la guerra de augusto contra cantabros y astures

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prepararon a atacar simultáneamente los tres campamentos romanos. La lucha contra un ... Floro, Compendio de la Historia de Tito Livio XXIII, 46 Y ss. 1.
COMENTARIO DE TEXTO HISTÓRICO: LA GUERRA DE AUGUSTO CONTRA CANTABROS Y ASTURES 1"En

Occidente, casi toda Hispania estaba pacificada, a excepción de la parte que toca las últimas estribaciones de los Pirineos y que baña el océano Citerior. En esta región vivían pueblos valerosísimos, los cántabros y los astures, que no estaban sometidos al Imperio. Fueron los cántabros los primeros que demostraron un ánimo de rebelión mas resuelto, duro y pertinaz. No 5se contentaron con defender su libertad, sino que intentaron subyugar a sus vecinos los vacceos, turmogos y autrigones a quienes fatigaban con frecuentes incursiones. Teniendo noticias de que su levantamiento iba a mayores, Cesar no envió una expedición, sino que se encargó él mismo de ella. Se presentó en persona en Segisama e instaló allí su campamento. Luego dividió al ejército en tres partes e hizo rodear toda Cantabria, encerrando a este pueblo feroz en una especie de 10red, como se hace con las fieras [...]. Los astures por ese tiempo descendieron de sus nevadas montañas con un gran ejército [...] y se prepararon a atacar simultáneamente los tres campamentos romanos. La lucha contra un enemigo tan fuerte, que se presentó tan de repente y con planes tan bien preparados, hubiera sido dudosa, cruenta y ciertamente una gran carnicería, si no hubieran hecho traición los 15brigicinos [...]. Estas luchas fueron el final de las campañas de Augusto y el fin de la revuelta de Hispania. Desde entonces sus habitantes fueron fieles al Imperio y hubo una paz eterna, ya por el ánimo de los habitantes que se mostraban más incitados a la paz, ya por las medidas de César quien, temeroso del refugio seguro que les ofrecían las montañas, les obligó a vivir y a cultivar el terreno 20de su campamento, que estaba situado en la llanura. Allí debían tener la asamblea de su nación y aquella debía ser su capital. La naturaleza de la región favorecía estos planes, ya que toda ella es una tierra aurífera y rica en bórax, minio y otros colorantes. Allí les ordenó cultivar el suelo. Así, los astures, trabajando la tierra, comenzaron a conocer sus propios recursos y riquezas mientras las buscaban para otros". Floro, Compendio de la Historia de Tito Livio XXIII, 46 Y ss.

1.- CLASIFICACIÓN DEL TEXTO: A) Naturaleza del texto: Histórico, político, jurídico, económico, epistolar, historiográfico, literario… Fuente primaria o secundaria. B) Circunstancias espacio temporales: Época y lugar, Autor, Contexto histórico, Destino y finalidad 2.- ANALISIS DEL TEXTO C) Idea principal: glosar y explicar D) Ideas secundarias: glosar y explicar 3.- COMENTARIO DEL TEXTO E) Causas: ¿Por qué? F) Desarrollo: ¿Cómo? G) Consecuencias: ¿Qué ocurrió después? - 4.- CONCLUSION

COMENTARIO DE TEXTO RESUELTO El texto que se nos ha presentado con anterioridad tiene un carácter eminentemente histórico, ya que hace

