serio? —Estamos bien. Perdón por largarme, había tanta gente dentro de la casa que me estaba sintiendo sobrecalentada y claustrofóbica — le dije en modo de disculpa. —No te preocupes, quería asegurarme de que estabas bien. Y quería presentarte a Anthony. —Evie agarró su mano y tiró de él más cerca de ella. El movimiento sorprendió al pobre chico, pero no estaba dispuesto a protestar. Dylan y yo nos presentamos y estrechamos la mano del chico sin movernos de nuestras posiciones. Dylan se dio la vuelta, por lo que su
espalda estaba apoyada en mi pecho, todavía entre mis piernas. Mis botas estaban enganchadas alrededor de él, descansando sobre sus muslos; mis brazos serpenteaban alrededor de su cintura, mis manos entrelazadas y mi barbilla descansaba sobre su hombro derecho. Me encantaba tener su cuello y su oreja tan cerca de mi boca porque así podía besar y mordisquear su suave piel de vez en cuando. Los gemidos que pude sentir vibrando en su cuello se escapaban de la parte superior de su garganta, impulsándome a continuar.
76
Pasamos un buen rato afuera con Evie y Anthony, que en realidad resultó ser un tipo bastante normal, a pesar de sus cuestionables decisiones para vestir. Me di cuenta de que Evie estaba aburrida con él a la mitad de la conversación, pero no iba a renunciar a la victoria con facilidad. Intentó con todas sus fuerzas que Anthony hiciera de alguna forma muestras de cariño en público, pero era tímido y reservado, y cualquier contacto físico entre ellos fue porque ella comenzaba. Parecía que tenía dos desayunos en mi camino. En algún momento, Jess sacó la cabeza por la puerta y nos dijo que la jam sesión estaba a punto de comenzar y que necesitaba que fuera. Realmente no había pensado en volver a tocar esta semana, esperaba que hubiera otras personas que quisieran presentarse, especialmente habiendo más personas esta vez. Pero Evie, Jess y Dylan insistieron en que fueran, así que fui con ellos. En realidad no quería ver a Ash. Me las había arreglado para evitarlo desde que habíamos llegado a la casa, pero no quería verlo con o sin compañía femenina. Esperaba que no fuera lo suficientemente estúpido como para escoger la misma mierda de canciones otra vez. Estaba irritada con él y no tomaría mucho para que quisiera irme…. probablemente con Dylan, y no estaba preparada para eso. Afortunadamente, Ash, quien apareció por sorpresa, no trató de avergonzarme o enviarme mensajes mientras cantaba, o al menos no los comprendí. En verdad me prestó poca atención. Decidí que esto me irritaba aún más que cuando estaba tratando de meterse bajo mi piel, al menos entonces sabía que estaba pensando en mí. Sabía que tenía que sentirme culpable por tener esos pensamientos sobre Ash mientras estaba sentada en el regazo de Dylan, pero no lo hacía. Sobre todo porque sabía que nada pasaría entre Ash y yo; eso había sido dejado en claro más de una vez. Otra vez, Ash estuvo fantástico. Cantó una mezcla de clásicos y sonidos actuales, pero todas ellas en su propio estilo, me recordaban a una mezcla de Mason Jennings y Jack Johnson. Su sonido igualaba su imagen perfecta. Si cerrabas los ojos, podías imaginarte a ti mismo sentado alrededor de una fogata en la playa después de un largo día de sol y surf. Era absorbente y terapéutico. Cuando terminó su última canción, “Sitting on the Dock of the Bay”, que fue absolutamente espectacular, me miró a los ojos por primera vez desde que dejamos el restaurante y me tendió la guitarra.
Su boca se curvó en una leve sonrisa pero no llegó a sus ojos. Esperaba que se sintiera loco por dentro como lo hacía yo, pero dudaba que esa fuera la razón de la mirada de preocupación en su cara. Probablemente estaba frustrado por su falta de mujeres devotas y el hecho de que al parecer no se acostaba con chicas por dos sábados seguidos. El pensamiento de todas las chicas con las que se había acostado me hizo estremecer y me recordó mi exasperación con él. Agarré la guitarra con un breve “gracias” y me senté donde había estado él.
77
Mantuve el estado de ánimo que había creado Ash, una calma alegre, y toqué canciones de estilos similares. Como siempre, me perdí en la música y en ocasiones olvidé que había alguien más en la habitación conmigo; estaba agradecida por la oportunidad de liberar parte de mis frustración. Tocar la guitarra siempre me tranquilizaba. Poco después de terminar, Jess, Ash, Evie y yo nos dirigimos de nuevo a su casa tal y como lo hicimos la semana anterior. Supuse que Meg ya estaba en su casa. Me sentí agradecida de que el resto de ellos también estuvieran listos para irse porque estaba agotada. El beso de despedida de Dylan fue apasionado y lleno de promesas. Me alegraba de que la atracción entre nosotros continuara desde nuestro primer encuentro, temía en secreto que no sintiera nada por él la próxima vez que lo viera. Sin embargo, no fue el caso, en absoluto. Dylan no sólo era más guapo de lo que recordaba, sino que sus palabras fueron favorecedoras y sus besos tenían un sabor mucho más dulce. Estaba ilusionada con volver a verlo. Pero aun así, no era Ash.
12 Traducido por ♥...Luisa...♥ Corregido por Mary Jane
78
Evie y Jess se cambiaron y se fueron directas a la cama, pero yo opté por una ducha primero. Las dos estaban profundamente dormidas en el momento en que me uní a ellas en la cama, y una vez más, me encontré acostada mirando el techo, incapaz de conciliar el sueño. Después de una hora o así, salí de puntillas de la habitación de Jess y fui a la cocina a buscar un vaso de leche. Había algo en un vaso helado de leche que me hacía sentir completa y contenida y siempre me ayudaba a conciliar el sueño. Abrí el refrigerador y dejé caer mi mandíbula. ¿Qué demonios? En el estante superior había un vaso de leche, ya servido, con un trozo de papel pegado a él. Las palabras "lo siento" eran todavía legibles a pesar de que la condensación en el cristal había hecho que la tinta se borrara un poco. ¿Hablaba en serio con esto? Sin pensarlo, me dirigí por el pasillo y abrí la puerta de la habitación de Ash. —Eres un imbécil completamente pomposo —le gruñí. Quería gritarle desde el fondo de mis pulmones, pero no quería despertar a los demás en la casa, especialmente a Evie, así que me decidí por un gruñido feroz. Mientras estaba parada en la puerta, a mi cerebro le tomó un momento procesar la escena frente a mí. En la cama de Ash había un montón de almohadas, todas apiladas con varias toallas que yacían a través de ellas. Al parecer, Ash estaba enterrado debajo de las almohadas, al menos supuse que lo estaba porque no lo vi en ningún otro lugar. —¿Qué demonios estás haciendo? —susurré. Su cabeza apareció en el extremo de una de las almohadas, mostrándome sus hoyuelos asesinos y esa sonrisa moja bragas. Oh, Señor. Traté de mantener mi determinación, pero su cercanía lo hacía tan difícil. —Tenía miedo de que me tiraras el vaso de leche cuando entraras aquí. No pensé en usar un vaso de plástico hasta que fue demasiado tarde, así que pensé que era mejor tomar las precauciones necesarias. —Parecía complacido de que no tuviera el vaso de leche en mis manos, y me enfurecí cuando noté que lo había dejado en el estante del refrigerador.
Permanecí junto a la puerta y evalué el absurdo de toda la situación. Ash tampoco se había movido todavía. Su cabello caía sobre su cara, haciendo un lamentable intento de ocultar la cabeza bajo la almohada, y tenía la mayor sonrisa de mierda en su rostro, como si se regodeara. Traté de luchar contra la sonrisa que tiraba de mi cara y la risa que amenazaba con escapar de mi garganta. Se suponía que debía estar irritada y molesta por su presencia. Si no fuera tan condenadamente irresistible...
79
—Así que ¿crees que puedes servirme un vaso de leche y escribir “lo siento” en un pedazo de papel y voy a olvidar lo imbécil que eres? —pregunté con un poco de ira forzada. —No, es probable que siempre pienses que soy un imbécil, pero esperaba que te metieras en mi habitación para hablarme, y parece que funcionó —se regocijó. Suspiré, rodé los ojos y me volví para alejarme de él todo en un solo movimiento frustrado. Era un movimiento que había perfeccionado con el trato con mis padres durante tantos años. —Scarlett, espera, no te vayas... por favor. Te prometo que no voy a actuar como un bastardo arrogante nunca más —declaró Ash—. Bueno... por lo menos voy a esforzarme mucho para no hacerlo. —Me imaginé la sonrisa en su sexy rostro con su último comentario sin siquiera mirarlo. —¿Qué quieres de mí? —Me detuve tras dar unos pasos hacia el pasillo, pero no me giré. —Sólo hablar... Sólo quiero hablar contigo. Incapaz de resistir la casi suplica de su seductora voz, giré mi cuerpo de vuelta a su habitación y entré. Me quedé tan lejos de él y la cama como pude, pero seguía estando en la habitación. —¿Qué? ¿Qué es de lo que quieres hablar? —escupí. Estaba tan irritada conmigo misma por ceder ante él tan fácilmente como lo hacía por... bueno, sólo por ser él. Ash salió de debajo de la montaña de almohadas, lanzándolas todas al suelo en el proceso. Una vez más sólo llevaba un par de pantalones de pijama de algodón y de nuevo mi cuerpo cobró vida ante la visión de su torso desnudo. El chico seriamente podría haber sido un modelo de ropa interior. Era tan caliente. —No tienes que estar de pie en la otra punta, Mariposa. Cierra la puerta para no despertar a nadie y ven aquí. —Palmeó la cama al lado de donde estaba sentado. Su voz era baja y tentadora, y tan duro como traté de luchar contra la seducción, me encontré con ganas de hacer exactamente lo que dijo. Sin embargo, reuní toda la poca determinación que tenía y le espeté—: No me llames Mariposa.
Él inclinó la cabeza hacia un lado y frunció el ceño. —No me dijiste que no podía llamarte así el fin de semana pasado. —Sus palabras sonaron casi como una pregunta más que como una declaración.
80
—Bueno, tuve un breve período de locura, un momento de debilidad si quieres, y pensé que en realidad podrías ser una persona decente, pero esta noche confirmaste mi impresión inicial acerca de ti —le dije rotundamente—. Eres un idiota arrogante, egocéntrico que no merece ni que le dé la hora del día. No eres nada más que problemas, Ashton Walker. Sorprendentemente, en lugar de ponerse a la defensiva o tratar de explicarse, escogió estar de acuerdo conmigo. —Tienes razón. Soy todas esas cosas —dijo en voz baja—. Y aun peor. —Ash me miró tan intensamente a los ojos que ni siquiera estaba segura de haber parpadeado en minutos. Tal vez él no era humano... pero su piel no era fría... hmmm. Una vez más tuve que empujar mis fantasías de vampiros a la parte posterior de mis pensamientos. Maldita seas, Stephanie Meyer, y tus condenados vampiros sexys. Se levantó de la cama y empezó a caminar hacia mí. Me sentí como si estuviera en un documental de National Geographic sobre animales predadores y sus presas, y no había duda de cuál de nosotros era la presa. Evie me iba a disparar. Traté de mantener mi cuerpo bajo control, mientras se acercaba a mí, pero mi corazón no desaceleraba y estaba temblando por dentro. Estaba caliente y fría al mismo tiempo mientras pensaba en la sensación de su piel contra la mía. Ash cerró la puerta detrás de mí y luego extendió sus dos manos y agarró la mía, extendiendo piel de gallina hasta mis brazos. Esperaba que no se diera cuenta. —Scarlett, lo siento. Lo siento mucho. No puedo decirlo lo suficiente —comenzó—. Realmente no quiero ser un imbécil contigo, es solo que no sé cómo actuar a tu alrededor. Nunca he conocido a nadie como tú. —¿Qué? ¿Quieres decir que nunca has conocido a una virgen antes? Eso es ridículo —me burlé de él. —¡No! ¡Por supuesto que sí! Eso no es lo que quise decir —replicó— . Mira, como te dije la última vez, siento una extraña conexión contigo. Estoy cautivado por ti... no he dejado de pensar en ti desde que te fuiste. No importa cuánto lo intente, todos los días me pregunto lo que estás haciendo, cómo te fue, si eres feliz... Y entonces esta noche, apareciste en la cena y no esperaba verte. Ni siquiera sabía que te acercabas, y no estaba preparado... —Su voz se desvaneció—. No sé cómo actuar cuando estoy cerca de ti, Scarlett, y eso me asusta de verdad.
81
—¿Qué quieres decir con "cómo actuar cerca de mi”? Simplemente actúa como tú mismo. ¿Por qué es necesario actuar de otra manera? ¿Y por qué tienes que estar preparado para verme? ¿Y por qué te molestaste en mandarme un mensaje de texto la semana pasada después de decirme que no necesitas someterte a ningún tipo de relación, ni siquiera una amistosa? ¡Eres la persona más confusa que conozco! —Traté de mantener mi voz baja, pero me frustraba hasta la desesperación. No sabía si darle una bofetada o un beso, o ambas. ¿Por qué le permitía llegar a mí de ese modo? Opté por no hacer ninguna y dejarle continuar atrayéndome más profundamente a su cueva de inevitable angustia. —Sé que lo soy, lo sé. Si te hace sentir mejor, estoy igual de confundido. Eso es lo que estoy tratando de decir. —Ash se detuvo. Sacó nuestras manos, la mía todavía agarrada dentro de las suyas, y las llevo hasta su pecho mirándome con sus ojos hipnóticos. Su voz era severa, pero no dura—. SÉ que soy un bastardo arrogante que no es lo suficientemente bueno para ti. SÉ que no necesitas la mierda que viene junto a mí en tu vida. SÉ que por más que trate de no lastimarte, lo haré, de alguna manera, de alguna manera... es lo que hago. Y por eso SÉ que tengo que estar lejos de ti. —Se detuvo un momento y me dedicó una sonrisa sincera que irradiaba de sus ojos. Inclinó la frente hacia abajo para presionarla contra la mía y continuó de una forma mucho más suave, su tono cordial—. Pero después de verte de nuevo esta noche, SÉ que es imposible que me mantenga lejos de ti. Quiero... no, necesito que seas parte de mi vida. Sé que suena absurdo, infiernos, apenas sabemos nada el uno del otro, pero hay algo en ti que me dice que necesito mantenerte cerca. Seguía mirando sus ojos, fascinada no sólo por su voz, sino por las dulces palabras que fluían de sus labios. No dije ni una palabra... no pude. Me quedé en atónito silencio. Entonces Ash nos llevó hasta su cama y nos subimos a ella, sentados de piernas cruzadas frente a frente. Él reclamó mis manos entre las suyas una vez que nos acomodamos y continuó hablando. —He estado pensando en esto toda la noche —admitió—. Y no importa lo fascinante que te encuentre, cuánto me gustaría tocarte y besarte... —Inspiré profundamente y mi cuerpo se puso rígido mientras sus palabras desencadenaban pensamientos de sus manos y su boca explorando cada parte de mi cuerpo. —No puedo. —Se atragantó. Mi cuerpo se encorvó por la decepción y exhalé más fuerte de lo que esperaba—.Scarlett, realmente necesitas experimentar la vida normal de una joven adulta. Nada de eso ha cambiado. Necesitas este período de transformación para aprender acerca de quién eres, lo que quieres. Ya te lo había dicho. Por mucho que deteste el sólo pensarlo, necesitas salir con hombres e ir a fiestas y alocarte. —Ash se detuvo y se veía como si
estuviera tratando de juntar las palabras adecuadas para expresar lo que quería decir—. La atracción, la conexión que siento por ti, es tan fuerte que me asusta. Me temo que si nos involucramos sexualmente, si tuviera un sabor de esa dulce inocencia, estaría totalmente consumido... y eso no sería saludable para ninguno de nosotros. Necesitas este tiempo para ti. Así que la única otra opción es que tratemos de ser amigos —concluyó.
82
Me aparté de él un poco y levanté las cejas con incredulidad. — Amigos, ¿eh? ¿Realmente crees que podemos ser sólo amigos? —Sé que va a ser difícil... muy difícil si tengo que estar a tu alrededor contigo en ropa como esta. —Ash bajó la vista hacia mi camiseta a rayas grises y blancas y pantalones cortos grises de manera aprobatoria y un indicio de sonrisa diabólica en toda su cara, poniendo de nuevo mariposas que revoloteaban salvajemente en mi estómago—. Pero prefiero aprender a controlar mis deseos sexuales a tu alrededor que no tenerte en mi vida en absoluto. Me dedicó sus mejores ojos de cachorro y preguntó—: ¿Qué me dices? ¿Podemos al menos intentar esto de ser amigos? No sé a dónde nos llevará... puedes descubrir que te vuelvo absolutamente loca y que no quieres tener nada que ver conmigo nunca más —bromeó, aligerando la conversación. —Está bien —concordé—. Podemos intentarlo. Aunque deseaba ser mucho más que ser amiga de Ash, pensé en lo que Evie había dicho en el coche. "Si realmente hay una innegable atracción entre los dos, entonces deben terminar juntos como en un mágico cuento de hadas, felices para siempre. Pero sabes tan bien como yo que el camino de en medio lleva un montón de mierda para llegar a ese punto, un montón de angustia innecesaria, algunos malentendidos evitables, y que ambos necesiten tomar decisiones imprudentes y sin sentido. Así que ahora mismo creo que deberías dejar que todo suceda y dejar de pensar en todo...” Ella tenía razón, y me decidí a dejar que todo sucediera como fuera. Ash y yo íbamos a ser amigos... lo que debía ser una experiencia de aprendizaje, si no otra cosa. —Gracias por darle a esto una oportunidad. Espero no arruinarlo —dijo—. En verdad no tengo amigas a parte de Jess y Meg. He conocido a Jess desde la escuela primaria, ella es como mi hermana, no importa lo mucho que la haga enojar, no siempre puede deshacerse de mí. Y entonces Meg, bueno, no era como si hubiera alguna opción acerca del tipo de relación que íbamos a tener. —Me reí entre dientes ante la idea de Ash tratando de coquetear con Meg. —Bueno, tú serás mi primer amigo hombre, así que espero no estropearlo tampoco. —Le sonreí. Sabía que estaba jugando con fuego al pasar tiempo con Ash, pero traté de convencerme de que si pasaba
algún tiempo en el exterior, lo suficientemente lejos de las llamas, no me quemaría. Mientras nuestra relación no se volviera sexual, no podía encariñarme demasiado, por lo tanto, no podía lastimarme demasiado. Sí, claro, ¿a quién quería engañar?
83
13 Traducido por ♥...Luisa...♥ Corregido por MaryJane
84 Ash y yo pasamos el resto de la noche y las primeras horas de la mañana sentados en su cama hablando y conociéndonos. A pesar de que Dylan y yo habíamos compartido una conversación similar sobre nuestros pasados, presentes y futuros, parecía mucho más personal con Ash. Tal vez era la intimidad de mirar la cara del otro y ver la emoción que acompañaba cada historia o el recuerdo lo que lo hacía sentir de esa manera. Después de hacer un breve resumen de nuestras familias y de nuestras infancias, empezamos a hablar acerca de a dónde íbamos en la vida, nuestras metas y ambiciones. Por supuesto, ya que había reclamado mi propia independencia hacia solo una semana y media, no tenía ni idea de lo que quería o deseaba. Lo único de lo que estaba segura era de que no era pre-leyes. Me sorprendió, por decir lo que menos, saber que Ash tenía una especialización en física y una segunda en filosofía. En primer lugar, no me parecía del tipo que se interesa tanto en física o filosofía, había supuesto algo que tuviera más que ver con música, arte o historia. En segundo lugar, ¿quién demonios estudia ambos, física y filosofía? Para mí, parecían ser tan diferentes la una de la otra que no podía imaginar una carrera que incorporara ambos campos de estudio. Cuando le dije a Ash lo raras que pensaba que eran sus opciones, lo explicó como si tuviera sentido. —Es el hecho de que son tan diferentes lo que hace que funcione para mí; es como si me equilibraran. La física es el estudio de la realidad. Es materia y movimiento y energía... y de todas las leyes naturales que explican por qué el universo se comporta del modo en que lo hace. Todo es físico, sin juego de palabras. Filosofía, por otro lado, es el estudio de la creencia y la razón. Se trata de comprender y explicar el significado de por qué suceden las cosas. Todo es mental. —En la antigua Grecia, para estudiar una debías estudiar la otra, sobre todo antes de Sócrates. Los hombres que combinaban estas dos disciplinas fueron llamados fisiologoi, o filósofos de la naturaleza. La física es el qué, y la filosofía es el por qué, y es la combinación lo que alimenta mi amor por la astrofísica. —¿Astrofísica? —pregunté con incredulidad, arrugando la nariz— .¿Eres una especie de genio escondido en el armario, o algo así?
Echó la cabeza hacia atrás por la risa y la sacudió de lado a lado. Parecía completamente comestible en ese momento, y tuve que contenerme para no inclinarme hacia él y lamer su cuello. Amigos... me recordé. Ugghhh... necesitaba una sesión con mi novio a pilas tan pronto como llegáramos a casa.
85
—No, ningún genio aquí. —Su voz juguetona rompió mi inadecuado sueño—. He estado siempre obsesionado con las estrellas y los planetas, y el espacio en general. Cuando mi hermana vivía en California, podía ver miles y miles de estrellas casi cada noche, lo que es espectacular. Solía pasar un mes cada verano con ella, y sin mucho con lo que entretenerme, empecé a leer libros para aprender todo lo que pude acerca de ellas. En serio, me enamoré de todo lo relacionado con la astronomía. —Ash me dedicó una mirada divertida e inclinó la cabeza ligeramente, pero continuó—: Y ahora es lo que espero hacer como carrera, pero es un campo muy difícil de conseguir. Más que probablemente, si tengo suerte, seré contratado como asistente de investigación para algún proyecto y sólo espero aprender lo máximo que pueda y seguir mi camino. —¿Por qué la mirada divertida? —pregunté con curiosidad. —No lo sé. Nunca antes he hablado de mis estrellas con nadie. Sé que a la mayoría de la gente le importan una mierda las bolas de gases que parecen ser las que pasan el rato en el cielo de la noche. —Me encantó la forma en que las llamó “sus estrellas”, demostrando su pasión y posesión. Por primera vez desde que lo había conocido, Ash tenía un aire de vulnerabilidad en su rostro. Me di cuenta de que hablar acerca de este aspecto de su vida le hacía sentirse incómodo y me pregunté por qué. Corriendo a través de las posibles explicaciones en mi cabeza, mi mejor conjetura era que sus padres no estaban de acuerdo con su elección de carrera. —Creo que es fascinante, y cada vez que quieras hablar acerca de tus novias celestiales, estaría encantada de aprender más sobre ellas —bromeé. —Está bien, entonces no digas que no te lo advertí la próxima vez que pase una hora explicándote lo interesante que es realizar el trazo del movimiento de un meteoro, ¿está bien? —Su sonrisa con hoyuelos era cálida y acogedora, y de nuevo tuve que abstenerme de tocarlo o besarlo. Cambié de tema rápidamente, con la esperanza de disuadir mis pensamientos nada amigables. —¿Por qué me llamas Mariposa aunque sabes que odio los apodos? —Bueno, en primer lugar, podría dar una mierda acerca de si te gusta mi apodo para ti o no —bromeó con una gran sonrisa tonta. Pero entonces la sonrisa de Ash se volvió más sincera mientras sus ojos
acuáticos miraban los míos—. No puede haber una representación mejor de ti, Scarlett, que una mariposa. Las mariposas simbolizan varias cosas a través de las diferentes culturas, sin embargo, la asociación más común es la de la metamorfosis, o un momento de transformación y cambio. Scarlett, tú sabes mejor que nadie, tal y como hemos hablado, que este es tu momento de metamorfosis. Finalmente estás liberándote de esa estrecha crisálida en la que tus padres te envolvieron con tanta fuerza y extiendes tus alas para volar. Sé que suena muy cliché, pero en tu caso, no podría ser más cierto.
86
—Otros significados simbólicos de la mariposa son la belleza, la ternura, el aprecio, la tranquilidad y la paz. Todas estas son palabras que te describen, y al aura que te rodea. —¿Era este hombre de verdad? Amigos, ¿eh? —Guau, eso fue algo profundo. —Fue lo primero que se me ocurrió decir. Entonces me sobrepuse al estado semifundido en que su embriagadora voz me había dejado y continué—: Estoy muy impresionada por tu amplio conocimiento del simbolismo de la mariposa. Has sido una sorpresa tras otra esta noche, señor Walker. —¿Es así, señorita MacGregor? Espero que todas ellas hayan sido agradables sorpresas. —Él exageró en exceso un arqueamiento de cejas y lo golpeé en el brazo para detenerlo, pero mi risa sólo lo animó más. —Entonces, ¿qué era ese otro nombre con el que me llamaste la semana pasada? —pregunté, rompiendo nuestro juego de hacernos muecas el uno al otro. Ash me dedicó una mirada inquisitiva, como si realmente no supiera a lo que me estaba refiriendo. —¿Psique o algo así? —ofrecí, esperando que supiera de lo que hablaba, y de inmediato apartó la mirada y miró nuestras manos, todavía entrelazadas entre nosotros. Estaba sonrojado y me encantó; por una vez lo había avergonzado, o al menos hecho sentir incómodo. —No recuerdo haber dicho eso en voz alta —confesó, y luego se quedó en silencio. —Así queee... ¿vas a decirme ahora? ¿O tendré que hacerte cosquilla? —Traté de bromear con la esperanza de aliviar un poco su malestar. Él respiró hondo y empezó—: Sé que esto va a sonar increíblemente cursi... —Oh, vamos... soy una chica, me gusta lo cursi —le aseguré. —Bueno, la historia de Eros y Psique es un mito griego que también fue llevado a la mitología romana, en el que se cuenta cómo se conocieron Cupido y Psique; algunas personas dicen que es el primer cuento de hadas en el mundo. De hecho, es uno de mis favoritos de todos los mitos. Deberías echarle una ojeada y leerlo en algún
momento, creo que lo disfrutarías. Es una historia de amor eterno inmortal y los muchos obstáculos que Eros y Psique tuvieron que superar para encontrar su felices para siempre. —Volvió su mirada a la mía y estaba fascinada por completo. Y continuó—: Psique es el término que los griegos utilizan para las mariposas, pero la Psique en griego también significa, literalmente, alma. Así, la mariposa, basada en esta épica historia de amor, es comúnmente utilizada para describir la inmortalidad del alma humana.
87
—Psique se retrata a menudo en los dibujos y esculturas como la hermosa chica humana con alas de mariposa. Así que, obviamente... — El color carmesí oscureció sus mejillas una vez más—. La primera vez que pensé en lo similar eras a una mariposa, tanto física como emocionalmente, te imaginé como Psique. —Sus ojos se posaron en su regazo y una pequeña sonrisa avergonzada se dibujó en sus carnosos labios. Atónita por toda la conversación, lo único que me vino a la cabeza para decir fue—: Bueno, obviamente. Ash alzó los ojos hacia los míos y la pequeña sonrisa avergonzada se convirtió en una ancha sonrisa traviesa. —¿Te estás burlando de mí? Negué con la cabeza, pero tan rápidamente como se movió de su posición sentada en la cama a sus rodillas, supe que estaba en problemas. Segundos después, fue como una repetición de la última vez que estuve en la cama de Ash, y estaba sobre mi espalda mientras me hacía cosquillas implacablemente. —Sabes, ya sea que te estés burlando de mí o estés mintiendo acerca de no hacerlo... de cualquier manera, estás en un gran problema y necesitas ser castigada. —Sus palabras eran juguetonas y alegres, pero cuando dijo la palabra castigada, mi cuerpo se puso rígido mientras imágenes de esposas y fustas revoloteaban en mi cabeza. Realmente necesitaba tener sexo... pronto. Traté de recuperarme rápidamente, esperando que no se diera cuenta de mi reacción, pero no tuve tanta suerte. Dejó de hacerme cosquillas y su voz se suavizó. —Lo siento si dije algo que no te sentara bien. —Todavía estaba acostada sobre mi espalda y todavía tenía las dos manos fijadas por encima de mi cabeza con una de las suyas. Su rostro se cernía sobre el mío y me miró a los ojos en busca de respuestas—. ¿Tus padres solían golpearte? —Su voz era suave y sus ojos se llenaron de genuina preocupación. —¿Qué? —Lo miré como si le hubiera crecido una segunda cabeza. ¿De dónde demonios había venido eso?—. Uh, no. No me golpearon en mi vida, ni nalgadas ni de otra manera. ¿Por qué me preguntas eso?
—Bueno, cuando dije algo sobre castigarte te congelaste como si estuvieras asustada o algo... no sé, pensé que ya que tus padres son tan controladores y toda esa mierda...
88
Ahora era mi turno de estar mortificada. No estaba muy segura de cómo explicar por qué reaccioné de esa manera, o peor aún, si debía. Ahí estaba él, preocupado de que hubiesen abusado de mí cuando era niña, mientras yo fantaseaba con un cuarto oculto y rojo del dolor. —¿Por qué te sonrojas? —preguntó Ash, su rostro se volvió curioso—. ¿Qué sucede? —No es nada. ¿Podemos dejarlo? —supliqué. Pero por supuesto no iba a dejarlo ir. Después de continuar acosándome, finalmente admití—: Mira, cuando me dijiste que me castigarías, la imagen tuya dándome nalgadas pasó por mi cabeza y yo... —Dejé de hablar cuando me soltó las manos y se apartó de mí en la cama. Ash se giró hacia la dirección opuesta y miré su espalda desnuda mientras sus piernas bajaban al suelo. —Uno no puede decir esas cosas, Scarlett —susurró con voz ronca—. Ya es bastante difícil estar cerca de ti y no tocarte. —Lo sé. Lo siento. Pero la próxima vez que no te quiera decir una cosa, no me obligues. No quiero mentirte —le respondí. Él seguía sentado allí de espaldas a mí, así que me moví para salir de la cama—. Sólo necesito tener sexo pronto —murmuré para mí misma en voz baja. Ash salió disparado de la cama y me giré hacia donde él estaba de pie directamente delante de mí. —¿Qué acabas de decir? —gruñó en voz baja. Se inclinó hacia mí para que su rostro estuviera cerca del mío. Sus ojos eran de un azul oscuro, como un océano furioso. ¿Por qué demonios estaba tan enojado? Cabreada por su tono enojado, le repetí lo que dije en mi mejor voz de perra. —Dije que tengo que echar un polvo. No es que sea asunto tuyo. —Ash cerró los ojos y apretó los labios como si se estuviese conteniendo para no decir algo que podría lamentar. —Scarlett —comenzó—, tienes razón, no es de mi incumbencia. Pero como amigo me gustaría darte un consejo. Puedes tomarlo o dejarlo, de cualquier manera seguimos siendo amigos, ¿de acuerdo? — Asentí. —Por favor, no duermas con cualquier hombre que conozcas. A menos que sea especial, ya sabes, por lo menos que sientas algo por él... —Ash puso su dedo bajo mi barbilla y levantó mi cara hacia él— .¿Puedes hacer eso por mí, Mariposa? —A pesar de que su toque y sus palabras me hicieron sentir como masilla por dentro, sabía que no podía caer bajo el hechizo de nuevo. No me iba a arriesgar a ser lastimada el domingo por la mañana.
—No voy a hacer ninguna promesa en caso de cualquier noche loca de borrachera, pero lo intentaré con fuerza estando sobria —le dije medio en broma, en un intento de aligerar el ambiente. —Y ¿podemos cambiar de tema?
89
—En realidad son las 4:30 de la mañana y tenemos que dormir un poco. —Me sonrió, obviamente, también queriendo dejar atrás el momento incómodo. Sin embargo, en vez de dormir en su cama y correr el riesgo de otra charla a cargo de Evie, le dije que me iba a colar de nuevo en la cama de Jess con la esperanza de que ninguna de ellas hubiese notado mi desaparición. Parecía un poco decepcionado al principio, lo que por supuesto me hizo sentirme feliz, pero ambos sabíamos que era mejor que no nos encontrarán juntos. Él me atrajo en un fuerte abrazo y me abrazó durante bastante tiempo. Me esforcé para no pensar en su falta de ropa y explorar todos y cada uno de los centímetros de su cuerpo. Al estar presionada contra su pecho, envuelta en su perfume celestial de hombre, y con sus brazos alrededor de mi cintura, fue casi mi perdición. Besó la parte superior de mi cabeza y me susurró tiernamente, siempre tan suavemente—: Buenas noches, dulce Psique, mi hermosa mariposa. —Buenas noches, Ash. —Nunca me había sentido tan feliz.
14 Traducido por Eugene_14 Corregido por Zafiro
90 Tan pronto como llegamos a la mañana siguiente al auto de Evie, sabía que algo andaba mal. Podía sentir su ansiedad, pero no sabía qué era lo que la tenía tan nerviosa. Parecía estar bien dentro de la casa. —Entonces, ¿me dirás que anda mal o vas a resoplar en la miseria sola por ahí? —le pregunté—. ¿Tiene algo que ver con Anthony? —¿Anthony? Eh, no…no hay nada con él, de una manera u otra. Solamente fue por los fines del concurso, no es mi tipo. —Evie frunció la nariz como si algo oliera mal. —Eres tan mala, tenías a ese pobre chico siguiéndote por ahí como un cachorrito anoche. Evie se encogió de hombros.—Lo cual es exactamente el porqué no es para mí… De todas formas, eso no es todo. —Mira, Sam, sólo diré esto una vez porque no sería una buena amiga si no lo hiciera. —Se giró y me miró. Supongo que mi regreso a escondidas a la cama no fue tan sigiloso como había pensado—. No creo que Ash sea el chico indicado para ti, al menos no ahora. Desearía que reconsideraras involucrarte con él porque me temo que saldrás lastimada. Sé que harás lo que quieras hacer, lo que se sienta bien para ti… y eso también es importante. Ahora tienes que tomar estas decisiones por ti misma, pero recuerda, tendrás que lidiar con las consecuencias. —Pero antes dijiste que si estaba destinado a ser…—me quejé. —Sé lo que dije —me espetó. Me aparté de ella, sorprendida por el tono enojado dirigido a mí—. Pero maldición, Scarlett, esto va acabar mal, ¡simplemente lo sé! Tienes que alejarte de él, incluso si eso significa dejar de ir allí los sábados. No podía creer que me hubiera gritado, nunca me había levantado la voz antes. Se sentía horrible. —No tenemos que dejar de ir allí—dije en voz baja, mirando mis manos—. Mira… no pasó nada. Sólo vamos a tratar de ser amigos. —¿¿¡Amigos!?? —ladró—. El domingo pasado no iban a tener relación alguna. Este domingo, van a ser amigos. El próximo, ¿qué?
¿Serán amigos que salen? ¿Cuántos domingos hasta que te esté follando, Scarlett? —Me miró, pero obviamente no había terminado con su perorata—. Eso es todo en lo que está interesado, Scarlett, lo sabes. —Eso no es verdad —traté de discutir—. Es diferente. —Las lágrimas llenaron mis ojos, amenazando con desbordarse en una cascada.
91
—Es diferente porque él quiere que pienses que es diferente. Es un idiota egocéntrico que se acuesta con cualquier cosa que camine, y tú eres más atractiva para él porque eres una pequeña e inocente virgen a la que quiere corromper. Una vez que obtenga lo que quiere, no tendrá ningún uso para ti y pasará a su siguiente reto. —¡Cállate! —le grite—. No sabes de lo que estás hablando. Esto es diferente. ¿Por qué no puedes simplemente apoyarme? Tú más que nadie debes saber que esto es lo que necesito. Evie no respondió. Nos detuvimos en los dormitorios y ambas bajamos del auto en silencio. Una vez dentro de la residencia de estudiantes cada una fue a su propia habitación, cerrando las puertas detrás de nosotras. Después de una ducha me sentí mejor físicamente, pero mi cabeza seguía repitiendo la discusión entre Evie y yo como un disco rayado. Nunca antes habíamos estado enojadas la una con la otra y simplemente no podía soportarlo otro minuto. Salí de mi cuarto y crucé la sala de estar hacia el de ella. Sin tocar, irrumpí dentro para encontrarla escondida entre sus almohadas. Me miro, y sus mejillas estaban manchadas de lágrimas. —Mira… te quiero y lo siento —comencé a disculparme—. No hay una persona o cosa en este mundo por la que valga la pena que estés enojada conmigo. Repentinamente, Evie saltó de cama como lava caliente y se lanzó hacia mí. Nos abrazamos en un fuerte abrazo. —Te quiero demasiado.—Fue lo único que dijo, y suspiró con alivio. No necesitábamos hablar de esto nunca más, nuestro perdón mutuo se entendía. Se subió de nuevo a la cama y agarró su libro. —No estoy segura de cuál es el problema, pero es como cualquier otro libro que he leído desde que estamos aquí que me recuerda a ti. Primero toda la cosa de Taking Chances, y ahora estoy leyendo Ruining Mey no puedo dejar de notar las similitudes entre tu situación y la de este libro. ¿Lo has leído? — Negué con la cabeza, aún agradecida de que hubiéramos superado nuestro primer desacuerdo. Odiaba pensar que Evie estaba molesta conmigo; no podía siquiera imaginar lo que mi vida sería sin ella. —Pues esta chica en el libro, Jay, tiene a tres chicos con los que está involucrada… el chico bueno que sabe qué es mejor para ella, el chico misterioso con el que siente una extraña conexión y luego a un
chico malo rockero al que utiliza como vía de escape. —Evie hizo una pausa—. Las dos sabemos que papeles llenan Dylan y Ash… —Entonces, ¿todo lo que me falta es mi chico malo rockero? — Levanté las cejas hacia ella y sonrió.
92
—Así es como lo veo. —Sus ojos brillaban con picardía y ya podía ver las ruedas girando en su cabeza—. Esa chica, Mina, la de mi clase de Ciencias Políticas, menciono que su novio era el baterista de alguna banda de rock local. Tal vez debería averiguar dónde y cuándo estarán tocando la próxima vez, así podemos hacer acto de presencia. Es posible que necesitemos encontrarte un Rhye. —¿Un Rhye? —pregunté confusa. —Sí, Rhye es el chico rockero en Ruining Me —explicó Evie—. Pero puede ser cualquiera de nuestros novios literarios rockeros… Kellan, Shane, Jake, Trey… cualquiera que te guste. —¿Y supongo que también estarás esperando con ansias este desafío de Novio Literario? —Sabía muy bien que los chicos rockeros tatuados eran la debilidad de Evie. —Vamos a decir que no me detendré por tu causa—respondió, y me guiño un ojo. Cuando regrese a mi cuarto, me seguía sintiendo un poco mal por la discusión. La culpa trajo de pronto a mis padres a mis pensamientos, y antes de que pudiera analizar exageradamente lo que planeaba hacer, cogí mi teléfono y marqué el número de mi mamá. La conversación no fue tan bien como esperaba. Estaba molesta porque ni siquiera habían intentado mantener contacto conmigo en diez días, ellos estaban molestos porque no había llamado para disculparme y arrastrarme por su perdón. Discutimos, ninguno escuchando al otro, y al final, nuestra relación no había cambiado mucho de cómo estaba antes, pero acepté mandar un correo electrónico una vez a la semana para hacerles saber que estaba a salvo. Inmediatamente llamé a mi hermano para desahogarme con él acerca de lo locos que estaban nuestros padres, como si no lo supiera ya. También hablé con Alyssa, que me alegró el día completamente. No podía creer lo grande que sonaba e hicimos planes para una fiesta de té de princesas cuando los visitara en Acción de Gracias. Esa era la única razón por la que tenía ganas de ir a casa.