referencia a un acontecimiento que tiene como protagonista al ser humano en una sociedad antigua. En concreto romana. Sin embargo, la reseña bibliográfica que aparece al final del mismo nos muestra ante qué tipo de fuente de información nos encontramos. Se trata de una fuente secundaria, ya que estas líneas han sido escritas (siglo I d.C) posteriormente a la época del acontecimiento histórico que se describe (siglo I a.C). Por tanto, es conveniente destacar que el texto es historiográfico, ya que está escrito por un historiador, con una finalidad científica. En este caso, compilar las obras de otro historiador romano: Tito Livio. Lucio Anneo Floro es un historiador latino autor de libros como Compendio de la Historia Romana o, el que aparece aquí, Compendio de la historia de Tito Livio. Era habitual en la época que, acompañando las batallas, fueran historiadores, poetas, literatos… que, después describían lo que allí había sucedido. Pero, con un matiz: siempre se ensalzaba al comitente, es decir, a la persona que protegía al artista. Esta práctica fue muy habitual durante el periodo clásico griego, el Imperio romano y pervivió, incluso, durante la Edad Media. Así, se han escrito numerosos tomos de historia bélica, aunque nos han llegado muy fragmentados, debido a pérdidas, deterioros…. En este caso, Lucio Anneo Floro reúne, en su obra lo escrito por un historiador que sí acompañó a las legiones romanas: Tito Livio. Por tanto ¿podemos considerar este texto como una fuente de información objetiva? La respuesta es obvia: debemos estudiarlo con cautela, porque nos ofrecerá una visión parcelada de los acontecimientos que relata. Resumiendo, nos encontramos ante un texto historiográfico, de carácter subjetivo. En cuanto a las circunstancias temporales que rodean al texto, podemos decir que estamos en la primera etapa del Imperio de Roma. Octavio Augusto, sobrino e hijo adoptivo de Julio César, fue el primer emperador romano, aunque él se consideró princeps civium (primero de los ciudadanos). En el 27 a.C el Senado le otorgó el título de Augusto, y concentró todos los poderes en su persona: militar, sacerdotal, legislativo…El Senado siguió existiendo, pero su poder era más teórico que real. Las guerras cántabras, que dirigió él mismo, son parte de su política exterior, en la que intentó ampliar el Imperio hacia Occidente (Hispania, Galacia, Danubio, Rhin…) Teniendo en cuenta esta información podemos afirmar que el texto, perteneciente al Compendio de la Historia de Tito Livio, de Floro tiene un propósito muy claro: pretendía demostrar que Roma estaba destinada a la grandeza, ya desde sus orígenes. Y, por supuesto, justificar la concentración de poder del emperador Augusto a través de las glorias militares. Ciñéndonos al texto que se nos presenta, podemos afirmar que la idea principal del mismo es narrar, de forma subjetiva, la participación de Augusto en las guerras cántabras. Esta idea, aparece reflejada en la líneas uno y dos, donde señala: “"En Occidente, casi toda Hispania estaba pacificada, a excepción de la parte que toca las últimas estribaciones de los Pirineos…” y en la línea siete, que dice: “César no envió una expedición, sino que se encargó él mismo de ella..”. En estas líneas, el autor nos ofrece bastante información: por una parte, nos señala que la política exterior de Augusto se encamina a conquistar las zonas occidentales de Europa. Y, por otra, notamos la subjetividad de Floro, ya que habla de “pacificar” lugares, donde ya habitan otros pueblos independientes del Imperio Romano, pero no por eso “violentos”. Además, nos señala que el emperador acudió personalmente a dirigir estas batallas, lo cual muestra la relevancia que tenía para él conquistar toda Hispania. Como ideas secundarias, podemos señalar las siguientes: - El estilo literario de Anneo Floro tiende a ensalzar al enemigo de Roma. En este texto, lo observamos con claridad en las líneas dos y tres: “En esta región vivían pueblos valerosísimos, los cántabros y los astures, que no estaban sometidos al Imperio”. El propósito de esto es muy claro: loar las estrategias militares de las legiones romanas. Si demostramos que el enemigo es muy hábil y valiente, más mérito tendrá el pueblo que lo haya vencido. Esto es una muestra más del carácter subjetivo de la narración. A continuación, el texto podemos dividirlo en dos partes: - En el primer y segundo párrafo, nos relata cuáles han sido las estrategias que han permitido a los romanos vencer a los dos pueblos que habitaban la zona norte de la Península Ibérica: Cántabros (dividió al ejército en tres partes e hizo rodear toda Cantabria, encerrando a este pueblo feroz en una especie de red, como se hace con las fieras [...].) y Astures (La lucha contra un enemigo tan fuerte, que se presentó tan de repente y con planes tan bien preparados,

hubiera sido dudosa, cruenta y ciertamente una gran carnicería, si no hubieran hecho traición los brigicinos [...])

- En los dos últimos párrafos, nos describe cuál fue la organización posterior de la zona norte, una vez dominada esta zona. Además, podemos constatar cuál era la organización administrativa y económica de las provincias romanas. Esto aparece en las líneas diecisiete y dieciocho: Desde entonces sus habitantes fueron fieles al Imperio y hubo una paz eterna, ya por el ánimo de los habitantes que se mostraban más incitados a la paz, ya por las medidas de César.

Para realizar un correcto comentario del texto histórico que nos compete, vamos a relacionarlo con la historia hispanorromana de los últimos siglos anteriores a nuestra era. Los romanos, desde los tiempos de la República, organizaron un portentoso ejército: organizado en cohortes y centurias, sufrió una evolución importante a lo largo de su historia. Gracias a él, Roma pudo alcanzar una enorme extensión: en primer lugar, ocupó toda la península italiana. Posteriormente, en las guerras púnicas logró dominar los territorios cartagineses en el Mediterráneo. Durante el siglo segundo a. C, conquistó los territorios ocupados por celtíberos y lusitanos en la Península Ibérica; el sureste francés (narbonenses), Dalamacia, Macedoniak y la Península de Anatolia. Con Julio César, se ocupó la Galia y parte de Germania. Y, con Augusto, parte del Norte de África y este de Europa. También le ocupó especialmente la zona de la Hispania Citerior, ya que seguían viviendo independientes. De hecho, vino personalmente a dirigir las operaciones, algo excepcional ya que siempre permanecía en la distancia (salvo con los ilirios). Los astures evitaban el combate directo, si no que hacían incursiones espontáneas, aprovechando el conocimiento del terreno; y, los cántabros eran expertos en estrategias de caballería. Por tanto, no fueron combates sencillos y los romanos tuvieron que planificar complicadas estrategias para poder vencerlos. Tardaron más de diez años en conseguirlo. Una vez ocupadas estas zonas por los romanos, Augusto fue laureado en Roma bajo el arco de triunfo construido especialmente para este evento. Esto muestra la importancia de las guerras cántabras para sus fines imperiales. Una vez conquistada la Península Ibérica por los romanos, ésta fue organizada en provincias. En principio, tres. Posteriormente en cinco: Bética, Lusitana, Tarraconense, Gallaecia y Cartaginense. A partir de aquí, todas las instituciones romanas pasaron a funcionar también en Hispania. Se produjo una unificación de la Península Ibérica, que pasó a ser romanizada a través de diferentes elementos: el latín, el derecho romano, la moneda, las calzadas y obras públicas… ¿Ganó o perdió la Península Ibérica con la llegada de los romanos? A esta pregunta subjetiva, cada uno puede ofrecer una respuesta personal. Lo que sí podremos señalar es que su llegada supuso cambios trascendentales en la historia de este país.