15 Traducido por Mitzi.C. Corregido por mterx.
93 El siguiente par de meses continúo de forma similar. La escuela era… bien, era la escuela. No estaba estudiando nada por lo que me sintiera particularmente apasionada, así que era duro sentir mucha emoción al respecto. Evie me ayudó a mantenerme enfocada y motivada, y lo pasamos la primera ronda de exámenes con notas de A y B. Ella finalmente fue al doctor por sus dolores de cabeza, que aparecían cada vez más y se enteró de que necesitaba lentes. Se quitó el look de colegiala increíblemente caliente. Dylan y yo continuamos enviándonos mensajes de texto y hablando durante la semana. Comenzó a recogerme los sábados en la tarde para que pudiéramos tener una cena antes de ir al encuentro semanal. Físicamente estaba tomándose las cosas muy lentas, dolorosamente lentas, en realidad. Cuando nos besábamos era apasionado y ocasionalmente permitía que sus manos acariciaran mi cuerpo, pero cuando yo respondía presionando mi cuerpo contra el suyo y gimiendo en la miseria, él se separa y me decía que necesitaba parar antes de que no pudiera controlarse. No quería que se controlara, y muchas veces cuando se lo decía, simplemente se reía y me decía que no estaba lista. Eso estaba empezando a molestarme, y combinado con Ash, el amigo platónico de sólo las noches del sábado/mañanas del domingo, mi frustración sexual estaba construyendo una explosión inevitable. Durante la noche por semana que Ash y yo pasábamos juntos, teníamos el mejor tiempo hablando y pasando el rato. Discutíamos todo, tocando música para los otros y riéndonos de los demás chistes ridículos. El único contacto físico que teníamos era cuando nos despertábamos. A pesar de que nos quedábamos dormidos separados el uno de otro, siempre despertábamos en una maraña de extremidades. Casi todas las mañanas su innegable erección estaba presionada contra mi vientre o espalda, y tomaba toda mi resolución no extender la mano y tocarlo, pero me contuve, con miedo de arruinar la cómoda relación que habíamos establecido. En vez de eso yo sólo deslizaba mi cuerpo fuera de debajo de él y besaba su frente a modo de despedida. Nos enviábamos mensajes de vez en cuando durante la semana, aunque nunca nada consistente, y nunca le envié un mensaje a menos que él iniciará la conversación. Estaba determinada a no ser la patética chica que suspira por el chico que no puede tener.
94
Evie y yo nunca discutimos de nuevo acerca de las noches que pasaba con Ash. No hice alarde de que estaba haciendo algo que ella no aprobaba frente su cara y se abstuvo de castigarme por tomar una mala decisión. Sabia como se sentía con esta situación. Ella había dejado sus preocupaciones bastante claras, pero yo también sabía cómo me sentía cuando estaba alrededor de Ash. En ese momento nuestro acuerdo amistoso parecía estar funcionando. Me acostumbré a verlo con una rubia diferente cada semana en donde Jacob y Nathan, y de hecho me gusto que nunca fuera la misma chica. Me habría molestado saber que estaba lo suficientemente interesado en una chica para estar con ella por segunda vez. Él también parecía aceptar la idea de que yo estuviera con Dylan, nunca dijo lo contrario si lo hacía. Ninguno de los dos preguntaba acerca de nuestras relaciones románticas/sexuales, pasadas o presentes. Era el único tema que no abordábamos. A parte de hablar de Dylan, no habría tenido mucho de qué hablar, de todos modos, y me asustada que él podría hablar continuamente durante días y aun así olvidarse de alguna de las chicas con las que había estado. Si bien en la fiesta a menudo nos encontrábamos mirándonos, siempre rompía la mirada, asustada de que Dylan pudiera atraparnos. Él ya sospechaba de Ash después de la forma en que actuó tan posesivamente la primera noche que los había conocido a ambos, y a pesar de que Dylan y yo no éramos exclusivos — no es que lo hubiéramos discutido—, no creo que apreciara el hecho de que cada sábado, después de pasar con él la tarde, fuera directamente a la cama de Ash. A pesar de que no era así, es probable que todavía no se conformara. Un jueves por la tarde a principios de Noviembre, Evie llegó brincando hacia mí en la acera cuando nos reunimos después de clase para caminar a nuestro dormitorio. El clima se había templado y la opresiva humedad se disipaba, por lo que se había vuelto muy agradable y refrescante caminar por ahí y pasar tiempo fuera. Ella tenía una gran sonrisa de placer cruzando su rostro y supe que se moría por contarme su buena noticia. —Mañana por la noche tenemos un reto de NL y será impresionante —canturreó. Levanté las cejas con interés. —Vamos, tienes mi atención. —¡Mina nos invitó a ir con ella a escuchar a la banda de su novio tocar! —chilló emocionada—. Están tocando en algún almacén donde supuestamente tocan como tres o cuatro bandas locales. ¡Estoy tan emocionada! —Incapaz de contener su entusiasmo por la oportunidad de conocer a un músico sexy, comenzó a hacer un ridículo baile en la acera y fingí que escapaba de su embarazosa travesura huyendo. Me persiguió y me abordó en el suelo. Las personas de alrededor se detuvieron para asegurarse de que estábamos jugando mientras rodábamos en la hierba, pero pronto no podíamos movernos a causa
de nuestra risa incontrolable. Me reí hasta que las lágrimas corrían por mi rostro y me dolía el costado, y tuve que caminar el resto del camino inclinada sobre un lado con rayas negras marcando mi cara. —Ya sabes, realmente necesitas echar un polvo —dije una vez que me quedé sin aliento—. ¿Cuánto tiempo ha pasado ya?
95
—Demasiado, uno jodidamente largo —gruñó Evie con disgusto. Había encontrado a un par chicos en el campus y en la fiesta del sábado por la noche, como habíamos empezado a referirnos, pero ninguno al que le interesara ver más que un par de veces. Sus encuentros sexuales habían sido iguales a los míos desde que llegamos a Houston, excepto por el hecho de que yo dormía en la cama con Ash una vez a la semana. A pesar de que nunca pasó nada sexual cuando lo hicimos, era más bien íntimo, y sabía que era algo que Evie extrañaba—. Pero no te preocupes, planeo encargarme de ese problema mañana en la noche. —Me lanzó una malvada mirada y continuó—: Solo voy a seguir adelante y dejarte saber ahora que a menos que tú planees renunciar a tu tarjeta-V con un absoluto extraño a esta hora mañana, no tienes ninguna oportunidad de ganar nuestro concurso. También puedes planear comprarme el desayuno el domingo por la mañana porque no lo voy a rechazar. Voy a tener un tirón en un músculo de mi muñeca pronto de agarrar mi maldito vibrador con tanta fuerza. Fui y compré un paquete de esas pilas que duran. La mujer que me cobró me miraba como si supiera que las estaba comprando para… por supuesto que lo sabía, ¿qué más lleva ese maldito tamaño de pilas? Nada. ¡Eso es! Deberían simplemente llamarlas “pilas de vibradores” en el paquete y venir con una etiqueta que diga “necesitas una buena follada”. No podía dejar de reírme de la diatriba que había soltado. —Está bien, Evie. Cálmate. Vamos a ir y a encontrarte un sexy estudiante mañana. En verdad necesitas conseguir alguno y sacarlo de tu sistema. He notado que tu selección de libros últimamente se ha estado alejando del new adult y acercándose al puro erotismo, así que supuse que estabas buscando algún buen material. Las siguientes 24 horas se arrastraron en torno a cómo Evie y yo esperamos ansiosamente nuestra gran noche. No estaba segura de qué usar para algo como esto, así que le permití a Evie vestirme. De cualquier forma, conservé el poder de veto sobre sus selecciones. Ella finalmente logro usar su vestido de ramera en rojo y negro a rayas, que combinó con sus botas negras de tacón hasta las rodillas. Se veía incluso más increíble de lo normal con su cabello negro azabache apilado en un moño desordenado sujeto con palillos negros. Yo quería usar pantalones, así que ella me vistió con unos angustiosamente ajustados combinados con un top negro completo y un sujetador de encaje negro y rojo por debajo. Discutimos sobre qué zapatos iba a llevar. Yo quería sandalias, ella quería tacones de aguja. Llegamos a un acuerdo
con brillantes zapatillas de ballet negras. Mantuve mi cabello suelto y lacio, me sentía un poco menos vulnerable cuando estaba bajo, casi como si fuera una capa de protección. Me sentía un poco aprensiva respecto a la manera provocativa en la que iba vestida, pero Evie me aseguro que me veía bien y que encajaríamos bien. No tuve más remedio que confiar en ella. Marcadas las 9:00, nos dirigimos a la puerta y fuimos a recoger a Mina.
96
16 Traducido por Anelynn Corregido por Juli
97 Mina vivía con sus padres a unos 20 minutos del campus. Cuando la recogimos y conocimos a sus padres, les proporcionó una fácil excusa acerca de que planeaba quedarse toda la noche en el departamento de su novio Noah. Estaba contenta de ver que Mina usaba algo similar a lo que Evie y yo vestíamos. Ella llevaba unos vaqueros negros ajustados, un top plateado metálico y tacones negros de aguja. Me había encontrado con Mina varias veces en la cafetería del campus y en la biblioteca, pero nunca me había dado cuenta de lo bonita que era hasta entonces. Su cabello rubio natural caía en perfectos rizos sólo pasando sus omóplatos y sus deslumbrantes ojos azules brillaban en contraste con su top. Después de las rápidas presentaciones con sus padres, salimos volando por la puerta, emocionadas por lo que la noche nos traería. Una hora y media después estábamos pagando $20 al portero que cubría nuestra entrada a la bodega en medio de la nada. El portero era el amigo del hermano de Mina, quien nos hizo pasar como de 21, pero no pudo hacer nada con la tarifa de entrada. Aun así, Mina se quejó de él. A mí no me importó mucho porque esperaba que no tuviéramos que comprar muchas de nuestras bebidas durante la noche. Basada en la apariencia exterior de sólo una bodega de metal en forma rectangular, no estaba muy segura de qué esperar cuando entramos, pero sorprendentemente, el espacio con luz tenue lucía tal y como asumí que luciría un club normal. Barras alineadas en las paredes a mi izquierda y derecha; había un escenario de buen tamaño centrado contra la pared del fondo; el área principal se encontraba repleta de mesas con la excepción de un pequeño espacio abierto directamente enfrente del escenario que actualmente estaba siendo usado como una pista de baile; había una puerta que conducía a lo que parecía un pasillo en un lado de la habitación y había varias mesas de billar que daban al otro lado. El lugar estaba bastante lleno, todas las mesas de billar estaban ocupadas y había sólo uno o dos mesas libres. Antes de que tuviera oportunidad de mirar alrededor, Mina agarró mis manos y las de Evie y nos arrastró hacia el grupo de gente sentada en algunas mesas que habían sido puestas juntas. La gente se detuvo a mirarnos a las tres mientras atravesábamos la habitación, era imposible no notarlo. Pensé que nos podríamos haber parecido a los
Ángeles de Charlie, la sorprendente rubia, la asiática rebelde y la misteriosa morena. Aun así no era misteriosa en absoluto. Tan pronto como alcanzamos la mesa, Mina saltó al regazo de quien asumí era Noah y comenzó a besarse con él salvajemente. Toda la mesa los aclamó, lo que provocó que Mina empezara a reír y rompiera el beso. Entonces nos presentó a Noah, que era tan agradable como guapo.
98
—Es un gusto conocerlas a ambas —dijo mientras estrechaba mi mano y la de Evie. Entonces levantó la vista hacia Mina y le dijo—: No estoy seguro que vaya a aprobar que salgas con estas dos damas. Tres hermosas mujeres juntas no serán nada más que problemas. —Tú sabes que no necesito ayuda alguna para encontrar problemas. Te encontré, ¿no es cierto? —se burló mientras besaba su cuello. Noah se echó a reír y atrajo la boca de ella a la suya. —Sí, lo hiciste, tú, chica traviesa —dijo contra sus labios. Verlos a los dos juntos me hacía sentir ilusionada, incluso envidiosa, también. Podía ver lo mucho que verdaderamente disfrutaban estando el uno con el otro, eran adorables juntos. —Oye, Mina, ¿vas a presentarnos a tus amigas al resto? —gritó uno de los otros chicos en la mesa—. Estoy seguro que no vinieron contigo para mirarlos a ti y a tu gracioso chico besándose ahí y haciéndose ojitos toda la noche. —¡Oh, claro! Lo siento, chicos —dijo mientras saltaba del regazo de Noah. Entonces nos llevó alrededor de la mesa para presentarnos al resto de los compañeros de banda de Noah y amigos. Sin embargo, después de la primera o segunda presentación, paré de procesar los nombres y las caras porque capté la mirada del cantante principal de la banda que estaba actualmente en el escenario. Debido a la emoción de nuestra llegada, apenas había notado a la banda que estaba actualmente en el escenario y al grupo de personas reunidas enfrente de ellos, además de la fuerte música que llenaba la habitación, pero mi cerebro había estado en una sobrecarga sensorial y había fallado en notar lo increíblemente caliente que era el hombre de enfrente. De alguna forma hice mi camino alrededor de la mesa; creo que había conocido a un Max, un Seth y un Justin, pero no podría estar segura sobre esos y no tenía ni idea del resto. Varios de ellos tenían chicas en sus regazos o a sus lados, y tampoco recordaba ninguno de sus nombres. Cuando regresamos a donde estaba Noah sentado, tenía cervezas y taburetes esperando por nosotras y nos explicó la
organización para la noche. Esta era sólo una actuación de quince minutos para los 32 Leaves, pero Noah explicó que se convertía rápidamente en uno de los lugares preferidos por la multitud de jóvenes en general del lugar.
99
Me esforcé en poner atención a la conversación que se desarrollaba a mí alrededor pero seguía encontrando mi atención y mis ojos centrados en el chico que sostenía el micrófono. Estaba pasmada. Era alto, probablemente 1.90, y sus definidos músculos se mostraban a través de la camisa negra empapada que se adhería a su pecho. Su cabello oscuro estaba afeitado cerca de su cabeza y sus brazos estaban cubiertos de tatuajes que trepaban hacia arriba por la parte delantera y posterior de su cuello. Tenía un pequeño piercing en cada pezón, que también eran evidentes a través de la delgada camisa de algodón que se aferraba a él. Mina se inclinó cerca de mi oído y dijo—: Es bastante asombroso, ¿eh? —Era más una declaración de un hecho que una pregunta, y asentí sin romper mi concentración. —Creo que estoy enamorada —murmuré, sólo lo suficientemente alto para que me escuchara ella. —Tú, yo y todas las otras chicas de aquí. —Se rió entre dientes. Y en ese momento, como si él hubiera escuchado nuestra conversación por encima de la música fuerte y a través de la abarrotada habitación, se giró en nuestra dirección, enlazó sus ojos con los míos y me dedicó una malvada sonrisa. Inmediatamente, aparté la vista, preocupada de que me hubiera pillado mirándolo fijamente. Unos momentos después, Mina dijo—: Sigue mirándote, ¿sabes? — Sacudí la cabeza, negando, y mantuve la mirada fija en mi bebida, que estaba en la mesa frente a mí. —Estoy segura de que está mirando a otra persona —repliqué. Ella sacudió la cabeza hacia mí y se echó a reír. —De acuerdo. Bueno, en caso de que fuera a ti a quien miraba y terminarais hablando después, te diré lo que sé sobre él. Su nombre es Mason pero todos le dicen Rat9. —Hice una mueca cuando dijo su apodo, lo que reflejaba exactamente mis pensamientos—. Su hermano es dueño de este lugar y básicamente es tratado como un dios del rock por aquí. Cuando su banda, Jobu's Rum, no está tocando, él y sus chicos se sientan en esas mesas reservadas de allá y siempre hay una manada de groupies rodeándolos. —Mina movió la cabeza hacia el frente, hacia la colección de mesas que estaban ubicadas perfectamente entre el bar y las mesas de billar, que también tenían una vista despejada al escenario.
9Rata
en español.
—He venido aquí un puñado de veces con mi hermano antes de que Noah y los chicos consiguieran tocar, así que tal vez he estado aquí diez veces o así y él siempre está aquí, siempre con una chica diferente, a veces con más de una en la misma noche —continuó—. No es que lo pueda culpar, sin embargo, si yo luciera y sonara como él, probablemente también sería un mujeriego.
100
Saber que Mason era un mujeriego no era una sorpresa en absoluto. Como Mina había dicho, con su apariencia y su voz, estaba segura de que había mujeres desnudas alineadas a su disposición día y noche. Me giré para decirle algo a Evie, pero se había movido alrededor de la mesa y entablado una amigable conversación con uno de los otros miembros del 32 Leaves, ¿Era Max? La habitación se hizo un poco más silenciosa y noté que Mason (Me rehusaba a referirme a alguien como Rat) y Jobu's Rum habían terminado de tocar y había algunos trabajadores desmantelando los instrumentos. Entonces miré hacia las mesas que Mina había señalado, y me decepcioné al descubrir que todavía seguían vacías. Sintiéndome tonta por andar buscando a un tipo, decidí hacer un inventario de la gente en el área del billar, encontrando tal vez otra posibilidad para el desafío del NL. Y fue entonces cuando lo vi. Ash y un grupo de otros cinco, lo que parecían ser tres parejas, estaban ubicados en una mesa de billar contra la pared del fondo. Las otras dos parejas perecían estar disparando un juego de dobles mientras Ash se sentaba en un taburete al lado de una mesa de cocktail. Una chica rubia, gran sorpresa ahí, se paró entre sus piernas, así que sólo podía ver la espalda de ella. No mucho tiempo después de que los noté, comenzaron a besarse. Tenía una vista magnífica de su mano enterrada en su largo cabello lacio mientras la otra acariciaba su espalda y su culo. Fue como un coche destrozado para mí, y no pude apartar la vista. Mi estómago se sentía como si acabaran de dejar caer un ladrillo dentro y mi boca estaba libre de humedad. Incluso después de que rompieran el beso y ella se girara para inclinar su espalda contra su pecho, verlo acariciar lentamente su brazo y enterrar su nariz en su cabello me enfermó. No entendía por qué perdía tanto la compostura al ver a Ash con otra chica. Primero que todo, no era como si tuviera que reclamarle algo. Sabía que él había salido y dormido con muchas chicas, todo el tiempo. Segundo, lo veía cada sábado en la tarde con una chica diferente, y aunque no concordaba con eso, me metería en la cama con él horas después. Tal vez eso era todo. Tal vez porque sabía que en las noches de los sábados yo era básicamente la que iba a estar durmiendo en su cama, no me importaba demasiado. O tal vez porque los sábados por la noche sabía qué esperar. Tenía una oportunidad de prepararme para eso.
No importa cuál fuera la razón, el hecho era que estaba abrumadoramente celosa cuando no tenía derecho a estarlo, y estaba bastante irritada porque él estropeara mi noche. Una noche que se suponía que iba a estar libre de Ash y Dylan. Cuanto más tiempo observaba a Ash y a su cita juntos, más pensaba que iba a vomitar. Necesitaba cambiar de vista y bebida pronto.
101
—¿Quieres ir al bar conmigo y conseguir otra bebida? No tengo ganas de esperar a que el camarero regrese —le pregunté a Mina repentinamente mientras saltaba de mi taburete. En vez de mirarme directamente, miró por encima de mi hombro y dijo—: Creo que podrías tener compañía. —Una sonrisa ladina se extendió por su cara. Asustada de quién o qué me iba a encontrar, me volví y vi al chico de la banda dirigiéndose hacia mí. Era incluso más guapo de cerca de lo que aparentaba estando en el escenario, si eso era siquiera posible. No pude ver sus ojos de lejos, pero ahora sí fui capaz de ver el extraordinario color gris metal y sus pestañas, que eran tan gruesas y largas que casi parecía como si estuviera usando delineador de ojos. Sus rasgos faciales eran fuertes y masculinos, una mandíbula cincelada y definidos pómulos altos. Tenía un pequeño aro en el lado derecho de su labio inferior, que inmediatamente quise alcanzar y tocar. Se había cambiado la camisa a una de color rojo sólido, por lo que ya no estaba usando ropas empapadas y sudadas, y olía como si estuviera fresco por la ducha. Añade los vibrantes y coloridos tatuajes que cubrían una buena parte y voilá, mi sueño de chico malo rockero había cobrado vida delante de mis ojos. —Hola, soy Mason, pero la mayoría de la gente me dice Rat. — Sonrió y extendió la mano para saludarme. Llevaba consigo un aura que exudaba confianza y sexo. Él estaba acostumbrado a ser el centro de atención y probablemente nunca había sido rechazado por una mujer en su vida. Sabía que su arrogancia debería haberme hecho salir corriendo en la otra dirección, pero había algo acerca de su comportamiento engreído que encontraba irresistible, y su buena apariencia para caerse muerta tampoco hacía daño. —Hola, soy Scarlett —me presenté, y estreché su mano—. Es un placer conocerte, Mason. —Escuché por casualidad que decías que ibas a conseguir una bebida mientras caminaba hacia aquí. ¿Estarías interesada en unirte conmigo para tomar una en mi mesa? Miré alrededor buscando a Evie, quien observaba mi intercambio con Mason desde el regazo de un recién escogido NL. Levanté mis cejas hacia ella e incliné la cabeza hacia el área donde estaban las mesas de Mason. Ella asintió, entendiendo el mensaje que yo trataba de transmitir. Me volví hacia Mason y agarré mi bolso de la mesa.
—Me encantaría. —Traté de mantener mi expresión facial y los movimientos de mi cuerpo bajo control, como si hiciera esta clase de cosas todo el tiempo, pero por dentro era como si hubiera fuegos artificiales explotando. Me desbordaba la excitación y la anticipación, y no podía esperar a ver la reacción de Ash al sentarme con Mason en su mesa.
102
17 Traducido por Melody & Autumn Night Corregido por Juli
103 Las miradas envenenadas que fueron disparadas en mi dirección desde casi toda mujer en el almacén mientras atravesaba la habitación de la mano de Mason no cesaron cuando alcanzamos a sus compañeros de banda y amigos. Rodeamos las mesas y fui presentada a los otros miembros de Jobu’s Rum—Cruz, Aaron y Sebastian. Mason rechazó a varias chicas que estaban alrededor de su taburete. Se deslizó sobre él y en vez de arrastrar uno para mí, nos posicionó como lo hacían varias parejas a lo largo del almacén, conmigo en su regazo. Me sentí un poco rara, para ser honesta. Acababa de conocer a este tipo y estaba sentada en su regazo como si nos conociéramos desde hace tiempo. Bueno, al menos más de cinco minutos. No nos dijimos mucho, excepto nuestros nombres y para señalar que quería algo de beber, pero algo acerca de estar con Mason se sentía natural. No tenía reservas respecto a tocarme enfrente de todos; nunca fue de una manera irrespetuosa, pero tuvo sus manos en alguna parte de mi cuerpo todo el tiempo, a menos que estuvieran ocupadas con su cerveza. Estar con él también me hizo sentir muy mala y descubrí que me encantaba la descarga de adrenalina. Cuando estuvimos cómodamente instalados con nuestras bebidas, y antes de decir otra palabra, él tomó ambos lados de mi rostro en sus manos, me miró a los ojos y atrajo mi boca a la suya. El beso fue mucho más suave y gentil de lo que esperaba. Sus labios se sentían como seda contra los míos y su lengua se burlaba muy suavemente mientras trazaba mis labios, solicitando la entrada a mi boca. Gemí involuntariamente y mis labios se separaron, permitiéndole un fácil acceso a mi completa seducción. Podía sentir el aro metálico en su labio inferior presionado contra el mío, y no pude evitar deslizar mi lengua sobre él. Él emanaba sexo puro y sin adulterar. Yo estaba tan fuera de mi liga. Movió sus manos, descendiendo hacia mi cuello, y rompió el beso, pero mantuvo su rostro tan cerca que su nariz casi tocaba la mía. — ¿Por qué apartaste tu mirada de mí antes? —preguntó. —No lo sé, supongo que me avergonzaba que me atraparas mirándote —admití tímidamente.
—Avergonzada, ¿eh? —Me besó de nuevo y rió suavemente contra mi boca—. Eso es algo nuevo. —¿Qué quieres decir? —Me alejé de él sólo un poco para poder leer mejor sus ojos. Mi corazón latía erráticamente en mi pecho y sentí un cálido hormigueo en todo mi cuerpo. Mi cerebro se había convertido en papilla en algún momento y tenía problemas procesando y entendiendo los eventos de la última hora. No estaba segura de mucho, pero había algunas cosas que sí sabía:
104
1) Ash estaba en alguna parte del almacén en una cita con otra chica; 2) Dylan no estaba en ningún lugar cerca de aquí, pero por lo que sabía él podría estar haciéndolo con alguna rubia tonta porque de alguna manera yo me había convertido en su chica-del-sábado; y 3) Yo estaba sentada en el regazo de una sexy estrella de rock local que quería pasar tiempo conmigo y hacerme sentir bien, lo que a su vez debería haberme ayudado a olvidar #1 y #2. Mason se recostó en mi dirección, su frente descansando en la mía. Mi cabello se desplegó a nuestro alrededor, formando un escudo, bloqueándonos de aquellos que estaban a nuestro alrededor. —La mayoría de las chicas, Scarlett, se mueren porque les preste atención. Quieren que las atrape mirándome. Y cuando lo hago, normalmente hacen cualquier cosa estúpida que se les ocurra para atraerme o seducirme. No miran hacia otro lado y tratan de pretender que no existo. —Bueno, no soy la mayoría de las chicas —susurré. No pretendía que sonara seductor, pero en la voz baja y gutural con la que salió, hizo precisamente eso. —Eso es exactamente lo que me asusta —replicó Mason, y entonces reclamó mi boca con la suya nuevamente, con mucha más fuerza que antes. Me sorprendió lo mucho que me gustó su brusquedad mientras presionaba sus labios firmemente sobre los míos y su lengua exploraba mi boca exhaustivamente. Escuchamos gritos y abucheos de los demás alrededor de la mesa junto con varios gritos de—: ¡Consigue una habitación, Rat! — Mason y yo comenzamos a reír y nos separamos para enfrentar a los otros en la mesa. Les dio mierda a sus amigos y les devolvió la burla mientras yo estaba sentada en su regazo disfrutando inmensamente. La única cosa que no me gustaba era que todos lo llamaban “Rat”. No podía acostumbrarme a eso. Era uno de los peores apodos que había oído. Mis ojos deambularon hacia donde estaban Ash y sus amigos y vi que él había notado mi presencia. Se veía molesto mientras estaba de pie junto a la mesa de billar, brazos cruzados sobre su pecho, mirándonos a Mason y a mí. No tenía ni idea de cuánto tiempo había estado mirándome, pero por la mirada en su rostro, lo suficiente para
ver nuestro último beso. Le dediqué una gran sonrisa y una rápida inclinación de cabeza como para decir hola. Frunció el ceño y se giró, dándome la espalda. Su reacción me complació en varios niveles de inmadurez.
105
Pensando en cómo podría poner a Ash incluso más celoso y amargado, le pregunté a Mason cuánto tiempo tenía de descanso antes de que tuviera que prepararse para su siguiente actuación. Cuando respondió que casi dos horas, reuní todo mi coraje interior y le pregunté si había algún lugar al que pudiéramos ir que fuera más privado. Asintió. —Sí, ¿estás segura? —¿Sueles preguntarle a las chicas si están seguras cuando te piden ir a algún lugar más privado? —me burlé, pasando mis dedos por su cabello alborotado—. ¿Debería repensar esto? Se abrió camino por mi cara a besos, primero mi frente, después mi nariz y luego mi boca. —Bueno, no, pero ya hemos establecido que no eres como el resto, ¿recuerdas? —Besó suavemente mi boca de nuevo—. No sé qué es, pero hay algo diferente en ti, eso es seguro, y voy a tener que mantenerte alrededor hasta que lo descubra. —Me levantó por la cintura y puso mis pies sobre la tierra, de forma que quedé de pie delante de él. Luego me guio hasta que nuestros rostros quedaron uno frente al otro y atrajo mi cuerpo tenso hacia el suyo, sus brazos alrededor de mi cintura. Besé su hombro y después hice mi camino hacia su cuello, hasta que me detuve justo debajo de su oído y susurré—: Vamos. —Y con eso se puso de pie, tomó mi mano y tiró de mí a través de la habitación hacia la puerta que había al lado del escenario. No pude evitar mirar a Ash justo cuando desaparecía con Mason, y justo como esperaba, sus ojos todavía estaban sobre nosotros. La puerta se abrió hacia un pasillo bien iluminado que conducía a cuatro habitaciones separadas. Dentro de la primera puerta se encontraba una oficina en la que había un muchacho de cabello oscuro, quien asumí que era el hermano mayor de Mason basándome en su sorprendente parecido y en lo que Mina me había dicho antes, sentado detrás del escritorio trabajando en su portátil. Todavía tomando mi mano, Mason se detuvo en la entrada y esperó a que su hermano levantara la vista de su pantalla y notara nuestra presencia. —Oye, Rat, ¿qué tal? ¿Todo bien allí afuera? —Me encogí ante el apodo. —Sí, sí. Todo está bien. Está bastante lleno pero las cosas parecen estar funcionando sin problemas —respondió Mason y luego me miró—. Marcus, ella es Scarlett. Scarlett, este es mi hermano, Marcus —dijo, y
luego hizo una pausa un momento para que ambos pudiéramos saludarnos—. Vamos a descansar un poco en la suite hasta que tenga que volver, en caso de que alguien me busque. —Marcus levantó una ceja a modo de interrogación a Mason, entonces me miró y se encogió de hombros. —Te enviaré un mensaje cuando falten treinta minutos — respondió Marcus y volvió su atención al ordenador.
106
Mientras Mason me conducía por el pasillo, mostrándome las siguientes dos habitaciones que resultaron ser vestidores, más o menos habitaciones para que los músicos pasaran el rato, comenzó mi ataque de pánico. ¿Qué demonios hacía? ¿Por qué estaba en un pasillo vacío en un almacén en medio de la nada con un chico extraño al que acababa de conocer hace menos de una hora? ¿De verdad sugerí que fuéramos a un lugar más privado? ¿Iba él a enloquecer cuando no quisiera tener sexo? ¿Quería tener sexo con él? ¿Estaba Evie preocupada por mí? ¿Había notado al menos que me había ido? —¿Scarlett? —Su voz me sacó de mis ansiosos pensamientos. Estábamos parados frente a la última puerta al final del pasillo—. ¿Todavía quieres entrar? —Sí, lo siento, estaba perdida en mis pensamientos —respondí y lo seguí al interior de la habitación. En realidad, el lugar era mucho más bonito de lo que esperaba. Había dos camas tamaño King en lados opuestos de la habitación. En el centro había una pequeña cocina y una mesa de desayuno con dos sillas ubicadas bajo una televisión de pantalla plana que colgaba en la pared y había un enorme cuarto de baño. El espacio era limpio y funcional. Mason explicó que la suite servía como un mini-apartamento para él y Marcus en las noches que trabajaban hasta tarde o en las que habían bebido demasiado. —¿Y un lugar al que traer a todas tus modestas chicas? —bromeé. Mason se detuvo y se giró hacia mí. Su rostro era serio… no molesto o enfadado; tal vez ¿un poco preocupado? —Normalmente no traigo chicas aquí, este es más un espacio de escape para mí y para Marcus. —Bueno, creo que eso explicaba la mirada graciosa que Marcus le dedicó cuando dijo que veníamos aquí—. Los vestidores son más mi estilo para un polvo rápido, y ninguna de las chicas que fueron allí conmigo eran modestas, puedo asegurarte eso. —Entonces ¿por qué me trajiste aquí? —No creí que tú quisieras venir aquí para follar. Estoy bastante seguro de que sólo tratabas de que ese idiota de la mesa de billar se pusiera celoso. —Nunca dejó de mirarme a los ojos, como si estuviera tratando de medir mi reacción frente a la verdad que acababa de decir—. ¿Tengo razón? —Oh, mierda.
107
—Parcialmente —admití—. Sí, quería ponerlo celoso, y estoy bastante segura de que funcionó. —Le sonreí y rió entre dientes—. Pero también vine aquí para poder besarte… —Me puse de puntillas y rocé mis labios contra los suyos—. Y tocarte… —Extendí mis manos sobre su pecho—. Y para decirte lo caliente que me… —No pude pronunciar otra palabra antes de que mi espalda chocara contra la pared de detrás de mí, el cuerpo de Mason fijando el mío contra ella. No estaba segura de si mi coraje para verbalizar mis pensamientos vino de la cerveza o de las endorfinas que bombeaban a través de mi cuerpo, no obstante, estaba bastante satisfecha con la respuesta que provocó. Nos devoramos el uno al otro, besando, lamiendo y pellizcando salvajemente, pasión desenfrenada. Mis manos se movieron de su cabello hacia abajo por su amplia y musculosa espalda, hasta que llegué a su cintura. Levanté su camiseta para poder sentir su piel bajo mis manos. Las suyas siguieron un camino similar en mí, pero cuando llegó a la línea de mi cintura, tiró del dobladillo de mi camisa hacia arriba, sobre mi cabeza. Sin esperar otro segundo, hice lo mismo con él. No podía esperar a ver su pecho desnudo y sus brazos. Y santa mierda, no estaba decepcionada. Sus brazos, pecho y estómago eran como un lienzo, completamente cubiertos de tinta. Había tanto para asimilar, quería explorar completamente cada diseño, pero eso tendría que esperar para otro momento. En su lugar, me concentré en los aros en cada pezón, alcanzándolos, tocándolos y tirando suavemente de cada uno. Él era casi demasiado hermoso con su poderoso cuerpo y su rostro fuerte y apuesto. Tan malditamente perfecto. Mientras se inclinaba para capturar mi boca de nuevo, movió el aro de su labio con su lengua y pensé que iba a venirme. Mis bragas estaban empapadas. Mantuvo una de sus manos enroscada en mi cabello, que a su vez sirvió para evitar que me golpeara la cabeza contra la pared. Cuando besó mi cuello tiró de mi cabello, obligando a mi cabeza a inclinarse hacia atrás y, sorprendentemente, el dolor punzante en mi cuero cabelludo me excitó de una manera increíble. Su otra mano ahuecó mi pecho derecho y pasó su pulgar con suavidad hacia delante y hacia atrás sobre el pezón que estaba visiblemente duro a través del encaje negro. Entonces movió su atención al pezón izquierdo, dándole el mismo trato. Apoyé mi cabeza en su mano, cerré los ojos y arqueé la espalda, lloriqueando de placer. Su boca y lengua continuaron su asalto, bajando desde mi cuello hacia mi pecho, hasta llegar a los expuestos pezones. Ni siquiera lo sentí desabrocharme el sostén, pero estaba bastante segura de que cuando mirara hacia abajo, lo vería en la parte superior de la pila de camisas en el suelo. Alternó ida y vuelta entre ambos, besando, mordiendo, succionando… volviéndome completamente loca. El dolor palpitante entre mis piernas era como nada que hubiera sentido antes. Evie me había advertido que sería mucho más intenso que la forma en que me sentía cuando veía una película o leía un libro.
Tenía razón, la lujuria de fantasía no tenía nada del deseo de la vida real, frente a frente, piel contra piel. Ansiaba sus caricias hasta el punto de que no sólo lo quería, lo necesitaba. Necesitaba ser tocada; necesitaba ser deseada; necesitaba olvidarme de todos y de todo, excepto de lo de bien me hacía sentir Mason en ese momento.
108
Atraje su cabeza desde mi pecho de vuelta a mi boca y tracé sus labios con mi lengua hasta que encontré el anillo. Miré a través de mis largas pestañas sus ahumados ojos verdes y tiré de él con mi lengua, como había hecho él antes, y luego cerré los labios ligeramente a su alrededor y lo chupé con suavidad. Fue su turno de gemir y cerrar los ojos, así que tomé ventaja de su momentánea debilidad para darnos la vuelta, de forma que su espalda estuviese contra la pared. —Mmmm… mi turno para divertirme —dije mientras seguía el mismo camino que él hizo con mi boca y mi lengua curiosa, desde su boca hasta su cuello y luego hasta sus pezones perforados. Su piel se sentía dulce y salada al mismo tiempo, la mezcla perfecta de ambas. Delineé uno de sus tatuajes con la punta de mi lengua, lo que me llevó más lejos por su cuerpo hasta llegar al hueso de su cadera derecha. Cuando alcancé el final de la tinta, me encontré a mí misma de rodillas frente a él sin camisa y con mis manos aferradas a sus caderas. Levanté la mirada hacia Mason y vi la necesidad en sus ojos y me moví directamente al botón de sus pantalones. Mis manos temblaban; estaba tan nerviosa. Esperaba que todos mis libros y las malditas películas porno que Evie me había hecho ver el verano pasado para que así supiera “cómo se supone que debe verse” no me defraudaran. Pensé que tal vez debería haber practicado esto con alguien mis primeras veces, alguien a quien tal vez no le importase o se diera cuenta de que no sabía qué rayos estaba haciendo, pero era muy tarde para eso. Finalmente conseguí desabrochar su pantalón y bajar el cierre, y tiré hacia abajo de sus jeans y bóxer en un solo movimiento. De nuevo, alcé la mirada, mirando profundamente a sus ojos, que continuaban oscureciéndose y volviéndose más pesados. Sin romper el contacto visual, lamí la palma de mi mano y tomé su eje. Su cuerpo entero se tensó y se echó hacia atrás para distribuir parte de su peso contra la pared. Le acaricié lentamente varias veces antes de empezar a besar y lamer su punta. La primera vez que mi boca lo tocó, gruñó. —Oh, joder, Scarlett. —Continué con mi apreciación oral de su dura polla, prestando atención a sus diferentes reacciones mientras intentaba distintas técnicas. Sus manos jugaban con mi cabello; por momentos lo masajeaba con ternura, y otras veces tiraba con fuerza, ambas cosas me hacían sentir igual de bien. Disfruté viendo sus expresiones faciales mientras movía mi boca arriba abajo, su polla enterrándose en mi garganta. Pronto encontramos un ritmo y pude sentir que la erección de Mason continuaba creciendo. De pronto, tiró
hacia atrás de mi cabeza, por lo que lo liberé de mi boca. Lo miré confundida. —Nena, voy a correrme en tu boca si no te detienes —dijo, respirando profundamente. Incliné la cabeza hacia él y le pregunté—: ¿No es ese el punto? —Quiero cuidar de ti, también quiero hacerte sentir bien —dijo entre respiros, luchando por mantener el control de sí mismo.
109
—No te preocupes por mí ahora, puedes cuidarme luego. Estoy teniendo mucha diversión complaciéndote. —Le sonreí y luego puse mi mejor cara de cachorrito—. ¿Por favor? ¿Por favor déjame hacer que te corras con mi boca? —No sabía quién rayos controlaba mi voz, pero creo que mis palabras lo sorprendieron tanto como a mí. Pero por alguna razón, simplemente no podía parar—. Quiero saber a qué sabes —rogué. —Oh, mierda, ¿estás jodidamente bromeando? —gimió y bajó la mirada hacia mí. No esperé a que dijera nada más, simplemente sostuve sus bolas y envolví mis labios alrededor de su polla, de algún modo, más suave. No tomó mucho tiempo volver a tenerlo donde estaba antes, y no mucho después sentí a sus testículos ponerse firmes en mi mano y él sostuvo mis hombros. Sus caderas comenzaron a moverse rápido y duro dentro y fuera de mi boca y podía decir que, por cómo lucía su rostro, estaba cerca de correrse. Abrió los ojos y nos perdimos en la mirada del otro mientras yo le llevaba a una explosiva liberación. Me desplomé en el suelo, agotada. ¿Quién sabría que hacer una mamada podría ser tan agotador? Mason levantó sus pantalones y luego me tomó en sus brazos como a un bebé y me cargó hasta su cama. —Descasa aquí mientras voy a limpiarme y traerte un poco de agua. Me besó suavemente en mis hinchados labios antes de desaparecer en el baño. Mientras se alejaba, no pude evitar observar su espalda desnuda, que estaba libre de tatuajes, además de una parte de sus hombros que eran parte de las mangas que cubrían sus brazos. Sus pantalones vaqueros caían bajos de sus caderas, como si estuvieran descansando cómodamente en su firme culo, que era tan musculoso como el resto de su cuerpo. Noté que se había quitado los zapatos en algún momento mientras cruzaba la habitación silenciosamente. Nunca me había dado cuenta de lo sexy que podía ser un hombre descalzo. Se sentía tan íntimo. Bajé la mirada a mis pies y me pregunté cuándo había perdido también mis zapatos. Fue entonces cuando tuve un pequeño momento de locura en mi cabeza. La realidad se impuso mientras me encontraba a mí misma sin
sostén y sin zapatos en la habitación secundaria de un chico desconocido en un almacén con cientos de personas justo al otro lado de la pared. Un chico, nada menos, al que le había hecho una mamada y del que me había tragado su semen. ¿¡Tragué su jodido semen!? Sabía que sólo había tomado un par de cervezas más temprano, así que no podía culpar al alcohol por mi actual estado de insensatez. Tal vez me había vuelto oficialmente loca. ¿Qué se suponía que tenía que decirle ahora? ¿Cómo se suponía que tenía que actuar? ¿Por qué sentía como si estuviera hiperventilando?
110
Comencé a respirar profundamente y a contar hacia atrás mentalmente para calmarme. Afortunadamente, de alguna forma logré controlarme antes de que Mason hiciera su camino hacia mí. Observarlo, sin embargo, puso toda mi ansiedad a descansar. Debía sentirme honrada de que la primera persona frente a la que realizaba mi primer acto sexual fuera alguien tan hermoso como él. Se acercó a la cama con una botella de agua en cada mano y mi camisa y mi sostén colgando de su brazo. Se sentó a mi lado y vació el contenido de sus manos en la colcha. Con una dulce sonrisa jugando en sus labios, se inclinó y besó la comisura de mi boca. —Te traje tu ropa, aunque eres más que bienvenida si no quieres ponértela. —Movió las cejas y luego se echó a reír cuando le aparté de mí en broma y comencé a ponerme mi sostén. Una vez que estuve adecuadamente vestida de nuevo, Mason me posicionó entre sus piernas, de tal forma que su espalda estaba apoyada contra las almohadas y la cabecera de la cama y mi espalda estaba apoyada contra su pecho desnudo. Me alcanzó una botella y no me di cuenta de lo sedienta que estaba hasta que la primera gota del líquido golpeó mi lengua. Me la bebí entera en menos de un minuto. —¿Muy sedienta? —rió. —Cállate antes de que me beba la tuya también —repliqué. —Después del alucinante tratamiento que me acabas de dar, puedes tener lo que sea que quieras. —Envolvió sus brazos fuertemente a mí alrededor y se inclinó para besar mi cabeza. —¿Cuánto tiempo tienes antes de que debas irte de nuevo? —le pregunté. Comprobó su teléfono, que estaba sobre la mesita auxiliar. —Debo irme de aquí dentro de una hora más o menos. ¿Te vas a quedar a escucharnos? Sé que llegaste aquí justo antes de que termináramos hace un rato. —Incliné la cabeza para mirarlo. —¿Cómo sabes a qué hora llegué? —Te vi entrar, tontita. ¿Cómo podría no hacerlo? Eres exquisita, Scarlett. —Mason se inclinó y me besó suavemente. Estaba en tantos problemas.
Volví la cabeza hacia atrás y hacia delante y nos quedamos en un cómodo silencio durante varios minutos. Él frotaba mis brazos de arriba abajo con sus fuertes manos, lo que se sentía realmente reconfortante. —¿Quién es él? —Mason rompió el silencio sin detener mi masaje—. ¿Un ex novio? —Me tensé un poco ante sus preguntas, pero rápidamente me relajé. Apoyé la cabeza en su pecho nuevamente, así no tendría que hacer contacto visual con él mientras hablaba de Ash.
111
—No, es sólo un amigo —dije, incapaz de contener la punzada de amargura que salió de mi voz. —¿Ustedes follan? —preguntó como si no fuera gran cosa. —Dije que sólo éramos amigos. —Conozco a muchos “sólo amigos” que follan, Ángel. —No me llames Ángel, y yo no follo con mis “sólo amigos”. Rió, se inclinó y se acurrucó en mi cuello después de mover todo mi pelo hacia el lado opuesto. Besó la piel sensible con delicadeza. —No quise ofenderte. Lo siento. —Sentir su aliento y sus labios contra mi piel me hizo olvidar porque se disculpaba siquiera. Me estremecí mientras sentía el hormigueo en mi coño reavivarse. —Así que, ¿por qué quieres poner celoso a este “sólo amigo” si no se están enredando? ¿Quieres ser más que eso? —Continuó presionando el tema, pero no dejó de besar mi cuello y mi hombro. —¿No encuentras un poco raro el hecho de que hablemos de mí queriendo estar con otro chico mientras estás aquí abrazándome y besándome? —le pregunté. —En realidad no —contestó—. Es algo excitante, en realidad… pensar que soy el afortunado de nuevo, aquí contigo, mientras que él está allí afuera sentado, esperándote como un loco. Estoy seguro de que está enloqueciendo pensando en lo que debo estar haciéndote. — Negué con la cabeza y sonreí. —Tú estás loco. Apuesto a que ya ni si quiera está aquí. —Te garantizo que si está aquí. Esperará hasta que vea que te traje de vuelta en una pieza. Vi la forma en que te miraba, Scarlett, y no era la clase mirada de “sólo amigo”. —No quería gastar mi tiempo con Mason hablando de Ash, pero obviamente no iba a dejar ir el tema hasta que escuchara la historia. Me giré sobre sus piernas para así poder mirarlo a la cara. —De acuerdo, la historia es que conocí a Ash justo después de que me mudara aquí hace unos meses. Nos sentimos atraídos el uno por el otro, pero es un mujeriego auto-admitido que no tiene intenciones de ponerse serio con alguien muy pronto y yo… bueno, yo no.
Básicamente, me dijo que necesitaba explorar el mundo y descubrir quién soy y toda esta palabrería. Pero existe esta extraña conexión entre nosotros y no pudimos mantenernos apartados el uno del otro, así que decidimos ser amigos. Al principio era duro, me encontraba a mí misma queriendo que me besara cuando pasábamos el rato o cuando dejaba su mano en mi muslo más tiempo del necesario, pero luego se volvió más fácil. Me acostumbré a verlo con una chica diferente cada vez que lo encontraba. Y normalmente no me molesta, pero hoy no esperaba verlo aquí y, bueno… me sorprendió.
112
—¿No está acostumbrado a verte con otros chicos? —preguntó. —Sólo con Dylan… —solté incluso antes de pensarlo. Mason alzó las cejas hacia a mí y sonrió con malicia. —Ah, ¿así que hay otra pobre alma con la que voy a tener que pelear por tu atención? ¿Este Dylan es tu novio? —Negué con la cabeza. —No, no es mi novio. Dylan es sólo un chico con el que me encuentro cada sábado por la noche. No nos vemos durante el resto de la semana. —Me pregunté si eso le sonaría tan raro como me había sonado a mí—. ¿Por qué hablamos sobre esto de nuevo? —pregunté, mirando sus ojos color carbón. —Ya te lo dije, sólo estoy haciendo un inventario de mi competencia. —Se inclinó y me besó. —Debo sonar como una zorra. —Me tapé el rostro con las manos, pero Mason las apartó rápidamente. Volví a centrarme en su mirada—. Te lo prometo, no lo soy… yo ni siquiera… —Se congeló y paré de hablar. —¿Tú ni si quiera qué, Scarlett? —demandó. Sus ojos buscando los míos por respuestas. Me quedé ahí por un minuto, batallando mentalmente conmigo misma sobre qué debería decirle. Al final, opté por la verdad. Mirándole a los ojos, susurré—: Ni si quiera he tenido sexo. Soy virgen.
18 Traducido por Carii Corregido por Sofí Fullbuster
113 Mason y yo permanecimos allí, mirándonos fijamente el uno al otro, por no sé cuánto tiempo. Finalmente, rompí el silencio. —Bueno, ¿vas a decir algo? —pregunté tímidamente. —Sí, uhm, perdón… sólo estoy un poco sorprendido —respondió. Ladeó la cabeza y chupó la perforación de su labio como si pensara en lo correcto para decir—. Primero, por favor, dime que por lo menos tienes dieciocho. Asentí con la cabeza—. Sí, tengo dieciocho. Soy estudiante de primer año en Rice. Sus hombros cayeron mientras exhalaba un suspiro de alivio. — Bien, entonces explícame esto: ¿cómo se las ha arreglado una chica que luce como tú para no tener sexo teniendo más de dieciocho? — preguntó, incrédulo—. Quiero decir, entendería si fueras alguna religiosa mojigata o algo, pero juzgando por lo que acaba de pasar allí…—Una sonrisa burlona creció en las comisuras de sus labios y asintió con la cabeza hacia la pared donde nos habíamos atacado el uno al otro antes—. No tengo esa impresión de ti… Miré a la pared y no pude evitar sonreír ante el reciente recuerdo. Volví mi atención hacia Mason y expliqué—: Tienes razón, no soy ninguna religiosa mojigata, pero crecí con un par de padres locos controladores que no me permitieron tener una vida social. Así que, acompañado por el hecho de que asistí a una escuela privada de chicas, nunca tuve la oportunidad de conocer a ningún chico y mucho menos dormir con ellos. —Entonces, ¿cuál es la historia ahora? ¿Dónde están tus padres? —Mis padres viven en San Antonio, me mudé aquí en agosto con mi mejor amiga para ir a la escuela. La relación con mis padres ha sido prácticamente inexistente desde entonces —respondí. —¿Y no te has acostado con nadie desde que estás aquí? ¿Ash, Dylan, alguien más? —Nop.—Negué con la cabeza—. No es que no quiera…créeme, lo hago. Quiero decir, no sólo quiero dormir con cualquiera y todo el mundo. No estoy aspirando a ser una puta, ni nada, pero tampoco creo que tenga que esperar a caer locamente enamorada. No vivo en la
tierra de los cuentos de hadas y pienso que el Príncipe Encantador no va a aparecer en un mágico carruaje en cualquier momento. —Dylan no va a hacer mucho más que besarme, incluso si trato de hacer algo más, él me dirá que tengo que estar segura de estar lista…y Ash, bueno, ya te dije que sólo somos amigos.—Rodé los ojos ante las palabras—. Aparte de eso, antes de esta noche, realmente no había conocido a nadie más; he estado bastante ocupada en la escuela y esas cosas, ¿sabes?
114
––¿Y ésta noche? ¿Yo? —preguntó. —¿Y qué? ¿Estás preguntándome si quiero tener sexo contigo? —Sí…no… bueno, sí y no. Supongo que sólo estoy confundido acerca de lo que te hizo venir aquí conmigo. En verdad, ¿era lo que pensabas que iba a pasar? —Continuó jugando con la perforación y no podía apartar la vista de sus carnosos labios. Deseaba tanto besarlo otra vez, que podía sentir las mariposas regresar a la vida de nuevo en mi bajo vientre. Sintiendo otra oleada de coraje impulsada por la lujuria, avancé lentamente por la pequeña área de la cama que nos separaba a Mason y a mí, y me senté a horcajadas sobre su regazo, enganchando mis piernas alrededor de su espalda. Pasé mis manos por encima de su cabeza y hacia abajo por la parte posterior de su cuello. Se quedó mirándome profundamente a los ojos y me sentí a salvo. —Francamente, no sabía lo que pasaría. Solo voy con lo que se siente bien —expliqué—. Y venir contigo esta noche se sentía bien, espero haberlo hecho bien.—Me sentía un poco nerviosa con la posibilidad de haber apestado en mi primer intento de hacer una mamada. —¿Esa fue la primera vez que has hecho eso? —Sus ojos se abrieron como platos por la sorpresa. Asentí con la cabeza y bajé la mirada, avergonzada. Levantó mi barbilla para que lo mirara a los ojos de nuevo—. Scarlett, eso estuvo mejor que bien. Fue…no tengo las palabras adecuadas para hacerle justicia…increíble, alucinante, pasmoso. No puedo creer que hayas hecho eso por mí cuando nunca tuviste…—Negó con la cabeza. —Mira, eso es lo que no quiero —interrumpí—. No quiero que mi primera vez sea algo producido, un acontecimiento planeado…Si se dan las circunstancias con un chico con el que he salido un par de veces y poco a poco se construye algo, genial, o si se dan las circunstancias en un bar por la noche con algún tipo caliente que me seduzca hasta hacer que moje mis bragas y me apriete contra la pared de un pasillo trasero, también genial para eso. Sólo quiero que sea una procesión natural de los acontecimientos, al igual que lo es para todos los demás. Incluso el hecho de que estemos hablando de esto ahora apesta.
Él cerró el pequeño espacio entre nuestros rostros y presionó su frente contra la mía. La mirada en sus ojos era intensa y pensé que iba a decir algo sincero o significativo, pero en cambio preguntó—: Así que piensas que soy un tipo caliente, ¿eh? —Me aparté de él riendo y dándole un manotazo en el brazo.
115
—¿Quién dijo que estaba hablando de ti? Mi hipotético “tipo caliente” me hubiera seducido hasta hacerme perder las bragas, y estoy bastante segura de que han estado intactas durante todo el tiempo que he estado en tu presencia. Mason balanceó su cuerpo hacia delante de modo que quedé de espaldas sobre la cama mientras él se movía sobre mí. La travesura brillaba en sus ojos. —¿Eso es un reto, Ángel? —Gemí y le puse los ojos en blanco—. ¿Qué? —preguntó, confundido por mi repentino cambio de humor. —¿Ángel? ¿En serio? ¿Qué pasa con todos los sobrenombres y las personas? Todo el mundo que conozco tiene un apodo estúpido y eso me vuelve loca. El tuyo, por cierto, tiene que estar en el top ten de elpeor-de-todos —me quejé. Él echó la cabeza hacia atrás y rió. —¿Has enloquecido porque te he llamado Ángel? —Negó con la cabeza—. Eres una chica un poco interesante, Scarlett. Sin duda no he conocido a nadie como tú.—Se inclinó y rozó ligeramente mis labios con los suyos. Hambrienta de su toque, gemí y arqueé mi cuerpo hacia él. Me apartó y chaqueó la lengua. —Cálmate, Ángel. Tengo que empezar a prepararme sólo un momento, y la próxima vez que estemos juntos, no quiero precipitarme. Quiero pasar horas mostrándote cómo se puede sentir tu cuerpo. —Me dio un beso rápido y rodó lejos de mí y de la cama en un movimiento amplio. Mis pliegues se pusieron resbaladizos por sus tentadoras palabras y gruñí en silencio en señal de frustración cuando su cuerpo dejó el mío. Esperaba que hubiese una próxima vez. —Entonces, ¿siempre has odiado los apodos o es algo reciente? —Retomó nuestra inconclusa conversación anterior mientras se pasaba la camiseta por encima de la cabeza. —Siempre. Tengo una extraña aversión hacia ellos. —Me bajé de la cama y comencé a buscar mis zapatos mientras hablaba—. Nunca he conocido a nadie que se sienta de la misma manera, así que supongo que es mi cualidad única. —Reí disimuladamente. —Sabía que había algo diferente en ti, nunca me hubiera imaginado que era una apodo-fobia —bromeó. —¿Me atreveré a preguntar de dónde proviene el nombre “Rat”? —No puedo evitar hacer una mueca como cada vez que lo decía.
—Mi apellido es Templeton —dijo Mason como si lo explicara todo. Lo miré sin comprender, claramente no entendía la conexión. —Ya sabes, la telaraña de Charlotte…—empezó a decir. Al instante la imagen de Templeton, la rata que se había puesto tan gorda después de comer toda esa comida en la feria, pasó por mi mente y estallé en risas.
116
—Piensas que es gracioso, ¿eh? —Me agarró del hombro y le dio una ligera palmada a mi trasero mientras caminaba por la habitación hacia la puerta—. Considérate afortunada de que me tengo que ir ahora, te lo haré pagar por burlarte de mí, Ángel. —Me moví, me retorcí y di patadas tratando de escapar de sus garras, pero no tenía ninguna posibilidad. En lugar de eso, me eché a reír y comencé a pellizcarle el trasero mientras caminaba. Parecía que mi petición de no ser llamada con nombres cariñosos cayó en oídos sordos cuando hablé con él y Ash. Y, sorprendentemente, no sólo no me molesta, creo que me gustaba. Cuando llegamos a la puerta del apartamento, Mason me deslizó por su duro pecho hasta que estaba de pie delante de él, enfrentándolo. Suavemente, me empujó contra la puerta con su cuerpo, podía sentir su polla presionada contra mi vientre. Su cálido aliento en mi cuello envió escalofríos por mi espalda. Plantó varios besos suaves por mi cuello hasta llegar a mi oreja. —Vamos a finalizar esta conversación cuando haya terminado, Ángel. Diles a tus amigos que te llevaré a casa más tarde y encuéntrame al lado del escenario cuando el espectáculo haya terminado. Tengo una sorpresa para ti, espero que te guste.—Continúo el camino de besos a través de la línea de mi mandíbula hasta mi boca. Me encantó la sensación de sus labios calientes acompañados por la fría perforación, era como una droga a través de mi piel. Cuando su boca encontró la mía, me besó con ansia y deseo, una promesa de lo que estaba por venir.
19 Traducido por Carii Corregido por Juli
117 Cuando salimos del vestíbulo al almacén principal, Manson fue a recoger a los demás miembros de Jubu’s Run y yo caminé directamente a la mesa donde Evie y Mina seguían sentadas con los chicos de 32 Leaves. Evie se levantó de un salto y corrió hacia mí en cuanto me vio. —¿Estás bien? ¿Dónde diablos has estado? ¿Qué te ha pasado? ¿Lo follaste? Parece como que lo follaste. —Sus ojos recorrieron mi apariencia, haciendo un inventario de cada cabello que estaba fuera de lugar y en busca de lápiz labial manchado. —Estoy bien, Evie. De hecho, estoy más que bien. —Sonreí cuando vi a Manson desaparecer detrás de su banda—. Y no, no he tenido sexo con él, al menos no aún. Evie saltaba de emoción. Era como si fuese mi propia animadora personal de sexo. Hasta esta noche, no estaba segura de quién quería tener más sexo, ella o yo. Sin embargo, después de sentir lo que sentí antes con Mason, mi desesperación quería perder la tarjeta V superando definitivamente sus esperanzas. Le di un rápido resumen de lo que había pasado mientras caminábamos de regreso a donde Mina. Me dijo que probablemente se iba casa con Max y le dejé saber que eso no era ningún problema ya que Manson me llevaría a casa después. Ambas estábamos ansiosas de verlo actuar ya que sólo habíamos visto el final de su primer set. Sabía que lo miraba de forma completamente diferente ahora después de lo que había ocurrido en el apartamento. Traté de no permitirme emocionarme demasiado. Sabía que Manson, al igual que Ash, probablemente se había acostado con varias chicas durante la semana. Como cuestión de hecho, con su imagen de rockero, probablemente dejaría a Ash avergonzado. ¿Por qué me sentí insanamente atraída por músicos mujeriegos? Por lo tanto, sabía que lo que pasó o iba a pasar entre nosotros no era nada especial para él, pero, no obstante, estaba eufórica. Mientras esperaba a que Manson y Jubu’s Run subieran al escenario, me encontré escaneando la mesa del área del fondo para ver si Manson tenía razón acerca de que Ash se había quedado. No me tomó mucho tiempo para encontrar su desordenado y largo cabello besado por el sol entre la multitud. Estaba de pie contra la pared
mientras que su cita lo atacaba desde el frente. A pesar de que estaban encerrados en un beso y ella lo manoseaba frenéticamente, tenía los ojos abiertos y miraba al otro lado de la habitación, directamente hacia mí. Le puse lo ojos en blanco, todavía irritada porque estuviera aquí. Cerró los ojos y vi sus manos enredarse en el pelo de la rubia, como si de repente estuviera interesado en la zorra frente a él. Lo que sea.
118
Casi treinta minutos más tarde oí el eco de la profunda voz de Mason por todo el almacén. Me volví hacia él de inmediato y me encantó que me estuviese mirando directamente a los ojos, sonriendo. Le disparé mi sonrisa más grande de nuevo y comenzó su actuación. No reconocí la mayoría de sus canciones, y basada en la emoción más pura que he escuchado en su voz mientras cantaba cada letra, asumí que había escrito la mayor parte de ellas. Cuando parecía que terminaba el set, la música se detuvo y Manson tomó el micrófono del estrado y se dirigió a la multitud. —Espero que todo el mundo tenga el jodido momento de su vida esta noche, sé que yo sí —gritó, y luego hizo una pausa cuando todo el mundo empezó a gritar y a gritar. Les recompensó con una sonrisa coqueta—. Eso es lo que me gusta escuchar. Bien, bien antes de terminar la noche vamos a tocar algunas canciones extras para ustedes. Esto es un poco diferente de lo que solemos hacer, es un poco de la vieja escuela, pero creo que van a reconocer la mayoría de ellas. Ya saben —continuó, su voz cada vez más suave y más seria—, de vez en cuando en la vida, te cruzas al azar con alguien que te toca de una manera que no puedes explicar, pero de algún modo sabes que nunca serás igual otra vez. Una persona que es, sin saberlo, tan increíblemente hermosa, por dentro y por fuera, que realmente quita el aliento. Recientemente conocí a alguien exactamente así. Como cuestión de hecho, todavía no estoy convencido de que no sea un ángel que está aquí para protegerme de mí mismo y del resto de ustedes. —Se rió entre dientes y la multitud aplaudió de nuevo. Oí un grito de chica—: Yo te protegeré, Rat. —En serio, sin embargo, estas pocas canciones siguientes son para mi ángel. Espero que el resto de ustedes encuentren a su ángel algún día. Sólo recuerden, no lo dejen ir cuando lo hagan, incluso si trata de volar. Hasta ese punto, ni siquiera hubo una mirada en mi dirección mientras hablaba. Sin embargo, justo antes de que la batería iniciara la primera canción, me miró directamente a los ojos, me guiñó un ojo y convirtió mi cuerpo en gelatina con una sonrisa. —Disfruta, Ángel. —Evie y Mina me miraban con la boca abierta. Miré a ambas y me encogí de hombros, incrédula. Evie me susurró al oído—: ¿Eres una bruja? Creo que pones hechizos en los chicos. —Solté un bufido y negué con la cabeza.
Manson abrió con The Doors, “Hello, I love you”. Me senté con admiración, sin mover los ojos del magnífico cantante de serenata delante de mí en una sala llena de gente. No me atrevía mirar en dirección a Ash, no le permitiría arruinarme esto. Nunca me había sentido tan querida en la vida.
119
Caí un poco más por Manson con cada verso que cantó durante una versión grunged10 de “Brown Eyed Girl”. De vez en cuando miraba alrededor de la habitación a los otros invitados, pero en su mayor parte se quedó con la mirada fija en mí. Estaba eufórica. La música se detuvo una vez más y Manson levantó el micrófono hasta sus labios. —Bueno, últimas dos de la noche para todo el mundo. Vamos a animar un poco a todos, de pie… no duden en unirse a mí. Cantó las primeras líneas de “Pour Some Sugar On Me” y los que no lo habían hecho antes, se pusieron de pie. Manson y su banda se lo pasaban muy bien, al igual que todos en el almacén, cantando a todo pulmón y bailando. Ya no me cantaba directamente a mí, pero cuando la letra dijo: “Señorita inocente, endúlzame” me señaló y casi me vengo en mis bragas. La banda fue directamente a “Cherry Pie”, que tuvo una respuesta positiva similar en el público. Evie, Mina y yo lo pasábamos tan bien que no podía borrar la sonrisa de mi cara. Estábamos saltando, restregándonos las unas contra las otras, y luego la siguiente cosa que supe es que había una gran mano masculina envuelta alrededor de mi brazo, arrastrándome fuera de la mesa en dirección a la puerta que llevaba afuera. Traté de liberarme desesperadamente de las manos, pero no tenía ningún resultado mientras luchaba por mantenerme en pie mientras me arrastraba a través de los cuerpos. Me llevaba a través del almacén, por la puerta principal, hasta la fría noche de noviembre. Finalmente se detuvo a unos metros fuera de la entrada. —¿Qué crees que estás haciendo? —grité. Ash se dio vuelta, mirándome con ojos atronadores. No dijo ni una palabra, en cambio, tomó ambos lados de mi cara con sus manos y me atrajo hacia él, dándome un beso de infarto. Tan pronto como mi cerebro registró lo que sucedía, lo rechacé. —¡Suéltame! ¿Has perdido la maldita cabeza? —Estaba furiosa. —Scarlett, lo siento, pero tenía que salir de allí. Tienes que permanecer lejos de ese tipo. Es una mala noticia. Él es… —¿Es que Ash? —lo interrumpo a media frase—. ¿Es un imbécil mujeriego arrogante y absorto en sí mismo? ¿Es eso? —Mi voz era aún elevada, pero la había reducido a un nivel más bajo, con la esperanza 10Es
un subgénero del rock derivado del hard rock y el rock.
de evitar la atención innecesaria de las personas que caminaban por ahí—. Estoy segura de que es bastante fácil para ti reconocer al tipo, ya que te miras a un espejo cada maldito día. Dio un paso hacia adelante con los brazos extendidos hacia mí. — Mariposa, por favor —rogó. Di un paso hacia atrás. —No lo hagas —dije sacudiendo la cabeza y manteniendo el brazo extendido por delante de mí—. Simplemente no lo hagas.
120
Se quedó en silencio, cambiando su peso de un pie a otro, sólo me miraba. La ira en los ojos de unos momentos antes se había convertido ya fuera en tristeza o decepción, o una combinación de las dos. —Sabes, Ash, que lo que sea que hay entre nosotros, cualquier cosa que seamos, es todo obra tuya —le susurré—. Sabías lo que sentía por ti. Sabías lo que quería. Pero tú fuiste quien insistió en que sólo fuéramos amigos. No me gustó, pero lo acepté para poder mantenerte como una parte de mi vida. Y ahora, la primera vez que me ves con otro hombre, la primera jodida vez que te sientes amenazado, vienes todo hombre de las cavernas sobre mí y juegas la carta de “Mariposa”. —Eso no es verdad —argumentó Ash—. Te vi con Dylan todo el tiempo y nunca dije nada. Rodé los ojos. —Eso es porque sabes tan bien como yo que nunca va a pasar nada entre Dylan y yo. Nos vemos una vez a la semana en lugares llenos de gente, como un restaurante o Jacob’s. —Scarlett, estoy preocupado por ti —trató de explicar. —No hay necesidad —espeté—. Mira, Ash, tú eres el que me dijo que tenía que experimentar la vida, que intentar cosas nuevas, conocer gente nueva, aprender acerca de mí misma, de mis errores. ¿Recuerdas? —Se pasó las manos por el cabello y suspiró con frustración. Sabía que esta conversación no iba por donde había planeado, y muy a mi pesar, me encontré queriendo abrazarlo y consolarlo. Mi voz se suavizó, pero permaneció severa mientras le miraba intensamente a los ojos. —Ash, nuestra relación se ha convertido en algo muy especial en el último par de meses. No podría imaginar mi vida sin ti en el futuro, aprecio todo el tiempo que pasamos juntos. También sé que no importa cómo lo llamemos, siempre vamos a ser algo más que amigos. No lo puedo explicar, y no creo que sea posible. —Sacudió la cabeza en acuerdo y una pequeña sonrisa cruzó sus labios—. Pero no voy a quedarme sentada, esperando y suspirando por ti mientras rondas alrededor y te follas a la mitad de la población femenina de Houston. Voy a tener una vida, que incluye citas con otros
chicos, lo apruebes o no. Espero que no interfiera en nuestra relación de la forma en que era antes de que llegara esta extraña noche. Sin decir una palabra, se dirigió hacia a mí con los brazos extendidos frente de él, y esta vez no negué su abrazo. Me abrazó fuertemente contra su cuerpo, su cara enterrada en mi cuello, y mis brazos se cerraron alrededor de su cintura. Nos quedamos en silencio durante unos minutos, necesitábamos una oportunidad para reflexionar sobre los acontecimientos de esta noche.
121
La gente empezó a filtrarse por la puerta del almacén indicando que se acercaba la hora del cierre. Antes de liberarme de sus brazos, Ash me susurró al oído—: Sé que he estado mal esta noche y lo siento. Voy a trabajar en ello, te lo prometo. No puedo perderte, Mariposa. Di un paso atrás, y le dediqué una pequeña sonrisa. —Te veré mañana por la noche. ¿Está bien? Ten cuidado cuando vuelvas a casa esta noche. —Mientras me dirigía hacia la puerta, podía sentir sus ojos sobre mí durante todo el camino. Justo antes de deslizarme hacia el interior, me volví para mirar hacia donde seguía en pie. Me di una silenciosa palmadita en la espalda por enfrentarme a él y no ceder, aunque mis voces interiores se peleaban sobre si debía correr a los brazos de Ash o seguir coqueteando con problemas en el interior con Manson. Habría dicho que eran mi ángel y diablo interior, pero en este caso eran dos diablos. Sabía que estaba jugando con fuego de cualquiera de las dos maneras.
20 Traducido por BeaG Corregido por LadyPandora
122 Evie y Mina nos habían seguido a Ash y a mí al exterior cuando me secuestró. Nos habían dado espacio y privacidad, pero no había manera de que Evie fuera a dejarme sola allí afuera. Las encontré esperando fuera de la puerta, asegurándose de que estaba bien. —¿Sam, estás bien? —preguntó Evie mientras yo caminaba hacia ella. Asentí y forcé una sonrisa. —Sí, creo que todo irá bien. Ahora sólo espero que Mason esté adentro y quiera seguir saliendo conmigo esta noche. —¿Quieres que entre contigo? —preguntó. —No, estoy bien, lo prometo. Te mandaré un mensaje si te necesito —le aseguré. Me dio un rápido abrazo y un beso en la mejilla, y después Mina y ella rebotaron hasta el aparcamiento donde las esperaban Noah y Max. No pude evitar sonreír al ver lo feliz que estaba Evie esta noche. De vuelta al interior del almacén, las luces del techo se habían encendido y además de los empleados sólo había algunas personas alrededor. Instantáneamente vi la espalda de la alta figura de Mason en el bar. Respiré hondo y me dirigí hacia él. —¿Mason? —Mi voz chirrió mientras trataba de llamar su atención. Puso su botella de agua embotellada encima de la barra y se giró para mirarme. Cuando me vio, su cara se iluminó y exclamó: —¡Ángel! ¡Sigues aquí! —Su entusiasmo al verme hizo que mi corazón se hinchara. Parecía muy bruto con sus grandes músculos, tatuajes y perforaciones, pero el poco tiempo que había estado a su alrededor, había sido tan dulce, suave y tierno. Caminé directamente hacia él, de manera que estuviera a sólo unos pocos centímetros de su cuerpo, y alcé la mirada hacia sus misteriosos ojos grises. —Pensé que teníamos algunos asuntos sin terminar que debíamos atender.
Se inclinó ligeramente hacia mí y posó sus labios sobre los míos. La calidez, la suavidad de su carne en mí, acompañada del penetrante metal frío, puso mi cuerpo en llamas. Mason metió las manos bajo mis brazos y, en un rápido movimiento, me levantó, nos dio la vuelta y me sentó en la barra. Instintivamente, abrí las piernas para que se colocara entre ellas.
123
El siguiente beso no fue tan dulce como el primero, y el siguiente estaba cerca de la obscenidad. Sus labios y lengua se burlaban y torturaban mi boca, mi cara, mis orejas y mi cuello mientras que sus largas y fuertes manos me acariciaban desde la cabeza hasta mi espalda y mis caderas. Cuando su boca se detuvo brevemente en mi hombro, tomé ventaja de su tranquilidad y devolví cada uno de sus tormentosos besos con uno de los míos. Mis muslos internos palpitaban mientras mi cuerpo zumbaba de deseo. Sus manos hicieron el recorrido de regreso hasta mi largo cabello liso. Él estaba masajeando mi cuero cabelludo cuando de repente tomó dos puñados de mi cabello y tiró de mi cabeza hacia atrás, ofreciéndole por entero mi cuello. Un gruñido ronco salió de mi garganta y sentí que mis bragas se humedecían. Cerré mis piernas alrededor de la cintura de Mason y lo atraje tan cerca como era físicamente posible. Volvió a tirar de mi pelo, más fuerte esta segunda vez, y, de nuevo, no pude evitar sino gemir ante la sacudida de placer abrumador que me atravesaba. Arqueé la espalda con las piernas todavía alrededor de Mason y me bajó de la barra. Estaba tan absorta en el momento que ni siquiera me había parado a pensar que estábamos en medio de un lugar público, y si en ese momento lo hubiese notado, no estoy segura de que me hubiera importado. La noche había sido una mezcla de emociones al encontrarme con Mason y hacer frente a Ash, pero mientras estábamos tumbados encima de esa barra, la única cosa que había importado era Mason, yo y el hecho de que los dos teníamos demasiada maldita ropa encima. — Oh, Dios mío, Scarlett. Eres la cosa más jodidamente sexy en la que me he fijado —dijo mientras me miraba. Sonreí ante sus gratificantes palabras y levanté mi mano derecha hasta su mejilla. —Tú tampoco estás tan mal, Mason Templeton. Giró su cara para poder besar la palma de mi mano. —Necesito un poco de aire fresco. Me tienes tan alterado, Ángel, que casi olvido que no estábamos solos —dijo Mason mientras miraba alrededor del bar al puñado de personas que fingían estar ocupadas y no mirando nuestra caliente sesión de besos sobre la barra. Me ruboricé, pensando en los sonidos guturales que había hecho sólo unos minutos antes. —Buena idea, salgamos de aquí —respondí. Mason me levantó, poniéndome en posición sentada otra vez y me acercó para darme un beso más. Pude sentir su dura polla contra mi bajo vientre y quise con ansias agacharme y frotar mi mano hacia arriba y abajo, pero me
controlé. No estaba segura de qué era lo que Mason evocaba en mí, pero anhelaba tanto su tacto y tocarlo como pensaba que no era posible. Era como si mi cuerpo estuviese hambriento por él, en realidad, muriéndose de hambre. Finalmente, entendí el anhelo hacia la imagen de chico malo a la que no podían resistirse todas esas chicas y mujeres. Si yo era el ángel de Mason, él era mi perfecto demonio.
124
—¿Quieres ir a comer? —preguntó cuándo me bajó de la barra. Oh, había algo que quería poner en mi boca, pero no era comida. En ese momento, mi estómago gruñó ruidosamente—. Bueno, esa es toda la respuesta que necesito —bromeó y me besó en la frente. —Realmente no era lo que tenía en mente, pero supongo que mi estómago tiene ideas distintas —admití. Tomó mi mano y entrelazó nuestros encaminábamos hacia las puertas.
dedos mientras
nos
—Has tenido una noche ocupada, Ángel. Necesito alimentarte y llevarte a casa para que puedas descansar. Son casi las tres de la mañana. Podemos continuar donde lo dejamos otra noche en un lugar con un poco más de privacidad. Mason me condujo a través del aparcamiento hasta su coche, un nuevo Black Infiniti G37 de color negro. El coche era precioso, pero estaba bastante sorprendida de que no llevara una motocicleta, lo que se habría complementado con su imagen a la perfección. Cuando le dije eso, se disculpó en tono de broma por decepcionarme y no ser el “paquete completo”. Suspiré demasiado dramáticamente y me burlé. —Supongo que valdrás por esta noche, pero vas a tener que subir de nivel tu rudeza si esperas que salga contigo de nuevo. — Siguiéndome el juego, me aseguró que compraría una motocicleta al día siguiente. Continuamos con nuestras bromas juguetonas mientras comíamos panqueques y jugo de naranja en el IHOP11local. Rápidamente descubrí que Mason era un niño atrapado en el cuerpo de un chico de veintitrés años. Bromeamos, nos burlamos e hicimos payasadas durante toda la comida. Nunca había tenido tanta diversión comiendo con alguien, excepto con Evie. No era embarazoso decir ni hacer nada alrededor de él, y podría decir que él sentía lo mismo respecto a mí. Y a pesar de que nos refrenamos mucho de tocarnos y besarnos el uno al otro en el restaurante, el dolor físico por su tacto no había disminuido. Cuando llegamos a mi dormitorio, Mason insistió en acompañarme hasta el final, hasta mi puerta. No me sorprendió descubrir que Evie todavía no había llegado a casa. Estaba feliz por ella, sabiendo que había pasado mucho tiempo desde que estuvo con 11IHOP:
International House of Pancakes. Cadena de restaurantes de los Estados Unidos especializada en desayunos.
un chico. En realidad estaba un poco preocupada por Max, el pobre chico no sabría qué le había golpeado una vez que ella lo tuviera a solas. Mason me siguió hasta la sala de estar de la suite. —Esto está muy bien para un dormitorio. Es mucho más grande de lo que pensé —dijo mientras miraba en torno al lugar.
125
—Sí, los padres de Evie pagaron mucho dinero para que tuviéramos una suite superior. Normalmente los de primero no consiguen estas, pero su madre está en el consejo de algún presidente de aquí o algo así, así que movió algunos hilos por nosotras —expliqué—. Ese es el cuarto de Evie, por allí, y ese es el mío —continué mientras señalaba cada una de nuestras puertas—. Cada una tiene su propio baño y, obviamente, tenemos nuestras áreas comunes y la cocina aquí. Y eso completa la ruta —dije en mi mejor voz falsa de presentadora de HGTV12. Riéndose, me tomó de las caderas y me acercó más de él. Me miró, con sus ojos grises parpadeando, y presionó su frente contra la mía.—No puedo comenzar a decirte lo feliz que estoy de que hayas entrado en ese bar esta noche, Ángel. Eres como un soplo de aire fresco que ha entrado en mi vida. Le di un manotazo en el hombro. —Oh, para, no tienes que decir todo eso. Me lo pasé muy bien esta noche. Fue una noche llena de nuevas experiencias para mí, sin duda una noche que no olvidaré pronto. —Froté mi nariz con la suya en un beso de esquimal. —¿Cuándo puedo verte de nuevo? —preguntó. La pregunta me pilló con la guardia baja. Honestamente, pensaba que esto era algo de una sola noche. Supongo que mi cara mostró mi confusión porque frunció el ceño y preguntó: —Quieres verme de nuevo, ¿no? Rápidamente asentí. —No pensé que querrías… Simplemente asumí que esto era, ya sabes, algo de una sola vez. No estoy muy segura de cómo funcionan estas cosas. —De repente me sentí extremadamente inmadura e ingenua y me avergoncé. Aparté la vista del rostro de Mason para que no me viera, pero no me permitió escapar de mi mortificación tan fácilmente. —Scarlett, mírame. No seas ridícula —me regañó y me acercó de nuevo a su rostro. Sus ojos eran cálidos y sinceros—. Me dijiste que no HGTV: Home & Garden Television. Canal estadounidense dirigido a mejoras del hogar y del jardín. 12
querías pensar constantemente ni que te recordara las cosas que has hecho o no, así que no pienses en eso ni te castigues a ti misma. Como dijiste esta noche más temprano, sólo haz lo creas correcto. Cometerás errores y tomarás malas decisiones, pero sólo asegúrate de que aprendes de ellos, o de otra manera el dolor, el estrés y la angustia que sufriste será para nada. ¿De acuerdo? —Su pulgar acariciaba mi mejilla y cerré los ojos, asintiendo. Entendiendo exactamente lo que quería y sin decepcionarme. Mason cubrió mi boca con la suya en un largo y sensual beso.
126
Después de varios besos más, un intercambio de números telefónicos y planes para que me recogiera el viernes para ir a cenar antes de ir al almacén, Mason se fue. Decir cansado ni siquiera podía explicar cómo se sentían mi cuerpo y mi cerebro. Me di la ducha más rápida de mi vida, poniéndome una camiseta y unas bragas, y me desplomé en la cama en un estado de coma inducido por placer.
21 Traducido por Chachii Corregido por Carolyn ♥
127 El despertador marcaba las doce en punto cuando mi teléfono vibró en mi escritorio. Por varios minutos sólo me mantuve tendida en la cama mirando el techo, recordando la noche previa y las primeras horas de la mañana. Con sólo pensar en Mason una amplia sonrisa se extendió por mi cara. Su hermoso rostro, su tonificado cuerpo, los hermosos tatuajes y piercings, sus carnosos labios… Me llevé la mano a mi hinchada boca pensando cómo había explorada no sólo su boca, sino también todo su cuerpo. Mis muslos se apretaron mientras la imagen de ellos pasaba por mi mente. El teléfono vibró otra vez, sacándome de mi ensoñación. A regañadientes, me arrastré fuera de la cama y crucé la corta distancia hasta mi escritorio. Tomé el teléfono y leí los mensajes perdidos. Rat (5:44 am) Anoche lo pasé muy bien, Ángel. Dulce sueños. Ash (8:35 am) Solo asegurándome de q llegaste a casa a salvo. Ash (10:07 am) Déjame saber si stas bn. Ash (10:52 am) Scarlett, me estoy preocupando. Sabía que no debía dejarte ahí. Evie (10:55 am) Scarlett, ¿dónde estás? Ash está enloqueciendo. Voy de camino a casa ahora. Dylan (11:10 am) Buenos días, no olvides que hoy te recogeré temprano, a las cinco. No puedo esperar para verte bien vestida. Nos vemos pronto. Ash (11:17 am) Estoy yendo a buscarte. Bueno, primero lo primero. Necesito cambiar el nombre de Mason en mi teléfono. No iba a tener una conversación cuando tenía que ver el nombre Rat en mi pantalla. También tomé nota de su desagrado por seguir la regla proverbial de los tres días, o lo que diablos fuese donde tenías que esperar un periodo de tiempo para contactar con alguien, así no parecerías tan interesada o alguna cosa estúpida. Nunca llegué a entender la idea detrás de esto. Quiero decir, si dos personas realmente se gustan y lo pasaron bien en una cita, por qué tendrían que torturarse a sí mismos sin verse o hablarse por algunos días para no
aparentar estar como están en realidad, interesados el uno por otro. Sacudí la cabeza. Un sonido desde la sala me sorprendió, así que antes de que tuviera tiempo de abordar mentalmente los otros mensajes y hacerle saber a Ash que estaba bien y que podía cancelar la misión de búsqueda y rescate, fui a investigar. Abrí la puerta y salí aún en camiseta y bragas sólo para ver a Evie y a Ash sentados en la pequeña mesa, bebiendo café. Me congelé.
128
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté a Ash una vez que la sorpresa desapareció. —Estaba muy preocupado, Scarlett —explicó mientras se levantaba y caminaba hacia mí—. Cuando no respondiste mis mensajes en toda la mañana, me preocupó que te hubiera pasado algo. Así que llamé a Evie, pero no estaba aquí y tampoco sabía dónde estabas. Estuvimos de acuerdo en encontrarnos aquí y ver si estabas aquí, tal y como sucedió, o si necesitábamos encontrarte. —Cuando me alcanzó, me sujetó en un fuerte abrazo—. Estaba muy preocupado, Mariposa — murmuró en mi cuello. Sus brazos se apretaron alrededor de mi cintura, relajándose cuando finalmente aceptó que estaba bien, y rozó el cachete desnudo de mi trasero. Una descarga de energía se apoderó de mi cuerpo en ese segundo y su cuerpo también se tensó en respuesta. Mi cabeza se recuperó rápidamente y nuestros ojos se cerraron. Ya habíamos determinado que la atracción entre nosotros era innegable, pero para salvar mi cordura tenía que ser lo suficientemente fuerte para resistir. Para resistirlo. Cuando se movió hacia mí, di un paso hacia atrás, alejándome. Se detuvo y ladeó la cabeza, obviamente sorprendido por mi acción. Dio otro paso en mi dirección, pero puse mi brazo sobre su pecho para detenerlo y sacudí la cabeza. —No puedo —susurré—, lo lamento. —Mis ojos suplicaron que no insistiera en el tema. Estaba sorprendida de que hubiera podido reunir la fuerza para decirle “no” una vez, y no estaba segura de si sería capaz de hacerlo de nuevo. Ash parecía entender lo que le estaba pidiendo y asintió. Extendió su mano hacia mi cara y pasó suavemente el pulgar sobre mi mejilla. — Estoy feliz de que estés a salvo en casa, Mariposa. Te veré esta noche. —Y con eso le dijo adiós a Evie, tomó su café y se fue. Tan pronto como la puerta se cerró, Evie saltó de su silla y tomó un pote de helado del congelador con dos cucharas. —Mi cama, en cinco minutos. Lava tus dientes, haz pis y cualquier otra cosa que necesites hacer porque esto va a ser largo. Diez minutos después, había respondido los mensajes de Mason y Dylan, me había refrescado y me senté completamente vestida en la cama de Evie con una cuchara de helado de vainilla bailando en mi lengua.
129
Ella decidió que iría primero con su versión de la noche con Max, ya que estaba mucho menos llena de drama y tomaría menos tiempo de discusión. Su historia era bastante corta y seca. Regresaron a su casa, tuvieron sexo (el cual clama que fue “el mejor del mundo”), él la abrazó y le susurró dulces palabras de amor en su oído hasta que se quedó dormida. Se despertaron por las múltiples llamadas y mensajes de Ash, así que su tiempo juntos fue corto, pero tenían planes para verse otra vez más tarde. Ella estaba completamente encantada con él, y yo estaba muy feliz de que hubiera encontrado a alguien que realmente pareciera gustarle. Me sentí mal por ser la razón que la forzó a dejar a Max, pero me aseguró que no era gran cosa. Dijo que nunca habría querido perderse la escena que acababa de ocurrir entre Ash y yo por nada del mundo. —Lo que nos conduce a qué está pasando en tu cabeza y corazón, chica Sammy —dijo Evie. Levanté una ceja. —¿Chica Sammy? —pregunté, gimiendo de placer mientras tomaba otro bocado de helado. Nunca había comido helado como desayuno y necesitaba hacerlo más seguido. ¡Qué manera tan increíble de comenzar el día! La voz de Evie me llevó de regreso a la realidad de mi dulce y cremosa ensoñación. —Sí, desde que estás dejando a otras personas llamarte por apodos estos días, pensé que estarías bien con el problema. —Arrojé una de las numerosas almohadas de la cama hacia su cabeza—. Pero no intentes cambiar de tema, sé lo que estás haciendo. —¿Qué quieres saber? —le pregunté. —¡Todo! —exclamó—. Ash, Rat, Dylan… ¡dime que está pasando con todos ellos! —Bieeen —estuve de acuerdo, con ganas de hablar de todas las locuras que se arremolinaban en mi cabeza—. Comencemos con lo más fácil. Dylan. En teoría, es mi chico perfecto. Es increíblemente hermoso; no sólo inteligente, sino que tiene metas marcadas y es ambicioso. Viene de lo que parece ser una familia normal, me envía mensajes y me llama todos los días, y nunca peleamos por conversar, nos llevamos bien. —Me detuve por otro bocado de helado. Los quince estudiantes de primer año comenzaban a tener mucho sentido. —¿Por qué siento un “pero” acercándose? —preguntó Evie. —Hay un “pero” con todos ellos. Si no fuera así, no necesitaríamos tener esta conversación y aún estaría acostada en su cama — expliqué—. Sea cual sea su cama. —Buen punto. Seguí hablando de Dylan—: Así que, aquí está el gran “pero”… nos hemos estado viendo durante dos meses y todo lo que ha hecho es
besarme. Quiero decir, hizo más cosas conmigo físicamente, como tocarme, la noche que nos conocimos sabía que yo era una gran V. Desde entonces, es como si tuviéramos una relación muy inocente y es simplemente raro. Sin mencionar que no creo que haya pasado todo este tiempo sin hacerlo con alguien más. —¡No sabes eso! —argumentó Evie.
130
—¡Solo lo veo una vez a la semana, Evie! Nunca me ha pedido hacer algo un día que no sea el sábado. ¡O es gay, o está durmiendo con alguien más! Pero la cima de todos estos “peros” es que realmente no me importa mucho. No es que cuando me toca o me besa no se sienta bien, porque lo hace y mi cuerpo responde a ello. Quiero decir… míralo. Tendrías que estar muerta para no encontrar al chico tan caliente como el infierno. Pero esto ni siquiera está cerca de cómo me siento cuando Mason o Ash me tocan, ni siquiera en el mismo universo. —Suspiré, frustrada—. Dicho todo esto, es sábado y voy a tener una cita con él. Al menos quiero darle una verdadera oportunidad. Voy a intentar enfocarme en él esta noche y no pensar en los otros dos, y veremos cómo va. Desafortunadamente, es el último en mi lista, aún si es probablemente el mejor para mí y sería el último en romperme el corazón. —Así es como normalmente es, Scrlett. Bienvenida al mundo de las citas. —Me dedicó una sonrisa de entendimiento—. Entonces, ¿a dónde irán esta noche? —preguntó, cambiando de tema, y gracias a Dios porque de verdad necesita que lo hiciera. —No estoy segura, no me lo dijo. Pero es algún lugar lujoso, así que necesito salir de aquí para ir a comprar un vestido y zapatos, si quieres venir conmigo. En realidad estoy bastante emocionada. ¡Es mi primera cita formal! —chillé—. Podemos hablar acerca de los otros dos y la última noche mientras compramos. —¡Sí! ¡Estoy tan emocionada por ti! —gritó conmigo—. Te ayudaré a estar lista antes de encontrarme con Max. No iré esta noche a casa de Jacob. ¿Te parece bien eso? —me preguntó. —Por supuesto que lo estoy. Tienes que vivir tu vida, Evie. No puedes estar siempre preocupada por mí, estoy tratando de descubrir esto… más o menos. —Nos echamos a reír ante la incertidumbre de mis últimas palabras—. Además, no iremos juntas. Dylan me traerá ya que dijo que será muy tarde. Maldición, eso me recordó que le había dicho antes a Ash que lo vería por la noche, pero no lo haría. Entonces me di cuenta de que sería la primera noche de sábado en dos meses que no dormiría en la cama de Ash, y una ola de decepción se apoderó de mí. No sólo porque extrañaría las pocas horas que normalmente pasábamos juntos, sino también la noche de la semana en la que mejor dormía.
En lo que nos dirigíamos a la puerta de su auto, Evie dijo—: Scarlett, ni siquiera hemos estado aquí por tres meses y ¡ya estás haciendo malabares con tres chicos increíblemente calientes! No estoy segura de si debería inclinarme a tus pies, abastecerme de pañuelitos ante futuras rupturas, o ambas. —Se rió—. Mejor aún, ¡voy a intentar embotellar tu esencia y venderla! —¿Qué acabas de decir? —Pensé que había oído mal.
131
—Dije: voy a tratar de embotellar tu esencia y venderla — confirmó lo que pensé haber escuchado la primera vez—. Creo que debes tener alguna esencia distinta que atrae a los chicos salvajes… como un perfume rociador o un virtuoso spray para el cuerpo. —Rió tan fuerte que solté un bufido. ¿De dónde rayos sacó esta mierda? Continuó—: Quiero decir, en serio, Ash actúa como un neandertal celoso y posesivo a tu alrededor, y Mason te dedicó un jodido mini concierto frente a un bar completamente lleno de gente después de menos de dos horas de conocerse. Tiene que ser algún olor virginal que tienes y necesitamos averiguar cómo embotellarlo y venderlo. Haremos fortuna con “La esencia de Scarlett”. —A este punto, no pude contener la risa por más tiempo. Las dos estallamos a carcajadas. Cuando finalmente me detuve lo suficiente para recuperar el aliento, le dije—: Mason me cantó esas canciones después de que le hiciera una mamada. Tal vez no es mi olor, sino mi boca mágica. Negó con la cabeza, con una mano a un lado de su rostro, mientras todavía se partía de la risa. —Vamos, labios amorosos, vayamos a encontrarte un vestido. Y será mejor que me des todos los detalles jugosos de la última noche, no lo dejaré pasar. Rodé los ojos y abrí la puerta del pasajero.
22 Traducido por Chachii Corregido por LadyPandora
132 Mientras estábamos de compras, le conté todos los eventos de la noche anterior. Le hablé sobre cómo había tratado, deliberadamente, de poner celoso a Ash y de cómo Mason se había enterado. Entré en detalles acerca de lo completamente asombrosa que Mason me hacía sentir cuando sus manos y sus labios estaban sobre mí, que tenía razón en que eso sería mucho más intenso que lo que había experimentado antes en solitario. Ya le había dicho lo que habíamos hecho exactamente la noche anterior, pero ella quería saber todo con lujo de detalles y me esforcé al máximo para describir lo que pasó. Fue cuando llegué a la parte de la historia donde Ash me arrastraba fuera del almacén, que admití que me besó apenas pusimos un pie en el exterior. Mina y ella salieron unos pocos minutos después que nosotros, para comprobar cómo estaba, pero se habían perdido el comienzo de nuestra confrontación. —Y bueno, ¿te sientes diferentes cuando besas a Ash y cuando besas a Mason? —preguntó curiosa. —Sí, sin duda, pero no estoy segura de cómo describirlo. —Lo pensé por unos minutos, intentando encontrar la mejor manera de verbalizarlo—. Con ellos tres es diferente… Con Dylan, me siento cómoda. Tenemos un montón de cosas en común, así que siempre tenemos algo de lo que hablar, aunque nunca es de algo sustancioso o con significado. Ambos somos fáciles de llevar, por lo que no discutimos ni peleamos. Y cuando me besa, es…. agradable. Incluso cuando se supone que tiene que ser más que agradable, realmente agradable, siempre es simplemente agradable. »Con Mason, obviamente, sólo estuve la noche pasada, pero él me hizo sentir querida... deseada… necesitada. Cuando me besa, es cómo si su cuerpo ansiara el mío y quisiera consumirme. Por supuesto, tiene todo eso de los tatuajes, la imagen de chico malo que simplemente aumenta la emoción. Pero incluso cuando estábamos pasando el rato, mi cuerpo zumbaba constantemente con anticipación, esperando a que él me tocara, me besara… quiero decir, ¡lo pasamos genial durante los pocos momentos en que no estábamos encima del otro! Es como un niño pequeño… juguetón y de espíritu libre,
pero puedo ver por qué puede resultar desagradable para algunas personas. Sin embargo me gusta… él es, sin duda, la sal de mi vida. —¿Entonces ya está “en tu vida”? —Evio cuestionó mi elección de palabras. —Supongo, ya que vamos a cenar y a ir al almacén el próximo viernes —respondí, sintiendo aumentar la temperatura de mi cuerpo mientras el recuerdo de besar a Mason permanecía en mi cabeza.
133
—Bueno, tu agenda se está llenando bien. ¿No es así, señorita “salgo con toda clase de posibles novios de libros”? —¿Demasiado celosa? —Absoluta y jodidamente. —Me sonrió con picardía—. Ahora cuéntame lo que todavía no sé de tu precioso Ash, a excepción de lo orgullosa que estoy de ti por decirle que “no” antes. Sin dudarlo, respondí: —Cuando Ash y yo estamos juntos, él me hace sentir querida y deseada, cómo si yo fuese el tesoro más grande en la Tierra. Ya te he dicho varias veces que hay algo inexplicable en él que me atrae. ¿Has oído el dicho “como una polilla a una llama”? Así es como me siento con él. A pesar de lo que dice, sé que es un imbécil egoísta que quiere ser capaz de divertirse con quien sea, cuando sea, mientras yo me siento en casa y languidezco por él. Me dijo que salga y viva, que experimente la vida, bla bla bla, pero no quiere que esté con nadie y yo, básicamente, la otra noche le dije que no iba a hacerlo. Le dije que si íbamos a ser amigos, como él quería, entonces no tenía derecho a reacción como hizo. Pensé que todo estaba bien y que todo iba a volver a ser como antes, pero entonces aparece en mi dormitorio esta mañana y las cosas se ponen raras otra vez. —Había comenzado a sollozar mientas terminaba mi berrinche. —Oh, Scarlett, mira ese vestido. —Evie sostuvo un hermoso vestido gris antracita. —¿Lo tendrán en talla cuatro? —pregunté esperanzada. Me dio uno de los vestidos y me señaló la dirección de los probadores. Al principio me pregunté si iba a reconocer algo de todo lo que le acababa de decir, no sólo sobre Ash, sino de toda la situación, pero justo cuando iba a decir algo, comenzó a hablar al tiempo que me seguía a uno de los probadores. —Creo que simplemente deberías dejar que las cosas vayan como lo estás haciendo. Ya sabes, apenas estas quedando con gente y conociéndola. No tienes que encontrar a tu futuro marido el primer año de universidad, Scarlett. No es como si estuvieras revolcándote con un chico distinto cada semana, está bien salir con gente diferente.
Dejé mis vaqueros y mi camiseta en una pila sobre el suelo y luego deslicé el elegante vestido por mi cabeza.
134
—Lo sé, pero es algo abrumador que llegue todo de una vez. Siento que estoy haciendo algo mal, como el no querer que ellos sepan del otro. Bueno, además de Ash, obviamente, ya que él ya sabe lo de los otros dos. Y supongo que no tiene importancia dado que volvimos a ser amigos; no estoy segura de si alguna vez cambiamos ese estado… ves, estoy tan malditamente confundida. ¡Aggghhh! —gruñí, frustrada, pero mientras me giraba hacia el espejo, me quedé helada. Guau. Me sorprendí a mí misma con la imagen que se reflejaba en el espejo. Nunca me había puesto un vestido que me quedara tan bien y acentuara mi cuerpo de esta forma. Era bastante simple en diseño, sin mangas, con un escote en forma de corazón y un dobladillo que quedaba varios centímetros por encima de mi rodilla. El material gris tenía un toque de sutil brillo que destellaba en la luz cundo lo posicionaba de cierta forma. Abrazaba mi cuerpo sin ser excesivamente ajustado y mostraba la cantidad perfecta de escote y piernas. —Perfecto —dijimos Evie y yo al mismo tiempo. Pegamos los ojos al espejo y compartimos una mirada de complicidad. —Sólo relájate y disfruta, Sam. —Su voz era suave y calmante—. Estoy muy orgullosa de ti y de lo bien que te estás ajustando a todo esto. No todo va a ser fácil. Vas a terminar con el corazón roto y se lo romperás a otras personas, todo forma parte de eso. Las mismas cosas van para mí, ¿sabes? La buena noticia es que tenemos a la otra para pasar a través de ello, y, con suerte, cuando todo esté dicho y hecho, ambas tendremos nuestro final de cuento de hadas. —Mis ojos se llenaron de lágrimas, tocada por las palabras. Me giré hacia ella y la abracé con fuerza. —Te quiero, Evie. Gracias por todo. —Yo también te quiero, pero necesitamos que llegues a casa y te prepares para tu gran cita. El chico guapo pronto estará ahí para recogerte. Rápidamente me volví a poner mi ropa, pagué el vestido y regresamos al campus. Varias horas después, Evie le estaba dando los últimos toques a mi maquillaje cuando Dylan tocó a la puerta. Me di una última mirada en el espejo del baño y encontré los ojos de Evie mirándome en el reflejo. —Estás preciosa, Sam. Divierte y recuerda darle una oportunidad. —Me besó la mejilla y luego se giró para dejar entrar a Dylan. Inspiré profundamente, me di a mí misma un discurso motivacional y la seguí. Ver a Dylan vestido con pantalones grises, una camisa azul abotonada y una corbata gris me hizo detenerme en seco. Nunca
había lucido tan guapo. Su cabello rubio normalmente despeinado y sus grandes ojos marrones con su conjunto CQ1 era casi demasiado; estuve a punto de pellizcarme para asegurarme de que no estaba soñando. ¿De verdad llevaba una corbata gris? Rápidamente alejé mis pensamientos de donde planeaban ir y seguí avanzando. Él me atrajo de inmediato a sus brazos y besó la piel de debajo de mi oído.
135
—Estás impresionante —susurró. Gemí muy suavemente cuando sus labios tocaron mi lóbulo. Recientemente (la noche anterior, más bien) había aprendido que el lóbulo era mi punto detonante. Sus labios se movieron para encontrar los míos y acariciaron mi boca con suavidad. Evie se aclaró la garganta, recordándonos que aún seguía en la habitación, y nos apartamos. —Bueno, ¿no lucen hermosos ustedes dos? —Sonrió ante nuestra reacción culpable—. Pásenlo muy bien y no olviden estar en casa esta noche. Te veré mañana, Scarlett. Y verte fue tan agradable como siempre, Dylan. —Adiós, Evie —contestamos al unísono. Entonces Dylan tomó mi mano y me llevó a su auto. Una vez que nos pusimos el cinturón y el coche hubo arrancado, Dylan se inclinó sobre el tablero de mandos y me besó la mejilla. —Creo que de verdad te va a gustar lo que he planeado. —Podía ver la emoción en sus ojos y no pude evitar unirme a su sonrisa de oreja a oreja. Decidí seguir el consejo de Evie y darle a esto con Dylan una oportunidad. Obviamente había estado equivocada al pensar que Ash era mi alma gemela, si es que alguna vez creí en eso. A pesar del contratiempo de la noche anterior, él era mi mejor amigo, además de Evie, y comencé a pensar que la inmediata conexión que sentimos el uno por el otro fue sólo eso: que estábamos destinados a ser buenos amigos. Y Mason, bueno, sabía tan bien como todos que alguien como él no es exactamente el chico para una relación. Y aunque era divertido para pasar el rato y probarlo sexualmente, él se iría de mi vida tan rápidamente como entró, así que simplemente disfrutaría del trayecto tanto tiempo como durara. Sin embargo, estaba segura de que no quería perder mi virginidad, y dado que eso no ocurrió con él, esto era una decisión fácil para mí. Pero eso no quería decir que no pudiéramos hacer otras cosas… —Scarlett, ¿me escuchaste? —La voz de Dylan interrumpió mis pensamientos sucios acerca de Mason. Bien, qué diablos, estaba 1CQ:
Palabra tomada del nombre de una revista de moda masculina, la cual se usa para describir a un chico vestido elegantemente o de manera sexy para las chicas.
actuando como un chico de dieciséis años. ¡¡No podía dejar de pensar en sexo!! ¡¡Y ni siquiera era con la misma persona!! ¡Cálmate! ¡Toma el control! ¡Ponte un jodido cinturón de castidad! ¡Haz algo! —Uh, no, lo siento, estaba pensando en lo emocionante que es esto —contesté—. Ya sabes, es la primera vez que voy a una cita sofisticada de esta forma. —Moví mis manos en el aire señalando nuestras ropas, que se salían de lo habitual. Él tomó mi mano y la besó.
136
—Me encanta ser el que te lo dé. Ahora vayamos a comer la mejor carne que saborearás en tu vida. —Mmmm… eso suena grandioso.
23 Traducido por Juli Corregido por Carolyn ♥
137 Dylan y yo regresamos a mi dormitorio justo antes de la medianoche, después de compartir una noche maravillosa afuera. Habíamos cenado en el restaurante Vic and Anthony, donde tuve, por mucho, la comida más increíble de mi vida. El filete se derretía en mi boca como mantequilla y gemí de placer cuando el primer bocado golpeó mis papilas gustativas. Los segundos platos y postres eran tan deliciosos como el plato principal, y continué comiendo sin importarme lo más mínimo las miles de calorías que consumía. Dylan apreció mi entusiasmo por la cena y me recompensó con su bella sonrisa durante toda la comida. Era verdaderamente hermoso, sus rasgos eran perfectamente proporcionados y simétricos. Decidí que nunca podía cansarme de mirarlo. Suspiré. Después de la cena, me llevó a ver Peter Pan en el Ballet de Houston, y estaba en el cielo. Observar a los bailarines me hizo darme cuenta de lo mucho que extrañaba bailar. Había pasado catorce años de mi vida en clases de ballet y jazz, horas y horas ensayando para recitales y competiciones, sólo para detenerme abruptamente. En la época de mi graduación, el pasado mes de junio, mi estudio había cerrado en el verano como siempre lo había hecho, pero en ese momento no me había dado cuenta de que nunca volvería a estar allí de vuelta. Desde que me mudé a Houston, había estado muy ocupada con la escuela, así que no había pensado mucho en ello, pero el anhelo de continuar mi entrenamiento se intensificó mientras observaba la actuación. Hice una nota mental para buscar estudios cercanos al campus para poder inscribirme en una clase de adultos. Dylan no pudo haber planeado una noche más perfecta y me sentía mejor acerca de repensar una posible relación con él. Siempre fue muy atento y considerado. —¿Has escuchado el nuevo álbum de Mumford & Sons? — preguntó mientras cambiaba la canción de su ipod, que sonaba en la radio del coche. —Sí, me encanta. He estado aprendiendo a tocar un par de canciones —respondí. Me imaginé que era mejor no hablar de que Ash y yo habíamos estado aprendiendo juntos durante las últimas semanas. Nos habíamos dado cuenta de que sonábamos bien juntos y prácticamente habíamos perfeccionado la mitad del álbum. La
atracción magnética que sentía hacia Ash nunca fue más prominente que cuando tocábamos la guitarra y cantábamos juntos en su habitación, y apreciaba esos momentos que pasamos juntos como ningún otro. Era la única cosa que compartía con él que no hizo ninguna de sus otras chicas. —¿En serio? Eso es impresionante. También me encanta —dijo al tiempo que estiró su mano libre para sostener la mía—. Me encantaría escuchar alguna de ellas una vez que las tengas dominadas.
138
Asentí en acuerdo. Dylan me acompañó hasta la puerta, lo que se sentía un poco extraño, ya que normalmente íbamos de fiesta después de nuestras salidas y allí nos despedíamos al final de la noche. Cuando lo que empezó como un dulce beso de buenas noches se convirtió en una sesión de besos más apasionados contra mi puerta, le pregunté si quería entrar un rato ya que Evie estaría fuera el resto de la noche. Varias personas ya se habían reído disimuladamente mientras pasaban por el pasillo y no estaba lista para el exhibicionismo. A pesar de sus jadeos contra mi cuello y su dureza presionada contra la parte baja de mi vientre, lo que indicaba que estaba tan encendido como yo, se negó. —Scarlett, no estoy seguro de ser capaz de detenerme una vez que empecemos si te sigo allí. No creo que sea una buena idea. —Me besó suavemente en la punta de la nariz y dio un paso atrás. —¿Qué pasa si no quiero que te detengas? —Respiraba con dificultad y todavía tenía mi espalda apoyada contra la puerta. Busqué sus ojos para encontrar respuestas a las señales contradictorias que enviaba constantemente. —Scarlett... —Su voz se desvaneció y miró hacia otro lado—. Simplemente no puedo. No ahora, no es correcto para ti. —¿No tengo que decidir yo lo que es correcto para mí? —Casi lloriqueaba en este punto, pero maldita sea, ¿cuál era el problema?—. ¿Qué está pasando en realidad, Dylan? Lo juro, a veces no te entiendo. ¿Sabes qué?, no quiero tener esta conversación aquí. ¿Podemos al menos entrar a hablar sin público? Bajó la mirada a su teléfono y luego de vuelta a mí. —No puedo, lo siento de verdad, Scarlett. —¿Qué? ¿Tienes otra cita esta noche o algo así? ¿Por qué de repente actúas tan condenadamente extraño? —Trataba de no levantar la voz, pero ganó el dolor del rechazo de la invitación y la confusión acerca de por qué diablos revisaba su teléfono al final de nuestra cita—. ¿Sabes qué? Sólo vete. Lo que sea. Guau. Qué manera más horrible para ponerle fin a lo que fue la primera cita perfecta,
ahora estoy segura de que no lo olvidaré. —Giré sobre mis talones para abrir mi puerta, prometiendo que no dejaría que me viera llorar. —Scarlett, espera… —dijo mientras tomaba mi hombro. Me alejé de su alcance cuando la puerta se abrió. Me volví y miré sus ojos color zafiro oscuro.
139
—Dylan, hasta hace diez minutos tuve una noche increíble, muchas gracias por la cena y el ballet. Sin embargo, hasta que estés listo para decirme por qué sólo nos vemos el sábado, por qué cada vez que las cosas empiezan a calentarse entre nosotros te detienes, y por qué estás actuando como si estuvieras llegando tarde a algo mientras me estás dejando después de una cita, lo que por cierto es increíblemente grosero, siento haberte retenido por tanto tiempo de lo que sea o quién sea la otra cosa que necesitas atender, realmente no creo que tengamos mucho de qué hablar. —Me aparté de él, entré en mi dormitorio y dejé que la puerta se cerrara en su cara. Fue entonces cuando permití que las lágrimas fluyeran libremente. Estúpidos chicos buenos. Después de una ducha de agua caliente, me puse mi habitual conjunto para dormir —camisola y bragas— y me fui a la cocina en busca de alcohol. Mi mente estaba repleta de pensamientos de Dylan y no podía dejar de pensar en cómo habían ido las cosas desde “tan bien” a “tan mal” en cuestión de minutos. De vez en cuando, aparecía una imagen de Ash o de Mason, sólo sumándose a mi confusión. ¿Realmente tenía algún derecho a enojarme con Dylan por ocultar cosas cuando no fui exactamente explícita sobre lo que había hecho anoche? Esperaba que tuviéramos un poco de vino o algo que me ayudara a calmarme y dormir un poco. El timbre de mi teléfono indicando que tenía un mensaje de texto sonó cuando encontré una botella de vino en la nevera. Rápidamente me serví un vaso y luego me apresuré a mi habitación, con la esperanza que Dylan quisiera disculparse. No era él. Ash (12:42 am): ¿Dónde estás? ¿Por qué no estás en donde Jacob? Me había olvidado de mandarle un mensaje para decirle que no iba a ir. Le respondí rápidamente para que no creyera que me había pasado algo. Yo (12:45 am): Estoy en casa. Lo siento, olvidé decirte que no iba a ir. Ash (12:46 am): ¿Dylan? Yo (12:46 am): Tuvimos una cita esta noche. Acaba de dejarme en casa. Ash (12:47 am): ¿Evie?
Yo (12:47 am): Salió con Max. Ash (12:51 am): Así que ¿estás sola? Yo (12:52 am): Sip, preparándome para la cama. Ash (12:55 am): No voy a poder dormir esta noche sin ti. Yo (12:56 am): Duermes las otras 6 noches de la semana sin mí. Vas a estar bien.
140
No tuve noticias de él después de ese último mensaje, y no estaba segura de si se había enojado, pero sinceramente no podía preocupar a mi pobre cerebro con otro tema en este momento, ya me había estresado por todo lo que había ocurrido con Dylan. Lo calmaría al día siguiente. Tomé el vaso de vino y fui a la cocina para servirme un segundo. Justo cuando estaba guardando la botella en la nevera, alguien llamó a la puerta. El sonido me sobresaltó y me pregunté quién demonios podría estar en mi puerta a launa de la mañana que no había llamado antes de presentarse. Corrí hacia la puerta, abriéndola sólo lo suficiente para poder ver quién era, y asegurándome de que mi cuerpo no vestido estuviera escondido detrás. Ash se encontraba de pie en nuestro felpudo viéndose tan increíble como siempre. Fiel a su imagen de chico surfista, su largo cabello rubio estaba desordenado y tenía puesta una camiseta blanca de manga larga de Billabong, con jeans gastados y chancletas. Me sonrió cuando entreabrí la puerta y sus hoyuelos fueron activados. Dejé de respirar momentáneamente cuando su visión mezclada con su olor masculino inundó mis sentidos. No dije nada, esperando que explicara su repentina aparición. —Tengo la mejor noche de sueño cuando te quedas conmigo y no puedo esperar hasta el próximo sábado para estar completamente descansado, así que aquí estoy. Podemos quedarnos aquí si quieres o te puedo llevar a mi casa. De cualquier manera, sólo te necesito durmiendo a mi lado —dijo con total naturalidad. Abrí la puerta lo suficiente para que pudiera entrar, una vez dentro, lo primero que hizo fue mirar mi cuerpo. —Voy a ponerme otra ropa, entra y siéntete como en casa —le dije. No tenía ni idea de qué pensar sobre su aparición en mi puerta, pero una cosa era segura, esta era de lejos la noche más extraña de mi vida. Estaba agotada y se lo dije. Me disculpé por no ser muy buena compañía, pero él no lo escuchó. Menos de quince minutos después de haber llamado a mi puerta, estábamos tumbados en la cama; nuestros
cuerpos encajaban como un rompecabezas, John Coltrane sonando suavemente de fondo. El sueño se presentó rápidamente. Me desperté varias horas después ante el sonido de la puerta del frente. Miré mi reloj de alarma, las tres y media de la madrugada. Evie estaba en casa. Raro. Tenía la esperanza de que todo estuviera bien entre ella y Max. Entonces oí su voz y me di cuenta que él estaba con ella.
141
Traté de volver a dormir, pero mis pensamientos no pudieron evitar regresar de nuevo a los acontecimientos de los últimos días. Había pasado de besuquearme y darle una mamada a Mason la noche del viernes, a besar a Ash más tarde; a pasar la tarde del sábado en una cita y besarme con Dylan, a pasar la noche con Ash en mi cama el sábado en la noche. En treinta y seis horas había pasado de ser una santurrona 13 a una puta sucia. Bueno, tal vez no del todo una puta sucia, teniendo en cuenta que mi himen todavía seguía intacto, pero haber tenido tres lenguas diferentes (y otras partes del cuerpo) en mi boca en ese corto periodo de tiempo, era sin duda una buena práctica para convertirse en una. En lugar de arrastrarme fuera de la cama y trabajar para mantener algo de dignidad moviéndome hacia el sofá, me acurruqué contra el cuerpo de Ash y sentí una dicha total de pies a cabeza cuando envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y me sostuvo cerca de su cuerpo. Besó la parte superior de mi cabeza y susurró—: Duerme un poco, Mariposa, todavía es temprano. Deja de pensar en todas las cosas. E hice todo lo posible mientras iba a la deriva otra vez. Algún tiempo después, me desperté con una voz masculina susurrando mi nombre en mi oído—: Scarlett, Scarlett, despierta. Mis ojos se abrieron de golpe. Ash estaba inclinado sobre mí, completamente vestido. ¿Qué hacía en mi habitación? Los acontecimientos del día anterior corrieron por mi mente y recordé su visita en la madrugada. Cerré los ojos y gemí. —¿Qué hora es? —Son casi las diez. Tengo que llegar a casa y terminar un trabajo o si no te llevaría a desayunar. —Su cara estaba todavía a escasos centímetros de la mía y me preguntaba cómo su respiración podía ser tan dulce justo después de despertarse—. No quería irme sin decir adiós. —De acuerdo. Volveré a dormir. Adiós —murmuré. En el original “little-miss-goodie-two-shoes”, hace referencia a un personaje de cuento. Es un término denigrante y ofensivo para una persona que no va a hacer nada que pueda ser considerado como "malo" o "inmoral". 13
Se rió y se inclinó para besar mi frente. Unos momentos después, oí la puerta de mi dormitorio abrirse y cerrarse, seguido de voces en la sala de estar y el cierre de la puerta principal. Uggghh. Tenía la esperanza de que pudiera haberse ido sin que Evie lo viera, pero no hubo suerte. Enterré la cabeza en la almohada y esperé. Evie no me decepcionó.
142
Menos de un minuto después, la puerta se abrió de golpe y la sentí subirse en la cama. Ella no se andaba con rodeos. —¿Me atrevo a preguntar por qué la última vez que te vi te ibas de aquí en una cita con Dylan y luego esta mañana, cuando estoy tomando un poco de agua, veo a Ash dejando tu habitación viéndose como si acabara de despertar? —Me apego a la quinta enmienda ocultándome en mi protectora almohada.
—murmuré,
todavía
—Espero que sepas lo que estás haciendo, Scarlett. Contrariamente al noventa y nueve por ciento de los libros que lees y las películas que ves, las cosas en realidad no siempre salen perfectamente. Sé que nos gusta bromear al respecto y establecer paralelismos de nuestra vida con esos personajes de ficción, pero esta es la vida real, Sam, y estoy muy preocupada de que salgas herida. —Su preocupación era evidente en su voz—. ¿Quieres decirme qué pasó? Saqué mi cabeza y procedí a contarle lo maravillosa que fue la cita, pero cómo Dylan comenzó a actuar todo raro, y entonces, cómo me había olvidado de decirle a Ash que no iba a casa de Jacob para que no se preocupara... otra vez. —¿Estaba tan preocupado que tuvo que venir a verte aquí? — Arqueó las cejas con incredulidad—. ¿Esperas que me crea que ustedes siguen siendo sólo amigos después de todo lo que he visto en los últimos dos días? —No pasó nada, Evie. Te lo juro. Sólo dormimos, incluso llegó aquí después de la una —traté de explicar. Se quedó callada por un minuto y luego dijo—: Mira, como te dije ayer y el día anterior, haz lo que creas correcto. Voy a estar aquí para apoyarte, no importa lo que pase. Sólo me sorprendió verlo. Asentí, sabiendo que deseaba que me quedara tan lejos de Ash como fuera posible. Ella era tan consciente como yo de mi debilidad y vulnerabilidad cuando se trataba de él. Recordando su regreso a casa en medio de la noche, le pregunté—: Oye, ¿por qué viniste a casa como a las tres y estaba Max contigo? Pensé que se quedarían en su casa.
—Me dolía la cabeza y no tenía ningún medicamento, así que decidimos quedarnos una noche aquí. Todavía está dormido en mi cama. —¿Un dolor de cabeza? —solté—. Pensé que habías dejado de tenerlos desde que tienes las gafas. —Amiga, relájate. —Agitó su mano como si no fuera gran cosa—. No fue tan malo. Creo que lo tengo porque no tomé cafeína ayer. Ya sabes, como retiros o algo así.
143
—Por favor, prométeme que me dirás si comienzan de nuevo como antes —le rogué. Había algo extraño en que tuviera todos esos dolores de cabeza en los últimos meses, cuando podía contar con una mano el número que había sufrido anteriormente en su vida. —Lo haré, lo haré. Por Dios, Scarlett. Y no trates de cambiar el tema para centrarte en mí. Creo que hablábamos de ti y tu montón de chicos hermosos... —No hay un “montón” —interrumpí—. Y estoy cansada de pensar, hablar sobre ellos y lo que significan todo el tiempo. —Me había provocado un dolor de cabeza tratando de analizar y examinar mi relación con cada uno de los chicos que habían entrado recientemente en mi vida. Obviamente, sentía algo por cada uno de ellos, pero no estaba segura de qué exactamente—. Así que, empezando ahora mismo, estoy imponiendo un domingo libre de chicos. Vamos a hacer un montón de cosas de chicas juntas como antes. ¿Estás dentro? Evie miró la puerta cerrada del dormitorio y luego a mí. Una lenta sonrisa se deslizó por su rostro. —Eso suena impresionante, pero primero tengo que deshacerme de Max. —Oh, eso está bien Evie. Me olvidé que estaba aquí. Si estás pensando en salir con Max hoy, podemos hacerlo en otro momento. — Intenté que la decepción en mi voz no se mostrara, pero era imposible. —No, estaba pensando que teníamos que hacer una maratón de películas con nuestros vampiros y hombres lobos favoritos antes de que salga la última película el próximo jueves por la noche. ¿Tienes ganas de ver cuatro películas hoy? —preguntó sabiendo cuál sería mi respuesta. —Tengo que cambiarme a mi remera del Equipo de Edward. —Mi rostro se iluminó ante la sola idea. —Está bien, dame una hora y te veré en el sofá —dijo, caminando hacia su habitación.
24 Traducido por CrisCras & SomerholicSwiftie Corregido por Sofí Fullbuster
144
Evie y yo pasamos el resto de ese domingo justo como habíamos planeado, en nuestro sofá, comiendo palomitas y dulces como si estuviéramos en un teatro de verdad. Le di la bienvenida al refugio de mis pensamientos acerca de mi vida, que se estaba haciendo cada vez más complicada. Más tarde llamó mi madre, preguntándome por mis planes para Acción de Gracias. Pregunté en voz alta si hablaba en serio, ¿dónde más iba a ir? Luego procedió a decirme que no era la hija a la que ella había criado, que no podía creer que pudiera ser tan grosera y desagradecida con las personas que lo sacrificaron todo por mí… momento en el que desconecté. En verdad no estaba de humor para entrar en ese tema con ella, por lo que la dejé despotricar y cuando terminó simplemente le dije—: Está bien mamá, tienes razón. Estaré allí un día antes y me marcharé el día después. Me voy a estudiar, nos vemos entonces —y colgué. No estaba segura de qué iba a hacer cuarenta horas en su casa. Sí, había contado las horas. Por lo que a mí respecta, iba a ser lo más cercano a la tortura que cualquier cosa a la que me hubiera enfrentado nunca. Dependía en gran medida de mis abuelos y mi hermano y su familia para que actuaran como un amortiguador mientras estaba allí. Pensé que si las cosas se ponían mal, siempre podría marcharme a casa de Evie. Por primera vez desde que había dejado a mis padres, empezaba a tener una segunda opción. Cuando había imaginado toda la confrontación, lo había hecho con muchos menos gritos y mucha más comprensión de parte de ellos. Pero como esa no era la forma en que había sucedido, me enfrenté con esos incómodos momentos familiares que nunca antes había considerado. Después de colgarle, cogí mi guitarra y me sumergí en mi música, deleitándome con el dulce alivio. No se me escapó que había pasado casi todo el día ocupada con actividades que me impedían concentrarme en las preguntas que tenía que responder respecto a lo que estaba haciendo y lo que quería. Pero no estaba lista para hablar conmigo misma, así que opté por más música y menos pensar. Toqué hasta que me dolieron los dedos, literalmente, y luego me di una ducha y me preparé para irme a la cama. Revisé mi teléfono una última vez antes de apoyar la cabeza sobre la almohada… nada.
145
Los días siguientes pasaron rápidamente entre las clases y el tiempo dedicado a trabajar en un proyecto de historia que tenía que entregar la próxima semana. Cuando me desperté el lunes por la mañana, tenía un mensaje de Ash esperando por mí, deseándome una buena mañana y diciéndome que finalmente había terminado una canción en la que había estado trabajando. Tuvimos un rápido intercambio de mensajes y, milagrosamente, todo parecía haber vuelto a la normalidad entre nosotros, o vuelto a lo que teníamos antes del viernes, ya que en verdad no estaba segura de que lo nuestros fuera normal. Mason se dedicó a escribirme durante toda la mañana del martes cuando estaba en clase, y no podía dejar de reír cuando volví a leer nuestra conversación más tarde. Mason (10:43am): Buenos días, Ángel. ¿Tienes clase hoy? Yo (10:45am): Buenos días, olvida el Ángel, y desafortunadamente sí. Mason (10: 52am): No vas a ganar esta partida, Ángel, así que déjalo ir. ¿A qué hora sales? Yo (11:00am): Te ganaré, chico Rata, y a la 1:00, pero tengo que trabajar en un proyecto esta tarde. ¿Por qué? ¿Qué sucede? Mason (11:04am): Me gusta cuando me llamas Rat. ¿Quieres salir a tomar algo de comer esta noche? Tienes que detenerte a comer, ¿verdad? Yo (111:06am): No te preocupes, será la última vez que te llame así. Mason (11:07am): ¿Qué tienen de malo las ratas? Templeton era un tipo pequeño y lindo… siempre estaba ayudando a la chica y al cerdo. Yo (11:10am): ¿Qué pasa con las ratas? ¿HABLAS EN SERIO? ¿Qué pasa con las ratas? Las ratas son repugnantes y repulsivos roedores que transmiten enfermedades. Ewww. Mason (11:14am): ¡Ratas de dibujos animados, Ángel! Dulces y esponjosas ratas de dibujos… Yo (11:17am): ¿Cómo Pinky y Cerebro? Dos dulces y esponjosas ratas de dibujos animados… ¡Ja! Mason (11:18am): Mickey Mouse. Yo (11:20am): Splinter. Mason (11:23am): Remy, de Ratatouille. Yo (11:25am): Jerry, era un poco cruel con el pobre Tom. Mason (11:29am): Fievel Mouskewitz. Yo (11:37am): ¿De verdad te sabes el apellido de Fievel? Ahora mismo deberías estar escondido en alguna parte por la vergüenza. Solo
espera hasta que comparta esta golosina de información con el resto de Jobu’s Rum. Mason (11:44am): Jaja, el chantaje no te sienta bien, Ángel. Yo (11:50am): No es chantaje si no quieres nada a cambio. Mason (11:54am): ¿Siempre estás dando? ¿Nunca quieres nada a cambio para ti misma? Yo (11:57am): Soy buena, no necesito nada.
146
Mason (12:02pm): No crees que necesites nada, pero puedo demostrarte lo contrario… ven a cenar conmigo esta noche y te mostraré un poco de lo que te estás perdiendo. Yo (12:15pm): Recógeme a las 6:00. Mason (12:15pm): Genial. Tan pronto como terminó mi última clase, volví corriendo a la residencia de estudiantes, ansiosa por empezar mi proyecto para que pudiera terminarlo a tiempo para bañarme y refrescarme antes de que Mason me recogiera. Estaba emocionada de volver a verlo, por no tener que esperar hasta el viernes después de todo; sin embargo, estaría mintiendo si no admitiera que estaba más que un poquito nerviosa. Cuando estuve con él el fin de semana anterior en verdad no pensé que volvería a hablar con él de nuevo, y mucho menos a cenar con él cuatro noches después. No estaba segura de qué esperaba de mí. ¿Una repetición? ¿Más? Me estremecí con anticipación con solo pensar en ello. Evie se había ido directamente desde su última clase a una sesión de grupo de estudio de otra de sus clases, así que estaba sola con mis propios pensamientos mientras me preparaba. La única otra vez que Mason me había visto llevaba ropa de Evie, así que tenía curiosidad por ver su reacción cuando estuviera vestida con mi propio estilo. Llevaba un vestido de rayas blancas y azules de verano de estilo casual, como si fuera de finales de los setenta, acompañado con nada más que mis viejas y fieles botas. Me recogí el pelo en dos trenzas ya que estaba apurada por el tiempo, y a las seis y cinco un golpe en la puerta me sacó de mi inspección final en el espejo del baño. Cogí mi bolso y saludé a Mason con una gran sonrisa y mente abierta. —Oh, guau —dijo sin ocultar el hecho de que estaba mirando mi cuerpo de arriba abajo—. Te ves incluso mejor de lo que recordaba. — Sus palabras hicieron que mi corazón aleteara y cuando dio un paso hacia mí y me besó suavemente en los labios, mi estómago comenzó a dar una serie de saltos mortales sin fin. Él se veía exactamente como recordaba: alto, fuerte, guapo y peligroso. Estaba vestido de forma similar a como lo había estado el viernes, con vaqueros oscuros y una sólida camiseta gris que hacía juego con sus ojos perfectamente. Me pregunté si parecíamos un poco desemparejados. Él definitivamente
parecía parte de una banda de rock, con todos sus tatuajes y perforaciones, y yo parecía… parecía una chica de granja. —Maldita sea, Ángel, el pelo y las botas… —Tiró suavemente de mis trenzas, sus ojos brillaban con picardía—. ¿Estás intentando matarme? —Supongo que a él le gustaba el estilo de chica de granja. Negué con la cabeza y bajé la vista a mis pies—. ¿Esto está bien para donde quiera que vayamos a ir?
147
—Estás perfecta. Vamos, tengo algo que quiero que veas. Mason cogió mi mano y me guio por el pasillo hasta que salimos al aparcamiento. Miré alrededor buscando su coche mientras nos acercábamos al área del aparcamiento para visitantes, pero no lo vi. En su lugar, había una Harley Davidson nueva de color negro aparcada en el primer espacio de la sección pavimentada. Me detuve y le miré con incredulidad. —Dime que no te has comprado una moto. —Salió más como una pregunta que como una declaración, pero ya sabía la respuesta. Estaba directamente frente a mí. Él sonrió y respondió. —Bueno, odiaba decepcionarte, Ángel. Acabo de conseguirla hoy. Me acerqué más, inspeccionándola como si supiera algo, cualquier cosa, sobre motos. Todo lo que podía decir era que era una Harley negra y brillante. Me alegraba de que al menos no se hubiera comprado una moto deportiva; no había ninguna maldita manera de que me montara en una de esas. —¿Por qué? —pregunté mientras alzaba la vista hasta sus ojos color pizarra. —Bueno, ahora tengo el paquete completo, ¿verdad? —Meneó las cejas hacia mí y no pude evitar echar la cabeza hacia atrás y reír. —El paquete ya estaba bien antes —respondí. Se colocó detrás de mí y me acercó a su pecho, envolviendo sus coloridos brazos a mí alrededor, y me dijo seductoramente al oído—: Me alegro de que disfrutaras tanto del paquete… Riendo, me di la vuelta para mirar de frente a Mason y me encantó ver la alegría de su expresión. Rodeé su cuello con los brazos e intenté poner la misma voz sensual que él había utilizado segundos antes. —Es el paquete más hermoso que he visto nunca. —Y presioné un ligero beso en la esquina de su boca. Él gimió y volvió a presionar mis labios, exigiendo un beso más largo e íntimo. —No digas cosas como esa, Scarlett. Nunca llegaremos a cenar —gimió contra mi boca. Me aparté un poco y bajé la vista hacia mi ropa, preguntándome si debería cambiarme el vestido para subirme en su moto. Como si pudiera leerme la mente, cogió mi mano y tiró de mí hacia el
estacionamiento. —Ni siquiera lo pienses. Una de las principales razones por las que he comprado esta maldita cosa es para sentir tus brazos y tus piernas envueltas a mí alrededor mientras viajamos. Y es incluso mejor si llevas puesta una falda. Sabía que no debía pensar que él no tendría una fila de chicas esperando para acurrucarse contra su cincelado cuerpo, pero me halagaba que fuera la primera en montar su nuevo juguete. Al menos iba a ser la primera en algo.
148
—En serio, ¿por qué compraste la moto? —pregunté. Mason se encogió de hombros como si ir a comprar una moto fuera un hecho cotidiano. —He querido una desde hace tiempo, así que cuando dijiste algo el otro día acerca de que estabas sorprendida de que no tuviera una, me hizo preguntarme por qué no lo hacía. Así que me la compré. —Bueno, por supuesto que sí —dije con sarcasmo—. ¿Me compras un coche mientras estamos fuera? —¿No tienes coche? —Uh, no. Mis padres pensaban que si tenía un coche, tendría una mayor oportunidad de salir a hurtadillas por la noche y huir —admití. —Guau, eso es tan… tan raro. Tienes suerte de haber resultado tan normal —dijo con cara de confusión. Me encantaba la honestidad de Mason y sus comentarios sin arrepentimientos. Al igual que un niño, el filtro de su cerebro a su boca dejaba un poco que desear para muchos, pero apreciaba su sinceridad. —No estoy segura de que sea del todo normal. Me besó rápidamente una vez más antes de pasar su pierna derecha por encima de la moto y ponerla en marcha. Suspiré profundamente ante la visión de él sentado sobre la estruendosa Harley. Había estado en lo cierto; completaba el paquete. La visión de Mason sentado en la moto rezumaba sexo directamente desde su cabello oscuro hasta las llantas cromadas de las ruedas. Inconscientemente apreté los muslos, tratando de aliviar el dolor que había surgido entre ellos. —Súbete, vamos a dar un paseo en moto primero y luego a cenar. —Me dedicó una de esas sonrisas que derretían bragas y sus ojos se clavaron en los míos. Felizmente me obligué a hacerlo. La cena fue muy similar al desayuno que habíamos compartido. Me llevó a su sitio de hamburguesas favorito, así que era agradable y casual. Bromeamos sobre cosas divertidas que habíamos encontrado en internet. Admití mi extraña obsesión con las páginas web que mostraban conversaciones de textos auto-corregidos. Podía pasar horas y horas leyéndolos y riendo hasta llorar. Él confesó que pasaba una infinidad de horas navegando por Youtube viendo cualquier cosa y
todo. Clasificamos los dibujos animados infantiles y los mejores anuncios de la tele-tienda. Mi voto seguía siendo o para la bayeta Shamwow o para los cuchillos Ginsu, pero Mason era un fuerte partidario de Slap Chop14.
149
Nuestra conversación rara vez nos llevó a hablar de nuestro pasado o de cualquier tema serio. Coqueteamos abiertamente y sin hacernos muestras públicas de afecto descaradamente, sino arreglándonoslas para encontrar una excusa para tocar o rozar al otro. Esto en sí mismo llegó a ser un juego para ver quién estaba dispuesto a llegar más lejos sin que el otro reconociera lo que estaba pasando. Empezó de forma bastante inocente, con su mano rozando la mía sobre la mesa. En respuesta, me crucé de piernas de forma que mi pie quedó apoyado en su pantorrilla. Continuamos yendo y viniendo con nuestro juego, y la siguiente cosa que supe fue que su mano había viajado hasta mi muslo, por debajo de mi vestido, y fue trazando ligeros círculos hacia mi muslo interno, a pocos centímetros de mis bragas de encaje azul. Podía sentir como me humedecía con el simple pensamiento de sus dedos tocándome, y el hecho de que estábamos en un lugar público, manteniendo una conversación sobre qué cereales eran mejores, lo hacía incluso más caliente. Sabía que mi rostro estaba sonrojado, podía sentir el calor que consumía mi cuerpo. A Mason parecía gustarle el efecto que estaba teniendo en mí, y cuando coloqué mi mano en un lugar similar sobre su pierna, sentí que él estaba experimentando efectos similares. Se inclinó hacia mí y dijo—: Si no salimos de aquí pronto no voy a ser capaz de marcharme andando adecuadamente. Sonreí, me gustaba saber que le volvía loco de deseo. Acerqué mis labios como a un centímetro de él, y susurré—: ¿A qué estás esperando? —Se puso de pie instantáneamente, sacó varios billetes de veinte dólares de su cartera y los arrojó sobre la mesa. Sabía que era demasiado dinero para lo que habíamos comido, pero obviamente Mason no tenía ganas de esperar por la cuenta. Cogió mi mano y me guio hasta salir del restaurante y hasta su Harley. No estaba segura de qué era lo que tenía, pero estar cerca de él me hacía perder la mayor parte de mis inhibiciones sexuales y querer probar todo tipo de cosas indecentes sobre las que sólo había leído y fantaseado. El apartamento de Mason estaba a menos de diez minutos de distancia y cuando llegamos me sentí gratamente sorprendida. El complejo de ladrillo parecía de nueva construcción y estaba muy bien cuidado. Él vivía en el último piso de los tres que tenía el edificio. El interior estaba decorado con un estilo contemporáneo y sencillo, y estaba excepcionalmente limpio. Otra vez supo qué estaba pensando exactamente mientras miraba a mí alrededor y dijo—: Tengo una asistenta semanal y acaba de estar aquí hoy. Picador de comida.
14
Me reí. —Bien, eso lo explica. Me preguntaba si eras un monstruo obsesivo compulsivo que lo limpia todo o algo. —Nah, no soy un vago ni nada de eso, pero no estoy dentro de la limpieza de pisos o el fregar retretes.—Cogió mi mano entre las suyas y dijo—: Podemos hacer un gran tour más tarde, pero primero tienes que ver mi dormitorio.
150
Dejé que él me guiara por el pasillo hacia su cuarto, el cual era asombroso. Tenía una cama enorme del rey de California con toda la ropa de cama blanca, que destacaba contra la madera un profundo color cerezo del mobiliario. Se sentó en el suelo y pensé que debía avanzar hacia él lentamente. Había un collage de fotografías en blanco y negro de diferentes guitarras en la pared frente a la cama. Las cortinas de gasa blanca enmarcaban la gran ventana y había una gran alfombra blanca situada en la mayor parte del suelo de madera. —Es hermoso —suspiré. —Me alegro de que te guste —murmuró en mi oído mientras se colocaba detrás de mí. Comenzó repartir besos ligeros y delicados por todas partes por mi cuello y mis hombros, y no pude evitar gemir de placer. —Mason, tenemos que hablar de algo primero.—Apenas logré pronunciar las palabras. Se detuvo y me giró por los hombros. Me miró profundamente a los ojos. —¿Qué es, Ángel? ¿Está todo bien? —Parecía realmente preocupado. —Todo está bien, simplemente necesito ser sincera acerca de… —Mi voz se apagó, no estaba segura de cómo decirlo exactamente. —¿Sobre qué, Ángel? ¿Te hice sentir incómoda? Sacudí la cabeza y le miré. —Mira Mason, me gustas de verdad y me encanta el modo en el que me haces sentir cuando me tocas y me besas. No es como nada que haya experimentado antes. Pero no voy a tener sexo contigo, ni ahora ni en un futuro previsible, tampoco. He esperado esto durante mucho tiempo, por lo que cuando finalmente lo decida, al menos quiero estar en una relación seria y monógama en la que crea que estoy enamorada.—Hice una pausa para tomar aire y seguí—:Sé que esto no es lo que buscas y no sugiero que entre nosotros… y no estoy sugiriendo que entre nosotros no pase… otras cosas, porque lo hago. Simplemente no quería que pensaras que estaba lista para eso.—Cuando terminé de hablar, me mordí el labio inferior, nerviosa por lo que respondería. Masón ahuecó mi rostro entre sus grandes manos y lo acercó al suyo. —Scarlett, no voy a mentirte. Te deseo desesperadamente. No creo que tengas ni idea del efecto que tienes en la población masculina. Pero no lo haremos ni hablaremos de eso hasta que te
sientas cómoda. Tienes el control completo de hasta dónde vamos a llegar. ¿Está bien, Ángel? —Asentí con la cabeza, sin romper el contacto visual. —¿Me enseñarás cómo hacer esas cosas? Me siento tan torpe, no sé qué hacer… sé que suena tonto, pero soy demasiado inexperta. Me di cuenta de que él estaba tratando de no sonreír, pero la comisura de su boca se alzó ligeramente y sus ojos brillaban con diversión.
151
—¿Estás tratando de decir que quieres que sea tu entrenador sexual, pero sin el sexo? Di palmadas en su pecho, sacudiendo la cabeza, y bajé la mirada, humillada por cómo sonó cuando lo expresó así. —Eso no es lo que quise decir. Quiero pasar el rato y también hacer otras cosas… — Agarró mi barbilla y me obligó a mirar de nuevo su rostro. —No te avergüences.—Se inclinó hacia abajo y me besó suavemente en los labios—. Amaría enseñarte todo lo que quieras saber.—Me besó otra vez—. Y también quiero pasar el rato y hacer las otras cosas.—Con el tercer beso, usó su lengua para separar mis labios y me derretí contra él. Mason me cogió y me llevó a su cama. Me sentó en el borde, de modo que mis piernas colgaban de un lado. Se arrodilló delante de mí y comenzó a quitarme las botas, siempre manteniendo su mirada fija en mí. Después de que hubo sacado mis zapatos y los calcetines, comenzó a besar mi pantorrilla izquierda y siguió hacia el norte hasta llegar al borde de mi vestido, que estaba a la mitad del muslo. A continuación, pasó a través de varios centímetros e hizo lo mismo con la pierna derecha, sin embargo, cuando llegó al dobladillo de la pierna, no se detuvo. Utilizó una combinación de sus labios y lengua para acariciar el interior de mi muslo hasta llegar a la barrera de encaje de mis bragas. Sentir el frío metal de su perforación a través de mi piel era estimulante. Gemimos al mismo tiempo cuando él se apartó. Se puso de pie y reclamó mi boca con la suya. Alternó entre picotazos suaves, dulces, duros y empujes profundos de su lengua. Mi cabeza se arremolinaba con pensamientos lujuriosos y apreté mi cuerpo humedecido bajo su asalto. Absorbí su labio inferior en mi boca y tiré ligeramente de su perforación entre mis dientes. Un sonido gutural escapó de él y separó nuestros cuerpos. —Scarlett, ¿puedo quitarte el vestido? —Asentí rápidamente, y segundos después el vestido estaba sobre mi cabeza y en el suelo. Me devolvió el favor mediante la eliminación de su camisa, y me recordó rápidamente lo increíblemente sexy que era su cuerpo. Mis manos no perdieron tiempo en explorar su pecho y sus brazos. Aparte de jugar con los anillos en su pezón, todavía no me había tomado el tiempo para ver todo el arte que cubría su piel, y estaba demasiada atrapada por su
sensual encanto en ese momento como para prestar atención a otra cosa más que a mi cuerpo, que estaba respondiendo a su mirada y a su tacto. Dio un puntapié a sus zapatos, desabrochó sus vaqueros y los abandonó a ambos en el suelo cuando subió a la cama conmigo, dejándolo sólo en sus bóxers y calcetines. Me moví hasta que me situé en medio de la cama mientras me apoyaba contra las almohadas. Todavía tenía puesto mi sujetador y bragas azules a juego, pero sabía que pronto también se irían.
152
Mason se sentó a horcajadas sobre mis piernas y acarició mi rostro, mi cuello. Alternó entre besos y mordiscos en mi piel sensible, y sólo podía pensar en lo increíblemente bien me hacía sentir. El efecto físico que tenía en mi cuerpo era mucho más intenso de lo que había imaginado alguna vez posible. Sus manos se dirigieron a mi pecho y refunfuñó cuando alcanzó la copa de mi sujetador. —Esto también se tiene que ir—masculló. Feliz de hacerlo, arqueé mi espalda sobre las almohadas de modo que pudiera alcanzar extender la mano hacia atrás para desenganchar el broche. En el momento en que la tela dejó mis pechos, los recuperó, uno en su boca y otro en su mano. Me arqueé aun más hacia adelante y agarré la parte posterior de su cabeza para mantener su boca en mi pezón. Después de varios minutos de apreciar cada pezón igualmente, siguió bajando por mi cuerpo y se detuvo en mi ombligo para meter su lengua en él. Me hizo reír y relajarme un poco, luego se colocó peligrosamente cerca del borde de mis bragas. Alzó la vista hacia mí, y a través de sus pestañas gruesas, sus ojos estaban llenos de lujuria y deseo, casi como si pudiera devorarme, pero esperó a que le diera permiso para ir más lejos. Saqué mi labio de entre mis dientes y asentí con la cabeza. —Scarlett, ¿te han tocado alguna vez aquí antes? —Mason frotó su pulgar contra mis pliegues mojados con un toque ligero como una pluma. Jadeé, y apreté mis rodillas abiertas contra él por instinto. Todavía me miraba directamente a los ojos. —Sólo yo y Bob—le contesté en voz baja. No quería hablar, quería que me tocara otra vez. —¿Bob? —Inclinó la cabeza, confundido. —Sí, ya sabes, mi novio a pilas —le respondí rápidamente. Me pregunté por qué me había dicho nada. Tenía muchas ganas de volver a lo de antes y tener menos conversación. —¿Tienes un vibrador? —Una tonta sonrisa se dibujó en su rostro. —Sí, ¿cómo más se supone que voy a pasar esas malas novelas? Conseguiría un inicio temprano del túnel carpal15 si tuviera que confiar en mi mano. Enfermedad que sufre el brazo o la mano.
15
153
Comenzó a reírse y sacudió la cabeza. —Sigues sorprendiéndome, Ángel. Vibradores y malas novelas. Estoy sin palabras.—Inclinó la cabeza y besó mi estómago, directamente debajo de mi ombligo, y la carga eléctrica que se levantó a través de mi cuerpo provocó que levantara mis caderas y las rozara contra él. Sonrió—. Más lento, Ángel, quiero cuidar de ti. Así es cómo debería de haberte dado las gracias el viernes.—Besó mi estómago otra vez, el segundo beso fue un poco más abajo que el primero. Tuve que obligarme físicamente a no levantar mis caderas otra vez—. Sólo tienes que relajarte y disfrutar. Déjame mostrarte cuánto aprecio ser el primero en hacer esto.—Colocó un último beso en mi abdomen antes de enganchar sus dedos a cada lado de mis bragas y bajarlas. Siempre había creído que me sentiría muy tímida y torpe la primera vez que me expusiera delante de un chico, pero sorprendentemente con Mason, no me sentí así. Aunque esta fuera sólo nuestra segunda vez el uno en torno del otro, me sentía tan cómoda con él que todo esto simplemente se sentía natural. —Scarlett —suspiró cuando miró fijamente mis labios limpiamente depilados. Había seguido viendo a Tina en el salón cada mes ante la insistencia de Evie, y me alegré de haberlo hecho. Todo el dolor que había soportado de repente pareció digno, ya que Mason admiraba mi delgado cuerpo. Se deslizó hacia abajo, donde su rostro quedaba directamente sobre mi sexo. Podía sentir su aliento caliente contra mí y la anticipación de su toque casi hizo que me deshiciera. Utilizó ambas manos para mantener mis muslos abiertos y luego inclinó la cabeza y besó suavemente la cumbre de mi sexo. Eché la cabeza hacia atrás sobre las almohadas y gemí —¿Por favor? No me hizo pedirlo otra vez. Volvió a bajar la cabeza hacia mi regazo y permití que adorara mi cuerpo. La combinación de sus dedos, labios y lengua en mí se sintió mejor que nada que hubiera experimentado alguna vez. Cuando metió su primer dedo dentro de mí, me congelé, todos mis músculos se apretaron alrededor de él. Siguió besando mi cuerpo, esperando a que me acostumbrase a la sensación, antes de moverse más lejos. Unos minutos más tarde añadió un segundo dedo y esta vez empujé su mano dándole la bienvenida. Comenzó a mover sus dedos dentro de mí, en un lento pero estable ritmo, y pude sentir la presión que se construía entre mis piernas. Mason siguió devorándome con su boca y traté de dirigir su lengua a mi clítoris con mis manos en su pelo, pero no se rendiría hasta que supiera que mi frustración se acercaba al punto de inflexión. En ese momento, sepultó tres dedos profundamente dentro de mí y chupó mi clítoris con su boca y mi universo explotó. No recuerdo mucho —cerré los ojos con fuerza mientras me arqueaba hacia atrás en las almohadas y la euforia sumergió mis sentidos. Había brillantes colores y sentimientos,
hormigueos y arco iris, unicornios… todo. Cuando mi cuerpo dejó de temblar con mi liberación, Mason me dejó en la cama y luego se acostó a mí lado, haciéndome entrar en sus brazos. Mantuve los ojos cerrados y lamenté que no pudiera parar el tiempo. Todo se sentía perfecto. —Tan dulce como el cielo —masculló en mi pelo. —Mmh.—Era la única respuesta con la cual podía contestar. Todavía estaba en mi felicidad post-orgásmica y era incapaz de crear pensamientos significativos.
154
Nos quedamos allí un largo rato, silenciosos pero relajados. Cuando finalmente sentí que me podía mover y controlar mi cuerpo, rodé para estar enfrente de él. Me escabullí de modo que lo pudiera besarle. —Gracias. Esto, sin dudas, excedió mis expectativas. —En cualquier momento, Ángel, en cualquier momento.—Mason sonrió. —¿Está seguro de que no necesitas uhm… que te eche una mano? — pregunté y bajé la mirada hacia el dilema que todavía surgía de sus bóxers. Se rió entre dientes. —No, esta noche es sólo para ti.—Besó la punta de mi nariz—. Pero voy a darme una ducha rápida antes de que nos vayamos. Siéntete como en tu casa, agarra una bebida, haz todo lo que te apetezca. Asentí y él rodó fuera de la cama. Una vez que lo oí en la ducha, me vestí y vagué hacia la cocina para conseguir un poco de agua. No estaba segura de cómo se suponía que debía sentirme ahora, simplemente era más feliz. No me permití escuchar aquellas voces que gritaban preguntas y advertencias en algún sitio en las profundidades de mi moralidad, en cambio me concentré en las pacíficas mariposas de mi estómago, que ahora estaban durmiendo, saciadas por todas sus acrobacias de antes. Mariposas… el simple pensamiento de la palabra hizo que mi mente fuera a la deriva hacia Ash y se preguntara lo que hacía y con quién estaba. Y esto, señoras y señores, era el problema en su forma más simple… todos mis pensamientos finalmente terminaban en Ash.
25 Traducido por Danny_McFly Corregido por Gabbita
155 Evie aún no se encontraba en nuestro dormitorio cuando Mason me dejó después de las diez. Me decepcioné un poco porque quería contarle todo lo que pasó; sabía que se emocionaría por mí. Después de la ducha agarré mi e-reader y me metí en la cama con el plan de leer hasta oír que llegará a casa, pero en algún momento de la mañana temprano me desperté con la parte superior de mi e-reader, abierto en la misma página en la que había comenzado la lectura. Supongo que mi sesión de besuqueo con Mason tomó más de mí de lo que pensé originalmente. Me di cuenta de que todavía no sabía si Evie llegó bien a casa, así que fui a ver cómo estaba y la encontré con Max en un lío de piernas, mantas y almohadas en el medio de su cama. Sonreí, feliz de que hubiera conocido a Max, aunque me hizo sentir una punzada de celos. Encajaron instantáneamente y pasaron cada noche juntos desde que se conocieron excepto por el domingo, pero sabía que yo tampoco estuve mucho alrededor en los últimos días. El miércoles llegó y se fue sin incidentes, mis clases y cursos consumían la mayor parte de mi tiempo. Lo primero que hice por la mañana en la mesa durante el desayuno, fue poner a Evie al corriente de mi cena y el viaje a casa de Mason. Comenzó a reír a carcajadas de su comentario del "entrenador sexual, pero sin el sexo", y entonces me dijo que tenía que deshacerme de la parte "sin el sexo". Le rodé los ojos.—Lo conozco desde hace menos de una semana, Eves. Además, como que él no es, exactamente, material para novio. —No he dicho nada acerca de un novio, Sam. Es sexo, sólo sexo. No lo hagas más complicado de lo que debe ser —me reprendió. —No estoy segura de poder hacerlo. Es sólo que no sé cómo me voy a sentir o a actuar después. —Bebí el resto de mi leche dulce de cereal. —Mira, todo lo que estoy diciendo es que apuesto a que, mientras que tú y el sexy chico rockero se están poniendo calientes e intensos, realmente quieres tener sexo con él, pero sigues diciéndote que no deberías porque no encaja en alguna noción preconcebida que tienes sobre cómo debe ser tu primera vez y con quién debe ser. — Evie, también bebió su leche—. Creo que deberías hacer lo que tu
cuerpo te está diciendo que hagas, lo que se siente bien en ese momento.
156
Me levanté y puse nuestras dos cucharas en el fregadero mientras ella tiró las tazas de papel a la basura.—Si hago eso, estaré cediendo el viernes, cuando vea a Mason otra vez, y cada vez que lo vea después de eso. —Se dio la vuelta y alzó las cejas—. Sólo estoy siendo honesta — admití—. Me pongo a su alrededor y mis bragas tratan de deslizarse por mis piernas, ávida de su toque. —Después de una pausa embarazosa, nos imaginamos mis bragas haciendo su propio camino bajando por mis piernas. La imagen era muy divertida y no muy halagadora. Las clases del jueves apestaron. No estaba segura de si pasé un examen sorpresa en Biología y me rompí una sandalia mientras caminaba a inglés, por lo que había pasado el resto del día descalza. Afortunadamente, esa noche Evie y yo tuvimos nuestra cita de cine, que mejoró mi estado de ánimo. Aún no tenía noticias de Dylan y comenzaba a sentirme un poco inquieta. Pensé que al menos merecía una explicación de lo que sucedió el sábado, pero al mismo tiempo, si era honesta conmigo misma, no me encontraba completamente segura de querer oírlo. Con Ash continué mandándonos mensajes de textos de ida y vuelta cada dos días o menos. Nos manteníamos al tanto de lo que pasaba en la vida del otro en su mayor parte. Mejores amigos... como queríamos, ¿no? Ugghhh... El viernes por la mañana me saludó con el mensaje que tanto estuve anticipando y temiendo. Dylan (8:22 am) ¿Podemos hablar? Gemí y me tiré en la cama. Sabía que teníamos que terminar con esto, pero nunca tuve que tener una conversación incómoda como esta con un chico y me ponía nerviosa. Yo (8:29 am) ¿Qué tal mañana? Los sábados parecen funcionar para ti. Sabía que no tenía que hacer el comentario sarcástico sobre el sábado, pero aún estaba un poco enojada y mis sentimientos se encontraban heridos por su extraño comportamiento el pasado sábado, seguido por la falta de mensajes o llamadas durante seis días. Todo esto había sido tan fuera de su naturaleza; al menos lo fue para el Dylan al que me había permitido conocer. Dylan (8:30 am) Me parece bien. Estaré en tu casa a las 5. Yo (8:30 am) Está bien. El viernes por la tarde ya me encontraba tan tensa, frustrada e irritada que pensé que iba a colapsar. Los viernes solían ser, por lo general, el peor día de la semana, de todos modos, ya que siempre era el sexto día de no ver a Ash o a Dylan. Día seis de mi retiro masculino. Al
viernes, anhelaba el día siguiente, cuando Dylan me sostenía en sus brazos y me besaba dulcemente. Incluso si faltaba la pasión y el deseo lleno de lujuria, había disfrutado el tiempo que pasamos juntos y pensaba en él como un buen amigo. Un buen amigo que parecía un modelo y tenía suaves labios besables. Y luego, por supuesto, estaban mis últimas noches con Ash y dormir cómodamente en sus brazos hasta principios de la tarde siguiente. Vivía para esas primeras horas del domingo, era en donde me sentía más cómoda para ser simplemente yo.
157
Pero las noches de los viernes eran absolutamente las peores. Me revolvería y giraría, tendría calor, luego frío, miraría la alarma no menos de diez veces… Así que cuando añadí el estrés adicional acerca de la próxima charla con Dylan, necesitaba una descarga de la peor manera. Afortunadamente, mis planes para la noche incluían a la única persona que sabía que podría ayudarme a olvidar todo, aunque fuera sólo por la noche. Cuando se trataba de Mason Templeton, no era ninguna tonta. Sabía que se encontraba fuera de mi liga en lo que se refería a él en cada una de las facetas de la vida, y ni por un minuto me imaginaba a mí misma como la chica que iba a hacer que se enamorara y cambiara sus maneras de chico malo y promiscuo. Era el cantante de una banda local muy popular que se dirigía posiblemente a cosas más grandes — de acuerdo con los resultados de mi búsqueda de Google—, copropietario de un bar con su hermano, y, obviamente, no tenía problemas con el dinero en efectivo. Seguro que no tenía cientos, sino miles de chicas en su cama y una cola muy larga esperando para ser la próxima. Mientras no me permitiera olvidar alguno de esos hechos y no quedara atada emocionalmente, iba a disfrutar de salir con este pedazo de hombre súper sexy como el pecado y aprender lo que se encontrará dispuesto a enseñarme. La realidad de mi situación era que el chico que me gustaba estaba a punto de romper lo que fuera que teníamos, y que del que me enamoré nunca iba a permitir que tuviéramos una oportunidad, así que pensé que por qué no pasar tiempo con el hombre que codiciaba, el que hacía que mi cuerpo estallara en mil pedazos de placer con sus manos y su boca. La decisión era bastante fácil. Fue un poco después de las ocho, cuando oí el rugido de la moto de Mason detenerse en el estacionamiento. Miré mi falda de jean corta y me estremecí ante la idea de ir de excursión y presionar mi cuerpo contra su espalda. El primer frente frío de la tormenta sopló toda la noche anterior, así que en lugar de una camiseta sin mangas, opté por una ajustada y vieja camisa de manga larga que tenía la cubierta del álbum de Van Morrison's. Tenía la esperanza de que Mason entendiera que mi ropa era una muestra de agradecimiento de su serenata de la semana anterior. Se aferraba a mi cuerpo y era extremadamente delgada debido a las cientos de veces que me la había puesto y
lavado, lo cual permitía que mi sujetador de satén color chocolate fuera claramente visible —podría o no haber ido de compras esa tarde especialmente por este conjunto de sujetador y bragas para que coincidieran con la camiseta. Me puse unas sandalias de cuero marrón, y opte por dos trenzas otra vez ya que asumí que traería la moto y no quería que mi cabello fuera un desastre enredado.
158
Salí corriendo de mi habitación para encontrarme con él. A pesar de que sólo pasaron tres días, me encontraba ansiosa de volver a verlo, tocarlo y liberarme por un rato. —Ángel, que soplo de aire fresco en este jodido día. Te ves tan increíble como siempre —me elogió, quitándose el casco, cuando me acerqué a él. Se veía tan increíble como recordaba, una vez más, en una camiseta, azul marino esta vez, y pantalones vaqueros, y no sentí vergüenza al caminar hacia él y envolver mis brazos a su alrededor. Igual de ansioso, puso sus brazos alrededor de mí y me sostuvo cerca de él. —Mason —dije en su pecho sin alejarme. Nos quedamos así durante varios minutos. No sabíamos lo que ocurrió en nuestro día, pero ambos parecíamos saber que, en ese momento, teníamos el contacto físico, la cercanía. Las palabras no eran necesarias. Finalmente me aparte y Mason rompió el silencio. —Bueno, eso fue bastante formal para la noche. Ambos necesitamos olvidarnos de cualquier tipo de mierda que tuvimos en el día y relajarnos. Vamos a tomar unos tragos y a escuchar lo que espero que sea un poco de música medio decente.—Inclinó la cabeza hacia mí como si estuviera pidiendo mi aprobación para este plan. —¿No vas a tocar esta noche? —pregunté, un poco confundida. —Nop. Marcus cambió el horario esta semana para que las noches de los viernes fueran de micrófono abierto, los jueves y sábados por la noche se han programado para tocar —explicó con un brillo travieso en los ojos. —¿Qué? —le pregunté—. ¿Qué es lo que no me estás diciendo? Se inclinó hacia mí y puso su frente contra la mía.—Podría tener un poco de culpa en el cambio de horario, de modo que pasaría algún tiempo contigo esta noche en lugar de tener que preocuparme por tocar —admitió con timidez. No pude evitar sonreír tontamente y sentirme toda pegajosa en el interior porque fuera a pasar por la molestia de cambiar el horario del bar, todo para poder pasar tiempo conmigo, pero también me encontraba triste de que no llegaría a oírlo cantar. —¿Cuándo podré escucharte cantar otra vez? —Fingí poner mala cara.
—Si quieres, voy a tocar una o dos canciones acústicas, pero tendrás que venir aunque sea una noche de escuela, o traer a tu chico del sábado contigo al bar. —Acercó sus labios más a los míos de forma quedamos a sólo centímetros de distancia.
159
—Bueno, eso no será un problema por más tiempo —dije en voz baja, con lo que mis labios quedaron tan cerca de los suyos que prácticamente se tocaban—. No más chico de los sábados por la noche. —No esperó más tiempo y capturó mi boca con la suya, haciendo que suspirara aliviada por la sensación de su boca sobre la mía. Fue un beso largo y hambriento, y esperaba que lo que sucedió en la tienda continuara durante el resto de la noche. —Vamos, Ángel. Vamos a irnos antes de que te de otra lección aquí, en este estacionamiento —gruñó Mason en mi boca. Sus palabras, mezcladas con la pura lujuria desenfrenada que se oía en su voz, hicieron que gruñera, lo que hizo que me besara de nuevo. Finalmente, nos separamos y subimos a la moto, ambos más que un poco excitados. Cuando llegamos al bar, Mason llevó su moto a la parte trasera, donde la estacionó cerca de una puerta. Me ayudó a bajar y lo retomamos justo en donde lo habíamos dejado en el estacionamiento. Me sostuvo contra su cuerpo y pude sentir que aún estaba duro mientras se presionaba contra mi abdomen. —¿Sientes lo que me haces? ¿Tienes alguna idea de lo loco que me pones en este momento? —preguntó en voz baja mientras besaba la cima de mi cabeza. Comenzó a mover su boca hacia mi cuello y oreja y continuó hablando y besando—. ¿Degustar tu boca otra vez? — Beso—. ¿Esas malditas trenzas sexys hasta el culo? —Beso—. ¿Verte en esa maldita camiseta que deja ver todo? —Beso—. ¿Sentir tu calor a través de las bragas húmedas de seda mientras estabas pegada a mi espalda? —Beso. Di un paso atrás antes de que tuviera un maldito orgasmo con sólo oírlo hablando conmigo y besando mi cuello.—Tenemos que entrar antes de intentar iniciar otra lección, profesor. —Le sonreí a su hermoso rostro. Me tomó cada onza de fuerza interior no caer de rodillas delante de este Adonis en el estacionamiento y tomar su pene en mi boca. Por suerte, antes de que pudiera hacer algo completamente estúpido, estuvo de acuerdo y me agarró de la mano para tirar de mí a través de la puerta trasera. Mason se detuvo en la oficina para avisar a Marcus de que se encontraba allí, a pesar de estar técnicamente fuera. Marcus fue un poco más amable conmigo durante nuestra segunda reunión y me sorprendió que se acordara de mi nombre cuando me saludó. Nos despedimos y nos aventuramos en el área principal. La habitación estaba bastante llena y había una chica en el escenario que era bastante buena. Mason puso su mano posesivamente en la parte baja de mi espalda y me guio a través de la multitud hasta su mesa. Me di
160
cuenta de que varias de las personas allí eran las mismas del viernes pasado, pero no recordaba los nombres de todos. Mason pareció sentir mi malestar cuando nos acercamos a la mesa porque me susurró al oído.—Las únicas personas a las que necesitas conocer de las que están aquí son Cruz y Sebastian, Aaron no está aquí y es el único que tiene una novia a la que vale la pena recordar. Cruz es mi mejor amigo de la infancia y Sebastian es su primo. —Besó la cima de mi cabeza y asentí. Me acordé de quiénes eran Cruz y Sebastian tan pronto como dijo sus nombres. A pesar de que no lo encontraba atractivo, Sebastian no parecía tener ningún problema para conseguir la atención femenina, ya que tenía dos morenas arrimadas a él. Sin embargo, se podría argumentar que Cruz, aunque no era tan impresionante físicamente como lo era Mason, tenía tanto atractivo sexual como su mejor amigo. Era de tamaño medio en altura y complexión, pero sus ojos verdes brillantes combinados con su tez oscura y largo pelo negro, era fascinante. Todos saludaron a Mason, mejor dicho Rat, cuando nos acomodamos en su taburete en la barra. Insistió en que me sentara en su regazo otra vez, así que me ubiqué en una de sus piernas, con las mías colgando en medio de las suyas, por lo que todavía podía ver su rostro y ser capaz de darle un beso cada vez que me apeteciera. Mason dio un “hola” general a todos los que se encontraban alrededor de la mesa, pero luego se giró para dirigirse a Cruz y a Sebastian.—Cruz, Sebastian, recuerdan a Scarlett del viernes pasado. —Sabía que no había manera de que me diferenciaran de cualquier otra rubia tonta como las que usualmente pudiera tener Mason acurrucadas en su regazo. —¿La chica del viernes pasado? ¿Ángel? —preguntó Cruz dirigiéndose a Mason y luego a mí, pero ambos me miraban con curiosidad. Por supuesto que lo recordarían por el ridículo pequeño concierto que Mason me dedicó. —Sí, ¿no es increíble? —le respondió Mason. Tiró suavemente de una de mis trenzas con una mano, me besó en la mejilla y puso su mano encima de mi muslo. Me sonrojé furiosamente a sabiendas de que todo el mundo nos miraba. —Jodidamente brillante, Rat —dijo Cruz. Me volví a mirarlo, sin saber si estaba siendo sarcástico o no, pero cuando sus ojos esmeraldas atraparon los míos, me sorprendió ver las piscinas de deseo que su mirada me devolvió. Incapaz de controlar mi reacción, apreté los muslos muy juntos y clavé las uñas ligeramente en el hombro de Mason. Sólo tardé unos segundos en darme cuenta de que tenía que romper la mirada, lo que hice rápidamente, pero no sin que Mason observara el intercambio completo. Sorprendentemente, se rió entre dientes y miró a Cruz.—No con esta, hombre. —Mason negó con la cabeza—. No hay ni una jodida
oportunidad. No tienes ni idea. —Me acercó a él, envolvió uno de sus brazos con fuerza alrededor de mi cintura y besó la comisura de mi boca. No estaba muy segura de si entendí toda la conversación que acababa de suceder, pero me encontraba bastante segura de que Cruz le pidió a Mason que me compartieran.
161
—No te preocupes, Ángel, nadie te va a tocar —me aseguró Mason. No me molesté en decirle que no me preocupaba en lo más mínimo por Cruz, porque fue entonces cuando me di cuenta de que presentaban al siguiente músico local listo para intentar impresionar a la multitud. Cuando Ash subió al escenario con su guitarra acústica colgada del cuello, inhalé profundamente y mi cuerpo se puso rígido. Tienes que estar jodidamente bromeando. —El próximo es Ash Walker —dijo el locutor al micrófono mientras los clientes del bar aplaudieron con entusiasmo ante su presentación. Ash sacó uno de los taburetes disponibles al escenario y ajustó el micrófono. Miró a la multitud y mostró su irresistible hoyuelo. —Ah, mierda —oí murmurar a Mason contra mi espalda. —Gracias. En realidad planeé hacer una canción diferente en la que he estado trabajando, pero en su lugar, me di cuenta de que una amiga mía está aquí, así que voy a invitarla a tocar conmigo, si eso está bien con todos ustedes. Creo que de verdad van a disfrutar de esto.— Todo el mundo aplaudió. Se volvió y me miró, sentada en el regazo de Mason, y todos los ojos en el bar siguieron su mirada.—Scarlett — preguntó en el micrófono—. ¿Te importaría unirte a mí? Iba a jodidamente matarlo cuando pusiera mis manos sobre él. No podía creer que me colocara en esta posición, a pesar de que actuaba como si todo esto fuera inocente, como si sólo fuéramos dos amigos a los que les gustaba tocar juntos la guitarra; no podía dejar de pensar que le enviaba un mensaje a Mason. Me giré hacía él y le pregunté si había una guitarra adicional que pudiera utilizar. Se puso de pie y caminó con su mano en la mía hacia el fondo del escenario, donde agarró una guitarra de un estuche. Se inclinó y me besó firmemente en la boca.—Si quieres, después voy a golpear su culo. — Sólo asentí, completamente consciente del silencio y las miradas que seguían centradas en mí. Subí al escenario, donde Ash ya había puesto otro taburete junto al suyo y un micrófono. Lo fulminé con la mirada, haciéndole saber que no estaba muy feliz con sus payasadas, pero él simplemente sonrió. —Siéntate, Mariposa —ronroneó. Aun contemplando golpearlo con la guitarra en la cabeza, me senté en el taburete—. ¿Lover's Eyes? —preguntó. Asentí y traté de concentrarme menos en el idiota sentado enfrente de mí y más en no quedar en ridículo. Miré a Mason y le dediqué una sonrisa tensa. Asintió y me sonrió de nuevo. Estaba segura de que sentía tanta curiosidad como todos los demás de cómo sonaría.
162
Cerré los ojos, me dejé llevar a la habitación de Ash e imaginé que nos encontrábamos sentados en su cama y traté de relajarme. Le permití guiarnos como siempre lo hacía, y entonces me uní a él, tanto en guitarra como en voz. Miré su hermosa cara y me olvidé de que me sentía molesta con él mientras nos perdíamos en la canción. En el primer coro, me olvidé de las otras personas allí y me deje ir. Cantamos, perdidos en la mágica conexión melódica que siempre parecíamos producir. Hicimos la canción corta, ya que en su versión original duraba más de cinco minutos, y cuando dejamos de tocar, un silencio cayó sobre la multitud. Y entonces un estallido de aplausos rompió el silencio e incluso recibimos una ovación de pie de muchas de las personas. No lo podía creer, mi corazón se llenó de alegría al ver la reacción positiva de todos. Miré a Mason, rogando a Dios que no estuviera furioso, pero él también estaba de pie y aplaudiendo con una enorme sonrisa extendida en su rostro. Me sentí aliviada de que no se molestara y no podía esperar para acurrucarme de nuevo en su regazo. Me levanté del taburete, hice una pequeña reverencia, y volví a colocar la guitarra en su estuche. No me atreví a mirar a Ash durante mi salida, apagué cualquier emoción que sentía por él. No le permitiría arruinar mi noche con Mason nunca más. Las personas me felicitaron mientras caminaba de regreso a la mesa de Mason, sonreí y asentí con apreciación. Podía oír la voz de Ash cantando de fondo, pero mi único objetivo era un rockero bastante grande con piercings y tatuajes jodidamente sexy que se encontraba a sólo unos metros delante de mí. Mason estaba de pie, con los pies ligeramente separados, los brazos cruzados frente a su pecho y sus labios apretados en una línea firme. El tipo parecía un gorila custodiando la entrada al taburete de la barra detrás de él. Me dirigí directamente a él y lo miré a sus ojos color carbón, todos en la mesa se quedaron en silencio y se centraron en nosotros dos. Pensaba que no se encontraba molesto ya que estuvo sonriendo y aplaudiendo, pero de repente me sentía nerviosa porque lo estuviera. Nos miramos por lo que pareció una eternidad. Finalmente, dijo algo. —Esa fue la cosa más jodidamente sexy que he visto —gruñó Mason. Agarró ambos lados de mi cara entre sus manos y atacó mi boca y mi cuello allí mismo, delante de todo el mundo. Todos empezaron a ulular y a gritar comentarios lascivos, y no me importaba en lo más mínimo. Cuando los labios de Mason iban a cualquier parte de mi cuerpo, era como si todas las funciones del cerebro, excepto aquellas centradas en torno al placer físico, se paralizaran temporalmente. —Estoy lista para irme —le susurré al oído a Mason entre jadeos. Se rió y apretó sus labios contra mi frente. —Acabamos de llegar, Ángel. ¿Sabes lo que le parecerá a todo el mundo?
Miré a mi alrededor, a las personas cerca de nosotros. Todos reanudaron sus conversaciones o hacían algo o escuchaban al siguiente chico en el escenario.—No me importa lo que piensen. No quiero estar aquí si va a estar él. Estoy muy enojada ahora y necesito que me ayudes... a aliviar un poco de la tensión. —Lo miré a través de mis gruesas pestañas—. Por favor. —Nunca podría negarte nada, Ángel —dijo negando con la cabeza—. Especialmente si se trata de nosotros aliviando la tensión.
163
Le di un beso.—Gracias, Rat. Echó la cabeza hacia atrás en una carcajada. —¿Qué voy a hacer contigo, pequeño y virtuoso ángel musical? Arrugue la nariz ante su descripción de mí. —Eso suena como si debiera estar en la cima de un árbol de Navidad. ¿También me enciendo? Agarró mis caderas y me hizo dar la vuelta para que quedara de frente a la salida y mi espalda contra su pecho.—Hice que te iluminaras el martes y tengo pensado volver a hacerlo tan pronto como regresemos a mi casa. —Besó mi nuca y escalofríos recorrieron mi cuerpo. No podía esperar.
26 Traducido por BeaG Corregido por Mrs.Styles♥
164 El sábado por la mañana trajo consigo una tormenta que me pareció inquietante para la “charla” que Dylan y yo íbamos a tener más tarde ese día. La noche anterior con Mason había sido casi perfecta, menos la intromisión de Ash. De vuelta en su apartamento, pasamos horas explorando nuestros cuerpos, y después de mi tercer orgasmo me desmayé en su cama. No tenía ni idea de que alguien tocando la parte posterior de mi rodilla y la palma de mi mano podía ser tan excitante. Despertarse con él fue un poco extraño ya que el único chico con el que había compartido una cama era Ash… y Ash y yo no habíamos estado desnudos. Así que cuando me desperté en una habitación desconocida para mí, envuelta en pesadas extremidades, y miré hacia abajo para ver un cuerpo masculino completamente desnudo, tuve algo más que un pequeño ataque hasta que recordé los eventos de la noche anterior. Me moví de debajo del cuerpo de Mason y fui al baño para limpiarme y vestirme. Cuando volví a su habitación él aún estaba profundamente dormido. No quería despertarlo, se veía tan en paz e inocente. Así que contra mi mejor juicio, me quité la ropa que me acababa de poner y me reuní con él de nuevo en la cama. La próxima vez que me desperté, fue porque la lengua de Mason estaba torturándome mientras su mano trazaba ligeros patrones en el interior de mis muslos. Un orgasmo más después, Mason me llevó de nuevo a mi dormitorio con una promesa de vernos de nuevo pronto. Sabía que en cualquier momento Mason podría decidir que no quería seguir jugando este juego en el que yo ponía las reglas. Me había dicho a mí misma que simplemente disfrutara cualquier momento que consiguiera con él, y después de nuestras primeras tres lecciones, había ganado un poco de confianza con él en la cama. Mason no había eludido o intentado llegar ni una vez hasta el final conmigo. Respetaba mi deseo de no ir hasta allí, aunque podría haber sido fácilmente persuadida en el calor del momento. El sábado por la tarde paso rápidamente, y antes de que lo supiera, era horade tomar una ducha y esperar la llegada de Dylan. Una parte de mí pensó que debería ponerme toda arreglada para que Dylan pudiese ver de lo que se perdía, pero al final me puse una
camiseta gris y unos pantalones de yoga. Estaba muy cansada como para que me importara. Al menos me cepillé el pelo y me puse un poco de rímel y brillo labial para no verme completamente horrible. Deseaba que Evie estuviese aquí para calmar mis nervios con sus consejos siempre perspicaces, pero ella estaba pasando todo el fin de semana con Max porque él iba a estar afuera toda la semana siguiente.
165
Cinco minutos antes de las cinco un golpe en la puerta me alertó de la llegada de Dylan. Me sequé las húmedas palmas en los pantalones de algodón y fui para dejarlo entrar. Dylan estaba tan guapo como siempre en unos pantalones caquis y una camisa verde de golf, incluso con los pocos comunes círculos oscuros debajo de sus sombríos ojos. A pesar de lo que había sucedido y lo que iba a pasar entre nosotros, yo odiaba verlo tan claramente estresado y tenso. Inmediatamente me acerqué a él y nuestros brazos se entrelazaron en un abrazo; ninguno de los dos dijo ni una palabra. El me apretó tan fuerte que pensé que probablemente me hizo un moratón en las costillas, pero no me atreví a quejarme. Después de varios minutos, finalmente nos separamos y lo guie hasta el sofá de la sala. Tomé una botella de agua para los dos y luego me senté en el mueble, encarándolo y con mis piernas metidas por debajo de mí. —Te extrañé, Dylan —dije con una pequeña sonrisa. —También te extrañé, Scarlett —respondió—. Me moría por llamarte. Pero no estaba seguro de qué decir. —Bueno, vamos a comenzar con la verdad. ¿Qué pasó el sábado pasado? Todo estaba yendo muy bien, entonces comenzaste a actuar extraño y luego te fuiste. Sin explicación… nada. Miró alrededor de la habitación, obviamente incómodo porque había dado en el blanco con mis preguntas. —Dylan, mírame —le regañé—. Soy una chica grande, puedo manejarlo. Simplemente dime la verdad. —Muy bien.—Exhaló con fuerza cuando empezó—. He sido el mejor amigo de una chica llamada Jillian durante los últimos años. Nos conocimos en la orientación para los estudiantes de primer año, ninguno de los dos era de Texas y nos llevamos bien inmediatamente. Cuando nos conocimos estábamos en una relación seria con alguien en nuestras respectivas ciudades natales. La situación era perfecta para que pudiésemos ser amigos porque podíamos salir y divertirnos, y aunque los dos nos sentíamos atraídos, respetábamos y entendíamos las dificultades de tener una relación a larga distancia, así que ninguno de nosotros cruzó la línea. Por supuesto que ninguna de esas relaciones duró, y luego comenzamos a salir con otras personas y de alguna manera nunca estábamos solteros al mismo tiempo.—Hizo una pausa para tomar aliento—. Me di cuenta hace un tiempo que estaba
enamorado de ella, pero siempre me sentí muy asustado como para actuar porque no quería perder su amistad. Así que seguí con mi vida igual que hizo ella.—Dylan se pasó los dedos por su cabello y suspiró.
166
—Cuando te conocí en agosto —continuó—,me sentí instantáneamente encantado por tu belleza natural y tu honesta y sincera personalidad. Luego, cuanto más tiempo pasaba saliendo contigo y hablando por teléfono, más cuenta me daba de lo mucho que me gustabas. Honestamente pensé que tú serías la que hiciese que mi corazón se olvidara de Jillian. Pero hace más o menos un mes, ella y yo estábamos en un bar y nos emborrachamos hablando del amor, de la vida y todo eso… y antes de darme cuenta nos estábamos besando. Después yo era un desastre. No sabía qué pensar sobre si, o cómo, habían cambiado las cosas entre nosotros, y me sentía culpable por lo que te había hecho y sobre si debía decírtelo o no.—Me miró a la cara, tratando de medir mi reacción. —No tenías que contármelo, Dylan, no éramos exclusivos ni nada así. Simplemente tenías que decirme si iban a estar juntos para que no estuviera con el hombre de otra chica. Yo no hago eso —le aseguré. Asintió. —Bueno, Jillian y yo no decidimos seguir juntos después de ese beso. En realidad no hemos hablado de eso. Pero sí cambió las cosas entre nosotros. La forma en que nos miramos el uno al otro se volvió diferente… más sensual, más intensa, más posesiva. No estoy segura de cómo describirlo, pero sé que entiendes las emociones detrás de eso. Es la misma manera en que tú y Ash se miran el uno al otro. Mis ojos salieron disparados hacia su cara ante su última oración y él sonrió comprensivamente. Ni siquiera me molesté en discutir o defender mi relación con Ash, ya que habría sido inútil. Dylan sabía lo que yo sentía por Ash porque era lo mismo que él sentía por Jillian. —Lo siento.—Obligué a mis cuerdas vocales a moverse, sin saber qué más decir. —No lo hagas, Scarlett. Pero entiende por qué no te había hablado de ella antes, y comprende que sí disfruté de pasar tiempo contigo, de la misma manera en que tú lo hiciste conmigo… bueno, al menos espero que sí.—Me sonrió ampliamente. Yo simplemente asentí en respuesta. Ciertamente entendía. —Así que de vuelta al sábado pasado.—Dylan borró la sonrisa de su cara y me miró solemnemente a los ojos—. La noche antes de nuestra cita, Jillian y yo nos sentamos y hablamos de nuestros sentimientos y pusimos todo encima de la mesa… incluyendo nuestra ropa, si sabes a lo que me refiero.—Cerró los ojos y se estremeció ante su revelación. Yo reprimí una carcajada al recordar de nuevo la noche del viernes anterior y pensé en que probablemente yo tenía la polla de Mason en mi boca al mismo tiempo que Dylan había tenido sus bolas
profundamente dentro de su mejor amiga. El abrió los ojos y vio que yo no estaba ni siquiera cerca de estar molesta. —¿No estás enojada porque tuve sexo con otra persona la noche antes de que te llevara a una cita? —preguntó con incredulidad. —No, Dylan. No lo estoy. De hecho estoy feliz por ti y Jillian. Sólo desearía que me lo hubieses dicho. No teníamos que salir al día siguiente. La hubieses podido llevar a ella en vez de a mí.
167
—Nunca te haría eso a ti. Realmente quería decírtelo esa noche, pero estábamos divirtiéndonos bastante. Y honestamente, sabía que sería la última vez que saldríamos, así que estaba tratando de disfrutarlo. El hecho de que ahora estoy con Jillian no cambia el hecho de que me gustas de verdad. En realidad es una razón más por la que me debo mantener lejos de ti. Eres una tentación que encuentro difícil de rechazar.—Incluso mientras él decía las palabras, los pensamientos lujuriosos cargaron sus parpados y su voz se redujo. Estaría mintiendo si no admitiera que sentía un poco la tentación de pasar por encima de él, ponerme a horcajadas en su regazo, y besarlo hasta dejarlo sin sentido. Pero la cordura y la razón prevalecieron y me quedé quieta sentada en el mueble. Yo no era ese tipo de chica y no necesitaba más drama en mi vida. En cambio besé el dorso de sus manos, que estaban enroscadas entre las mías. —Dylan, les deseo a ti y a Jillian toda la suerte del mundo. Me encantaría que quedáramos como amigos, posiblemente hasta conocerla, pero no querría hacer nada que causara un problema en su relación de ninguna manera. Sólo hazme saber, ¿está bien? —Él asintió y continué—. Quiero darte las gracias por ser tan caballeroso y un buen amigo para mí cuando llegué aquí por primera vez. Nunca olvidaré eso. Sin nada más que decir, los dos nos levantamos y le guie hasta la puerta. Justo después de abrirla puerta para irse, se volvió hacia mí y me abrazó. —Espero que Ash sea lo suficientemente inteligente un día para ir detrás de lo que su corazón quiere de verdad. Hasta entonces, cuídate y prométeme que no te involucrarás con ningún imbécil —susurró en mi oreja y besó mi mejilla. Reí y me sentí contenta de cómo habían terminado las cosas con Dylan. —Lo prometo. Me encontré sentada sola en mi dormitorio un sábado por la noche sin ningún plan y sin ninguna manera de ir a ninguna parte incluso si los tuviera; era inquietantemente similar a la manera en que había pasado los primeros dieciocho años y medio de sábados de mi vida. Con Evie fuera de casa y Dylan fuera de la foto, no estaba segura de a quién contactar para hacer planes. Ni siquiera tenía el número de
Mina o Jess; Evie siempre se hacía cargo de hacer nuestros planes con ellas. Abrí la sección de contactos de mi celular y encontré que sólo tenía dos números además de los miembros de mi familia: Ash y Mason.
168
Por mucho que quisiera, definitivamente no iba a llamar o a enviarle un mensaje a Mason después de pasar la noche entera anterior con él. Dependía de él contactarme o no; lo último que quería era parecer apegada o desesperada. Contemplé si debería o no mandarle un mensaje a Ash; nunca había iniciado una conversación por mensajes con él por las mismas razones por las que no lo iba a hacer con Mason. Mi abuela siempre me decía cuando era más joven: “Nunca persigas a un hombre, Scarlett. Deja que ellos te persigan”. Me sentía como si de alguna manera los estuviera persiguiendo a los dos; no necesitaba saturar sus teléfonos para enfatizar ese hecho. No había tenido noticias de Ash desde que bajé del escenario y salí del bar. Supuse que, o bien no le importaba si había llegado a casa bien o asumió que no me iba a mi casa, o tal vez las dos. Por Dios, no podía descifrarlo. También quería gritarle por su truco de llamarme al escenario de la manera en que lo había hecho. No me sentía realmente molesta con él. Si su meta había sido molestar a Mason, tuvo el efecto contrario. Probablemente le debía dar las gracias. No quería pasar el resto de la noche sola, así que me tragué mi orgullo y esperaba que él respondiera. Yo (7:55 pm) ¿Irás a donde J y N esta noche? Para mi suerte, no me hizo esperar mucho. Ash (7:58 pm) Planeaba hacerlo. ¿Irás con Dylan o Evie? Yo (8:00 pm) Ninguno de los dos. No estoy viendo a D ya. Evie está en donde Max. ¿Quieres venir a buscarme? Pensé que no había ninguna razón para irse por las ramas. Ash (8:03 pm) Estaré ahí a las 9:00. Yo (8:04 pm) Ok, te veo entonces. Satisfecha conmigo misma por haber rectificado sobre mi noche solitaria y tener la confianza para pedirle a Ash que viniera a buscarme, salté a mi armario para encontrar qué ponerme. Una hora después, abrí mi puerta para encontrar a Ash usando casi la misma vestimenta que yo tenía puesta: vaqueros desgastados, una camiseta azul marino (la mía era un poco más ajustada que la suya), y sandalias marrones. Nos dimos un vistazo el uno al otro y nos echamos a reír. —Creo que me tengo que ir a cambiar —dije, volviéndome y yendo de nuevo hacia la habitación, con Ash muy cerca detrás de mí. Podía oler su esencia única, y no podía esperar para acurrucarme en ella más tarde esta noche.
—No me importa si te cambias o no. Es bastante gracioso, en realidad, además, pienso que te ves bien en eso —dijo. Tomó mi hombro y me giró para que lo mirara. Esperé a que dijera algo más pero en vez de eso simplemente me miró profundamente a mis ojos. Era como si estuviese tratando de leer algún oscuro secreto enterrado en mi alma o algo así. Después de lo que pareció una hora, pero probablemente fuera más como un minuto, rompí el silencio.
169
—Si estás seguro, entonces estoy lista. Sólo déjame tomar mi teléfono y mi cartera. —No estaba segura de si él esperaba que trajera a colación la noche anterior, pero había decidido que era mejor que no lo hiciera. Recogí mi bolso y mi teléfono, cerré la puerta y lo seguí al exterior hacia su coche. No estaba segura acerca de Ash, pero para mí la situación completa se sentía bizarra… casi como una cita. Nunca habíamos ido a un lugar juntos, sólo nosotros dos en el auto. Traté duramente de recordarme que no lo era, que simplemente era un amigo llevándome a una fiesta a la que él iba a ir de todas formas, pero mi corazón se rehusaba a escuchar y revoloteaba violentamente mientras él abría la puerta del auto para mí. Habíamos estado en la carretera por solo dos o tres minutos cuando Ash me miró y preguntó. —¿Qué dices si conseguimos algo de comida china para llevar y lo llevamos a mi casa y simplemente nos quedamos ahí? Meg tenía un proyecto o algo, así que ella tampoco saldrá hoy. —Miró esperanzadamente a ver si yo estaba de acuerdo y mi corazón se elevó aún más alto. Cuanto más subía, más bajo caería… —Seguro, eso suena bien —estuve de acuerdo, tratando de no parecer muy ansiosa. Hmmmm. Vamos a ver. Podía ir a una fiesta y ver cómo un montón de chicas se lanzaban hacia a Ash, sin ni siquiera tener a Dylan ahí para distraerme, o podría pasar la noche entera en casa de Ash, sólo nosotros dos. Y Meg, me recordé, pero ella no estaba interesada en meterse en los pantalones de Ash. No era una decisión muy difícil. Media hora más tarde, Ash, Meg y yo no sentamos alrededor de su cocina llenando nuestras caras con el banquete que Ash había ordenado para nosotros. Meg me había prestado unos pantalones de pijama para que me pudiera relajar completamente y no tuviese que andar por ahí con mis vaqueros. Todos bromeamos y nos quejamos sobre el curso que había que completar antes de las vacaciones de Acción de Gracias. Después de la cena, Meg se excusó y desapareció dentro de su habitación para trabajar en su proyecto. Ash y yo volvimos a llenar nuestros vasos y nos movimos hacia su habitación. También tomó unos pantalones de pijama y entró en el baño a ducharse. Mientras que esperaba a que él regresara, noté un gran dibujo en su escritorio en el que obviamente había estado trabajando. A primera
vista parecía una mariposa tribal, parecido a muchos tatuajes que había visto antes. Sin embargo, al mirar más de cerca, noté que los nombres de Eros y Psyche estaban entrelazados en las alas de la mariposa. Inmediatamente me acordé de la primera noche en la que había conocido a Ash y terminé durmiendo en su cama, esa noche habíamos comenzado sin saberlo nuestra cadena de pijamadas de los sábados por la noche, y esa noche me llamó Psyche.
170
Todo lo que sabía de la historia de Eros y Psyche era el corto resumen que Ash me había dado cuando le pregunté acerca de eso antes. Nunca había buscado el mito completo. Creo que tenía miedo de que aumentara mi esperanza de que él quisiera decir algo más al llamarme así. Y desde ese día solamente me había llamado Mariposa, así que no me había permitido pensar en eso de nuevo. Pero ahora que había visto esta hermosa mariposa que contenía los nombres de Pshyche y Eros, tenía que saber la historia completa. Ash salió del baño duchado y cambiado. Amaba el olor de su jabón, que se quedaba en su piel mucho tiempo después de usarlo. Me hacía pensar en cascadas y agua fría. Ni siquiera le di la oportunidad de decir algo antes de acosarlo. —Quiero saber la historia completa de Eros y Psyche. ¿Me la contarías? —pregunté, exigente. Me miró y una sonrisa tiró de las comisuras de su boca. —¿Has visto en lo que he estado trabajando? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta. Bajé mis ojos y asentí. Puse mi labio inferior entre mis dientes y esperé que no se enfadara porque estuve husmeando. Miré de nuevo hacia arriba y su mirada estaba concentrada en mi boca. Liberé mi labio y el llevó sus ojos de nuevo a los míos. —Pensé que ibas a buscarlo.—Una mirada que pensé, y esperaba, que podría haber sido de decepción pasó por su rostro. Me encogí de hombros y miré hacia el suelo. —No he tenido tiempo con la escuela y todo.—Sabía que sonó como una excusa pobre, pero no sabía qué más decir. —Vamos, siéntate y ponte cómoda y te contaré la feliz historia del primer cuento de hadas.—Me sonrió cálidamente y dio unas palmaditas en la cama junto a él mientras gateaba dentro y ajustaba las almohadas—. Incluso empezaré con “érase una vez” y terminaré con “y vivieron felices para siempre” si quieres —bromeó. Le saqué la lengua. Durante la hora siguiente, Ash reveló la hermosa y perdurable historia de amor que no sería negada entre Eros, el hijo de Afrodita, el dios del amor, y Pshyche, la exquisita princesa soltera. Describió cómo su camino tomó muchos giros debido a la interferencia de extraños celos, falta de comunicación, la terquedad y la falta de confianza; sin embargo, al final, como en todos los cuentos de hadas, el amor
verdadero encontró una manera de perseverar. Eros y Pshyche fueron capaces de perdonarse mutuamente por sus defectos y estaban decididos a superar los obstáculos necesarios para estar juntos. Zeus quedó tan impresionado por su amor eterno y su dedicación desinteresada el uno por el otro, que permitió a Physche beber ambrosía, la bebida de los dioses, garantizándole su inmortalidad para que ella y Eros pudiesen estar juntos por siempre.
171
Cuando Ash terminó la historia, me di cuenta de que muchos de los libros y películas de romance actuales eran muy similares a este mito de hace miles de años atrás. Supuse que las pruebas y las tribulaciones de encontrar el verdadero amor, así como la alegría y felicidad de vivir en él una vez que lo tienes, es algo que los humanos habían experimentado desde el principio de los tiempos. No estaba segura de cuánto tiempo había estado perdida entre mis propios pensamientos, pero finalmente me di cuenta de que Ash simplemente me estaba mirando con una sonrisa infantil en su rostro. —¿En qué piensas, Mariposa? Cuando le dije lo que estaba pensando, él asintió y estuvo de acuerdo. —El amor en verdad es una cosa muy difícil, ¿no? Definitivamente ha sido la inspiración de más arte, más escritos, más música… mierda, hasta más muertes, que cualquier otra cosa en la historia. —Es un mal necesario, ¿no lo es? O supongo que podría decir, una tragedia inevitable —reflexioné—. Todos amamos a alguien, ya sea el amor erótico, o de la familia, o incluso amor propio. Así que todos dependemos de la felicidad y nos sentimos en el nirvana cuando el amor es fuerte y sano, pero vulnerables al dolor desgarrador cuando ese amor es arrebatado o no correspondido.—Desafortunadamente, yo estaba comenzando a sentir de primera mano la miseria del amor no correspondido. Reflexionó sobre mis palabras durante un momento. Pensé que iba a decir algo en respuesta, pero en lugar de eso, cambió de tema. —Lo intrigante del mito entre Eros y Psyche, es que no era sólo una historia sobre su amor el uno por el otro, el cual, por supuesto, es el tema principal, sino que también hace hincapié en el crecimiento y descubrimiento personal de Pshyche. Su capacidad de luchar a través de las desgracias y sufrimientos impuestos, le revelaron lo fuerte, valiente y conmovedora que realmente era. Es por eso que los griegos usaban el término Psique para referirse a las dos cosas: al alma humana y a las mariposas. Psyche representa tanto la metamorfosis de un alma humana desde la muerte hasta la inmortalidad, cuando el verdadero amor llena el alma, como cuando la oruga se transforma en la hermosa mariposa.
172
Cuando se detuvo, me miró tan profundamente a los ojos que estaba segura de que podía ver mi alma. No sabía qué decir. Todo en lo que podía pensar era en que él nunca dejaría de llamarme Mariposa. Quería besarlo y estaba bastante segura de que él quería besarme, pero ninguno de los dos era lo suficientemente valiente como para hacer el primer movimiento, ninguno de los dos era lo suficientemente fuerte por nuestra cuenta como para poner a un lado nuestro orgullo y nuestro miedo. Así que continuamos negándonos a nosotros mismos la oportunidad de nuestro cuento de hadas y a cambio nos instalamos, desgraciadamente, en la amistad. —Necesito una bebida, ¿quieres algo? —Me sentí un poco aliviada de que él hubiera encontrado su voz mientras se levantaba de la cama y se dirigía a la puerta. Yo era demasiado débil. No era lo suficientemente fuerte como para exponerme por él, como para darnos crédito, pero tampoco era lo suficientemente fuerte como para separarme de él. Estaba completamente a su merced en cualquier lugar al que quisiera que fuera nuestra relación. Él tendría que tomar las decisiones; yo simplemente no confiaba en mí misma. ─ Si, tomaré un vaso de leche —respondí con una sonrisa forzada. —Leche, por supuesto.—Se rió—. Solo tú, Mariposa. Mientras él estaba en la cocina tomé una foto del dibujo con mi teléfono. No estaba segura de qué se trataba el bosquejo, pero me atraía hacía él inexplicablemente, un efecto similar al que tenía en mí su creador. En el futuro, cuando mirara esta foto, recordaría no sólo el cuento de hadas mítico que tenía la esperanza fuera para mí, sino los momentos privados que Ash y yo pasamos en su habitación. Pasamos el resto de la noche haciendo lo que hacíamos normalmente los sábados por la noche. Tuvimos una sesión de improvisación y vimos un poco de televisión. Nunca discutimos de Eros y Psyche de nuevo, y no me preguntó por qué ya no veía a Dylan o qué pasaba entre Mason y yo. Deseaba que él quisiera hablar de ello, esperaba que el pensamiento de que estuviera íntimamente con otra persona hiciera que su estómago se retorciera como me pasaba a mí cuando lo veía con la multitud de chicas que pasaban por sus sábanas. Había esperado que sus respuestas celosas al verme con Mason le hicieran ver que debería perseguir algo conmigo, pero de repente me pregunté si eran celos todo lo que había impulsado sus acciones. Tal vez sólo me estaba protegiendo de alguien que pensaba me heriría… como haría un amigo.
27 Traducido por sweet_write Corregido por Sofí Fullbuster
173 La cena de Acción de Gracias el jueves siguiente con mi familia había sido brutal. Mis padres me trataron como si tuviera la peste o como si hubiera matado a su mascota favorita; ni siquiera se molestaron en dar el espectáculo delante de mis abuelos o mi hermano y su familia. Escapé a la casa de Evie tan pronto como todos se habían ido después de la cena, para así no tener que hablar con mis padres de nuevo en el fin de semana. Realmente me dolió la forma en que me dieron la espalda, no me concedieron ningún crédito por interpretar el papel de la hija perfecta durante dieciocho años de mierda. En su lugar, optaron por basar el estado actual de nuestra relación en una discusión que tuvimos. Pedí disculpas por la forma irrespetuosa que tenía de hablar con ellos, pero no por las palabras que dije. Mi mamá me había dicho que no era lo suficientemente bueno. Estaba empezando a aceptar el hecho de que nunca volvería a estar cerca de mi familia de nuevo. El pensamiento me puso triste, pero no lo suficiente como para dar y devolver lo poco de la realidad que había descubierto en los últimos meses. Las siguientes semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. El aire exterior se hizo más frío y el follaje de los árboles comenzó a desaparecer. Evie y yo empezamos a prepararnos para nuestros primeros finales mientras la mitad de diciembre se acercaba rápidamente. Estudiábamos, leíamos, estudiábamos, hacíamos listas y estudiábamos... Pensé que ambas éramos susceptibles de una explosión cerebral debido a la enorme cantidad de conocimiento que intentamos meter dentro. Ella vio a Max tanto como le fue posible con todo el trabajo de la escuela, aunque eso significase que ambos tenían que dormir en la misma cama un par de noches a la semana. Eran muy adorables juntos y amaba ver a Evie tan feliz todo el tiempo. Continué viendo a Mason, y por “ver” quiero decir hacer cada acto sexual que siempre había querido hacer con un chico, excepto penetración real, varias veces a la semana. Él me recogía y me llevaba a cenar, nos íbamos al bar por un tiempo, ya fuera para que él hiciera una actuación con Jobu, o de vez en cuando uno de nosotros actuaba en la noche de micrófono abierto. Teníamos dificultades para mantener las manos fuera el uno del otro cuando estábamos juntos, ya fuera en público o en privado. Ansiaba
sus caricias, la descarga orgásmica que me daba una y otra vez me permitió olvidar temporalmente el vacío en mi corazón que sólo el amor de Ash Walker podría llenar.
174
Mason sabía lo que sentía por Ash, había sido sincera con él desde el principio. Siempre me decía que Ash era el mayor idiota de mierda por no buscar una relación conmigo, pero que le debía un agradecimiento porque nos permitió pasar tiempo juntos. Me gustaba Mason, más de lo que quería admitir. Era brutalmente honesto y no le preocupaba lo que los demás pensaran de él. Envidiaba su actitud despreocupada y su autoconfianza. Me encantaba estar cerca de él, e incluso más estar envuelta a su alrededor. Se había vuelto imposible para mí permanecer emocionalmente desapegada de él, a pesar de todo lo que lo había intentado. Parecía que estuviese decidida a establecerme a mí misma como una rompecorazones, no importaba qué. Ash y yo seguíamos como hasta ahora... siendo amigos. Él, junto con Jess, Meg, y la pandilla, se convirtieron en habituales en el bar de Mason los viernes por la noche cuando actuaban. Siempre los iba a saludar a todos, pero nunca me quedaba. Ash nunca me pidió que subiera al escenario con él de nuevo, pero había momentos en los que no podía dejar de preguntarme si hacía las elecciones de sus canciones en mi nombre. A menudo, las letras me hacían sentir identificada, pero hice lo mejor que pude para ignorarle y centrar mi atención en Mason. La única vez que mencionamos el tiempo que pasamos en el bar cuando estábamos juntos los sábados por la noche fue cuando me felicitó en una actuación y viceversa. Evie y yo presentamos a Mason y Max, e inmediatamente se cayeron bien. Juntos habían reservado dos lugares para Jobu’s Rum y 32 Leaves para tocar en un festival de música en Dallas. El festival se programó el tercer fin de semana de diciembre, que por desgracia, fue el fin de semana anterior al examen final de biología que teníamos Evie y yo. Estábamos quemadas porque no podríamos ir a ver a nuestros hombres en acción, sino que pasaríamos los tres días estudiando y pasando el rato como solíamos hacer. Vimos películas de chicas, bebimos vino barato y pintamos los uñas de la otra. Con excepción de la parte de estudiar, el fin de semana fue exactamente lo que necesitaba. Reconectar con Evie me recordó lo buena amiga que fue durante tantos años. Me había tomado bajo su ala una y otra vez, y sin ella, no hubiera estado ni cerca de ser la persona que era ahora. Le debía todo, y ahora que mis padres ya no querían ser parte de mi vida, ella era todo lo que tenía. El lunes por la mañana llegó antes de que me diera cuenta. Estaba tan agradecida de que después del final de biología habría acabado con las clases —mi primer semestre de universidad en los libros, literalmente. Por suerte, los dormitorios en lo que vivíamos no nos
175
hicieron abandonarlos para las vacaciones, porque tanto Evie como yo queríamos quedarnos en Houston el mayor tiempo posible. Mason y Max tenían programado volver al día siguiente y las dos estábamos en grave necesidad de algún tipo de “alivio del estrés”. El domingo por la noche Evie se fue a la cama temprano por otro dolor de cabeza. Dijo que quería asegurarse de dormir antes del examen del día siguiente. Me sorprendió que, en el momento en el que entré en la cocina por la mañana, Evie todavía durmiera. Ella siempre se despertaba antes que yo. Le grité—: Evie, trae tu escuálido culo aquí arriba. Tenemos que irnos en 45 minutos. Me ocupé de mi rutina de cada mañana, consiguiendo el café de ambas y haciéndonos a la vez un tazón de cereal. Después de no oírla empezar a moverse, la llamé de nuevo. —¡Evie! ¡Despierta! Vamos, chica, los cereales se van a poner empapados! —Todavía no hubo respuesta. Empecé a preocuparme, así que me dirigí a su habitación y entreabrí la puerta. —Evelyn Rose, levántate ahora —grité, pero ella no se movió. Al instante supe que algo estaba muy mal. Corrí a la cama y agarré su brazo. Lo agarré y lo dejó caer inmediatamente. La falta de color y la sensación fría y húmeda de su piel confirmaron mis peores miedos; estaba muerta. Sin vida. Mi mejor amiga se había ido para siempre. Entré en shock instantáneamente. Las náuseas consumieron mi cuerpo. Un sollozo arraigado profundamente en mi pecho viajó hasta el fondo de mi garganta y obstruyó el flujo de aire, obligándome a respirar con fuertes jadeos. Miles y miles de pensamientos cruzaron mi mente. Sucedió tan rápido que no pude procesar nada, y pronto mi cabeza palpitaba. Tenía muchas preguntas. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo había estado así? ¿Cómo no había sabido que algo estaba mal? ¿Cómo podía estar pasando esto? ¿Qué voy a decirles a sus padres? ¿Qué voy a hacer sin ella? ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Por qué ella? ¿Por qué no yo? ¿Por qué? Simplemente no podía parar. Temía que mi cerebro explotara de sobrecarga. Los pensamientos se movían tan rápido que casi eran un borrón. No estoy segura de cuánto tiempo me senté en la cama junto a ella, pudieron haber pasado 5 minutos o 5 horas, pero en algún momento una cálida sensación de entumecimiento me recorrió. Los pensamientos se detuvieron en su mayor parte, ya no me dolía tanto el estómago, y pronto no lo hacía en absoluto. Estaba desconectada, como si estuviese viendo la vida a través de los ojos de otra persona o algo así. Era casi sobrenatural. La realidad golpea duro cuando golpea, y sabía que tenía llamadas que hacer, sin duda la llamada telefónica más dura que haría en mi vida. Finalmente reuní la fuerza, salí de su cama y me fui a buscar mi móvil. La llamada a los padres de Evie fue incluso peor de lo que
imaginaba. Nadie debe tener que decirle a un padre que su hija está muerta, sobre todo no alguien que amaba a la difunta casi tanto como lo hacían sus padres. Vomité varias veces después de colgarles. Milagrosamente, hice la llamada telefónica sin llorar. Aún no había derramado ni una lágrima, era como si mis lagrimales se hubieran secado.
176
Mi siguiente llamada fue al 911 y enviaron a los servicios apropiados. El operador se ofreció a quedarse en la línea conmigo hasta que alguien llegase, pero decliné su oferta. Estaba enferma otra vez. La siguiente llamada fue a mis padres. A pesar de que nuestras pocas conversaciones en los últimos meses habían sido torpes en el mejor de los casos, sabía que querrían saberlo. Mi mamá se sintió profundamente entristecida por la noticia y comenzó a llorar inmediatamente. Me ofreció mi vieja habitación por si necesitaba un lugar; le di las gracias y le dije que se lo haría saber, pero sabía que nunca me alojaría allí de nuevo. Nuestra relación se había vuelto tan tensa que estar allí sería más incómodo de lo que yo estaba dispuesta a sobrellevar. Me senté en el sofá hasta que la policía y la ambulancia llegaron. Me hicieron varias preguntas. Yo les respondí. No sentía nada. Me quedé allí sentada. Se llevaron su cuerpo y entonces estaba sola. Completamente sola. Los padres de Evie llegaron en lo que parecieron minutos, aunque les debería haber tomado varias horas. Me encontraron sentado en el sofá, no podía moverme. No podía pensar y no podía moverme. Oí a la mamá de Evie llamar a Jess para que se quedara conmigo para que ella y el padre de Evie pudieran ir al hospital. Jess, Meg y Ash aparecieron un rato después. Podía ver los bordes de sus ojos rojos y las lágrimas secas de todos los rostros. Todavía no había llorado. ¿Qué había de malo en mí? Pensé que estaba soñando, o tal vez me había muerto, pero cuando Jess metió sopa hirviendo en mi boca y quemó cada papila gustativa de mi lengua, la pesadilla en la que se había convertido mi vida fue confirmada como un hecho real. El resto del día fue un borrón. En algún momento me levanté del sofá y me moví hasta mi cama, o alguien me llevó allí, realmente no podía recordarlo. Me desperté allí en la oscuridad de la noche, gritando a todo pulmón, la visión de Evie muerta en su cama se había grabado en mi cerebro. Momentos más tarde, Ash y Meg estaban en mi cama, abrazándome y meciéndome mientras trataban de tranquilizarme. Supongo que volví a dormirme porque lo siguiente que recordaba era despertar con el sol asomándose por mis persianas. Ellos dos todavía estaban a ambos lados, sus brazos alrededor de mí. Estoy segura de que los tres parecíamos algo ridículo, encogidos en esa cama de tamaño pequeño, pero me sentí aliviada de que estuviesen allí.
Me levanté de la cama y me dirigí al cuarto de baño. Sabía que ambos se despertarían cuando me levantara de la cama, pero ninguno de los dos me dijo nada. —Gracias —dije al final, antes de desaparecer detrás de la puerta del baño.
177
En su mayor parte, todavía estaba bastante entumecida. Era como si mi cerebro no me permitiera pensar en ello, por ella. Supongo que era una especie de mecanismo de defensa de auto preservación, o algo así. Pero sabía que no podía permanecer en la cama por el resto de mi vida, necesitaría entender lo que estaba pasando, qué era lo que tenía que hacer a continuación. Sabía que tenía que seguir en movimiento, un pie delante del otro, simplemente seguir adelante. El primer paso fue una ducha. Cuando salí, Ash y Meg ya no estaban en mi habitación. Me gustó la privacidad, ya que me había olvidado de llevar ropa conmigo y sólo tenía una toalla envuelta a mí alrededor. Me puse unos vaqueros y una camiseta y me dispuse a enfrentar mi futuro sin Evie. Encontré a Ash y a Meg sentados a la mesa, cada uno con una taza de café, pero tampoco bebían. Estaban sentados en silencio, mirando a la nada, perdidos en dormidos y deprimentes pensamientos. Cuando entré en la habitación, ambos se pusieron de pie rápidamente y corrieron a mi lado. —Estoy bien, estoy bien—les dije en voz baja. Todos sabíamos que estaba mintiendo. Miré a Meg en primer lugar, dándole las gracias por la noche anterior con sólo mi mirada. Ella sonrió un poco y dijo—: No hay de qué —con una inclinación de cabeza. Entonces me volví hacia Ash. Él envolvió mi cuerpo con el suyo antes de que pudiera decir una palabra. Me abrazó tan fuerte contra él que temí que fuera a herir mis costillas. Pero no dijo ni una palabra. Necesita que me abrazara. Necesitaba sentirme protegida y cerca de alguien. Lo necesitaba para no sentirme sola. —Oh, mariposa... —Fueron las únicas palabras que él necesitaba decir. Saqué mi cabeza de su pecho y levanté la mirada hacia él, pero me quedé acurrucada contra el cálido cuerpo de Ash. —Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Se ha hecho algún arreglo? ¿Dónde están sus padres? —comencé con mis preguntas. Meg habló desde detrás de mí. —Los padres de Evie están en nuestra casa con Jess. Hicieron los arreglos ayer para un pequeño servicio esta tarde en la capilla funeraria de casa. Van a incinerarla, por lo que no será un servicio de tumba. Me estremecí cuando dijo la palabra “incinerar”.
—Meg, es suficiente —la regañó Ash mientras apretaba mi mano, asintiendo. Negué con la cabeza. —No, está bien. Tiene que ser honesta conmigo, quiero saber lo que está pasando. —Tomé una profunda respiración—. ¿Saben lo que pasó? ¿Por qué?
178
—Los informes iniciales mostraron una hemorragia cerebral. Iban a hacer más pruebas durante la noche, por lo que deberíamos saber más hoy —respondió Meg de nuevo. ¿Una hemorragia cerebral? Los dolores de cabeza, la fatiga, debilitamiento de su vista... todo tuvo sentido. Debería haberla obligado a ir a un médico diferente. Debería haberme asegurado de que llegaba hasta el final con alguien cuando los dolores de cabeza no desaparecieron. Debería haber hecho algo que le hubiese salvado la vida. —¿Alguien ha llamado a Max? —solté. Ash y Meg se miraron entre sí y sacudieron la cabeza. —No, no lo creo —dijo Ash en voz baja. —Tengo que llamarlo. Debe estar de camino a casa desde Dallas ahora. Estaba allí tocando en un festival de música el fin de semana — expliqué mientras me liberaba de los brazos de Ash. —En verdad no tienes que hacer eso ahora, Scarlett —trató de persuadirme él de nuevo, pero me alejé un paso más de él. —No, lo haré. Él tiene que llegar a tiempo para el servicio. No querrá perdérselo. Empecé a buscar mi móvil por mi apartamento, cuando comprendí que el novio y los padres de Evie se reunirían por primera vez en su funeral. Corrí al baño sólo para descubrir que no había nada en mi estómago de lo que desprenderse. Unos minutos más tarde, me había recompuesto lo suficiente como para salir del baño y hacer la terrible llamada a Max. Contestó al primer timbrazo. —Hola, Scarlett, ¿qué pasa? —Hola, Max. ¿Están de camino a casa? —Sí, nos queda poco más de una hora. ¿Por qué? ¿Está todo bien? ¿Dónde está Evie? —No, Max, no está bien. Es necesario que lleguen a casa lo antes posible. Ven directamente aquí. —Scarlett, me estás asustando. ¿Qué está pasando?
—No puedo hablar de ello por teléfono, Max. Simplemente necesitas llegar aquí. Y por favor, no le digas nada a Mason de mí. —Está en un coche diferente, no voy a volver a verlo hasta que volvamos. Scarlett, ¡dime qué está pasando! ¿Dónde diablos está Evie? ¿Está herida? —Sólo ven aquí, Max.
179
Apreté el botón de finalizar y me quedé mirando el móvil. ¿Por qué me estaba pasando esto a mí? —Si ibas a llamarlo, deberías habérselo contado, Scarlett —dijo Ash—.Va a estar muy preocupado. Pensará lo peor. —¡Debe pensar lo peor, Ash! ¡Ella está muerta! ¡Esto es casi tan malo como lo peor que jodidamente piense! —le grité. Me metí en mi habitación y cerré la puerta. Me lancé sobre mi cama y escondí la cabeza debajo de la almohada. Quería desaparecer. Quería que todos y todo se fuesen. Quería estar sola. Todavía no lloraba. Desafortunadamente, Ash no lo notó o decidió ignorarlo, porque algunos minutos después oí a mi puerta abrirse y cerrarse silenciosamente. Se subió a la cama conmigo y me tomó en sus brazos. Me abrazó, frotando mi espalda y besando la parte superior de mi cabeza. —Vas a estar bien, Mariposa… Te lo prometo. Sé que no lo parece justo ahora, pero te prometo que vas a estar bien. Estaré aquí para ti, para lo que necesites. Jess, Meg, tú y yo… todos vamos a salir de esto juntos, ¿de acuerdo? No respondí. De todos modos no creía que él estuviese buscando una respuesta. Sabía que estaba diciendo lo que pensaba que necesitaba oír, y honestamente, me hizo sentir un poco mejor, aunque sabía que ni él ni cualquier otra persona tenían ni idea de si iba a estar bien. Dejé que me sostuviese hasta que oí la voz de la mamá de Evie a través de las delgadas paredes del dormitorio. Me levanté, sabiendo que tenía que ser fuerte por ella. Acababa de perder a su única hija, y se lo debía, para que este día fuera lo menos doloroso posible. Sencillamente, no había sitio para más dolor.
28 Traducido por Eugene_14 Corregido por CrisCras
180 El funeral fue… bueno, fue un funeral. Los papás de Evie hicieron algo pequeño y discreto. Además de algunos de los miembros de la extensa familia de Evie, se encontraban Jess, la cual estaba junto a Jacob, Nicholas, Vicki, Meg y Ash. Mina y todos los miembros de 32 Leaves estaban ahí para apoyar a Max. Él parecía haber tomado el mismo enfoque de la vida post-Evie que yo, entumecido. Me senté junto a los padres de Evie en la primera fila, mis padres no pudieron llegar con tan poca antelación. Después de que el sacerdote llevó a cabo la parte formal de la ceremonia se dio la palabra a todo el que quisiera hablar. Jess fue la primera en acercase al micrófono. Estaba tan orgullosa de ella, mientras mantenía la entereza al recordar las historias divertidas de ella y Evie, de lo traviesa que era, y de los problemas en los que se metían cuando eran niñas. Max fue el siguiente en caminar hacia el frente de la sala llevando su guitarra acústica. Con solo mirarlo mi corazón se rompió aún más, y en ese momento pensé que esa hazaña era imposible. Él saco un taburete del lado de la zona del altar y se sentó con su guitarra en el regazo. ─Ni en un millón de años pensé que podría haber conocido a alguien tan perfecto como lo fue Evie para mí. Aun no puedo creer que se haya ido. No sé qué haré ahora. Simplemente voy a tocar esta canción. ─Nunca había escuchado a Max cantar o tocar la guitarra antes; él tocaba el bajo y en ocasiones el teclado en la banda. Pero era bueno, realmente bueno. Puso su corazón en cada oración y palabra de la canción. Cuando cantó las palabras─: Y si estuvieras conmigo esta noche, te cantaría una vez más, una canción para un corazón tan grande, que Dios no la dejaría viva. ─Casi me quebré. Casi rompí a llorar. Casi me permití sentir todo el dolor de los que se encontraban sentados allí, esperando a que les permitiera entrar en mi corazón. Casi. Tomó cada pizca de fuerza de voluntad hacer que me moviera y ocupara el lugar de Max en la zona del altar una vez que él terminó. Tuve que sentarme porque no había manera de que mis piernas me mantuvieran de pie por un buen rato. Normalmente, habría sentido unos pocos nervios al tener que hablar frente a otras personas, especialmente destrozadas, pero puesto que mis emociones estaban
apagadas, estaba segura de lo que hacía. Era inmune a los nervios y comencé mi discurso hacia la pequeña reunión.
181
─Como la mayoría de ustedes saben, Evie ha sido mi mejor amiga desde siempre. Y en verdad no hay palabras que le puedan hacer justicia, ella fue mi soporte, mi todo. Espero que todo el mundo aquí presente haya sido bendecido con alguien tan maravillosa como lo fue Evie, en sus vidas. A pesar de lo mal que me siento en este momento exacto, y créanme, jamás me hubiera imaginado que podría doler tanto, no pospondría este momento. Ni un solo instante. ─Me las arreglé para llegar de nuevo al asiento, al lado de la madre de Evie, sin tropezar con un tronco imaginario o pasar temblando. No escuché mucho de lo que se dijo después. Mi mente estaba en cualquier parte menos en esa habitación, hasta que vi a todos ponerse de pie y empezar a caminar hacia la puerta. Antes del funeral, los padres de Evie habían hablado conmigo en privado sobre qué querían hacer con las cosas de Evie y el dormitorio durante el resto del año. Me dieron su coche sin dudarlo, pero me rehusé e intenté rechazarlo varias veces hasta que al final acepté porque ellos insistían en que me lo quedara. Sólo había unas cuantas cosas de su habitación que querían llevarse, algunas fotos y piezas de acontecimientos importantes. Me dijeron que podía quedarme con lo que quisiera y que enviarían a alguien a recoger el resto de las cosas para donarlas. Además, me dijeron que habían pagado por la residencia de estudiantes por todo el año, y querían que me quedara. Yo todavía no había decidido si iba a seguir el siguiente semestre, pero no quise contárselo. Por último, y lo más importante, me ofrecieron su casa para que fuera en cualquier momento que quisiera, sin preguntas. Nunca olvidaría las palabras que me dijo su madre. ─Scarlett, cariño, tú eres ahora nuestra única hija. Nuestra casa es tu casa, cada vez que la necesites o que quieras ir. Seguiremos cuidando de ti como si fueras nuestra. Evie querría eso. Queremos eso. ─Asentí y se lo agradecí a los dos. No podía imaginar qué tan desinteresados podían ser regalándome algo valioso para ellos en el momento más trágico de sus vidas. Me sentía como una perra egoísta, porque lo único en que podía pensar era en cómo me iba a afectar la muerte de Evie, cómo iba a superarlo… Le había dado poca importancia a la devastación total de sus padres, en la cual debían de estar trabajando. Los padres de Evie se fueron directamente a casa después del funeral. Me abrazaron suavemente y me hicieron prometerles que los llamaría para cualquier cosa a cualquier hora. Debería haber sido yo la que les dijera ese tipo de cosas. Les dije adiós a todos y regresé a los dormitorios; necesitaba un tiempo a solas. Ash y Meg me preguntaron un millón de veces si iba a estar bien sola. Y les asegure la misma cantidad de veces que sí; que en realidad necesitaba tiempo para acomodar mis pensamientos esta noche. Parecían reacios a dejarme ir,
pero les prometí que si pasaba algo o los necesitaba, les mandaría un mensaje de texto o les llamaría para que se quedaran conmigo.
182
Eran un poco después de las 5:00 cuando regresé a mi cuarto. Me senté en el sofá en silencio, no estaba realmente segura de qué iba a hacer. Consideré seguir limpiando el cuarto de Evie, pero rápidamente rechacé la idea. Ya estaba llorando, así que nada de masoquismo. Pensé en leer un libro, pero sabía que no le pondría atención a la trama o a cualquier cosa que requiriera mi comprensión. Así que opte por poner una película. Veía figuras moverse alrededor de la televisión, interactuando unas con otras, pero no tenía ni idea de lo que pasaba en realidad. Simplemente me recosté en el sillón, aun negándome a pensar en los eventos ocurridos en las últimas treinta y seis horas. Mi celular me avisó de que había recibido un mensaje, así que sin pensarlo cruce toda la habitación para ver el mensaje. Mason(5:32pm): Ángel, te extrañé. ¿Quieres ir a cenar? No había pensado en Mason desde que le había dado instrucciones a Max para que no le contara lo de Evie. La idea de permitir que me llevara a esos lugares donde no tenía que pensar en el maldito y cruel mundo en el que vivíamos sonaba tentador… realmente tentador. Pero decidí que sería mejor si no veía a Mason, sabía que si lo hacía le diría lo que había pasado y aun no estaba preparada para eso. No podía simplemente ignorar su mensaje. Probablemente se aburriría y vendría a verme. Por lo menos a mí me gustaba pensar que lo haría. No quería inventarme una excusa, pero tampoco sabía qué decir. Yo (5:36pm): Esta noche no. Los padres de Evie vinieron a la ciudad. Mason (5:37pm): Está bien. Llamaré mañana. Eso era lo mejor a lo que podía llegar sin que fuera una mentira. Él pareció aceptar mis razones por ahora, pero sabía que iba a empezar a hacer preguntas si lo evitaba por un par de días más. Pasó una media hora más y yo seguía sin hacer nada. Decidí hacer unas investigaciones en línea sobre el proceso de duelo. Tenía la esperanza de que vendría a través de algo que me haría sentir un poco mejor, o por lo menos tranquilizarme al saber que lo que estaba sintiendo era de algún modo normal. Estuve navegando de un sitio a otro sin encontrar nada, hasta que uno llamó mi atención. La intención de la página era ofrecer, de forma gratuita, herramientas de apoyo para cualquier duelo por la pérdida de alguien especial en tu vida, denominándose a sí mismo como: “Un lugar de curación”. Había páginas de citas de inspiración y escritos, sugerencias de maneras de honrar al ser querido, y otras ideas y ejercicios para ayudar a sobrevivir a la pérdida. Sin embargo, una sección de la página estaba completamente dedicada a las mariposas y a su simbolismo de transformación, renacimiento y renovación. La mariposa, explicaba, no
solo representaba a los fallecidos, que en su última transformación cambiaban su cuerpo humano por el alma eterna con destino a la dicha celestial, sino también a los dolientes, que luchaban para hacerle frente a la pérdida y a los inoportunos ajustes que alteran la vida. Continúe leyendo a través del material de la página cuando me encontré con una cita que realmente me llamó la atención. Me recordó tanto a Evie y a mí. Como la mariposa,
183
Tengo la fuerza y la esperanza de creer Que con el tiempo Voy a salir de mi capullo… Transformada. -Kirsti A Dyer, MD, MS. Leí esas cinco líneas una y otra vez hasta que la idea penetró en mi cabeza, y poco a poco supe lo que tenía que hacer. Después de una rápida búsqueda en Google de los salones de tatuajes cercanos y de anotar direcciones, me levanté de un salto y me fui a mi habitación para vestirme y empacar una bolsa de viaje. Minutos más tarde, estaba fuera de la puerta. Entré en el estacionamiento de un pequeño centro comercial que estaba a solo unos diez minutos del campus. Me sentía nerviosa como el infierno, y tomar la decisión de hacerme un tatuaje el día después de que la persona más importante de mi vida muriera probablemente no era la mejor idea. Pero ya estaba allí y me negaba a volver atrás; tenía que hacerlo por muchas razones. El tatuaje no sólo sería para recordar a Evie, sino también para recordarme a mí misma mi esperanza, la fe en que los finales de cuento de hadas realmente existían y mi propia transformación de chica insegura, sin experiencia, a una mujer joven que podía coexistir con el amor, la lujuria y la perdición; mi propia metamorfosis. Un par de horas más tarde era un par de cientos de dólares más pobre y mi pantorrilla izquierda estaba en llamas, pero no podría haber sido más feliz con la imagen que me devolvió la mirada cuando me miré. No podía esperar a llegar a casa de Ash para mostrárselo, ya sabía que él estaría sorprendido de ver lo que había hecho. Esperaba que no le importara que hubiera usado su esbozo como base de mi arte corporal sin preguntarle primero. Rápidamente aparté ese pensamiento. Estaba segura de que él se sentiría halagado de que me gustara tanto. El artista del tatuaje había hecho un trabajo maravilloso al trasladar la imagen de mi teléfono a una imagen permanente grabada sobre mi cuerpo. Me detuve en la entrada, luego corrí por el pasillo hasta que llegué y llamé a la puerta con firmeza. Meg me recibió con una extraña expresión en su rostro.
─¡Scarlett, Hola! ¿Estás bien? ¿Trataste de llamar? ¿Está todo bien? ─Miró por encima del hombro hacia el final del pasillo. ─Sip, solo reconsideré su oferta de compañía, por lo que pensé en venir a quedarme aquí, si te parece bien. Mi dormitorio es un poco pequeño en comparación a esta casa y en verdad no quiero estar allí. ─Entré en la casa y me di cuenta de que ni Jess ni Ash estaban en la sala o en la cocina. ─¿Dónde están todos? ─pregunté.
184
Meg se mordió nerviosamente el labio. ─Jess está con Jacob, y Ash se encuentra en su habitación. ─Bueno, voy a hacerle saber que estoy aquí y a dejar mi bolsa. ─le dije mientras caminaba hacia la puerta cerrada. Pensé en sí debería decirle de inmediato acerca de mi nueva adición o esperar y ver cuánto tiempo le llevaba darse cuenta. ─Scarlett, espera…─Meg empezó a seguirme, pero ya era demasiado tarde. Abrí la puerta de Ash para encontrar a una rubia desnuda de cintura para arriba montada a horcajadas sobre el cuerpo desnudo de él sobre su cama. ─Oh, Dios mío ─dije mientras dejaba caer mi bolsa. No estaba segura de sí fue mi voz o el sonido de la pequeña maleta al golpear la madera lo que les alertó de mi presencia, pero cuando me vieron de pie en la puerta, la paloma rubia con solo un artículo de ropa y los horrorizados ojos de Ash se fijaron en mí. Sin embargo, fue malditamente beneficioso para todos los involucrados que mi estado emocional casi comatoso siguiera en su lugar y no hubiera pasado a la fase de la ira de mi duelo, de lo contrario podría haber matado a alguien, literalmente. ─Scarlett, por favor, esto no es lo que parece ─trató de explicar Ash mientras cubría su cuerpo con el edredón. Mientras, la rubia había rodado por el otro lado de la cama y se escondía de mí en el suelo, tratando de vestirse. ─¡Muéstrame un poco de maldito respeto y no me sueltes esa frase demasiado usada, Dios! ─farfullé─. No soy una de tus estúpidas putas ni soy tu maldita novia, por lo que no me debes ninguna explicación. ¡Sólo pensé que podrías darle una maldita noche libre a tu polla para llorar la pérdida de alguien que pensé que considerabas tu amiga, o al menos estar allí para mostrar respeto por tus otros amigos! Pero obviamente me equivoqué. Al menos sé cuánto valgo. ¡Probablemente es mejor entender todo esto ahora, de cualquier modo, porque no estaba tan lejos de caer en el fondo rocoso bajo mis pies! ─Ella acaba de aparecer sin llamar ─suplicó─. Mariposa, no… ─ ¡NO soy tu jodida “mariposa”, NO me vuelvas a llamar así! ¡No voy a volver a caer en esa mierda de nuevo! Porque por tu culpa me estremeceré cada vez que vea a una maldita mariposa otra vez por el
resto de mi vida. ¡Le debes a una especie entera una disculpa! ─Pensé que usaría pantalones largos durante el resto de mi vida, o hasta que pudiera darme el lujo de hacer que esta maldita cosa fuera eliminada de mi pantorrilla. Fui una tonta. Me di la vuelta y agarré mi bolsa, que yacía en el suelo. Ni siquiera me giré para decirle las últimas palabras al chico al que amaba. ─Habría ido al infierno y regresado por ti, Ash. Cualquier cosa. Habría hecho cualquier cosa, pero en cambio tú rompiste mi alma.
185
Caminé hacia fuera pasando de largo a Meg, salí de la casa y fui directamente al coche. Conduje alrededor de la manzana sólo para salir de la vista de la casa y saqué mi teléfono móvil de mi bolso. Antes de que pudiera pensar, mis dedos habían tomado una decisión por mí. Yo (9:10 pm): ¿Aun quieres salir? Mason (9:11 pm): Por supuesto, pasaré a recogerte. Yo (9:11 pm): No es necesario, voy hacia tu casa. Yo (9:11 pm): Te necesito. Mason (9:12 pm): Estoy esperando. Yo (9:12 pm) Espera desnudo.
29 Traducido por Akires Corregido por CrisCras
186 Mason no estaba desnudo cuando llegué a su apartamento, no es que realmente esperara que lo estuviera, pero se veía increíblemente sexy con sus pantalones de pijama y su ajustada camiseta cuando abrió la puerta. Yo, en cambio, llevaba “patética” como si fuera una marca de diseño. Por supuesto había empezado a llover cuando aparque, así que para cuando me lancé desde el coche a la puerta principal, era un desastre empapado. Mi pelo fibroso se pegaba a los lados de mi cara, mi ropa pesaba el doble y se aferraba a mi cuerpo tembloroso, y estaba segura de que los restos de rímel que tenía se deslizaban por mi cara. Tan pronto como me vio rápidamente me condujo al interior. —Scarlett, ¿estás bien? —preguntó con verdadera preocupación—. Ven aquí, vamos a sacarte esa ropa mojada y a calentarte. Él no esperó a que le contestara antes de tirar de mí mano directamente hacia el baño y desnudarme. Rápidamente me libré de mi camisa y mis pantalones, y mi sujetador estaban a punto de seguirles. Le oí aspirar una bocanada de aire cuando salí de mi ropa interior, dejándome desnuda frente de él. Miré con vehemencia sus ojos grises, quería que me tocara y que me abrazara y me besara hasta que estuviera adormecida. Me sentía tan vulnerable, tanto física como emocionalmente, de pie allí mientras la hambrienta mirada de Mason recorría mi cuerpo como si fuera la primera vez que me veía sin ropa. Sintiendo mi necesidad de contacto físico, él me envolvió en sus brazos, apretándome contra su cuerpo, y yo exhalé el aliento que ni siquiera sabía que estaba manteniendo. —Yo también te extrañé, Ángel —bromeó Mason—. ¿Evie no mantuvo tu calor durante la noche mientras que Max y yo estábamos fuera? —Me estremecí cuando dijo el nombre de Evie, me había olvidado de que él no lo sabía. Pensar en ella me hizo apretar su cuello con más fuerza. —Supongo que eso es un no. No te preocupes, te voy a cuidar bien y a asegurarme de que duermas bien. —Seguía bromeando, pero su voz había descendido una octava hasta un murmullo seductor—. También veo que tienes una sorpresa para mí. —Sus ojos se centraron en la piel rojo furioso en mi pantorrilla exterior.
—¿Qué te parece? —le pregunté. —Estoy un poco sorprendido, para ser honesto. Nunca me habías dicho que querías un tatuaje. Hubiera ido contigo. —Parecía un poco decepcionado de que no le incluyera. —En realidad no sabía que me lo iba a hacer hasta el último minuto. Fue una decisión precipitada, de la que me temo que ya me estoy arrepentido —le dije con sinceridad.
187
—Se ve muy fresco. ¿Cuándo te lo has hecho? —Hoy. —Bueno, me gusta. —Mason me dedicó una sonrisa tonta que no pude evitar devolverle—. Ahora sólo necesitas veinte o treinta más y podrás lucir como yo. —Creo que este va a ser el único para mí. —Uno ya era mucho. —Supongo que hay un significado sentimental detrás de él, ya que tiene nombres en él. ¿Algo que trajiste para que te lo hicieran? Yo sólo asentí con la cabeza. Sabía que él quería que le contara la historia detrás del tatuaje, por qué había elegido ese diseño en particular, pero decidí no contarle lo de la muerte de Evie todavía. No estaba preparada para volver a revivir todo el evento y mi cerebro necesitaba un escape de análisis de los “y sí” y de los “qué sí” que habían comenzado mientras estaba sentada sola en mi habitación de la residencia antes. Además, no quería su piedad. Quería que estuviera conmigo porque quería hacerlo, no porque sentía que tenía que hacerme sentir mejor de mi sufrimiento, como si fuera un deber. No como Ash. Besé su cuello y desvié la conversación de toda mención de Evie. —Te extrañe, listillo. —Me eché un poco hacia atrás y sonreí. Seguí con mi dedo la línea de su mandíbula—. ¿Estás listo para mostrarme lo mucho que me echabas de menos? Él no contestó con palabras. En su lugar capturó mi boca con la suya y me besó con intensa pasión y fervor. No había caricia suave de labios ni toque tímido de lengua, eran bocas abiertas, choque de dientes, un duelo de lenguas, y manos vagando. Él me levantó para que pudiera envolver mis piernas alrededor de su cintura y nos sacó del baño en dirección al dormitorio. Nuestras bocas nunca se separaron la una de la otra. Mason me dejó sobre la cama, con la cabeza ubicada en las almohadas. Se cernía sobre mí aun completamente vestido y cogí el dobladillo de su camisa para tirar de ella por encima de su cabeza. Él aceptó y fui recompensada con la visión de la impresionante parte superior de su cuerpo. Nunca podría cansarme de estudiar los tatuajes que lo cubrían, me encantaba localizar cada uno, en primer lugar con
el dedo y después con mi lengua. Bajé la vista hacia sus pantalones, que también tenían que salir.
188
Yo, sin saberlo, dije la última frase en voz alta y él negó con la cabeza y sonrió. —Todavía no. En primer lugar te voy a mostrar lo mucho que te echaba de menos, Ángel. Ahora, pon tus manos sobre tu cabeza y agárrate del cabecero. No mueva las manos, sólo disfruta. — No lo pensé dos veces. Alcé los brazos por encima de mi cabeza y sostuve la madera con fuerza. Necesitaba esto tan desesperadamente. Necesitaba olvidar todo lo demás. Se sentó encima de mí para que nuestros cuerpos se apoyaran el uno contra el otro, pero no hasta el punto de que su peso cayera sobre mí. Comenzó en ese lugar, justo detrás de mí oreja, que sabía que él amaba, y luego se abrió paso por mi cuerpo, explorando cada centímetro cuadrado, ya fuera con sus manos, sus labios o su lengua. Dejó tras de sí una estela de fuego, su toque abrasando mi piel y dejando una calidez arraigada profundamente en mi interior. Mason recorrió todo el camino hasta mi pierna, a mi pie, y luego de vuelta otra vez. Fue extremadamente cuidadoso con la piel levantada e irritada de mi pierna. Cuando llegó a mis pliegues, ya pulidos, no dudó en extender el tratamiento a mis más íntimas áreas. Utilizó todas sus armas de placer en masa a la vez —su lengua chasqueando mi clítoris, su boca chupando mis labios y sus dedos enterrados profundamente dentro de mi centro. No tardó mucho en traerme mi primer orgasmo. Probablemente, él conocía mi cuerpo tan bien como conocía el suyo propio, y le encantaba saber que podía llevarme al borde y luego empujarme tan rápido. Seguro como el infierno que tampoco me importaba. Había oído que muchas chicas no experimentan orgasmos regulares, ya sea porque al tipo con el que estuvieron no le importaba si ella llegaba o porque no sabía cómo llevarla allí. Supongo que tuve suerte de que mi entrenador de sexo sin sexo fuera tan experimentado, y muchas veces conseguía experimentar orgasmos múltiples en una noche, todo debido a la magia que él trabajaba con sus manos y su boca. Me llevó varios minutos recuperarme de mi viaje al sensual espacio exterior. Mason continuó trabajando su camino hasta mi cuerpo, frotándome y besándome, hasta que llegó a mi cara. Dudó antes besarme; nunca le había besado en la boca después de que me hiciera sexo oral, pero por alguna razón, en ese momento, saborearme a mí misma en boca de Mason parecía la cosa más natural del mundo. Solté la cabecera de la cama y agarré la parte posterior de su cabeza mientras me levanta para encontrarme con su boca a mitad de camino. Ese fue el beso más sexy que había experimentado jamás y por los sonidos que venían de Mason, creo que él sentía lo mismo. Sentí su polla sacudirse contra mi estómago y mi cuerpo empujó contra él
instintivamente. Gemimos en la boca del otro, los dos estábamos luchando contra la necesidad carnal que combatía por cumplirse. —Scarlett, no tienes ni idea... Estoy tratando de... —susurró. Le interrumpí, poniendo mi dedo índice sobre sus labios para silenciarlo. Usé mi otra mano para alcanzar nuestros cuerpos y empuje hacia abajo la banda elástica de sus pantalones. Levantó su cuerpo para que yo pudiera librarle de su última pieza de ropa.
189
Cuando se dejó caer de nuevo sobre mí, su erección se apretaba contra mi clítoris y mi hueso púbico. La presión fue suficiente para volverme loca de lujuria. Me dio un beso suave y más lento de los que me había dado antes. Me gustó que estuviera tratando de ser amable y tierno, pero mi cuerpo estaba hambriento y desesperado. —Más. Necesito más —jadeé, moviendo mi cuerpo contra el suyo. El cuerpo de Mason se detuvo y se alzó para que ya no se tocaran. Gemí ante la pérdida de contacto. Capturó mis ojos con los suyos. —Scarlett, dijiste que no querías. Por favor, no... No puedo decir que no. —Cerró los ojos y sacudió ligeramente la cabeza—. Quiero que signifique algo para ti. Tienes que amar a la persona con la que estás la primera vez, lo hace especial. Mira, estoy perdidamente enamorado de ti, pero sé que tú amas a Ash, y a veces así es cómo funcionan las cosas. Pero no quiero simplemente follarte, quiero hacer el amor contigo. Como nunca lo he hecho con nadie más. —Bajó los ojos ante su confesión. Me sorprendí al escuchar a Mason decir que estaba enamorado de mí, pero, egoístamente, no me echaría para atrás por nada —la primera vez que un chico me decía que me ama. Me hizo sentir reconfortada, querida y viva. Yo sabía que amaba a Ash, pero estaba demasiado enojada con él. Y estaba tan enojada con Evie por morir y dejarme sola. El tacto de Mason era lo único que me hacía sentir mejor, y maldita sea, merecía sentirme mejor. Así que hice la cosa más egoísta que podía hacer, mentí. Ahuequé el rostro de Mason entre mis manos y le obligué a mirarme mientras decía las palabras. —Te amo, Rat. Te amo mucho y quiero que me hagas el amor en este momento.
30 Traducido por Killer Queen Corregido por Verito
190 Aún estaba oscuro cuando me desperté, y podía oír la lluvia golpeando sin cesar la ventana. Mason estaba dormido boca arriba y yo estaba acurrucada contra su cuerpo, utilizando el espacio entre su pecho y su brazo como almohada. Moví mis piernas para cambiar de posición y el dolor que sentí entre ellas me congeló. Los acontecimientos del día anterior inundaron mi memoria. El funeral. Los padres de Evie. El tatuaje. Ash. La rubia. Mason. Yo. Te amo. Sexo. Oh, mierda, ¿qué hice? Cerré los ojos con fuerza, esperando, rezando, que todo hubiese sido una pesadilla. Quería regresar setenta y dos horas y rehacer todo lo hecho en ese lapso de tiempo. Lentamente abrí los ojos y moví la mitad inferior de mi cuerpo otra vez. No se podía negar la sensibilidad que sentía donde había estado el cuerpo de Mason. Le había pedido que me tomara, que me hiciera el amor; le había dicho que lo amaba para que lo hiciera sin reservas. Estaba enojada y herida por Ash. Me había sentido sola, afligida, abandonada. El toque de Mason, como siempre, me hizo sentir codiciada y apreciada. Me encantaba que me rogara; necesitaba que me amara. Yo era una persona horrible. Era mucho peor que Ash. Le mentí a Mason simplemente para no estar sola. Temía quedarme sola para siempre. Mi relación con mi familia era distanciada. El chico que creí amar se tiraba a otras chicas. Y mi mejor amiga, la persona con la que había pasado cada día de mi vida durante diez años, estaba muerta. Mason era lo único que me quedaba, y debido a mi comportamiento egoísta también arruiné eso. Mason haciéndome el amor fue maravilloso. Había sido tan gentil, tan paciente. Se había asegurado de atenderme en todos los sentidos y sólo le había interesado en darme la primera vez perfecta. Sin embargo, a pesar de la plenitud física y emocional que sentí durante esos momentos íntimos, nunca me había sentido más vacía que cuando me desperté y tuve que afrontar lo que había hecho. Comencé a tener un pequeño ataque de pánico. Se formó un nudo en mi estómago por la ansiedad, mi boca se secó, mi respiración se volvió dificultosa. Tenía que salir de ahí, rápido. No podía lidiar con todo eso a la vez. Logré salir de la cama sin despertar a Mason, agradecida de que tuviera el sueño pesado. Mi ropa aún era una pila
húmeda en el suelo del baño, por lo que me puse un par de bóxers de Mason y una camiseta que encontré en la secadora. Agarré mi bolso y las llaves que había dejado en el bar, y salí silenciosamente por la entrada principal. Seguía lloviendo, y para cuando llegué a mi auto volvía a ser un desastre mojado y congelado.
191
Fui directamente a mi habitación para cambiarme de ropa y agarrar unas cuantas cosas. No sabía adónde iba, pero era demasiado cobarde como para quedarme en casa de Mason y enfrentarlo. No podía quedarme otra noche en el dormitorio sin Evie, y me negaba rotundamente a llamar a Ash. Después de una ducha caliente, me puse los primeros artículos de ropa limpia que encontré. Había necesitado desesperadamente limpiar mi ropa y planeaba ponerme al día tan pronto como terminaran los exámenes finales. Terminé con un par de shorts desgastados y una sudadera con capucha de la Universidad Rice. Volví a empacar mi bolso, ya que todas las cosas que había en él antes se mojaron. Agarré mi guitarra acústica, me coloqué las botas, porque no podía manejar con chancletas, y salí por la puerta una vez más. Una vez en el coche, conecté mi iPod y me preparé para un largo viaje, sólo que todavía no sabía hacia dónde sería. Lo único que sí sabía era que tenía que alejarme lo más rápido posible de Houston, y no tenía ningún plan de regresar. Jamás.
31 Traducido por MelCarstairs Corregido por Violet~
192
Ocho meses después Era el viernes antes de que el semestre de otoño comenzara y me dirigía hacia el este por la I-10 hacia Houston. Había sido hace exactamente un año cuando Evie y yo habíamos hecho este mismo viaje, emocionadas y con ganas de empezar nuestra nueva vida. Ambas habíamos imaginado nuestros cuatro años juntas de experiencia universitaria y todo lo del momento cambia-vidas que venía con ello. Desde ahí, habíamos asumido que conseguiríamos trabajos, encontrar un esposo amoroso, tener hermosos pequeños bebés, y por supuesto, vivir felices por siempre. Pero la muerte de Evie lo había cambiado todo. Una vieja canción de los Red Hot Chili Peppers sonó en la radio y pausé mi viaje por la vereda del recuero para subir el volumen y cantar. Era una de las canciones favoritas de Evie; siempre quiso que tocara esta canción, así ella podría cantarla fuera de tono y con un volumen increíblemente alto. Sonreí y sentí el familiar tirón en mi corazón al que me había acostumbrado al pensar en mi mejor amiga. Me había tomado bastante tiempo llegar al punto de recordar viejos recuerdos de Evie sin llorar, y algunos días todavía tenía los ojos un poco llorosos cuando pensaba en ella, pero la mayor parte del tiempo recordar momentos juntas me llenaba de amor y gratitud. Comencé a sentirme agitada y nerviosa cuando pasé el cartel que indica que Houston estaba a sólo 115 kilómetros por delante de mí. Sabía que en menos de dos horas estaría en mi nueva habitación con Tessa, mi nueva compañera de cuarto. No nos habíamos conocido en persona, pero hablamos un par de veces por teléfono y una vez por Skype, así nos reconoceríamos. Ella parecía ser dulce; daba la impresión de ser tranquila y estar muy centrada en sus estudios de pre-medicina. Tranquila y estudiosa era exactamente lo que necesitaba; la decisión de tener otra compañera era difícil para mí y no estaba segura si estaba lista para ser muy amiga de quién sea que fuese. Al principio se sentía como si estuviera reemplazando a Evie; estaba tan asustada de olvidarla si seguía con mi vida. Finalmente, trabajé con mi terapeuta en esos problemas y me di cuenta de que nunca iba a olvidar a Evie; eso era imposible. La mejor forma de honrar su memoria era seguir viviendo, haciendo cosas que a ella y a mí nos gustaba hacer juntas, escuchar su música favorita, cocinar sus comidas favoritas.
Cuando conduje fuera de la cuidad en esa noche transformadora de vidas el diciembre pasado, no tenía verdadera idea de lo que estaba pasando. Simplemente conduje y conduje y conduje. El sol salió y yo continué conduciendo. El sol se puso y yo seguí conduciendo. Finalmente, después de que no pudiera mantener mis ojos abiertos más tiempo, me desvié hacia un motel en la carretera. No tenía ni idea de dónde estaba. Me sentía completamente perdida en cada faceta de mi vida, física, mental y emocionalmente.
193
Me registré en una habitación y me quedé dormida a los 30 segundos de acostarme. Ni siquiera me molesté en sacarme los zapatos o meterme bajo las mantas. A la mañana siguiente cuando desperté, me di cuenta de que primero necesitaba descubrir dónde diablos estaba y luego necesitaba elaborar algún tipo de plan. No iba a vivir en el auto de Evie como una vagabunda cruzando Texas. Encendí mi teléfono por primera vez desde que me fui, esperando que el GPS en él pudiera darme indicaciones de dónde estaba. No estaba preparada para los treinta mensajes de voz ni los cincuenta y algo mensajes de texto que estaban esperándome. Cuando hui de casa de Ash, Meg había llamado a Jess, que había llamado a los padres de Evie, que habían llamado a mis padres. Todos ellos habían dejado mensajes tratando de localizarme y asegurándose de que estaba bien. Bueno, asumí que los mensajes de Ash eran similares a los otros porque me negué a escucharlos y los borré antes de cambiar de opinión. Por encima de quienes se preocupan por mi estado mental debido a la muerte de mi mejor amiga y yo interrumpiendo a Ash teniendo relaciones sexuales, estaba Mason preguntando por qué me había ido sin decir nada. Escuché sus mensajes porque sentía que al menos le debía eso. Merecía escuchar el dolor y la angustia en su voz porque había sido egoísta engañándolo, sabiendo que eso le causaría dolor. En su primer correo de voz sonaba confundido y compresivo, pero para el quinto ya estaba absolutamente enojado. Me dijo que era una perra inmadura y que nunca volviera a contactar con él, que no tenía tiempo para ponerse al día con mi mierda. No podía culparlo por sentirse traicionado y odiarme. Me odiaba por lo que le hice. Una vez que supe que estaba en las afuera de Lubbock, comencé a llamar a cada uno para hacerles saber que estaba bien. Mis padres parecían molestos por todo el calvario y me dijeron que dejara de actuar como una niña y regresara a casa de inmediato. Los padres de Evie estaban más preocupados por mi bienestar, pero les aseguré que había tenido solo un pequeño ataque de locura y que regresaría a casa más tarde ese día. Les envié un mensaje a Meg y a Jess para hacerles saber que estaba bien, pero que necesitaba algo de tiempo para mí misma. Le envié a Mason un simple mensaje que decía “Lo siento”, pero nunca obtuve respuesta. No tenía nada que decirle a Ash.
194
Después de mucho debate interno y la búsqueda del alma a través de las próximas semanas, terminé tomándome un semestre libre de Rice. La escuela fue más que compresiva con la situación de Evie y me dio hasta un año para regresar sin tener que volver a aplicar. Me mudé con mis abuelos y me centré en ponerme bien psicológicamente. Empecé a ver a un terapeuta semanalmente y me uní a un grupo de ayuda para jóvenes adultos que perdieron a un amigo cercano o pareja. En adición al dolor por la muerte de Evie, también me di cuenta de que necesitaba tomar el control y responsabilidad de mi propia vida. Por mucho tiempo, había usado a otras personas como muletas para tomar mis decisiones. Mis padres habían presionado esa forma de vida sobre mí, pero de lo que no me di cuenta fue de que, cuando me mudé, los había reemplazado con Evie. Había tomado meses y meses de tratamiento y rehabilitación, pero finalmente mi proceso de curación había alcanzado un punto donde me sentía cómoda regresando a mi vida. Era importante para mi volver a Rice y obtener mi título. Eso había sido una enorme meta de Evie, y ahora se lo debía a ella, a las dos, cumplir nuestro sueño. Así, exactamente un año después, me encontré a mí misma estacionando en la misma zona de aparcamiento, preparándome para mi segunda oportunidad en mi vida. Salté fuera de mi auto, agarré mi maletín, y me apuré hacia mi habitación. Había salido tarde tras dejar a mis abuelos y ya estaba oscuro fuera. Quería desempacar rápidamente, así podía ducharme y cambiarme. No tenía ni idea de qué tipo de recepción podía esperar. Era pasada la medianoche cuando por fin me detuve en el familiar almacén, el estacionamiento estaba lleno, como había asumido que estaría. La mayoría de los estudiantes volvían a la ciudad esta semana y todos estaban buscando salir y festejar antes de que la escuela volviera a comenzar. No tuve mensajes de texto ni había hablado con Ash o Mason desde que me fui. Había cambiado mi número una semana después de la crisis, así que no estaba segura de si alguno de ellos trató de ponerse en contacto conmigo o no. Ocho meses. Habían pasado ocho meses y estaba nerviosa como el infierno de ver a cualquiera de ellos, mucho menos a ambos al mismo tiempo. Sin embargo, sabía que ambos estaban allí; vi el coche de Ash cuando estacioné y la motocicleta de Mason estaba aparcada al lado de la puerta. Sabía que había buenas posibilidades de que ambos estuvieran con alguien más y me había comprometido conmigo misma a no hacer una escena. No buscaba causar problemas. Había ido a decir mi parte, y cuando hubiera terminado, aceptaría cualquier respuesta o reacción que tuvieran. Me había preparado para lo que fuera; podían ignorarme y no darme ni la hora del día, o podrían enloquecerme y gritarme lo perra que era. Lo que fuera que pasara, sabía que necesitaba hacer esto.
Había esperado una multitud, era más fácil para mí esconderme entre la gente. Quería tomarme un trago para obtener un poco de coraje líquido antes de seguir con mi plan. Encontré un asiento lo más lejos posible de donde Mason y su equipo se sentaban normalmente, cerca de un par de chicas. Mantuve mis ojos hacia abajo sobre la barra mientras bebía mi cerveza, no quería hacer contacto visual con nadie por si era alguien a quien conocía o que me reconociera.
195
Había una chica en el escenario que recordaba de cuando solía pasar el rato aquí. Tenía una voz hermosa y era igualmente talentosa con el teclado. Sabía que habitualmente la ponían en la vacante final del micrófono abierto los viernes, así que no tendría que esperar mucho más. Cuando ella terminó, el locutor presentó al músico siguiente mientras un hombre de la parte posterior de la zona del escenario empezó a caminar hacia adelante. Pensé que estaba lista para ver de nuevo a Ash, pero estaba equivocada. Tomé una respiración profunda mientras una ola de emociones se estrellaba contra mí. Allí se quedó, en toda su gloria de surfista, vestido con sus distintivos pantalones caquis, camisa Guevara abotonada y sandalias. Su cabello todavía colgaba largo y greñudo sobre su rostro, y con solo mirarlo me daban ganas de empujarlo detrás de sus orejas. Como siempre, Ash sacó un taburete al escenario, odiaba tocar de pie, y se puso cómodo. La chica sentada junto a mí se inclinó hacia su amiga y no tan silenciosamente, dijo—: Aquí vamos de nuevo con el chico mariposa. Su amiga le dedicó una mirada interrogante. —¿De qué estás hablando? ¿Es gay? Todos los chicos calientes siempre son gays—murmuró la última oración negando con la cabeza. —No, no es gay, estúpida. Lo llamo chico mariposa porque siempre canta esa maldita canción de mariposas y tiene ese tatuaje en su brazo. Levanté la cabeza de golpe y mis ojos recorrieron sus brazos. Mi estómago se hundió cuando vi el mismo tatuaje que adorna mi pantorrilla izquierda tatuado en su antebrazo izquierdo. ¿Cómo lo supo? Ni siquiera tuve la oportunidad de decirle sobre eso aquella noche. Mi mente empezó a girar y tomó todo de mí para permanecer sentada en el bar y ponerme en orden antes de reaccionar estúpidamente. Tomé respiraciones largas y constantes hasta que sentí mi cuerpo relajarse un poco, y luego tomé un gran trago de mi cerveza. No tenía necesidad de emborracharme por cualquier medio, pero mis nervios necesitaban ahogarse, rápidamente. Escuchar su voz otra vez era otra gran prueba para mi voluntad, y casi me rompe. Casi.
Ash se alejó de la parte posterior del escenario y lo vi mirar ferozmente hacia quién fuera que estuviera tomando el escenario después. Mis ojos siguieron su mirada y me encontré a Mason devolviéndole el sentimiento con un feroz ceño fruncido. Ash bajó el único escalón y se movió directamente a los brazos de una rubia tetona que esperaba por él. Algunas cosas nunca cambian. La chica a mi lado abrió la boca de nuevo.
196
—Ahora, de esto estoy hablando. Ese es Rat—le explicó a su amiga—. Su hermano es el dueño de este lugar y él es como el dios del rock por aquí. Es el cantante de Jobu, pero siempre canta solo los viernes. Ambas chicas se quedaron mirando abiertamente embobadas a la figura en el escenario y me recordó a Mina hablándome sobre Mason la primera vez que estuve aquí. —Él es…guau—respondió finalmente su amiga. —Lo sé, espera a oír su voz. Vas a necesitar un nuevo par de bragas para cuando te vayas—dijo la primera chica con toda naturalidad. No podía quitar mis ojos de él. No había cambiado nada desde esa mañana en la que lo dejé durmiendo en su cama. Tenía puesta una camiseta negra con una par de pantalones vaqueros y sus botas negras. Mi corazón se detuvo cuando vi a Ash por primera vez, pero el ver a Mason lo hizo latir el doble de rápido. Me preguntaba qué iba a cantar mientras ajustaba el micrófono. Siempre estaba de pie cuando se presentaba, lo que me recordaba otra cosa en la que era diferente de Ash. Me aferré a la barra para prepararme físicamente para oír su voz. —¡Buenos días, Houston! ¿Están pasando un buen rato?—gritó él, y el bar entero se volvió loco. Pensé que las chicas a mi lado iban a desnudarse y correr hacia el escenario en cualquier momento—. El lugar está lleno esta noche y sé que la mayoría de ustedes se están preparando para regresar a la escuela, así que vamos a hacer de esta una noche para recordar. ¿Qué dicen?—Una vez más se produjeron gritos frenéticos y aplausos—. Eso es lo que me gusta escuchar. Está bien, esta noche voy a comenzar con el último sencillo de Jobu’s Rum.—Miró en la dirección en la que me encontraba sentada y juro que se quedó mirando directamente a mis ojos por un breve momento. Volvió su atención hacia una chica que le había gritado “¡Te amo, Rat!” y se echó a reír—. Las amo a todas, todas ustedes. Durante su primera canción, tuve que hacer más ejercicios respiratorios y seguir pensando en los últimos ocho meses. Puedo hacer esto. Puedo hacer esto. Tuve que darme una charla varias veces durante ese período de tres minutos. Cuando terminó, todos en el bar se volvieron locos.
—Gracias, chicos—interrumpió los aplausos—. Gracias. Está bien, esta canción nunca la he tocado en público, es una canción de hace unos años. De hecho, la encontré de nuevo un par de meses atrás y no podría haber sido en un momento más perfecto de mi vida. Lo estaba guardando para…—Su voz se apagó por un momento y miró hacia la mesa de Ash—. Bueno, supongo que realmente no importa para qué la estaba guardando, ese día no llegará nunca, mi ángel se fue volando. ¡Así que esta noche es para todos ustedes!
197
Donde sentí que las palabras de Ash iban a romperme, las de Mason me sanaron. Su voz, el amor y el anhelo en sus palabras, llenaron cada uno de mis orificios restantes y me hizo sentir completa. De repente, me sentí más determinada que nunca a hacer lo que vine a hacer. Me deslicé fuera de mi taburete y me dirigí alrededor del perímetro del almacén. Quería permanecer sin ser vista por Mason. Terminó la canción y dejó que el público lo recompensara con aplausos y silbidos. Apoyó la guitarra en un amplificador en el lado del escenario y saltó para dirigirse hacia sus amigos. Tomé una respiración profunda y me recordé a mí misma todo lo que había descubierto sobre el amor, el respeto y la dignidad en los últimos meses. Amor no correspondido era básicamente enamoramiento, y eso era exactamente lo que yo tuve con Ash durante tanto tiempo. El amor era sobre el sacrificio, y poner los deseos y necesidades del otro por encima de los propios. Ash nunca estuvo dispuesto a hacer eso por mí. Aparte de las veces que Ash y yo habíamos pasado encerrados lejos del mundo real, nuestra relación fue tumultuosa y llena de drama. Él siempre estaba molestándome abiertamente estando con otras chicas enfrente de mí o haciendo cosas a propósito para que no fuera feliz. Era como si me mantuviera atada, y si pensaba que me estaba alejando demasiado de él, acercándome a alguien más, enrollaría la cadena de nuevo. Sabía que Ash se preocupaba por mí, pero no me amaba. Él se amaba a sí mismo demasiado como para amar a alguien más. Mason, por otro lado, era el opuesto exacto. Hizo todo lo posible por hacerme feliz y hacer que estuviera a gusto. Le encantaba hacerme reír y no tenía miedo de anteponerme sobre sí mismo. Nunca estuve enojada con Mason, ni una vez. Y a pesar de todo, dejé que mi enamoramiento y fascinación por Ash, alguien que no podría darme nunca lo que merecía, se metiera en el camino. Era hora de que me disculpara. Subí por detrás del escenario y caminé hacia el frente, agarrando la guitarra acústica de Mason en el camino. —Discúlpenme todos.—Mi voz era temblorosa e insegura. Unas pocas personas me notaron mientras esperaba la atención de la persona que más quería. Sólo tomó un minuto o así mientras las voces colectivas bajaron y cayeron en un susurro. Luego escuché a alguien
decir—: Oh, mierda, Rat. ¡Es Ánge!—Y de repente en el lugar cayó el silencio. Llevé el micrófono de nuevo a mi boca.
198
—Lo siento, estoy atrasada, no llegué para el momento de las inscripciones de esta noche pero tengo que presentar una canción que necesité cantar hace mucho tiempo. Ya he desperdiciado demasiado tiempo, no puede esperar más.—El rostro de Mason permaneció estoico, sin darme ni una pulgada, pero sus ojos grises se volvieron de reluciente plata que brillaba hacia mí. Me dedicó un asentimiento silencioso, indicando que debía seguir. Los ojos de todos los presentes en el almacén saltaban de ida y vuelta entre Mason y yo. Empecé a tocar su guitarra y a cantar acerca de las disculpas de un tipo que me había herido, un hombre que a propósito me haría entrar en calor sólo para dejarme en el frío, un tipo que no se tomó el tiempo para apreciar la belleza que tuvo hasta que fue demasiado tarde... y todo lo que le quedaba por hacer era disculparse porque había quedado claro que me había enamorado de otro hombre. Después de que canté el último verso: “Es demasiado tarde para la dignidad. Es tiempo de las disculpas”, asumí que Ash y Mason entendieron mis intenciones. Sin embargo, no quería dejar algo tan importante como esto a las suposiciones. Miré a Mason directamente a los ojos y supliqué—: Mason, sé que lo que hice estuvo mal en muchas maneras, pero quiero que sepas que realmente lo siento.—Me detuve un momento para dejar que mi disculpa fuera escuchada—. He tenido a alguien que me trató de una forma similar a cómo te traté yo, y si él se disculpara, no estoy segura si las aceptaría, porque sé que me merecería algo mejor que eso, y tú también. Pero también estoy aquí para hacerte saber que la gente puede cambiar, sé que es un hecho, porque soy una persona completamente diferente de lo que era hace un año. Los trágicos eventos y la pérdida de la vida que tuve que enfrentar para llegar a este punto, no se los desearía a nadie, pero estoy agradecida porque tuve la posibilidad de sacar algo positivo ganando el control de mi vida.—Tomé una profunda respiración antes de decir lo que vine a decir—. Solía ser una chica que creía en los cuentos de hadas. Ya sabes, la cosa del caballero en brillante armadura montando un caballo blanco que me guiaría hasta mi “vivieron felices por siempre”. Hace cerca de ocho meses, perdí la fe y la esperanza de encontrar a mi príncipe, o para ser más exacta, que mi príncipe se diera cuenta de que yo era la indicada para él mientras probaba a todas esas otras princesas. Pero lo que descubrí fue que estuve en el cuento de hadas equivocado todo el tiempo, persiguiendo al maldito príncipe equivocado. Hay una Psique para cada Eros, una Elizabeth para cada Darcy, una Abby para cada Travis.—Escuché a varias mujeres gritar “Amo a Travis”, y no pude evitar sonreír—. Y solo espero que todavía
quieras que sea tu Ángel para tu Rat.—Levanté un poco la nariz cuando dije su apodo—. Todo el tiempo estuve usando las alas equivocadas. Lentamente, Mason hizo su camino hacia mí y dio un paso para subir al escenario. No me moví. Bajó la mirada hacia mí y me quemó con su intensa mirada. —No vuelvas a volar, Ángel. Juro que cortaré tus alas.—Luego me levantó en sus brazos y me estrelló contra su cuerpo—. Te he extrañado mucho, Ángel. Te amo.
199
—También te amo, Chico Rata. También te amo.
Epílogo Traducido por MarMar Corregido por Melii
200
Ash Ocho meses. Habían pasado ocho jodidos meses desde la última vez que la vi. Tomó todo lo que tengo dentro no caminar hasta el escenario, bajarla a rastras de allí arriba y reclamarla como mía de una vez por todas. Pero no lo hice. Podía notar la determinación en sus ojos y lo último que quería era hacerla enojar. Tenía muchas cosas que reivindicar, y actuar como un cavernícola psicótico enfrente de todas aquellas personas no era la mejor manera de comenzar a hacerlo. No podía creer que de verdad ella estuviera allí. Finalmente. Scarlett finalmente había regresado. Honestamente, no estaba seguro de si lo haría alguna vez. Creí que tal vez, y solamente tal vez, perder a su mejor amiga y que yo rompiera su corazón en un período de dos días fuese demasiado para que decidiera regresar, pero una vez más, ella me había probado que era la increíble persona que yo sabía que era. Mi Mariposa. Lucía incluso más hermosa de lo que la recordaba. Adoraba ver mi diseño impreso permanentemente en su pierna; adoraba saber que cada vez que ella lo viera, tenía que pensar en mí, aunque sea por un breve momento. Miré mi antebrazo y sonreí. Mis pensamientos diarios sobre ella duraban más que simples momentos. Scarlett MacGregor me consumía. A todas horas, todos los días. Escuchar su suave y aterciopelada voz mientras comenzaba a cantar envió un cálido sentimiento a través de mi cuerpo, y mi pene instintivamente se endureció. Dios, cómo extrañaba escuchar esa dulce voz. Mientras cantaba sobre disculpas, y amor, y dolor, recordé la última vez que la vi. Si tuviera la oportunidad de revivir un día, sería ese. La muerte es una perra, especialmente cuando quien muere es una persona demasiado joven. El día que murió Evie, mi mundo se vino abajo alrededor de mí. No sólo era doloroso y desgarrador porque Evie era mi amiga, sino porque su muerte lastimó a la persona que amaba más que a nada y no sabía qué hacer. Nunca en mi vida me había sentido tan impotente, tan inútil. Había tratado de estar ahí para Scarlett, había intentado abrazarla, hablar con ella, y simplemente estar
201
con ella, pero se había congelado por completo. Sus brillantes ojos marrones generalmente alegres lucían aburridos y vacíos, y su espíritu estaba roto. Después del funeral, había insistido en estar sola. Sabía que no era una buena idea, sobre todo de vuelta en el dormitorio donde tenía tantos recuerdos con Evie, pero ella no lo haría de ninguna otra manera. Así que para cuando Jess, Meg y yo habíamos regresado a nuestra casa, estaba enojado con todo y con todos. De inmediato me encerré en mi habitación porque sabía que no debía estar cerca de nadie. Lo más probable es que actuara como un idiota y dije a algo que no quería decir. Había oído decir a Jess que iría a casa de Jacob unos minutos más tarde, seguido por el cierre de la puerta de la habitación de Meg. Acabé quedándome dormido, estaba física y mentalmente exhausto y agotado. No estaba seguro de cuánto tiempo había sido, pero me despertó un golpe en la puerta principal. Al principio pensé que podría ser Scarlett que había cambiado de opinión acerca de ir a su casa, pero cuando abrí la puerta, me decepcionó ver a una chica a la que había sido lo suficientemente estúpido como para llevar a casa conmigo una semana antes. Por lo general no me gustaba que estas chicas supieran dónde vivía para evitar este tipo de situaciones. La chica, de la que ni siquiera podía recordar el nombre, inmediatamente se aferró a mí y comenzó a besar mi cuello, y me decía lo mucho que me había extrañado y necesitado. Traté de apartarla de mí y de decirle que se fuera, pero maldita sea si no era persistente. Yo no tenía la voluntad para decirle que no una tercera vez cuando su beso siguió y su mano me acarició por fuera de mis pantalones vaqueros. En lo que terminó siendo la peor decisión de mi vida, la tiré del brazo hasta mi habitación e intenté librarme de mi enojo follando. La mirada en el rostro de Scarlett cuando abrió la puerta de la habitación esa noche estaría para siempre grabada en mi cerebro. Es lo que me persiguió todas las noches y me empujó a seguir viviendo todos los días desde entonces. No sabía qué hacer o qué decir con ella allí de pie, la escena hablaba por sí misma. Era el imbécil de todos los imbéciles, la escoria de toda la escoria, cualquier otra cosa que pudieras pensar para describir al peor ser humano en el planeta. Merecía cada cosa que me dijo y más. Fue en ese momento, sin embargo, que supe a ciencia cierta que ella era realmente mi alma gemela, que la necesitaba en mi vida para siempre. Nunca supe que podía sentir un dolor y una agonía tan intensa hasta que vi la terrible mirada de abandono y repugnancia en sus ojos. Traté de detenerla pero fue imposible. Ella salió volando de mi casa y de mi vida mientras me sentaba desnudo en la cama con una chica de un polvo insignificante acurrucada en el suelo al lado de mi cama. Y ese fue el momento en que todo cambió. Yo sabía que tenía que arreglar mi vida para que, si alguna vez tuviera la oportunidad de volver a tenerla de vuelta en mi vida, pudiera
202
ser el hombre que ella merecía. Al día siguiente fui a la tienda de tatuajes y me hice mi mariposa en el antebrazo. La nueva adición a su pantorrilla no había pasado desapercibido durante su visita de corta duración, y a pesar de todo lo demás, me encantaba saber que llevaba mi diseño grabado en tinta de forma permanente en su cuerpo. Desde el salón de tatuajes, me fui directamente a la tienda de joyas. Quería estar completamente preparado para mostrarle el grado de mi amor y dedicación si alguna vez tenía otra oportunidad. Miraba el anillo todas las noches antes de irme a la cama y rezaba a todos y cada uno de los dioses de allá afuera para que la trajeran de vuelta. Después de su canción, ella dijo su discurso acerca de cómo no creía que pudiera aceptar mis disculpas después de todo lo que había hecho, pero le estaba pidiendo perdón a Rat por lo que le hizo a él. Si ella se había acostado con él, iba a matarlo con mis propias manos. Sabía que clavó a propósito el cuchillo cuando comparó su relación con él con la de Psique y Eros, pero también sabía que merecía cada onza de dolor que me causara. Me hizo sentirme enfermo del estómago ver su abrazo de reencuentro mientras se profesaban su amor por el otro, pero me senté esperando mi momento. Rat levantó la vista y me miró directamente a los ojos mientras sostenía el cuerpo de ella contra el suyo, afirmando su victoria. La mirada que le di a cambio estaba llena de advertencias y promesas. Tenía la esperanza de que estuviera listo para una pelea, porque si había una cosa que sabía con certeza, era que Scarlett MacGregor debía estar conmigo. Lo sabía. Él lo sabía. Y ella lo sabía. Sólo tenía que recordárselo. Ella fue siempre mi Psique, mi mariposa.
Agradecimientos 203
Primero, tengo que darle las gracias a mi esposo, Zar, quien estuvo a mi lado a través del proceso entero. Escribí el libro completo ya tarde una noche en la cama, así que estaba literalmente a mi lado durante todo el proceso. No, realmente no pudo haber sido de más ayuda y comprensivo por el tiempo que pase escribiendo esto, y amo hacerlo sentirse orgulloso. También me gustaría agradecer a las siguientes personas: Nicky, tú fuiste la primera persona que me dijo que podía hacer esto, me apoyaste y creíste en mi hasta que finalmente crucé la línea de meta. Esto está aquí por ti. Tracey, mi hermana favorita y mi mejor amiga, te debo mucho, no sólo por leer y editar esto, sino por todo. Te amo mucho. Ela, mi editora, ¿Qué más puedo decir? Estoy tan contenta de que te tuve a ti para mantenerme cuerda durante todo este largo asunto. Y todos en el Equipo de Ash pueden darte las gracias por inspirar el epílogo. Trina, mi manager que trabaja gratis, gracias por escucharme y darme buenos consejos, siempre estas cuando necesito darme un respiro o cuando necesito orientación sobre cómo compartir mi creación con el mundo. Nina, gracias por amar a los libros tanto como yo y por darle una lectura en todas partes, sin ti Scarlett habría tenido tres brazos y hubiera cocinado la cena sólo para salir a cenar y comer justo después. Mary Jo, eres un genio, gracias por conseguir que la portada sea tan perfecta y crear no sé cuántas versiones de esta cosa. Tiffany y Kirsten, por ayudarme a editar; necesité los ojos vigilantes de ambas. Mamá, por todo: pasado, presente y futuro. Abuela, por inculcarme mi amor por la lectura; nunca olvidaré nuestros viajes a la cafetería y a la librería los sábados. Un agradecimiento especial a Robert Scott, MJ Coker y a Lester Lylley Jr por las ideas y por trabajar en la portada. ¡Me encanto la forma en que resultó!
Sobre el autor 204
Erin Noelle es originaria de Texas, dónde vive con su marido y sus dos hijas pequeñas. Mientras cursaba Historia, redescubrió su amor por la lectura que le fue inculcado por su abuela cuando era una niña. Como una amante de los finales felices, tanto historicos como contemporaneos, Erin es una avida lectora de novelas romanticas. Metamorforis entró en la listas de los libros más vendidos y actualmente está trabajando en la secuela, Ambrosia, para salir a la venta a finales del 2013. La mayoría de las noches puedes encontrarla acurrucada en la cama con su marido, su lector electronico en una mano y un programa deportivo en su television.
Ambrosia Después aceptar la tragedia que sacudió su mundo, Scarlett MacGregor intenta recoger las piezas de las relaciones rotas que dejó atrás.
205
Ash y Mason quedaron devastados y con el corazón roto tras la marcha repentina y sin aviso de Scarlett. Ambos están listos y dispuestos a perdonarla y darle una bienvenida a su vida con los brazos abiertos. Sin embargo, muchas cosas pueden suceder en ocho meses... Scarlett tiene que aprender a superar los obstáculos lanzados en su camino para evitar que el pasado se repita. ¿Puede aprender a volar con sus propias alas y descubrir el secreto del amor eterno? Book Boyfriend #2
Traducido, Corregido y Diseñado en: 206
http://www.librosdelcielo.net/forum